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¡A 50 años de su martirio, Ghassan Kanafani presente!

Él fue asesinado a los 36 años de edad en Beirut, Líbano, por la Mossad (servicio secreto israelí), que colocó una bomba en su automóvil.

Por: Soraya Misleh, para Monitor do Oriente, 8/7/2022.-

Este 8 de julio marca el cincuentenario del martirio del periodista, escritor y revolucionario marxista Ghassan Kalafani. Fue asesinado a los 36 años de edad en Beirut, Líbano, por la Mossad (servicio secreto israelí), que colocó una bomba en su automóvil. La explosión sesgó incluso la vida de su sobrina, aún niña. Su muerte, no obstante, no pudo callar su voz. Más allá del rico legado dejado con su producción literaria, elaboraciones políticas, discursos y entrevistas, Kanafani está eternizado en cada palestino y palestina que no se doblega y preserva sus enseñanzas rumbo a la liberación nacional.

Como él mismo destacó, “todo en este mundo puede ser robado y saqueado, excepto una cosa: el amor que emana de un ser humano en dirección a un sólido compromiso con una convicción o una causa”. El sionismo le sacó todo: tierra, mañana, vida. Menos su causa, que no es solo de los palestinos sino, en sus palabras, de todo revolucionario, donde esté, “como una causa de las masas oprimidas y explotadas en nuestra era”.

Bajo el signo de la revuelta

A Nakba  –catástrofe cuya piedra angular es la formación del estado racista de Israel el 15 de mayo de 1948 mediante limpieza étnica planificada– atravesaría el destino de este joven revolucionario, que nació ya con el signo de la revuelta contra la injusticia.

Kanafani llegó al mundo el 9 de abril de 1936 en la ciudad de Akka (Acra), en Palestina. Según su relato, en “La revuelta de 1936-1939 en Palestina” (San Pablo: Editora Sundermann, 2015), dos meses antes de su nacimiento, las primeras llamas del levantamiento popular que se elevaría hacia la poderosa revolución fueron prendidas en la ciudad de Yafa (Jaffa), la tierra de las naranjas tristes retratada en su cuento de ficción que llevó ese título, publicado en 1962.

Con apenas diez días de vida, las voces de una ciudad que se sumaba a la huelga general que se iniciaba y que duraría seis meses llegaban, de manera incomprensible a los oídos del bebé que recién había abierto los ojos a la vida. Este movimiento desencadenaría la revolución palestina contra el mandato británico y la colonización sionista que se expandía bajo la bendición de su aliado europeo, el imperialismo del momento. Gran Bretaña se quedó con el mandato sobre Palestina como botín tras la victoria de los aliados en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). En medio de este proceso, con la inminente derrota del Imperio turco-otomano, Gran Bretaña emite la Declaración Balfour el 2 de noviembre de 1917, en la que da su aval al proyecto colonial sionista inaugurado a finales del siglo XIX.

La revolución de 1936-1939 llega cerca de la liberación nacional buscada en 1937, pero es derrotada debido a la crisis de dirección y a la acción de los poderosos enemigos de la causa palestina, identificados por Kanafani en su análisis marxista de este proceso: los regímenes árabes, la “elite feudal y clerical” árabe-palestina (burguesía) y el imperialismo/sionismo. Enemigos que desgraciadamente se mantienen en la actualidad.

La derrota de esa revolución abriría el camino a la Nakba, sellando el destino de Kanafani, su familia y los otros 800.000 palestinos expulsados ​​en 1948 de Palestina. La limpieza étnica promovida por las fuerzas paramilitares sionistas –fuertemente armadas con la decisiva contribución de Stalin– alcanzó la histórica Akka, tierra natal del revolucionario, el 18 de mayo de 1948. Según el portal Palestine Remembered, de los 13.000 habitantes de la región, solo 3.000 consiguieron permanecer en sus tierras. Durante la ocupación de la ciudad, 79 palestinos fueron masacrados.

La difícil vida bajo refugio y la lucha por la supervivencia quedarán impresas años después en su producción literaria, cuyos personajes revuelven la realidad palestina.

La conciencia surge ante la tragedia, y Kanafani inicia su compromiso en la lucha por la liberación nacional en años de 1950. Bajo la influencia de los revolucionarios marxistas, a mediados de la década de 1960 se torna uno de los principales dirigentes del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), que se constituyó en la época como el ala izquierda de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Adab al-mukawama

De los escombros de la Nakba surge en la década de 1950 la adab al-mukawama (literatura de resistencia), término acuñado por Kanafani. Como describe en su obra “Literatura de resistencia en la Palestina ocupada 1948-1966”, la Nakba –que tuvo como consecuencia la expulsión violenta de 2/3 de los palestinos de sus tierras en 1948 y el surgimiento la cuestión de los refugiados– sacudió la estructura social en la Palestina ocupada a partir de entonces: “Más de las tres cuartas partes de los 200.000 árabes que quedaron después de la ocupación sionista eran residentes de las aldeas. En cuanto a los residentes de las áreas urbanas, la abrumadora mayoría abandonó Palestina durante o poco después de la guerra de 1948, y esta realidad causó una agitación tumultuosa en el seno de la comunidad árabe allí, ya que las ciudades no solo eran el centro del liderazgo político, sino también, como en la mayoría de los casos, el principal centro del liderazgo intelectual”.

En la obra, él continúa: “Así […], el ambiente estaba totalmente preparado para no solo alcanzar un peligroso proceso de contención de cualquier tendencia política o literaria que surgiese apenas a partir de allí, sino también para sembrar semillas en aquel suelo”.

El primero en traer un abordaje materialista para explicar la literatura inserta en el proceso histórico posterior a la Nakba, Kanafani describe en la obra lo que podría ser presentado simbólicamente como la figura mitológica griega del Fénix, el ave que resurge de las cenizas después de su muerte.

Bajo lo que él denomina “cerco cultural”, los escritores que permanecieron en las áreas de 1948 después de la Nakba se vieron impedidos de publicar sus obras, intercambiar con corrientes modernas en la región y con las nuevas influencias en el refugio. Las restricciones también tenían por objetivo impedir la formación de nuevas generaciones, restringiendo sobremanera el acceso a la educación. Además, solo se podían publicar periódicos árabes bajo la tutela de los sionistas, que también determinaban qué libros que circulaban en las capitales de los países vecinos podían o no reimprimirse internamente. Así, ninguno que tratase la cuestión del nacionalismo árabe era permitido.

La resistencia a este orden preparó el terreno para que la adab al-mukawama se afirmase como un movimiento cultural en cinco años. Para Kanafani, el otro lado de lo que se daba también en el exilio. Este movimiento fue seguido por los palestinos en las áreas que serían ocupadas militarmente por Israel en 1967: Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.

La adab al-mukawama, que guiará su producción literaria, en la concepción de Kanafani, se encuadra en la práctica cultural denominada sumud (palabra árabe que significa firmeza o persistencia). Una conciencia colectiva de lucha que implica resistencia permanente, por todos los medios, hacia la Palestina libre, del río al mar, y a la revolución socialista mundial, proyecto al que Kanafani dedicó su vida.

El texto incluye extractos de un artículo de la autora titulado “De los tristes naranjales, el florecimiento de un revolucionario”, contenidos en el libro “Ghassan Kanafani – anticolonialismo y la alternativa socialista en Palestina. En memoria del 50 aniversario del martirio del recordado intelectual y escritor palestino Ghassan Kanafani”, que será lanzado próximamente por el Movimiento para la Liberación de Palestina – Ghassan Kanafani, organizado por Yasser Fayad.

Las opiniones expresadas en este artículo son de responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la política editorial del Middle East Monitor.

Artículo publicado en MEMO (Monitor do Oriente), https://www.monitordooriente.com/20220708-nos-50-anos-de-seu-martirio-ghassan-kanafani-presente/

Traducción: Natalia Estrada.

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