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Siria

Ofensiva rebelde sorprende a la dictadura siria y toma Alepo

diciembre 2, 2024

Por Fabio Bosco

El 27 de noviembre, una coalición de grupos rebeldes sirios liderada por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y con la participación de sectores del Jeish al-Wattani (Ejército Nacional, apoyado por el régimen turco) inició una importante ofensiva sobre la provincia de Alepo tomando grandes áreas rurales, así como gran parte de la ciudad de Alepo, segunda ciudad más importante de Siria, además de avanzar hacia Hama tras tomar la autopista que une Alepo con dicha ciudad y con Damasco, cortando líneas de suministro vitales para las fuerzas del régimen sirio y sus aliados.

Las fuerzas del régimen sirio y las milicias extranjeras apoyadas por el régimen iraní fueron sorprendidas y sufrieron varios reveses. El régimen sirio utilizó la aviación siria y rusa para bombardear cobardemente la provincia rebelde de Idlib y la ciudad de Alepo, pero no pudo contener la ofensiva rebelde.

La población siria en Idlib y Deraa (en el sur del país, y cuna de la revolución de 2011) celebró los avances de la ofensiva. Además, hubo enfrentamientos entre la comunidad drusa y las fuerzas del régimen sirio en Suweida, en el sur del país. En una disputa separada de la lucha contra el régimen sirio, hubo enfrentamientos en Deir Zour, en el este del país, por el control de la margen izquierda del río Éufrates, entre las fuerzas kurdas de las SDF respaldadas por Estados Unidos y las milicias iraníes y rusas que apoyan al régimen sirio.1

La ofensiva rebelde se basa, en primer lugar, en el odio que siente la población siria hacia la dictadura de Assad y sus aliados iraníes y rusos. Este odio se basa no sólo en las masacres cometidas contra la población para ahogar en sangre la revolución siria iniciada en marzo de 2011, sino también en la situación de pobreza y bombardeos a la que están sometidos alrededor de cuatro millones de refugiados sirios que viven en la provincia rebelde de Idlib. Esto explica la participación de cientos de jóvenes deseosos de derrotar a las fuerzas del régimen sirio y expulsar a las milicias extranjeras apoyadas por el régimen iraní.

Otros factores que también explican el éxito de la ofensiva

El régimen sirio somete a la población siria a la pobreza, la falta de servicios públicos y el humillante asedio y expoliación cotidianos impuestos por los servicios de represión (“mukhabarat”, en árabe) y las milicias asociadas al régimen, conocidas popularmente como “shabiha” (“fantasma”) en alusión a los vehículos utilizados por esos milicianos en los años 1970-1980).

Además, Siria es un país ocupado por seis fuerzas militares extranjeras.

1. las milicias apoyadas por el régimen iraní (Guardia Revolucionaria Iraní, Hezbolá libanés, Quwat al-Hashd al-Shaabi/Fuerzas de Movilización Popular de Irak, etc.) y Rusia –que tiene dos importantes bases militares en la costa y otras dispersas– controlan 60% del territorio junto con las fuerzas del odiado régimen sirio;

2. Estados Unidos mantiene 900 asesores militares que coordinan compañías mercenarias (contratistas), en alianza con las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias, dirigidas por el PYD kurdo), que controlan alrededor de 27% del territorio al noroeste, donde se encuentran las reservas de petróleo y gas, además de tierras productivas;

3. Turquía controla la provincia de Afrin y una franja fronteriza, y mantiene una serie de milicias aliadas coordinadas por la milicia del Ejército Nacional (Jeish al-Wattani, en árabe);

4. Israel controla parte importante de los Altos del Golán desde 1967, y recientemente tomó zonas rurales de la ciudad de Quneitra (sin reacción alguna del cobarde régimen sirio);

5. El grupo iraquí Daesh tiene alguna presencia en la frontera con Irak.

Por estas razones (represión, pobreza y pérdida de soberanía nacional), el régimen sirio es odiado por la población, y las fuerzas militares sirias dependen completamente de milicias vinculadas a Irán y a la fuerza aérea rusa para mantener a Assad en el poder. Sin embargo, Rusia desplegó aviones y fuerzas militares para promover el genocidio en Ucrania, además de importar gran parte de la producción de misiles Fathi y drones Shaheed iraníes para este fin. Esto debilita el apoyo militar al régimen. Las milicias iraníes también están debilitadas. Varias milicias de Hezbolá fueron desplegadas de vuelta al Líbano y fueron reemplazadas por milicias proiraníes con menos experiencia. Otro tema son los ataques aéreos del Estado de Israel contra objetivos iraníes y sirios en territorio sirio. Estos ataques de las fuerzas sionistas cuentan con la complicidad del régimen ruso, que no hace nada para proteger el espacio aéreo del país.

El papel del régimen turco

El régimen turco tiene una serie de intereses en Siria. El principal de estos es crear un cordón sanitario que separe las zonas kurdas en Turquía y en Siria. En el pasado, el PKK kurdo se apoya en bases en Siria para operar en el Kurdistán bajo la ocupación turca.

Erdogan también está interesado en una solución para los aproximadamente cuatro millones de refugiados sirios que se encuentran en el país y son blanco de campañas xenófobas por parte de grupos de extrema derecha, polarizando la política nacional.

Finalmente, el régimen turco siempre ha estado interesado en ampliar su área de influencia política y económica, por lo que buscó controlar a las fuerzas de la oposición siria, y ahora patrocina la coalición en torno a la milicia del Ejército Nacional (Jeish al-Wattani). Recientemente, Erdogan cambió de orientación y buscó un entendimiento con el régimen sirio, sin éxito.

Ciertamente, el régimen turco facilitó la ofensiva rebelde a través de sectores del Jeish al-Wattani. Pero sus objetivos son diferentes de los objetivos de la población siria, que lucha por el fin de la dictadura y de la ocupación del país por fuerzas extranjeras.

Por eso, el régimen turco puede llegar a un acuerdo con Putin y el régimen iraní para contener la ofensiva contra el régimen sirio. Hay conversaciones en curso.2

La toma de posesión de Trump

La toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero próximo es un factor que aceleró la decisión de las fuerzas rebeldes de iniciar su ofensiva.

Por un lado, Trump promete imponer un alto el fuego en Ucrania, entregando territorio ucraniano a Putin y brindando alivio a las fuerzas militares y a la economía rusas, que están muy tensionadas por el esfuerzo de guerra. Esto permitiría a Putin redesplegar fuerzas hacia Siria para apuntalar el régimen asesino de Assad.

Por otro lado, Trump puede decidir cambiar el apoyo estadounidense al SDF/PYD kurdo, que controla 27% del territorio sirio, para entregar franjas fronterizas al gobierno turco para crear un cordón sanitario y, eventualmente, deportar a parte de los refugiados sirios. Una decisión de esta magnitud podría acomodar los intereses de Erdogan para sacar a Jeish al-Wattani de cualquier ofensiva militar contra el régimen sirio y congelar la coalición liderada por HTS.

¡Ninguna confianza en el HTS!

El Hayat Tahrir al-Sham (HTS) es uno de los grupos que jugó un papel negativo durante la revolución siria, buscando cambiar la naturaleza de la revolución democrática en una guerra civil sectaria. Esta organización está acusada de reprimir a la población y de asesinar a opositores como el famoso locutor de radio Raed Fares. Una de sus principales fuentes de apoyo provino de Qatar.

En el último período, al-Joulani, el principal líder de HTS, buscó cambiar la imagen de la organización. No sólo rompió con Al Qaeda, sino que también buscó presentarse como la fuerza burguesa normal, gobernante de Idlib, cobrando impuestos a todo el comercio y manteniendo distancia del impopular régimen sirio. El cambio de imagen no implica una ruptura con los sectores salafistas, que predican una dictadura teocrática sectaria, sino un ablandamiento de esa imagen.

Ciertamente, la ofensiva en Alepo también se explica por la necesidad del HTS de buscar una salida al descontento popular dentro de Idlib.

Una alternativa revolucionaria para la lucha contra la dictadura

De cualquier foema, esta ofensiva en Alepo está en sintonía con los anhelos de la gran mayoría de la población siria de poner fin a la dictadura, la ocupación extranjera y la pobreza, a las cuales que está sometida. Pero falta una organización dirigente totalmente diferente del HTS, una organización obrera, democrática y revolucionaria.

Los activistas comprometidos con los ideales de las revoluciones árabes (libertad, pan y justicia social) tienen que construir una nueva organización política, que impulse consejos populares democráticos en las zonas liberadas, donde los trabajadores puedan decidir el futuro de la lucha contra la dictadura. A lo largo de la revolución siria ha habido varias experiencias democráticas de autoorganización que es necesario retomar. No podemos aceptar que la dictadura de Assad sea reemplazada por otra dictadura de grupos autocráticos, ya sea el HTS o cualquier otro. La lucha por las libertades democráticas par el pueblo trabajador sirio va de la mano con la lucha contra la dictadura de Assad.

Además, hay un genocidio en curso en Palestina. Hoy los palestinos sólo pueden contar con el apoyo de las clases trabajadoras y de la juventud de los países árabes y de todo el mundo. Una nueva organización revolucionaria debe posicionarse por el apoyo incondicional al pueblo palestino, por la reconstrucción de Al Yarmouk –destruido por el régimen sirio– y por la recuperación de todo el territorio sirio ocupado por la entidad sionista en los Altos del Golán, en contra de la posición conciliadora con el sionismo, impulsada por la dinastía Assad.

La cuestión kurda es otra cuestión estratégica para la nueva revolución siria. La población kurda representa alrededor de 10% de la población en Siria. Los kurdos siempre han sufrido la opresión de la dictadura de Assad. Al inicio de la revolución siria, importantes dirigentes kurdos, como Meshaal Temmo (asesinado en territorio controlado por el PYD), defendieron la unidad de la lucha contra Assad. Sin embargo, las fuerzas dirigentes de la revolución siria nunca establecieron un compromiso democrático para defender el derecho de autodeterminación de la población kurda. Esto facilitó la actuación del partido kurdo PYD, cuya estrategia fue una alianza tácita con Assad, retirando a las masas kurdas de la revolución siria, a cambio de algunas concesiones por parte de la dictadura. Hay que evitar este error, llamando a la población kurda a luchar contra la dictadura y defendiendo su derecho a la autodeterminación, que siempre le ha sido negado por el régimen sirio. Al mismo tiempo, es necesario llamar al PYD a romper con el régimen sirio y con  el imperialismo estadounidense, y unirse a la lucha contra la dictadura siria y establecer un compromiso de no agresión entre las fuerzas rebeldes y el SDF, garantizando la autonomía de Rojava, rechazando cualquier presión del régimen turco. También es necesario exigir del SDF plenas libertades democráticas dentro de Rojava, para que el pueblo kurdo pueda ejercer su derecho de autodeterminación en libertad.


1 https://www.syriahr.com/es/350260/

2 https://www.middleeasteye.net/news/syria-deadly-strikes-aleppo-rebels-seize-airport-push-towards-hama

Traducción: Natalia Estrada

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