Contratos, masacres laborales y huelgas: la palabra a los ferroviarios
Nos reunimos con Ivan, compañero ferroviario y activista del sindicalismo de base, para hablar sobre las condiciones de los trabajadores ferroviarios.
Entrevista de Fabiana Stefanoni
Ivan, la masacre de Brandizzo ha puesto de relieve la dramática realidad que miles de trabajadores ferroviarios se ven obligados a sufrir, en particular en el ámbito de las adquisiciones. ¿Cuáles crees que son las principales causas de esta trágica historia?
Se trata de un modelo sistémico. Hace unas décadas, en los ferrocarriles trabajaban 200.000 empleados con contratos FS; hoy quedan alrededor de 80.000. Todos los demás procesos se han vendido al sistema de adquisiciones, es decir, a un sinfín de empresas externas, a menudo organizadas según un modelo cooperativo para pagar incluso menos impuestos, que llevan a cabo las mismas tareas con contratos de hambre y menos protecciones, con un fuerte poder de chantaje a los trabajadores, en el mejor de los casos vinculado a la duración del contrato y, por tanto, despedido en cualquier «eventual» renovación. Además, el contrato se consigue al precio más bajo posible y por tanto el trabajador que no se presta a la máxima explotación «pone en riesgo» la posibilidad de que todos los demás obtengan nuevamente el encargo y el trabajo. Todo esto crea un mecanismo por el cual el trabajo se convierte en una luz guía y las personas hacen todo lo posible para mantenerlo, a menudo incluso poniendo en riesgo su propia salud. El hecho de que muchas veces existan normas estrictas que protegen en el papel la salud y la seguridad de quienes trabajan no exime a la empresa cliente y mucho menos al Gobierno (propietario de la empresa), porque son ellos quienes imponen un modelo de explotación que conlleva en sí riesgos notorios.
¿Crees que las direcciones de los principales sindicatos del sector -me refiero en particular a los sindicatos confederales- también tienen responsabilidad?
Incluso los grandes sindicatos confederales, firmantes de CNNL y varios acuerdos, no son inocentes, ya que primero permitieron el desmembramiento de FS en una miríada de subempresas y luego el asalto del modelo de contratación/cooperación que ahora ni siquiera ellos pueden controlar más. De hecho, todo esto ha sido previsto y firmado por estos señores en los últimos cinco CCNL.
¿Fue la de Brandizzo una tragedia anunciada?
Todas estas son atrocidades que nosotros, los trabajadores ferroviarios, por así decirlo, «no alineados» denunciamos desde hace años.
Entonces sí, ¡es una tragedia anunciada!
Este verano tú organizaste una huelga nacional del sector ferroviario que en parte fue requerida por el ministro Salvini. ¿Puedes contarnos qué pasó?
En resumen, el ministro creía que hacía demasiado calor para ir a la huelga… o más bien que hacía demasiado calor para impedir que la gente fuera a la playa. Puede parecer cómico pero es la clara señal de una deriva reaccionaria que humilla el derecho de huelga y la dignidad de quienes trabajan, ignorando las necesidades y peticiones de las trabajadoras y los trabajadores, en nombre del populismo y de la «razón de Estado» (que luego, en este caso, es la razón de los establecimientos balnearios y de los hoteleros).
Es la primera vez que ocurre algo de este tipo en tu sector laboral o incluso gobiernos anteriores han intentado cuestionar el derecho de huelga (derecho que, vale recordar, ya está sujeto a fuertes limitaciones en Italia en virtud de las leyes antihuelga)?
Ya sucedió en el pasado; recuerdo preceptos para eventos naturales y uno también para la concomitancia con Expo. El «por el calor» de Salvini es quizás el menos creíble y probablemente también el que más llegó al borde de la huelga, lo que generó gran confusión. No nos olvidemos que se trata de un ministro encargado de bloquear los barcos de personas desesperadas que llegan del África, que no sabe nada de transportes y mucho menos de ferrocarriles. Realmente esperamos que los trabajadores ferroviarios lo recuerden, dentro y fuera de los colegios electorales.
Lamentablemente, en este momento no tenemos fuerzas para hacer huelga en caso de medidas cautelares, desafiando las sanciones (que son muy duras debido a la interrupción del servicio público). En esencia, hoy el gremio no está preparado para correr estos riesgos, pero los tiempos cambian y podría suceder en el futuro.
La situación en Italia hasta la fecha no muestra un aumento significativo del conflicto de clases. Sin embargo, están llegando señales positivas de otros países europeos. En particular, en 2023 hubo huelgas importantes y radicales de trabajadores ferroviarios en Francia, Alemania y Gran Bretaña. ¿Qué opinas?
Creo que en Italia existe un conflicto de clases, en mil disputas a menudo aisladas por los medios de comunicación y deliberadamente suavizadas por los abanderados confederales. Lo que falta por completo es, en todo caso, la conciencia de clase, según la cual cada disputa se consume en una batalla económica, a menudo sin considerar que no se puede vencer realmente sin arañar los cimientos de un sistema que basa su existencia en la explotación y la desigualdad de la riqueza.
En verdad, creo que esta conciencia aún no está madura ni siquiera en otros países europeos, como lo demuestra el hecho de que ellos también han permitido que gobiernos de mierda tomen el poder ahora, y esto viene sucediendo, como entre nosotros, desde hace décadas. Sin embargo, está claro que las disputas y luchas sobre cuestiones fundamentales como las pensiones o los niveles salariales en otros países europeos están dando lugar a luchas trascendentales, a las que contribuyen de manera decisiva los trabajadores ferroviarios ingleses, alemanes y franceses, lo que nos llena de orgullo y nos da un poco de envidia.
Esta diferencia con la situación italiana –donde, incluso en los ferrocarriles, la participación en huelgas y movilizaciones en general ha disminuido en los últimos años– se debe, creo, sobre todo al papel diferente de los sindicatos confederales, que en Italia son ahora orgánicos a los mecanismos de poder y muchas veces de gestión de las empresas, por lo que desempeñan una función de defensores del propio sistema.
Esto ocurre en particular en el caso de las empresas de propiedad o controladas por el Gobierno, en particular los ferrocarriles, donde la concertación entre el sindicato y la empresa genera la totalidad de la gestión de la empresa; cosas que los trabajadores ferroviarios conocen bien y a veces por eso mismo apoyan, porque lo consideran un modelo eficiente de interlocución e interacción con la empresa. Un oportunismo que ha frenado incluso la indignación por la masacre de Brandizzo (y las muchas otras muertes anteriores en las vías) y que, sobre todo, frena las movilizaciones que hoy son cada vez más necesarias. Nuestro objetivo prioritario es precisamente combatir esta actitud, intentando socavarlo también en vista de la próxima batalla por la renovación de CCNL; porque si el gremio fuese decidido y compacto tendría la fuerza para bloquear el país y poner de rodillas a cualquier gobierno.
Artículo publicado en www.partitodialternativacomunista.org, 14/9/2023.-
Traducción: Natalia Estrada.