El acuerdo de alto el fuego no garantiza la paz ni la autodeterminación palestina

Por: SI de la LIT-CI
El 10 de octubre, el gobierno israelí aceptó la propuesta de alto el fuego de Trump negociada con Hamás, y mediada también por Egipto y Catar.
La propuesta prevé:
-Un alto el fuego permanente.
-La entrada regular de ayuda humanitaria (alimentos, medicamentos, combustible, etc.).
-El intercambio de 48 prisioneros israelíes (20 de los cuales están vivos) por 250 presos políticos palestinos condenados a cadena perpetua y 1700 palestinos detenidos en los últimos dos años.
– Retirada de las tropas israelíes para mantenerlas en el 53 % del territorio de Gaza.
Otros puntos previstos en el plan de «paz» anunciado por el presidente Trump y Netanyahu el 29 de septiembre se negociarán en una segunda fase. Son los siguientes:
-Desarme de Hamás y exilio de sus miembros que no acepten la rendición.
-Creación de un «consejo de paz» liderado por Trump y el criminal de guerra Tony Blair para supervisar Gaza y su reconstrucción.
-Ocupación de Gaza por una fuerza militar multinacional que, gradualmente y de acuerdo con Israel, sustituirá a las tropas israelíes.
El sionismo no ha logrado derrotar la resistencia palestina con el genocidio, y no lo debe lograr con la diplomacia
Hay mucha información contradictoria, pero por lo que sabemos hasta ahora, el comando de Hamás en Gaza no está de acuerdo con los puntos previstos en la «segunda fase» del plan. Por eso se han pospuesto para una segunda fase. No aceptan el desarme de sus miembros, ni la ocupación de Gaza por ninguna fuerza extranjera, ni un consejo de extranjeros para gobernar Gaza. También se han negado a entregar el mapa de los túneles de Gaza. Al parecer, entienden que lo que Israel no ha conquistado por la vía militar, no debe concederse por la vía diplomática.
Por su parte, el comando de Hamás en el extranjero, bajo intensa presión de Qatar y Egipto, se inclina más por seguir las negociaciones sobre la «segunda fase». Pero como la fuerza de Hamás proviene de Gaza, en general es el comando local el que tiene la última palabra, y es posible que sea así ahora.
Hay fuerzas de la Resistencia que ya han rechazado el plan, como la Yihad Islámica Palestina, que es la segunda fuerza en número.
La conclusión de la primera fase del acuerdo de alto el fuego implicó concesiones importantes a Israel, como la entrega de todos los prisioneros israelíes y la ocupación sionista del 53 % de Gaza. Estos prisioneros israelíes son un factor militar importante en el estado actual de la guerra y entregarlos sin que Israel se retire completamente de Gaza es una concesión muy importante.
Para los dirigentes de Hamás, el intercambio de todos los prisioneros de una sola vez ya había sido decidido por la organización. Y la ocupación de Gaza ya supera el 60 % del territorio. Pero el alto el fuego permanente, la entrada de ayuda humanitaria y la liberación de los presos palestinos son necesidades de la población palestina y representan un alivio para la sufrida población de Gaza, que ha sido objeto de dos años de genocidio.
Por eso, el sentimiento de los palestinos de Gaza es de gran alegría, que se celebra en todas partes del territorio.
La mayoría de los israelíes siguen siendo sionistas, pero apoyan el alto el fuego
La población israelí sigue siendo mayoritariamente sionista, es decir, a favor de la colonización de las tierras palestinas con la expulsión o eliminación de los pueblos nativos. Pero una serie de factores han hecho que la continuación de la guerra en Gaza sea impopular. En primer lugar, hay un cansancio con la guerra y sus efectos: la economía en recesión, el abrumador aislamiento internacional y los riesgos del alistamiento militar (alrededor de mil soldados israelíes murieron, la mitad el 7 de octubre de 2023 y la otra mitad a lo largo de la agresión militar). Esto permitió que las familias y amigos de los presos israelíes lideraran importantes movilizaciones a favor del alto el fuego.
Por su parte, el gobierno de Netanyahu tuvo que doblegarse ante su jefe, el imperialismo estadounidense. Según los medios imperialistas, Trump pasó a exigir a Netanyahu el alto el fuego tras el desastroso ataque militar de Israel a Qatar. (1) Los ministros kahanistas (extrema derecha) criticaron la medida, pero aceptaron el alto el fuego. Netanyahu, cauteloso, ya ha conseguido el apoyo del líder de la oposición sionista liberal Yair Lapid para mantenerse en el gobierno en caso de que la extrema derecha se retire.
Trump y la presión internacional
Trump desempeñó un papel decisivo al obligar a Netanyahu a firmar el alto el fuego. Lo hizo debido a la enorme presión internacional procedente de las calles, las universidades y los eventos culturales y deportivos de todo el mundo. Esta ola de solidaridad con Palestina obligó a los gobiernos a adoptar medidas simbólicas como el reconocimiento del Estado de Palestina, aislando a Estados Unidos y su apoyo político y militar incondicional a Israel. Esta solidaridad alcanzó algunos picos, como las dos huelgas generales en Italia, la manifestación de 250 000 personas en La Haya y de un millón en Roma, y una flotilla de 42 embarcaciones rumbo a Gaza.
Es esta ola de solidaridad, combinada con las operaciones de la resistencia palestina en Gaza, la que ha obligado a Trump a presionar a Israel para que declare un alto el fuego, con el fin de intentar imponer su plan colonial sobre Gaza por otros medios, buscando la rendición de los líderes de la resistencia en Gaza y la desmovilización de la solidaridad con el pueblo palestino en las calles de todo el mundo.
No hay garantía real de paz
La conclusión de la segunda fase de las negociaciones es un interrogante, ya que no hay acuerdo sobre las exigencias israelíes de desarme de la resistencia palestina, la gestión internacional de Gaza o la ocupación militar extranjera. Los palestinos quieren el fin de la ocupación de Gaza, un gobierno fruto del consenso de las fuerzas palestinas y el fin del asedio a Gaza. También quieren el fin de la colonización sionista en Cisjordania. Esto nos lleva a dos escenarios posibles:
1. La reanudación total de la agresión genocida israelí tras el intercambio de prisioneros, como hizo Israel al romper el alto el fuego firmado el pasado mes de enero.
2. Extender a Gaza el mismo trato que se da a Cisjordania: agresiones militares a menor escala, rupturas del alto el fuego, como las que Israel lleva a cabo en el Líbano y Siria, combinadas con la posible creación de colonias sionistas en Gaza y el obstáculo a la entrada de ayuda humanitaria.
Obviamente, existen muchas otras hipótesis. Habrá que ver cómo se desarrolla la realidad en este complejo escenario en el que se combinan:
-Un plan colonial imperialista sobre Gaza, mucho peor que el desastroso Acuerdo de Oslo de 1993
-Su acogida con alivio por parte de las masas palestinas en Gaza, debido al alto el fuego.
-Un apoyo masivo internacional sin precedentes en términos históricos a la resistencia palestina
-Las distintas expectativas para la segunda fase de las negociaciones entre la resistencia palestina y el gobierno de Netanyahu
¡No al plan colonial de Trump! ¡Mantengamos la solidaridad con la resistencia palestina!
Compartimos el sentimiento de alivio del pueblo palestino por el alto el fuego. Pero la experiencia demuestra que ningún pueblo oprimido puede creer en Trump ni en ningún imperialismo. Este plan pretende imponer una derrota a los palestinos que el sionismo no ha conseguido ni siquiera con todo el genocidio apoyado por el imperialismo.
Es necesario mantener la solidaridad internacional por la desocupación de las tierras palestinas, por el fin del asedio a Gaza, por el castigo a Netanyahu y sus asociados por el crimen de genocidio. La única solución real para alcanzar la paz es la derrota del Estado sionista de Israel y la construcción de un único Estado palestino, libre, laico y soberano.
¡No al plan colonial de Trump! ¡Palestina libre, desde el río hasta el mar!