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Colombia

La derecha pasa a la ofensiva gracias a la ambigüedad del gobierno

junio 19, 2025

Por Partido Socialista de los Trabajadores – Colombia

El gobierno y las direcciones mayoritarias del movimiento sindical, representadas en el Comando Nacional Unitario, están desgastando la movilización con propuestas ambiguas y confusas, permitiendo que la burguesía aproveche y pase a la ofensiva en el mismo terreno.

Pareciera que tanto el gobierno de Petro como las direcciones que conforman el Comando Nacional Unitario estuvieran orientando para que las cosas no salgan bien. Seguro no es su intención, pero la indecisión, la política de concertación, la ambigüedad en el discurso entre radicalidad y conciliación, la defensa casi sagrada de la institucionalidad y la improvisación para llevar a cabo acciones que sean contundentes, como un paro nacional, no generan confianza, por el contrario, generan mucha confusión y dilapidan la lucha en la calle.

Las movilizaciones del 28 y 29 de mayo y la del 11 de junio, así como el exiguo mitin del 16 de junio, convocadas con el carácter de paro nacional, terminaron siendo unas movilizaciones pequeñas y débiles. No porque los trabajadores y la población pobre no tengan disposición de lucha, sino porque los trabajadores no salen a la calle sin tener una preparación, preferiblemente desde asambleas democráticas de cada uno de los sectores sociales y una dirección decidida y coherente,  tampoco salen masivamente en días hábiles y laborales si no hay un paro garantizado con bloqueos, y menos sin motivos claros.

Y es que la ambigüedad no es solo del tipo de actividades convocadas, sino también de los motivos y objetivos planteados. Por un lado Petro decreta la consulta popular, pero por el otro su ministro Benedetti anuncia que tal vez no se haga si se logra negociar. Nadie sabe a ciencia cierta cuál es la estrategia.

Las marchas uribistas del 16 de junio fueron importantes, en parte por la confusión que generó el mismo Petro al promoverlas; marchas que convocó la burguesía para sacar provecho político y electoral del atentado contra Uribe Turbay. Petro terminó ayudando a esta convocatoria al saludarla, en aras de aparecer como una persona democrática y solidaria con un congresista de la derecha que ha legislado contra los intereses de los trabajadores. Petro dijo: “El pueblo todo se une por la vida del senador Uribe Turbay y porque cese la violencia para toda la Gran Colombia” (cuenta de X del presidente: @petrogustavo); no se dio cuenta, ignorando conscientemente, que esas marchas eran contra él. Incluso algunos de sus seguidores salieron a marchar creyendo que realmente era una marcha por “la paz”. En estas marchas que supuestamente agitaban “contra el odio y por la paz” y “contra la violencia política”, realmente se manifestaron el odio de clase de la burguesía contra el gobierno, los trabajadores y los pobres; incluso se atrevieron cínicamente a lucir banderas de Israel.

No más ambigüedades, que el gobierno decrete las reformas

La consigna alrededor de la cual se decretó lo que han llamado paro nacional fue la consulta popular para que se apruebe una reforma laboral en el Congreso. Es decir, orientar a marchar por un camino pantanoso donde no se llega a ninguna meta, porque hay un muro (el Congreso) que impide que pasen las reformas sociales exigidas en las movilizaciones de 2019, 2020 y el paro nacional de 45 días de 2021. Por el contrario, los tímidos proyectos de reformas sociales que ha presentado el gobierno al Congreso terminan siendo recortados y modificados para que al final lo que se apruebe sean verdaderas contrarreformas.

El gobierno agita, acompañado del coro de las direcciones representadas en el Comando Nacional Unitario: “vamos pueblo, votemos para que el Congreso apruebe una reforma laboral”, como si no hubiera otro camino. Advertimos está consulta popular podrá servir para la campaña electoral del pacto histórico, pero no para conseguir las reformas sociales.

Si el gobierno decretó la convocatoria a una consulta, podría decretar también unas medidas más concretas:

1. Alza general de salarios indexados a la canasta básica.

2. Prohibición de la tercerización laboral a todos los niveles.

3. Reducción de la jornada laboral ya.

¡Pero eso es ilegal!

Muchos dirán que decretar estas medidas es ilegal y rompen la institucionalidad; que el Congreso es el que debe aprobar esto mediante una ley. Es lo mismo que han dicho respecto al decreto de Petro sobre la convocatoria a la consulta popular para la reforma laboral.

Si el gobierno decreta estas tres medidas que proponemos, y las Cortes las desaprueban, los trabajadores saldremos a las calles para defenderlas y pedir más, como la derogación de las leyes 50, 789 y 100, además que se expida el estatuto del trabajo que la propia Constitución en su artículo 53 estableció. El asunto no es jurídico, sino político, de fuerza que se ha de medir en las calles, con huelgas y un paro nacional de verdad, preparado desde las bases. Pero para quienes consideren que el asunto es jurídico, las medidas se pueden sustentar en el artículo 3 de la Constitución Nacional, que dice: “La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público…”. Si esto no es posible, entonces la Constitución es, lo que ya se sabe, solo un papel en donde unos pedazos le sirven a los ricos y los demás solo están ahí para engañar al pueblo. La Constitución real emana de la fuerza, del poder político de los trabajadores y demás sectores oprimidos de la sociedad, no de un papel con letra muerta.

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