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Siria

Acuerdo entre el gobierno de la HTS y los kurdos

abril 12, 2025

En marzo, Ahmad al-Sharaa, líder de la HTS (Organización para la Liberación del Levante) y presidente de Siria luego del derrocamiento de la dictadura de al-Assad, se reunió con Mazlum Abdi, comandante de las FDS (Fuerzas Democráticas de Siria), la fuerza armada de los kurdos en Siria. En esa reunión se establecieron las bases de un acuerdo por el cual las FDS se sumarían a la formación de un ejército sirio unificado como el principal paso de la integración de los kurdos de Siria en las instituciones de ese Estado. Mark Rubio, secretario de Estado de EE.UU., expresó la “satisfacción” de su país por este acuerdo[1]. En el contexto de la actual situación siria, ¿cuál es el significado de este acuerdo?

Por Alejandro Iturbe

Para responder a esta pregunta, es necesario ver la combinación de dos procesos: la situación actual de Siria y lo sucedido con los kurdos en ese país desde 2011.

En enero pasado, una coalición de fuerzas derrocó el régimen dictatorial de Bashar al-Assad, luego de más de una década de un complejo y durísimo proceso de guerra civil en el que también intervinieron tropas de varios países extranjeros. Caracterizamos este hecho como el triunfo de un proceso de revolución democrática del pueblo sirio[2].

En esa ofensiva militar, la principal fuerza rebelde fue una columna de 20.000 combatientes liderada por la HTS, una organización de ideología islamista sunita, surgida a inicios de 2017 de la fusión de varias organizaciones similares, con el objetivo de derrocar el régimen de Al-Assad. La HTS fue ganando un peso creciente en la lucha contra el régimen, tanto por su capacidad militar como por el debilitamiento de las fracciones laicas, duramente perseguidas y reprimidas por Al-Assad[3].

Una columna menor salió de la ciudad de Deraa en el sur del país (cerca de la frontera con Jordania). El ejército de al-Assad retrocedía hacia Damasco sin dar combate mientras en los barrios obreros y populares de esta ciudad se extendían los levantamientos de masas que tomaron las cárceles, liberaron a miles de presos políticos, comenzaron a tomar represalias contra los militares del régimen, y a marchar hacia el centro de la ciudad.

En ese momento, renunció Bashar Al-Assad y huyó en avión hacia Moscú, donde Putin le dio asilo político. Los militares del régimen trataban de huir como podían. Lo mismo hacían otros agentes del al-Assad.

El gobierno de la HTS

En ese contexto, se instaló un gobierno presidido por Ahmad al-Sharaa, integrado solo por ministros de la HTS y asentado sobre sus milicias. Es un gobierno qu surge como resultado de un triunfo revolucionario de las masas, que se sienten fortalecidas y tienen la voluntad de lograr sus aspiraciones democráticas, económico-sociales, y de apoyo al pueblo palestino contra Israel. El nuevo gobierno ha ganado prestigio por haber encabezado la lucha contra al-Assad y genera expectativas en las masas, pero no tiene un “cheque en blanco”.

En un reciente viaje a Siria, Fábio Bosco, militante de la LIT-CI, nos da una visión directa del estado de ánimo del pueblo de Damasco[4]. Lo describe como de “efervescencia” en el que “todo el mundo discute cada paso del gobierno”.

También destacó la pobreza y las penurias que pasa la población. Si bien ha mejorado el abastecimiento y bajado un poco el precio de los alimentos, el funcionamiento de la economía y la infraestructura es muy precario: sólo hay electricidad muy pocas horas al día y el precio de la gasolina para vehículos y uso familiar es el doble que en el Brasil o en la Argentina.

Frente a esta situación, el gobierno de la HTS quiere reconstruir una economía capitalista en Siria, integrada a los mercados mundiales y, en ellos, tener un “lugar bajo el sol”. Ya ha anunciado que tendrá “relaciones tranquilas” con el imperialismo estadounidense, Turquía, Irán, Arabia Saudita, Qatar, Rusia y China, en la búsqueda de inversiones para “reconstruir” el país. Por ello, esa reconstrucción no tendrá como objetivo la satisfacción de las urgentes necesidades de las masas. 

Al mismo tiempo, ya ha dicho que (a pesar del ataque israelí que destruyó completamente la capacidad militar aérea siria[5]) va a mantener el cese de fuego en los Altos del Golán, anexados por Israel en 1973. Este territorio tiene una ubicación estratégica porque domina desde lo alto la unión entre Siria, Líbano y Cisjordania. En otras palabras, al igual que al-Assad, le va a dar la espalda a la lucha pueblo palestino contra el Estado sionista, en contra del sentimiento ampliamente mayoritario del pueblo que quiere solidarizarse y apoyar activamente esa lucha[6].

Por otro lado, el gobierno de la HTS solo expresa una parte de la compleja combinación de fuerzas sociales, políticas y militares que participaron en la lucha contra al-Assad. En este sentido, sigue habiendo varias regiones del país que son controladas por otras organizaciones con sus propias milicias.

El proyecto de la HTS es reconstruir el Estado burgués sirio con un régimen bonapartista y ultracentralizado. Con ese objetivo, pretende redactar y aprobar una nueva Constitución sin participación popular, y recién convocaría a elecciones en cuatro años. Un proyecto que choca de frente con las aspiraciones democráticas de las masas.

Para llevarlo a cabo, la HTS necesita reconstruir un ejército sirio fuerte y unificado sobre el que pueda asentar ese régimen (el ejército assadista fue destruido por la revolución). Este es el objetivo en el que se encuadra el acuerdo con las FDS kurdas.

Un hecho ocurrido en febrero pasado ha tensado aún más la situación: la justificada represión al levantamiento de un grupo armado de ex militares assadistas degeneró en una sucesión de masacres sectarias contra la población alauita[7].

El largo camino de los kurdos en Siria

Hemos dedicado numerosos artículos al pueblo kurdo[8]. En ellos, analizamos que se trata de una nacionalidad de 40 millones de personas a la que siempre se le impidió tener su propio Estado-Nación con base en su territorio histórico (el Kurdistán). Desde 1923, el pueblo kurdo y su territorio histórico quedaron divididos en cuatro países (Turquía, Irán, Irak y Siria) en los que siempre han sido una minoría oprimida y discriminada y han luchado contra esa discriminación y por tener su propio Estado unificado. La posición de la LIT-CI siempre ha sido reconocer y defender su derecho de separar sus territorios históricos de los Estados en que lo dividieron para constituir su propio Estado independiente como la única forma de ejercer su autodeterminación y reunificarse

En Siria viven unos 2.000.000 de kurdos, ampliamente mayoritarios en una región pequeña del norte del país (unos 15.000 km2) que llaman Rojava. Está compuesta por tres cantones (Afrin, Jezira y Kobane) y es limítrofe con Turquía al norte e Irak al este.

Las autoridades de esos cantones eran designadas por el gobierno central, que controlaba la infraestructura, los bancos y la mayoría de las actividades productivas, condenando a Rojava a un nivel de desarrollo económico muy bajo, que obligó a un sector de sus habitantes a migrar a Damasco u otras ciudades de Siria. Al mismo tiempo, su idioma no era reconocido ni se podía enseñar en las escuelas y hasta hace poco tiempo ni siquiera tenían derecho a la ciudadanía siria. Con justicia, consideraban el régimen de al-Assad como enemigo[9].

La organización política de mayor influencia en esta región es el PYD (Partido de Unión Democrática) fundado a inicios del siglo XXI por impulso del PKK, basado en Turquía y dirigido por Abdulah Ocalán[10].  Existen otros partidos menores ligados a sectores burgueses kurdos de Turquía e Irak. A pesar de ser perseguido por el régimen,, el PYD se fortaleció en la clandestinidad.

El 2011, cuando estalló el proceso insurreccional contra la dictadura, fue parte del Organismo Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático. En 2012, se retiró de este organismo con críticas a las organizaciones sirias por no apoyar el reclamo de lograr la autonomía para Rojava.

En 2012, al-Assad inició una durísima y sangrienta contraofensiva (apoyado por tropas y armas de Rusia, Irán y el Hezbolá libanés). Así, pudo retomar un control férreo sobre Damasco e inició durísimos ataques aéreos sobre las principales ciudades dominadas por los rebeldes, como Alepo e Idlib. En ese contexto, el PYD se replegó hacia Rojava. 

La autonomía de Rojava

Concentrado en combates en otras regiones de Siria, el régimen de al-Assad ya no tenía casi presencia militar en Rojava. En ese contexto, a partir de 2012, el PYD, que había formado las milicias YPG (Unidades de Protección del Pueblo), tomó el poder e instaló un gobierno que administraba los cantones de Rojava. Así se constituyó una “región autónoma”, y una especie de Estado Kurdo en ella.

Allí, el PYD pudo aplicar a fondo la concepción del “confederalismo democrático” que Ocalán propuso a inicios del siglo XXI en reemplazo del programa fundacional del PKK (un Kurdistán Unido, Socialista e Independiente). En teoría, se trataba de construir una “democracia de base” que impulsaría una “economía popular” basada en la “solidaridad” e incorporaría como cuestiones centrales el cuidado ecológico y la igualdad de la mujer[11].

El proceso de Rojava llevó a sectores anarquistas a considerar que allí, por primera vez en la historia, se desarrollaba la experiencia práctica de su premisa: no era necesario un Estado para el funcionamiento de la economía y la vida social. En debate con estos sectores, decimos que era falso afirmar que en Rojava no hubiera Estado, ya que el territorio tenía un gobierno centralizado por el PYD que se basaba en una fuerza armada (las YPG).

Al mismo tiempo, sectores marxistas consideraron que en Rojava se estaba construyendo un pequeño Estado obrero, el único existente en el mundo, luego de la restauración capitalista en la ex Unión Soviética, China y otros países. Por eso, había que tomarlo como referencia internacional en la lucha por el socialismo.

Ante esta posición, analizamos que las condiciones objetivas iniciales de Rojava (un nivel de desarrollo muy escaso y dirigido desde el Estado desde la época del dominio sirio) hacían que su economía funcionase de modo muy especial. Agregamos que el gobierno del PYD debía adecuarse a esas condiciones. Pero que su política no era construir un Estado obrero sino una economía capitalista. Definimos a Rojava como un “Estado burgués atípico”[12]

Cabría agregar que la dirección del PYD había establecido, en los hechos, un pacto de no agresión con el régimen de al-Assad: el régimen no atacaba Rojava y el PYD no se sumaba al campo militar rebelde contra él en la guerra civil en curso.

El ataque del Estado Islámico (ISIS)

Esta situación de tranquilidad se vio interrumpida por el proyecto del ISIS de construir un “califato” (un nuevo país) con parte del territorio iraquí que ya dominaba y una parte de territorio sirio (en especial la región petrolera siria (ubicada fuera de Rojava pero cerca de ella)[13].

Con ese proyecto, en 2014 sus fuerzas avanzaron “cortando” y dominando una franja en el medio de Siria. Para consolidar ese dominio, el ISIS necesitaba apoderarse de la ciudad kurda de Kobane. Allí enfrentó una durísima resistencia kurda, con un papel heroico de las mujeres jóvenes, y fue derrotado, en 2015[14].

El ISIS era un “actor que no había sido invitado” al “drama sirio”. El imperialismo estadounidense lo consideró el “principal enemigo en la región” y se propuso liquidarlo. Con ese objetivo, estableció una alianza con el PYD y suministró armas e instrucción militar a las YPG.

Basado en ellas se construyeron las FDS-Fuerzas Democráticas de Siria, a las que se incorporaron algunos sirios no kurdos, para derrotar y desalojar definitivamente al ISIS de Siria. Al mismo tiempo, para que dominaran una parte del territorio sirio mucho más grande que Rojava, Así, las FDS dominaron también la franja que separa los cantones de Afrin y Jezira, la región petrolera cercana a Rojava, y continuaron su avance hacia el sur y el oeste. En su avance hacia el oeste, las FDS también atacaron poblaciones y milicias menores rebeldes.

El PYD se transformó así en el principal aliado de EE.UU. en el complejo panorama sirio. Una política que se profundizó durante la primera presidencia de Donald Trump. El proyecto de Trump era avanzar en un acuerdo con Putin para dividir a Siria en dos territorios separados por el río Éufrates. La parte occidental quedaría bajo dominio del régimen de al-Assad, respaldado por Rusia, Irán y Hezbolá. La parte oriental quedaría dominada por los kurdos, con el apoyo de EE.UU.

Ante esa perspectiva, el régimen turco de Recep Erdogán consideró un gran peligro el establecimiento de un Estado kurdo fuertemente armado en sus fronteras, con profundas conexiones con los millones de kurdos del sur de Turquía. El ejército turco invadió el norte de Siria en 2019 y se apropió de territorios de ese país con el objetivo principal de establecer un “cinturón de seguridad” que separase los territorios kurdos de Turquía y de Siria y, así, dejar aislados entre sí los cantones kurdos de Siria[15].

La operación fue finalmente avalada por Donald Trump, lo que mostró la ceguera estratégica del PYD. Era tácticamente necesario aceptar ayuda militar del imperialismo yanqui para combatir al ISIS. Pero la dirección kurda transformó esa necesidad táctica en una alianza permanente y estratégica. Inevitablemente, Trump los entregó a Turquía, su principal aliado en la región[16]. Turquía completó su ofensiva impulsando la formación de una milicia siria a su servicio (el llamado Ejército Nacional Sirio), que controla esos territorios y ni siquiera dejó de atacar a los kurdos en medio de la ofensiva de diversas fuerzas contra Al-Assad.

Después de la caída de al-Assad

Hemos analizado que el gobierno de la HTS solo expresa solo una parte de las fuerzas sociales y militares que derrocaron a Assad y el apoyo de las masas de la región de Damasco, y en otras ciudades está condicionado. Nos hemos referido a su proyecto de reunificar un Estado burgués sirio con un régimen bonapartista fuerte.

Pero, para lograrlo, necesita tener un sólido ejército unificado que pueda ejercer el control sobre todo el país. Siria sigue hoy fragmentada, con territorios dominados por fuerzas que no responden al gobierno de la HTS: las fuerzas pro turcas en el norte, los drusos en el sur y los focos de rebelión que pueden impulsar los assadistas en la minoría alauita.

En este sentido, la cuestión más importante es el territorio dominado por las FDS y los kurdos (casi 20% de la superficie siria) en el que se encuentran los principales yacimientos petroleros del país.

En su proyecto de estabilizar Siria, el gobierno de la HTS quiere evitar a toda costa un enfrentamiento con las FDS. Además del costo de una nueva guerra interna, sus posibilidades de triunfo militar serían muy pocas ya que las FDS son la fuerza militar más poderosa y mejor armada del país (y la HTS lo sabe). Por eso, para estabilizar el país, les propone este acuerdo que establece “la integración de todas las instituciones civiles y militares de la administración autónoma kurda en el gobierno sirio”.

Pero esa formulación general deja abiertos muchísimos interrogantes. En primer lugar, ¿cómo se incorporarán las FDS a un ejército sirio unificado? ¿Habrá un comando único y se integrarán a él? ¿O será una fuerza armada con “dos brazos”, con sus propios comandos que coordinarán las acciones en común? Lo único que se dice explícitamente es que va a ejercer el “control de los cruces fronterizos, aeropuertos y yacimientos de petróleo y gas”. Ni una palabra sobre cómo actuaría frente a situaciones internas que puedan requerir su intervención.  

En segundo lugar, ¿qué significa la “integración de las instituciones civiles de la administración autónoma kurda en el gobierno sirio”? ¿Esta autonomía se disolverá y la región kurda y el PYD entrarán dentro de las “generales de la ley” de una Constitución siria? En ese caso, para el PYD el significado del acuerdo sería el mismo que el que analizamos cuando Ocalán anunció la disolución del PKK: un cualitativo paso atrás y el abandono definitivo del camino de la lucha para lograr su autodeterminación. Significaría la plena integración al régimen burgués para ver si se obtiene “algo a cambio”. Sería peor aún que lo de Ocalán, ya que el PYD había conseguido una fuerte región autónoma para los kurdos en Siria.

Si, por el contrario, el acuerdo significara el reconocimiento de esa autonomía en la Constitución siria, en el marco de un Estado binacional común, el PYD podría decir que los kurdos de Siria salen beneficiados.

Pero incluso en este caso, este acuerdo consolidaría la política y el proyecto burgués del PYD, que ya no luchaba por un Kurdistán unificado y que ahora deja librados a su suerte a los kurdos de los otros países, en especial los de Turquía.

Queremos dedicar un párrafo final al apoyo del imperialismo estadounidense a este proyecto. EE.UU. y otras potencias mundiales y regionales están profundamente preocupados por el polvorín que permanentemente es la región de Medio Oriente, con focos de conflictos militares en varios países y lugares, con aliados históricos como Israel y Turquía, con serios problemas, y con repercusiones en los propios EE.UU. y Europa, como las grandes movilizaciones de apoyo a Palestina. Necesitan “estabilizar” la región y este acuerdo va en esa dirección. Por eso, la “satisfacción” de Rubio.


[1] https://www.infobae.com/estados-unidos/2025/03/12/eeuu-celebro-el-acuerdo-en-siria-que-permite-la-integracion-de-las-fuerzas-kurdas-al-gobierno-de-ahmed-al-sharaa/ y https://www.reuters.com/world/middle-east/us-nudged-kurds-towards-damascus-deal-troop-presence-comes-into-focus-2025-03-12/

[2] https://litci.org/es/fue-una-derrota-o-un-triunfo-de-las-masas/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[3] https://www.longwarjournal.org/archives/2017/02/hayat-tahrir-al-sham-leader-calls-for-unity-in-syrian-insurgency.php

[4] https://litci.org/es/relato-de-viaje-sobre-la-siria-pos-assad/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[5] https://www.eldestapeweb.com/informacion-general/siria/israel-ataca-bases-militares-e-infraestructuras-en-siria-y-mata-a-milicianos-20254331516

[6] https://www.instagram.com/reel/DIKbrNigaSl/?igsh=MWx2ZmZrc3JwM3FoZw%3D%3D

[7] Los alauitas son una rama del Islam presente en varios países de Medio Oriente. En Siria son minoritarios frente a los sunitas. Pero el hecho de que Bashar al-Assad pertenece a esta rama, hizo que otros alauitas jugaran un papel central en su régimen dictatorial y en el apoyo a este régimen. La mayoría sunita del país, al igual que los cristianos y los laicos, era oprimida y perseguida.

[8] http://litci.org/es/por-que-defendemos-el-derecho-de-los-kurdos-a-tener-su-propio-estado/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[9] https://litci.org/es/sobre-la-lucha-del-pueblo-kurdo/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[10] https://litci.org/es/ocalan-disuelve-el-pkk/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[11] Ver referencia anterior.

[12] https://litci.org/es/rojava-kurdistan-sirio-un-estado-burgues-atipico-parte-1/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[13] https://litci.org/es/un-ano-de-califato-en-irak-y-siria/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[14] https://litci.org/es/la-victoria-del-pueblo-kurdo-en-kobane/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[15] https://litci.org/es/repudiamos-el-ataque-del-ejercito-turco-contra-rojava-kurdistan-sirio/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[16] https://litci.org/es/rojava-kurdistan-sirio-las-alianzas-peligrosas-del-pyd/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

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