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Estado Español

Crónica del Encuentro por Palestina en Madrid de la iniciativa One democratic state(ODS)

Laura Requena

noviembre 14, 2025

Del 7 al 8 de noviembre de 2025, la Iniciativa Un Estado Democrático organizó una conferencia política titulada «Palestina del mañana: un Estado Democrático para todos sus ciudadanos», con el objetivo de “progresar hacia la transformación de esta visión descolonial en un movimiento político para coordinar los esfuerzos de los palestinos y judíos, de Palestina y la diáspora, y aliados mundialmente”.

Según sus organizadores: “Esta no fue solo una conferencia académica o educativa. Fue una conferencia política con más de 25 oradores, donde la mayoría de los hablantes eran palestinos de Palestina y de la diáspora”.

Dos compañeras de Corriente Roja participamos del encuentro e intervenimos en el debate del primer día. Y en él estuvo presente también como orador, nuestro compañero Joao Conceicao, del PSTUB-sección de la LIT en Brasil- que habló a los presentes como miembro de Estudiantes en Solidaridad con el Pueblo Palestino y de la organización de la juventud Rebeldia. En su intervención explicó como se ha organizado en estos más de dos años el activismo estudiantil en todo el mundo en la lucha contra el genocidio y cómo la indignación moral que inicialmente impulsó a los estudiantes ha comenzado a transformarse en comprensión política.

En Brasil, este proceso alcanzó un punto de inflexión con la decisión de la Universidad de São Paulo de suspender la cooperación con la Universidad de Haifa. Esto no fue resultado de una iniciativa administrativa ni de presión diplomática; se logró mediante la movilización.

Creemos que el encuentro expresó que hay una necesidad y un intento de organizar a los distintos grupos palestinos, al activismo y las distintas organizaciones palestinas para buscar una salida después de que estos dos años de genocidio dejaran más claro, aún si cabe, que la solución de los dos estados defendida por los gobiernos y una parte de la izquierda, es una utopía reaccionaria.

Tanto las ponencias como el debate entre los asistentes mostraron el acuerdo con una sola Palestina libre del rio al mar, en sintonía con la histórica consigna luego abandonada por la OLP: Por una Palestina laica, democrática y no racista. 

Hubo un acuerdo sobre la necesidad de desmantelar el Estado de Israel, por cuanto se trata de un proyecto colonial cuyo objetivo es borrar del mapa al pueblo palestino y extender su dominio desde el río Nilo al Éufrates.

También sobre el legítimo derecho que asiste a los palestinos en la diáspora para retornar a un único estado palestino que debería ser democrático y secular. Un estado que proteja el derecho a culto de las distintas confesiones religiosas y donde puedan permanecer solo aquellos judíos que decidan renunciar al sionismo y a los privilegios que les asisten hoy por tener ciudadanía israelí.

Como dice la propia declaración final del encuentro: “No se trata de democratizar a Israel, o de llevar a cabo un estado binacional. Trabajamos para desmantelar el estado de colonos que discrimina en base a la identidad, y establecer su antítesis: un estado palestino que ve a su sociedad como ciudadanos.”

También hubo acuerdo sobre la necesidad de diálogo entre las fuerzas seculares y las fuerzas islamistas, hoy mayoritarias en la región.

Estas posiciones fueron levantadas con una perspectiva de lucha regional, lo que significa el compromiso de luchar no solo por la liberación de Palestina, sino también del Líbano, Jordania o Siria. En ese camino, la resistencia palestina en todas sus formas, incluida la resistencia armada, fue reconocida como legítima y como una necesidad mientras exista el Estado de Israel.

Por todos estos elementos, consideramos que la conferencia fue un acto muy progresivo, si bien tuvo algunas limitaciones y contradicciones que queremos seguir debatiendo con sus impulsores.

Una de ellas es que estuvo casi ausente la perspectiva de clase. A pesar del discurso crítico con el capitalismo, con los gobiernos imperialistas y con los propios gobiernos árabes de la región, no vimos una preocupación de cómo organizar a la clase trabajadora, la juventud y el pueblo pobre, en la lucha por la liberación de Palestina; algo que desde la LIT-ci consideramos imprescindible.

Solo la clase trabajadora —junto con sus aliados y los movimientos sociales— tiene la capacidad de detener el sistema que sustenta la ocupación. Cuando los estibadores se niegan a cargar armas, como en Italia, el impacto es inmediato. Por ello, el siguiente paso del movimiento debe ser establecer vínculos con sindicatos, federaciones obreras y luchas sociales.

En segundo lugar y pese a las críticas tanto a la ONU como a otras instituciones por su papel de cómplices del genocidio, algunos ponentes defendieron la necesidad de seguir trabajando desde dentro de estas instituciones para avanzar hacia un único estado palestino a partir de lograr pequeñas conquistas del territorio por medio de reformas legislativas o de otro tipo.

Nos parece que esta es una visión errada puesto que si bien se puede y se debe presionar a las instituciones, sus decisiones se enmarcan en un contexto político y económico más amplio que permanece intacto.

La lucha por una Palestina democrática está vinculada a la lucha por la transformación social a escala global.

Por último, pensamos que faltó explicar el importante papel que siempre ha jugado y sigue jugando la mujer palestina. Las mujeres palestinas han sido una fuerza fundamental en la resistencia, con una historia que abarca desde la lucha armada hasta la resistencia pacífica y la preservación cultural.

Desde la más amplia unidad de acción con todas aquellas personas y organizaciones que defiendan una Palestina libre desde el río hasta el mar, creemos que se hace necesario formular un programa político que vincule la lucha inmediata contra el genocidio con la lucha más amplia contra el orden capitalista que lo produce.

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