No habrá paz para los palestinos mientras exista el Estado de Israel

Por Alejandro Iturbe
El genocidio que está cometiendo el estado israelí contra la población palestina en la Franja de Gaza ha generado un fuerte repudio internacional expresado en grandes movilizaciones que exigen su fin. A esas movilizaciones llegan diversas propuestas para lograrlo. Una de ellas plantea que es necesario “lograr la paz entre palestinos e israelíes” sin decir qué tipo de paz sería.
Lamentablemente, las guerras y la violencia entre los pueblos están presentes en la historia de la Humanidad desde hace miles de años. El sistema capitalista-imperialista ha agravado esta realidad con conflictos bélicos que llegaron a abarcar gran parte del mundo (como la Primera y la Segunda Guerras Mundiales), un aumento creciente del poder destructivo de los armamentos y el uso de métodos cada vez crueles.
Las consecuencias de una guerra son terribles: destrucción, dolor, sufrimiento y miles y/o millones de víctimas, sin ser muchas de ellas combatientes directos en esa guerra. Ante estas crudas imágenes y el rechazo que provocan, es lógico que muchas personas clamen por el fin de la guerra y la paz entre los bandos combatientes. Entendemos este rechazo y este pedido humanitario.
Sin embargo, formularlo sin referirse a las verdaderas causas del enfrentamiento entre el estado israelí y los palestinos (el robo de la tierra palestina y la expulsión violenta de este pueblo por parte de los inmigrantes judíos europeos) lleva a los pacifistas a eludir el papel de cada lado en este enfrentamiento (opresor u oprimido; agresor o víctima). Entonces, las causas del conflicto entre el estado israelí y los palestinos no se analizan en la realidad sino en “otro lado”. Por lo tanto, se propone un camino sin salida para “lograr la paz”.
Es lo que hace, desde hace décadas, la Iglesia católica ante este conflicto, y especialmente luego del 7/10/2023 cuando el estado israelí ocupó la Franja de Gaza y comenzó a aplicar métodos genocidas contra los palestinos. Un artículo reciente de la página oficial de Vaticano expresa: “Ante el horror de la guerra no se puede permanecer indiferente y en silencio» […] “el diálogo debe prevalecer sobre toda forma de odio” […] “La paz es una obra en construcción en la que nunca debemos dejar de salvaguardar las semillas de la hermandad”[1]. Es decir, para el Vaticano, israelíes y palestinos son igualmente culpables de la situación porque “no se aceptan como hermanos”. En un conflicto de este tipo, decir que ambos lados son iguales es una forma indirecta de favorecer el opresor-agresor.
Esto no debe llamar la atención: como parte de los poderosos del mundo, la Iglesia católica ha apoyado muchas veces los peores lados en algunas guerras. Así lo hizo con el franquismo en la Guerra Civil española (1933-1939) y con los nazis en la II Guerra Mundial (1939-1945). En 1947, el representante del Vaticano votó a favor de la creación del estado israelí y “bendijo” el robo de su territorio al pueblo palestino. Actualmente, queda muy feo “bendecir” el genocidio que se está cometiendo en Gaza. Por eso, debe proponer formas indirectas de defender al estado israelí. El objetivo real de esta propuesta es convencer al pueblo palestino para que deje de luchar por recuperar su territorio histórico (Palestina Libre del Río al Mar) y firme tratados de rendición como los Acuerdos de Oslo (Véase el artículo de Sorayah Mirleh «Oslo, la paz de los cementerios para la continua Nakba» en https://litci.org/es/oslo-la-paz-de-los-cementerios-para-la-continua-nakba/?utm_source=copylink&utm_medium=browser). Ese es el verdadero objetivo del Vaticano.
El pacifismo de sectores palestinos
Existen otros propuestas pacifistas. Por ejemplo la coordinación integrada por los movimientos Mujeres Luchan por la Paz (WWW por sus siglas en inglés) y Mujeres del Sol (WOS) que realizaron una extensa gira por Europa, EEUU y Latinoamérica[2]. En estos movimientos participan mujeres judías israelíes, mujeres árabes que tienen ciudadanía israelí y mujeres palestinas de Cisjordania.
Podemos entender la formación de este movimiento en el que se combinan mujeres palestinas cansadas de décadas de sufrimiento (“La paz para los palestinos es muy importante porque nos da más esperanza de vida”) y mujeres israelíes que sufren una crisis moral por los métodos genocidas que el sionismo utiliza en Gaza y Cisjordania[3].
Consideramos que la crisis moral que lleva a ciudadanos israelíes a repudiar el genocidio que su país está cometiendo en Gaza, e incluso a negarse a combatir allí, es un pacifismo progresivo porque erosiona desde adentro la moral de los opresores/agresores y los debilita.
No ocurre lo mismo con las posiciones generales de estos movimientos. En primer lugar porque, como todo pacifismo que elude el carácter de los lados en conflicto, termina en una posición de “no tenemos lado”: “[No somos] ni pro israelíes ni pro palestinas, somos pro paz”. Al igual que el pacifismo del Vaticano esta posición solo sirve para cubrirle la espalda a la agresión genocida israelí contra el pueblo palestino, Gaza.
No es casual entonces que las propuestas de estos movimientos para “lograr la paz” sean las mismas que las del Vaticano. En su carta pública “Llamado de las Madres” exigen que los “líderes de ambos pueblos inicien de inmediato conversaciones y negociaciones de paz”[4]. En su gira internacional se entrevistaron con numerosos gobiernos, instituciones y personalidades a los que pidieron que firmaron el llamado e impulsaran las negociaciones diplomáticas. Muchos lo firmaron, como el Papa Francisco.
En el mejor de los casos, esta propuesta genera una falsa ilusión. Esperar que la respuesta a los reclamos del pueblo palestino provenga de los mismos gobiernos e instituciones mundiales (como la ONU y la Iglesia) que impulsaron y apoyaron la creación del estado israelí, avalaron el robo del territorio palestino y la expulsión de este pueblo y ahora son cómplices o guardan silencio sobre el genocidio que comete el estado israelí en Gaza. Por más vueltas que le demos, este tipo de propuestas solo sirve para cubrirle la espalda a la agresión genocida del estado israelí contra el pueblo palestino e intenta convencer a este pueblo que deje de luchar.
La posición de Edward Said
Es importante referirnos a la propuesta pacifista de Edward Said (1935-2003), un intelectual nacido en Palestina cuya familia fue expulsada durante la nakba y obligada a exiliarse. Radicado en EEUU, llegó a ser profesor de la Universidad de Columbia y un prestigioso intelectual[5].
A partir de 1967, luego de la “Guerra de los seis días” y la ocupación por parte del ejército israelí de Gaza y Cisjordania, comenzó a participar activamente del movimiento palestino. En 1977, es electo miembro del Consejo Nacional Palestino (cuerpo legislativo de la OLP-Organización para la Liberación de Palestina). Allí comenzó una relación política muy cercana con Yasser Arafat y su organización Al Fatah.
En 1979, publicó el libro La Cuestión Palestina en el que expone su visión y sus propuestas para resolver el conflicto[6]. En él y otros escritos posteriores, Said propone tres puntos: a) el objetivo debe ser conseguir la conformación de un estado palestino en Gaza y Cisjordania (incluyendo la parte Este de Jerusalén); b) para lograr ese objetivo es válido reconocer al Estado de Israel, y c) se oponía al uso de los métodos violentos para lograr el objetivo del estado palestino.
El camino debía ser “el diálogo” y “el reconocimiento mutuo de los derechos de ambos pueblos”. Como ejemplo de ello, Said (que también era un eximio músico) fundó, en 1999, junto con su amigo Daniel Baremboim (un pianista argentino-israelí de gran prestigio internacional), la Orquesta Diván Este-Oeste que reúne jóvenes músicos israelíes y palestinos[7].
En 1993, Said rompió con Arafat y Al Fatah por la firma de los Acuerdos de Oslo (a los que ya nos hemos referido). Said consideró que estos acuerdos no significaban un camino hacia la obtención de un estado propio sino, por el contrario, “una rendición palestina”[8].
Casi sobre el final de su vida, junto con otras figuras palestinas, fundó el partido-movimiento Iniciativa Nacional Palestina (Al Mubadara) que se define a sí mismo como “un movimiento democrático que impulsa la resistencia pacífica a la ocupación israelí”[9]. Según sus propios fundadores, Al Mubadara es un intento de “crear una tercera fuerza política palestina que pueda ser una alternativa democrática y reformista a Fatah y a Hamás”.
Es decir, a diferencia de otras propuestas pacifistas, Edward Said “sí tenía lado” en este conflicto: el del pueblo palestino. El problema es que sus propuestas llevan la lucha de este pueblo a un camino sin salida. Le hemos dedicado especial atención porque sus ideas hoy influyen a un sector de los luchadores palestinos y también a quienes apoyan su lucha en el mundo.
Los “dos estados”: un objetivo imposible de lograr
Aunque tengan puntos de partida diferentes, todas las propuestas de “camino pacífico” plantean como objetivo final la existencia de “dos estados”. Es decir un estado judío y otro palestino “coexistiendo pacíficamente” lado a lado en base a la división del territorio histórico del Mandato Británico sobre Palestina.
Esa concepción fue la base de la resolución 181 de la ONU (noviembre de 1947) que “creó” el Estado de Israel y le otorgó 52% de ese territorio a una minoría de población judía (en su mayoría inmigrantes recién llegados de Europa). Con métodos de extrema violencia, esa población judía expulsó a los palestinos de sus tierras y se las apropió (obligándolos a vivir en el exilio desde entonces). Poco después, con los mismos métodos, incorporó más territorios a Israel hasta llegar al 78% de la Palestina histórica.
A lo largo de todos estos años, hemos combatido políticamente contra la “solución de los dos estados”[10]. Lo hacemos por dos razones. La primera es que, al reconocer la “legitimidad” del estado israelí, legaliza el robo del territorio palestino y la expulsión de su pueblo que estuvo en el origen de la “creación” de Israel. La segunda es este mini-estado palestino sería inviable en términos geográficos, económicos y, esencialmente militares (rodeado de muros y fronteras custodiadas por el poderoso ejército israelí).
Al mismo tiempo, el sionismo nunca abandonó su proyecto del Gran Israel que afirma que los judíos tienen el “derecho histórico” de quedarse con toda Palestina y expulsar al pueblo palestino de ella. En Jerusalén Este y Cisjordania lo van haciendo “de a poco” con la instalación de las “colonias” de judíos de origen ruso[11]. Ahora, pretende anexarse la Franja de Gaza “de un solo golpe” y, para ello, está cometiendo un terrible genocidio, ante los ojos de todo el mundo[12].
Como hemos dicho en un artículo reciente la “solución de los dos estados” está definitivamente muerta porque los principales dirigentes e instituciones políticas israelíes (la Knesset, Asamblea Legislativa) han expresado claramente que nunca van a aceptar ningún tipo de estado palestino. Para fundamentar la votación de anexarse territorios de Cisjordania, Amir Ohana, presidente de la Knesset, declaró: “Esas tierras son parte inseparable de la patria histórica del pueblo judío y pertenecen a Israel”[13].
Es muy interesante ver también, la fundamentación ideológica para el genocidio contra los palestinos en Gaza que Bezalel Smotrich (diputado de la Knesset y Ministro de Finanzas del gobierno de Benjamín Netanyahu) expresó en una entrevista: “Si queda un solo árabe en Gaza, los judíos no podremos vivir en esta tierra”. Llegó incluso a citar a Hitler que decía que los nazis no podrían vivir en tierras donde quedara un solo y que hoy es lo mismo para los judíos con los palestinos[14].
Este tipo de declaraciones de este tipo llevaron al diario Ha’aretz a calificar de neo-nazis a Smotrich y otros políticos israelíes con visiones similares. La misma definición utiliza Gilbert Achar (intelectual y periodista libanés radicado en Francia) que agrega que todo el gobierno de Benjamín Netanyahu es de “extrema derecha”[15]. La conclusión que saca Achcar es que si la sociedad israelí logra sacar a los neonazis y a la extrema derecha del gobierno se abriría el camino de una “solución pacífica”. Mientras tanto le propone al pueblo palestino una “resistencia activa” sin apelar a la lucha armada. Incluso propuso que Hamas se rinda y entregue sus armas[16].
Las propuestas de Achcar se basan en una confusión peligrosísima: no es solo un sector de los políticos y de la sociedad israelíes los que tienen una ideología neonazi. Tal como hemos señalado en un artículo reciente, esta ideología análoga a la de los nazis está en la esencia del estado israelí desde se fundación. Es lo que lo ha llevado a aplicar siempre métodos genocidas contra los palestinos[17].
Es cierto que ahora, es el gobierno de Netanyahu el que la utiliza en Gaza. Pero no debemos olvidar que fue un gobierno laborista (Mapai) el que llevó adelante la nakba, en 1948, y que también fue laborista el gobierno que ocupó militarmente la Franja de Gaza y Cisjordania, en 1967.
Las propuestas del “camino pacífico” hacia los “dos estados” le dan la espalda tanto a la realidad actual como también a todo lo ocurrido desde 1947/1948. En ese sentido, ya no son solamente propuestas equivocadas sino que actualmente son “zanahorias” destinadas a evitar que el pueblo palestino continúe y profundice su lucha contra el estado israelí para alcanzar su aspiración de recuperar su territorio histórico y así poder construir una Palestina Libre del Río [Jordán] al Mar [Mediterráneo].
Esta será la única “paz justa” para el pueblo palestino. Para lograrla, necesita destruir al estado nazi de Israel, el origen último del conflicto. Eso será imposible sin una dura lucha en Palestina y en toda la región. Aquí vale aplicar la expresión del escritor romano Flavio Vegecio “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Una guerra de oprimidos (el pueblo palestino) contra los opresores (el estado israelí). Tal como afirmaba Lenin, en estos casos, será una “guerra justa” en que los socialistas (a diferencia de los pacifistas) debemos “tener patria”: la del pueblo palestino[18].
[1] https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2024-12/llamado-incesante-de-papas-paz-para-por-palestina-israel.html
[2] https://www.pagina12.com.ar/848349-ni-pro-israelies-ni-pro-palestinas-somos-pro-paz
[3] https://litci.org/es/hoy-el-gueto-de-varsovia-es-gaza/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[4] https://www.womenwagepeace.org.il/en/mothers-call/
[5] Para quien tenga interés, recomendamos leer el libro La vida de Edward Said de Timothy Brennan (Editorial Debate, 2025) https://www.google.com.ar/books/edition/Lugares_del_pensamiento/ajNOEQAAQBAJ?hl=es&gbpv=1&pg=PA25&printsec=frontcover
[6] https://www.palestina.int.ar/wp-content/uploads/2017/09/La-cuestion-palestina-Edward-W.-Said-1.pdf
[7] https://barenboim-said.org/es/orquesta-west-eastern-divan/
[8] https://www.aljazeera.com/opinions/2020/6/6/edward-saids-spectre-and-the-end-of-oslo
[9] https://ecfr.eu/special/mapping_palestinian_politics/palestinian_national_initiative/
[10] https://litci.org/es/palestina-sobre-la-falsa-solucion-de-los-dos-estados/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[11] https://litci.org/es/cisjordania-el-otro-frente-del-ataque-israeli-a-los-palestinos/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[12] https://litci.org/es/hoy-el-gueto-de-varsovia-es-gaza/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[13] https://www.larazon.cl/2025/07/24/el-parlamento-israeli-aprueba-la-anexion-de-cisjordania/
[14] https://www.instagram.com/reel/DNDeWwExG0e/?igsh=cDl4amRqOXFxZWJl
[15] https://jacobinlat.com/2025/08/gaza-pone-al-descubierto-la-bancarrota-del-liberalismo-occidental/
[16] https://litci.org/es/la-ultima-claudicacion-de-gilbert-achcar/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[17] https://litci.org/es/hoy-el-gueto-de-varsovia-es-gaza/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[18] Ver El socialismo y la guerra en https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915sogu.htm