search
               
                   
Declaraciones

1° de mayo ¡En defensa del internacionalismo proletario! ¡Viva las resistencias palestina y ucraniana!

abril 26, 2025

Manifiesto del 1º de mayo de la LIT

El 1º de mayo es un día de lucha para los trabajadores de todo el mundo. Pero en muchos lugares las burocracias sindicales y los partidos reformistas intentan convertir el Primero de Mayo en un día de confraternización con la burguesía y sus gobiernos.

Los trabajadores/as no tenemos nada que celebrar en un mundo en el que se aceleran los signos de la barbarie capitalista. Es necesario recuperar la tradición del Primero de Mayo, cuyo origen fue una dura lucha en 1886 contra la burguesía, en defensa de la jornada de ocho horas.

Hoy, la pelea es contra el creciente desempleo, los salarios de miseria, y la brutal precarización que vivimos, en la que tener un empleo no asegura una vida digna y la inmensa mayoría no tiene empleo fijo, ni vacaciones, ni jubilación.

Contra la barbarie sionista del genocidio en Gaza o la invasión y ocupación imperialista de Putin a Ucrania. Contra la creciente violencia a las mujeres, personas LGBTQIs, negros, migrantes, o indígenas. Contra la catástrofe ambiental, que está llevando a superar varios puntos de no retorno en la destrucción de la naturaleza.

La miseria a la que nos condenan todos los gobiernos burgueses

El capitalismo vive una crisis creciente desde la recesión de 2007-09. Eso se agrava con la disputa entre el imperialismo hegemónico de EE. UU. y el imperialismo emergente chino. Los planes económicos de los gobiernos para hacer frente a esa crisis y la pesada competencia, son cada vez más duros contra los trabajadores y contra la naturaleza. Esto es lo que determina el crecimiento de los signos de barbarie en el mundo.

Estos planes económicos son aplicados tanto por los gobiernos de extrema derecha como por los gobiernos dirigidos por partidos liberales y de conciliación de clases.

Por un lado, tenemos gobiernos de extrema derecha como Trump, Meloni (Italia) y Orbán (Hungría) en Europa, así como Bukele (El Salvador), Milei (Argentina) y Noboa (Ecuador) en América Latina, Modi (India) y Erdogan (Turquía).

Pero planes económicos muy similares también son aplicados por gobiernos burgueses con participación de partidos reformistas, como es el caso de Sánchez en España, así como Lula en Brasil, Boric (Chile), Petros (Colombia) en América Latina.

Los partidos reformistas dicen que los gobiernos de extrema derecha son «fascistas» para justificar sus propios planes de alianza con las burguesías y aplicar también planes neoliberales cuando llegan a los gobiernos.

También tenemos países que fueron estados obreros burocratizados en el pasado, como China y Rusia, que hoy no solo son capitalistas, sino imperialistas. La mayoría de los partidos reformistas de todo el mundo, siguen reivindicando a China como «socialista» y a la Rusia de Putin como «antiimperialista».

Del mismo modo, las dictaduras burguesas de Cuba, Venezuela y Nicaragua no tienen nada de socialistas, ni tampoco de antiimperialistas. Son dictaduras al servicio de las nuevas burguesías surgidas de esos Estados, que reprimen duramente a los trabajadores de esos países.  

No existe un imperialismo «progresista»

Trump es hoy la cara más repulsiva del imperialismo mundial. Expresa la decadencia del imperialismo norteamericano con su imposición de altos aranceles y su enfrentamiento con el imperialismo chino emergente. Lejos quedan los tiempos en que el mismo imperialismo hablaba de «libre comercio» para imponer sus mercancías. Con su guerra arancelaria, Trump está agudizando la crisis económica mundial, en una espiral descendente que puede llevar a una nueva recesión internacional.

Las medidas de la burguesía y los gobiernos a sus servicios para intentar salir de la  crisis se expresarán en ataques aún más duros para los trabajadores y en un mayor sometimiento y expolio de los países semicoloniales.

La competencia entre EEUU y China, lleva a que gran parte de los partidos reformistas del mundo apoyen a esta última contra el odiado imperialismo norteamericano, como si fuera «progresista». No existe imperialismo progresista. El imperialismo chino se apoya en una feroz dictadura capitalista que impone salarios muy bajos y una represión muy dura sobre el proletariado chino. El imperialismo chino explota directamente partes importantes del mundo, en particular en Asia y África, pero también se expande hacia Europa y América Latina.

Y el imperialismo ruso basa su dominio en la dictadura de Putin y en el saqueo y presión militar en toda la región de Eurasia y el Cáucaso de la ex URSS, sosteniendo regímenes dictatoriales como el de Lukashenko y otros. Incluso extendió su garra sobre Medio Oriente sosteniendo durante una década a la siniestra dictadura de al Asad en Siria. Y también sus tropas mercenarias son el sostén de varias dictaduras feroces en África.

La disputa interimperialista también está llevando a una nueva carrera armamentista, con los gobiernos imperialistas destinando una parte mayor de sus presupuestos al gasto militar. Un dinero que debería estar destinado a la educación, a la salud, a la atención de las necesidades sociales o a más medidas para frenar el cambio climático, y no a la fabricación y compra de más armas.

El proletariado mundial en su lucha y organización, necesitamos recuperar nuestra independencia política frente a todos los sectores de la burguesía, ya sea la que está involucrada con los gobiernos de extrema derecha, como la que constituye la base de los gobiernos liberales y de conciliación de clases. Del mismo modo, es preciso construir la independencia y solidaridad obrera, también en el terreno internacional, sin  apoyar a un imperialismo contra otro

Las masas resisten y se levantan

La creciente polarización económica, social y política actual, está provocando explosiones del movimiento de masas en varias partes del mundo. Los levantamientos de Sri Lanka y Bangladésh en 2023-24, las grandes huelgas obreras que sacudieron Inglaterra en 2022, las movilizaciones contra Macron por su reforma laboral en Francia en 2023, las huelgas y grandes movilizaciones actuales contra Milei en Argentina, las gigantescas luchas contra el gobierno de Erdogan en Turquía o la primera gran movilización contra Trump en Estados Unidos indican que se avecina un proceso convulso, de agudización de la lucha de clases.

Contrariamente a lo que suelen afirmar los partidos reformistas, el mundo actual no se caracteriza únicamente por el avance de la contrarrevolución, sino por una polarización creciente entre revolución y contrarrevolución, en la que es fundamental superar la debilidad de las direcciones revolucionarias.

La resistencia continúa en Palestina

El genocidio sionista se ha reanudado, tras la ruptura del alto el fuego por parte de Netanyahu. El gobierno israelí ha retomado los corredores de Netzarin y Filadelfia, y está aplicando su plan de destruir completamente las casas y las infraestructuras de Gaza y expulsar al pueblo palestino. Además, mantiene la ocupación parcial del sur del Líbano y partes de Siria. Cuenta con todo el apoyo de Trump, que ya ha expresado su proyecto de expulsión definitiva de los palestinos de Gaza.

También con la complicidad del imperialismo europeo y de los gobiernos árabes de la región, así como del imperialismo ruso y chino. Irán está más interesado en negociar un acuerdo nuclear con Trump, que en apoyar efectivamente la lucha palestina.

Existe una creciente represión de los gobiernos burgueses del mundo contra los activistas pro palestinos. La detención de Mahmoud Khalil por el gobierno de Trump en Estados Unidos, es un símbolo de un ataque más amplio que también se está produciendo en muchos otros países.

Sin embargo, la resistencia palestina no está derrotada. Las ceremonias de liberación de los rehenes israelíes que han tenido lugar en Gaza muestran al mundo, una vez más, que la justa, digna y heroica lucha del pueblo palestino continúa, incluso después de 80 000 muertos y más del 70 % de las casas destruidas.

Israel no consigue estabilizar su dominación territorial y ni siquiera logró rescatar a todos los rehenes israelíes, a pesar de su brutal superioridad militar.

Hoy en día, el genocidio israelí es más repudiado en todo el mundo, que en cualquier otro momento de la historia, a pesar del apoyo al sionismo por parte de los gobiernos burgueses y de gran parte de los medios de comunicación mundiales.

La combinación de la resistencia militar palestina, con la solidaridad mundial en todo el mundo, aliada a una nueva primavera árabe contra los gobiernos cómplices de la región y una nueva intifada, es lo que puede llevar a la victoria palestina y a la destrucción del Estado genocida de Israel.

¡En este primero de mayo, llamamos al apoyo y solidaridad con la lucha del pueblo palestino! ¡Armas para la resistencia palestina! ¡Palestina libre, desde el río hasta el mar! ¡Por una revolución socialista en la región que avance hacia una Federación Socialista de los países árabes!

¡Viva la resistencia ucraniana!

Incluso después de tres años de la invasión rusa, con el “Segundo ejército más poderosos del mundo”, la heroica resistencia ucraniana continúa. A pesar de los constantes bombardeos y ataques con misiles sobre viviendas, escuelas, hospitales e incluso parques infantiles, la mayor parte del pueblo ucraniano rechaza una capitulación ante el agresor genocida.

La propuesta de «Cese del fuego» de Trump, con la que sigue chantajeando al gobierno burgués semicolonial de Zelenski, es una maniobra para imponer la capitulación de Ucrania, su aceptación de la división del país y una dominación colonial para que Estados Unidos saquee sus reservas minerales, energéticas y nucleares.

Toda la hipocresía de los partidos estalinistas que apoyaban la invasión rusa en nombre de «la lucha contra el imperialismo», ahora se desmorona con el apoyo de Trump a los intereses y exigencias del agresor Putin.

El imperialismo europeo, que no renuncia a obtener su tajada de dicha colonización, se muestra “solidario y compasivo” mientras sigue con su ayuda militar a cuentagotas a Ucrania y comprando gas y petróleo a Rusia, con que financia la máquina militar de Putin. Una ayuda parcial e interesada con la que impide realmente, no sólo alguna ofensiva serie sino la propia defensa antiaérea ucraniana, facilitando en los hechos miles de muertos y heridos civiles. Es evidente, que también quiere evitar a toda costa, una victoria de las masas ucranianas sobre Putin.

¡No hay paz con anexiones! ¡Armas para la resistencia de Ucrania! ¡Derrota a la invasión de Putin! ¡Llamamos a los trabajadores del mundo a rodear de solidaridad a la clase obrera ucraniana que enfrenta al imperialismo! ¡Por la unidad e integridad territorial de Ucrania! ¡Ninguna confianza en el gobierno de Zelensky!

¡En defensa del medio ambiente!

Hoy en día, la catástrofe medioambiental  en curso, está cada vez más presente en la conciencia de sectores más  amplios de las masas. Los desastres climáticos, como las inundaciones en Valencia (España) y Rio Grande do Sul (Brasil), los incendios en América Latina y Los Ángeles, las altas temperaturas, están demostrando las predicciones  sobre las que los científicos llevan años advirtiendo.

El capitalismo está destruyendo la naturaleza, imponiendo una ruptura metabólica entre su crecimiento desenfrenado y los elementos naturales. El último informe del IPCC indica que los últimos tres años han sido los más calurosos desde la era preindustrial. Esto amenaza a la mayor parte de las formas de vida en la Tierra, porque los organismos y los ecosistemas no pueden adaptarse a estos cambios climáticos. Ya hay varios puntos de no retorno en el horizonte en las próximas décadas que, una vez superados, determinarán retrocesos irreversibles en el medio ambiente.

Ninguna de las propuestas reformistas capitalistas en las reuniones promovidas por los gobiernos burgueses ha surtido efecto, porque no existe solución a la crisis medioambiental dentro del capitalismo. Esto se debe a la simple razón de que el capitalismo se mueve por los beneficios y su acumulación desenfrenada implica la destrucción tanto de la vida de los trabajadores como de la naturaleza.

No existe una transición energética real bajo el control de los gobiernos imperialistas. La única forma de salvar el planeta es a través de una revolución socialista.

¡Todo el apoyo a todas las luchas concretas en defensa del medio ambiente! ¡Por la nacionalización bajo control de los trabajadores de todas las industrias contaminantes! ¡Por una verdadera transición energética bajo control de los trabajadores!

¡Socialismo o barbarie!

En este Primero de Mayo, apoyamos cada una de las luchas de los trabajadores por sus reivindicaciones de empleo y salario, así como las luchas contra las opresiones sobre las mujeres, LGBTQIs, negros, inmigrantes e indígenas. Luchamos para liberar todos los presos por los gobiernos burgueses por defender  los trabajadores!

Es la unificación de estas luchas contra los gobiernos de turno, ya sean de ultraderecha o de conciliación de clases, lo que puede llevar a una ofensiva de las masas.

La barbarie está creciendo en el mundo. ¡Esto actualiza la disyuntiva socialismo o barbarie! En este Primero de Mayo, queremos proponer a los activistas de las luchas de todo el mundo, que defiendan junto a nosotros una revolución socialista, que es la única alternativa real contra la barbarie capitalista.

Solo una revolución socialista puede abrir el camino para la construcción de otro Estado, distinto y opuesto a los Estados burgueses. Un nuevo Estado, una democracia obrera, con democracia para la mayoría —la clase trabajadora — y represión para la minoría —la burguesía y sus apoyos—.

Un gobierno de las y los trabajadores que pueda planificar la economía para responder a las necesidades sociales, acabando así con el hambre y la miseria. Un gobierno obrero que acabe con todas las formas de opresión. Un gobierno al servicio de los trabajadores, que haga también una revolución en la producción, para lograr la preservación y reparación del medio ambiente.

Invitamos a las y los activistas que nos lean, a integrarse con nosotros en los partidos revolucionarios de la Liga Internacional de los Trabajadores, para construir juntos/as el camino hacia esa revolución socialista mundial que es urgente llevar a cabo, para acabar con la explotación, la opresión y la barbarie del imperialismo capitalista.

Lea también