Argentina | Sigue la lucha en Jujuy
A fines de junio se produjo el jujeñazo, una gran movilización que combinó la lucha por las reivindicaciones salariales de los docentes y trabajadores estatales con una lucha democrática contra la nueva constitución propuesta por el gobernador Gerardo Morales y votada por la legislatura provincial, y la lucha antimperialista, contra el saqueo de los recursos naturales (el litio) y sus consecuencias de destrucción de la naturaleza y el medio de vida de miles de campesinos pertenecientes a los pueblos indígenas de la región. La lucha continúa y, al mismo tiempo, nos deja importantes lecciones[1].
Alejandro Iturbe
La primera de ellas es que las dos coaliciones políticas en que se ha dividido la burguesía argentina (la peronista Unión por la Patria, actualmente en el gobierno nacional, y la oposición de derecha de Juntos por el Cambio, a la que pertenece el gobernador de Jujuy, son dos variantes de lo mismo. Es decir, mantener a la Argentina sometida al FMI y el imperialismo, entregar los recursos naturales para su saqueo y reprimir las protestas obreras y populares contra esa situación y sus consecuencias.
Así lo mostró que, el año pasado, votaran juntos en el Parlamento el servil acuerdo con el FMI que, para su aprobación, ¡fue traducido verbalmente de su original en inglés por el ministro peronista Guzmán! O el hecho de que la bancada peronista provincial de Jujuy haya ayudado a aprobar la reforma constitucional entreguista y represiva de Gerardo Morales.
En ese marco de sumisión y entrega, la extracción de petróleo y gas y el desarrollo de la gran minería (especialmente del litio) han cobrado una importancia central. No solo por el valor estratégico del litio para el imperialismo, sino también porque le ofrece a esa burguesía “nacional” un espacio para obtener una tajada minoritaria que le permita sobrevivir y enriquecerse, manteniendo la sumisión y la entrega.
Así, todo se pone en función de ese proyecto. Por ejemplo, la extracción de petróleo y gas del yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén, un gigantesco yacimiento de hidrocarburos (al costo de destruir la naturaleza con el fracking), se pone al servicio de la extracción de litio a través de la gran minería, a lo largo de la Cordillera de los Andes. Incluso, ahora se ha construido el gasoducto Néstor Kirchner que fluye de Neuquén hacia el norte y se lo quiere conectar con la “reversión” del Gasoducto Norte (que también fluiría hacia el norte del país) para abastecer de gas las minas de extracción de litio[2].
La gran beneficiaria de esta “reversión” es la empresa TGN, propiedad de un conglomerado de inversores argentinos, con mucho peso en el transporte de gas en el país y en el Mercosur[3]. En el caso de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner el gran ganador es el grupo Techint, propiedad de la familia Rocca. Techint es uno de los grandes conglomerados “nacionales”, con mucho peso en siderurgia, transporte ferroviario y construcción de infraestructura[4]. Para esa obra, Techint fue favorecida con condiciones de contratación que violan la legislación laboral argentina.
Al mismo tiempo, Techint siempre ha tenido un peso decisivo en las políticas de todos los gobiernos burgueses de las últimas décadas (sean de “derecha” o “nacionales y populares”). Un peso que se mantendrá, gane quien gane las próximas elecciones, porque la familia Rocca tiene pleno control de la poderosa UIA (Unión Industrial Argentina)[5].
Otras lecciones de la lucha jujeña
El jujeñazo se enfrentó contra esta unidad del imperialismo, las grandes empresas argentinas y sus agentes políticos nacionales. Fue la lucha más importante en el país desde que, en diciembre de 2017, grandes movilizaciones en todo el territorio se opusieron al proyecto del gobierno de Mauricio Macri de reforma jubilatoria y enfrentaron una durísima represión. Fue una lucha en la que los militantes del PSTU Sebastián Romero (el “obrero del mortero”) y Daniel Ruiz emergieron como figuras destacadas y, por eso, fueron perseguidos y encarcelados por la justicia argentina[6].
Además de las enseñanzas políticas a las que ya nos hemos referido, el jujeñazo dejó lecciones del desarrollo de la propia lucha. Fue un proceso surgido de la rebelión de las bases contra las burocracias sindicales y desde la autoorganización. Mostró la unidad de los trabajadores urbanos (e incluso la participación de destacamentos de obreros mineros) con los pueblos de campesinos indígenas. Al tener que enfrentar una durísima represión, avanzó en la autodefensa de la lucha e incluso en la política de intentar desmoralizar y quebrar la base de las fuerzas represivas.
El jujeñazo forzó un paro de la burocrática CGT jujeña y un paro nacional de los docentes y los trabajadores estatales. Si no hubo un paro general en todo el país fue por la traición de los dirigentes de la CGT nacional.
Entre sus debilidades estuvo que no logró conformar organismos de centralización de la lucha y, lo que explica esto último, la ausencia de una dirección revolucionaria dispuesta a ir al fondo de la pelea y disputar el poder en la provincia y en el país.
La situación actual
En ese marco, si bien la lucha no mantuvo su pico más alto, no se ha detenido. Continúa el conflicto de los docentes por el salario, y un grupo de ellos ha iniciado una huelga de hambre en el centro de la capital provincial, que sirve como referencia de organización de los activistas. Algo similar se produce en la vecina provincia de Salta[7].
En Jujuy, el pico de lucha se ha trasladado al interior de la provincia: la presión de la población obligó a nueve concejos municipales a votar por la derogación de la nueva constitución provincial. En Humahuaca, en plena cordillera, la gente tomó el edificio municipal[8]. Además, piquetes de las comunidades siguen cortando varias autopistas y cruces internacionales.
Lo cierto es el que el jujeñazo no solo cambió la realidad de Jujuy sino que impactó con fuerza en todo el país. En un año de elecciones presidenciales, en el que las dos coaliciones burguesas (Unión por la Patria y Juntos por el Cambio) dirimirán quién de ellas va a administrar la entrega del país y los ataques al pueblo argentino, el jujeñazo puso sobre la mesa no solo las verdaderas necesidades los trabajadores y las masas sino también la lucha como camino para enfrentar esa entrega y sus consecuencias. Por eso, generó una gran oleada de simpatía en la clase obrera y el pueblo pobre en todo el país.
El PSTU, sección argentina de la LIT-CI, reivindica la necesidad de profundizar este camino. Al mismo tiempo, intervendrá en las elecciones con candidaturas en las listas del FIT-U, coalición de diversas organizaciones de izquierda a la que critica precisamente por poner el centro de su militancia en la actividad electoral y parlamentaria y no en el impulso de las luchas.
El “perfil político” del PSTU es el representado por figuras como Sebastián Romero y Daniel Ruiz (aunque ellos no sean candidatos). Utilizará su participación electoral para explicar que la salida para el país requiere una revolución de los trabajadores y el pueblo para liquidar el saqueo imperialista y el pago de la deuda al FMI. Que eso solo se logra expropiando a las grandes empresas multinacionales y “nacionales” (las que mandan sobre Morales y el peronismo, y dictan su Reforma Constitucional). Para eso, es necesario un proyecto de país opuesto al capitalismo dependiente y subordinado al imperialismo. Un proyecto que solo puede ser el de una Argentina Socialista, sin FMI ni capitalistas, construido por un gobierno obrero y popular.
Estas propuestas y este programa deben agitarse en aquellos lugares en que la fuerza del partido lo permita, y realizar una tarea sistemática de propaganda sobre la vanguardia obrera y luchadora.
[1] https://litci.org/es/declaracion-hagamos-una-gran-campana-de-apoyo-a-la-lucha-del-pueblo-de-jujuy/
[2] [2] TGN creó una nueva empresa para llevar gas desde Vaca Muerta a los proyectos de litio en la Puna • EconoJournal
[3] https://www.bnamericas.com/es/perfil-empresa/transportadora-de-gas-del-norte-sa#:~:text=TGN%20est%C3%A1%20bajo%20el%20control,principales%20est%C3%A1n%20en%20Buenos%20Aires.
[4] Rocca y Mindlin, los grandes ganadores con el gasoducto (letrap.com.ar)
[5] Techint manda y el poder económico es de Rocca | Corrió a los negociadores y se quedó con todos los cargos de peso en la Unión Industrial (UIA) | Página|12 (pagina12.com.ar)
[6] Ver, entre otros artículos https://litci.org/es/el-macrismo-no-pudo-doblegar-al-pueblo-trabajador/
[7] https://www.periodicolea.com.ar/2023/07/10/docentes-realizan-una-huelga-de-hambre-por-reclamo-salarial/
[8] https://www.tiktok.com/@penkreloaded/video/7250621139154783494