Continúa y se fortalece el paro nacional en Ecuador

Por Lena Souza
El paro nacional en Ecuador entra en su tercer día y continúa, y lejos de debilitarse, se fortalece cada día. Lo que comenzó como una protesta contra el aumento del precio del diésel, el encarecimiento de la vida y las medidas neoliberales del gobierno de Daniel Noboa se ha convertido en un masivo levantamiento popular con movilizaciones en 22 provincias del país. Pueblos indígenas, campesinos, estudiantes y trabajadores urbanos han unido fuerzas en calles, carreteras y plazas, realizando bloqueos y asambleas comunitarias. La indignación acumulada por las precarias condiciones y la indiferencia oficial está alimentando una movilización que se extiende por todo el país.

Noboa reprime violentamente a manifestantes y se enfrenta con líderes indígenas y población del país
La respuesta de Noboa ha sido intensificar la represión. Con la militarización de territorios, detenciones arbitrarias y el uso brutal de la fuerza pública, el gobierno intenta reprimir la protesta legítima y aplicar la ley antiterrorista a los manifestantes. En lugar de abrir un diálogo, el presidente ha optado por una retórica violenta y racista. Su declaración contra los pueblos indígenas: «Nos quieren sacar de sus territorios, los sacaremos del país», demuestra claramente la política de odio y exclusión que pretende imponer.
Este enfrentamiento directo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) no es casualidad: el movimiento indígena, históricamente protagonista de las luchas sociales, sigue siendo la principal fuerza organizada que desafía las políticas neoliberales. La criminalización de la protesta y la persecución de sus líderes forman parte de una estrategia estatal que busca quebrar la resistencia, pero que, en cambio, la legitima y fortalece.

La solidaridad internacional es necesaria
Ante la ofensiva autoritaria y racista de Noboa, la solidaridad internacional con el pueblo ecuatoriano es más urgente que nunca. Los medios comunitarios y alternativos del país han demostrado cómo los grandes medios de comunicación buscan ocultar la magnitud del paro y encubrir la violencia estatal. Apoyar las voces de las comunidades, denunciar la represión y difundir sus demandas son tareas de suma importancia para los movimientos sociales y populares de América Latina y el mundo.
La lucha en Ecuador no es aislada: forma parte de una batalla continental contra el neoliberalismo y contra los gobiernos que anteponen los intereses de las élites y las corporaciones transnacionales a la vida y la dignidad de los pueblos. Hoy, más que nunca, es necesario alzar la voz y afirmar con firmeza: pleno apoyo a la resistencia indígena y popular en Ecuador.