Argentina: lo que nos dejó el #8M

El 8M en el mundo entero no fue una fecha más. Cientos de miles de mujeres verdaderamente hicimos temblar las calles . Y es que nuestra situación no se aguanta más: violencia hacia nuestras pibas, femicidios e impunidad para agresores y violadores, salarios que nunca son iguales a los de nuestros compañeros varones y una larga lista que provoca que cada día seamos más las que salimos a pelearla.
Por Lucha Mujer-Argentina
En Argentina, las ciudades se llenaron de una enorme marea verde y violeta, que se concentró principalmente en la histórica Plaza de Mayo. Muchos compañeros de trabajo y estudio también nos acompañaron porque van entendiendo que al machismo también ellos deben combatirlo.
Sin embargo, el Paro de Mujeres solo tuvo alguna fuerza en dependencias estatales y docentes, allí donde los gremios mayoritarios convocaron. En otros lugares, tuvimos que conformarnos con salir corriendo del trabajo o con algún permiso “especial”.
Las obreras fabriles, las precarizadas, las amas de casa, quienes trabajan en el día a día y si no trabajan, no comen, esas no pudieron ser parte de la cita. ¡Que distinto hubiera sido el panorama si las Centrales Sindicales como CGT hubieran llamado a la Huelga General por todas nosotras! Muy lejos de eso, siguen negociando nuestras vidas a cambio del dinero de las obras sociales o de migajas que de nada sirven para los trabajadores.Tenemos motivos de sobra para pelear por la Huelga General.
Pero las dirigentes principales del Movimiento de Mujeres, kirchneristas y del PJ, tampoco lo exigieron a la CGT y las CTAS donde tienen peso.Por el contrario, en los pocos lugares donde las mujeres pudimos parar, nuestros propios compañeros fueron obligados a realizar nuestras tareas y así, las patronales y el Gobierno, apenas sintieron el golpe. Incluso hubo empresas que dejaron ir a las mujeres antes de tiempo, ya que sus compañeros las cubrían. A ellos lo único que les duele es su bolsillo, no la vida y los derechos de las mujeres trabajadoras.
Por eso, y a pesar de las multitudinarias movilizaciones, poco y nada ha cambiado. Tenemos que lograr que nuestros compañeros de cada fábrica, cada escuela o universidad, cada oficina o de cada casa se ponga al hombro junto a nosotras, la pelea por nuestra vida y nuestros derechos. Y salir a luchar todos juntos contra el gobierno de Macri, el Gobierno del ajuste y la represión, de los tarifazos y el hambre, de los despidos y flexibilización laboral. Juntos y en las calles, parando todo, es la única manera de conquistar los derechos que necesitamos.