Elecciones europeas: nuestro análisis
Por: Giacomo Biancofiore – Partito di Alternativa Comunista
Junio es el mes de las URNAS. De hecho, en Italia los días 8 y 9 se vota para las elecciones administrativas que involucrarán a unas 3.700 comunas italianas y, sobre todo, para elegir a 76 miembros del Parlamento Europeo. En las semanas previas a la votación se produjo la habitual propaganda electoral, centrada casi exclusivamente en los acontecimientos italianos y no en los programas para la renovación quinquenal del Parlamento Europeo. La campaña electoral estuvo monopolizada por las declaraciones de los dirigentes y por invitaciones genéricas a votar en las cinco circunscripciones por las diez listas en competencia: Lega, Fratelli d’Italia, Forza Italia, Pd, Movimento 5 stelle, Stati uniti d’ Europa (+Europa , Italia Viva, Psi, Libdem, L’Italia c’è, Radicali Italiani), Azione, Libertà, Alleanza verdi sinistra y ace terra dignità.
PD y M5s: programas burgueses en los marcos de la UE y el euro
A modo de ejemplo, echemos un vistazo al programa de algunas listas burguesas que, sin motivo alguno, son consideradas «de izquierda».
En el programa del Movimiento 5 Estrellas (M5s) el primer capítulo se titula «Traer la paz a Europa» y, entre otras cosas, pide la creación de una «conferencia de paz para detener la guerra en Ucrania»: como si se tratara de una discusión entre dos partidos y no de una agresión de la Rusia imperialista contra Ucrania (remitimos a otros artículos publicados en nuestro sitio sobre este tema). Con igual demagogia, los Cinco Estrellas piden el reconocimiento de Palestina por parte de la UE, pasando por alto el hecho de que los países imperialistas que integran la UE no sólo apoyan la entidad sionista sino que la arman. En definitiva, es un programa que, como es habitual en la propaganda y acción grillista [por Grillo, dirigente de M5s], ignora la división en clases y en países opresores y oprimidos del mundo real en el que vivimos.
«Nunca con las derechas de Meloni y Salvini» es el eslogan que introduce los objetivos del Partido Demócrata para la próxima legislatura de la UE: condena (de palabra) los «excesos» de Israel, del cual se apoya el «derecho a defenderse» (del pueblo que coloniza) y sí a una defensa común de la UE. El acto de cierre de la campaña electoral del Partido Demócrata se celebró en Roma unas horas antes de escribir este párrafo. Tuvo lugar ante una claque más débil que lo esperado. El Partido Demócrata es el principal partido de referencia de los círculos burgueses italianos estrechamente vinculados a los banqueros e industriales hegemónicos de la UE. Fue responsable de políticas de rapiña a las clases subalternas italianas: en las salas parlamentarias revocó –o contribuyó a revocar– las antiguas conquistas sociales logradas por las incesantes luchas de los trabajadores del siglo pasado: escuela, investigación universitaria, transporte, sanidad, vivienda. Ha precarizado por ley los contratos de los trabajadores y ha bloqueado la contratación pública. A la luz de esto, ha favorecido transferencias de inmensas riquezas de los bolsillos de los trabajadores y las clases humildes a los ya opulenta y parasitaria de los banqueros e industriales por todos los medios posibles, legislativos y sociales.
Desde el palco, Schlein supo falsear todo el trabajo político del Partido Demócrata en los últimos años. En el comicio, mostró sus dientes y elogió la «Europa social», la lucha contra las desigualdades, la revitalización de la sanidad y de la escuela: una completa falsificación. En la derecha, no encuentra nada mejor que recurrir al estribillo habitual de votar al Partido Demócrata para «combatir a la derecha, la misma derecha que en realidad la política del Partido Demócrata ha alimentado constantemente durante todos estos años(1).
El Partido Demócrata es un partido sólidamente apoyado por los banqueros de la UE pero en dificultades, desgarrado por luchas intestinas entre patrones y camarillas pro-UE, el espejo de un Partido vinculado orgánicamente a los banqueros del norte de Europa que desmantelaron la mayoría de los asentamientos económicos y productivos italianos, mientras que las pequeñas y medias burguesías italianas, bajo presión, no se reconocen en ese partido y apoyan a otros, de tipo populista o de extrema derecha.
Un Partido Demócrata odiado por las clases bajas, conscientes de la carnicería social del que fue responsable, y que por esto mismo se acercan a la derecha en busca de una alternativa.
Avs y la candidatura de Ilaria Salis
Avs (Alianza Verde de Izquierda) es un cartel electoral que reúne a una parte del ala bertinottiana [por Bertinotti] de Rifondazione [Refundación Comunista] con los Verdes.
En el Parlamento italiano siempre han apoyado la política del Partido Demócrata y han desempeñado el papel de furgón de cola «de izquierda». De ahí la práctica de engañar a gran parte de los activistas de base, de llevarlos a posiciones compatibles con las políticas de austeridad y masacre social, sin darles ninguna perspectiva ni salida; al mismo tiempo, han actuado como obstáculo a las luchas obreras y de clase que se desarrollaron en los últimos meses en toda la península. Son responsables por la desconfianza que tienen los trabajadores, las mujeres y los estudiantes porque, frente a declaraciones programáticas, meros ejercicios verbales, no han hecho nada concreto para frenar los ataques de las clases dominantes contra las clases trabajadoras: esta contradicción ha producido una desorientación que contribuye a la capitalización de parte de la derecha de un consenso de sectores proletarios.
Su programa es un papeleo que vuelve a proponer los temas habituales de la izquierda institucional y las habituales exclamaciones de exigencias, con la pretensión de modificar para mejor el Parlamento Europeo. Es decir, esa máquina institucional fundamentalmente parasitaria, desgarrada por lobbystas, administradores, colaboracionistas y “gordos” al servicio de los principales banqueros e industriales europeos, que detentan el control. Hace unas semanas, la guerra de bandos en el Parlamento europeo estalló en graves escándalos de corrupción, que salieron a la luz porque algunas facciones se sintieron engañadas por otras en el reparto del botín de las riquezas obtenidas del proletariado internacional.
Leemos en el programa Avs: «Necesitamos construir una Unión Europea más cohesionada y solidaria, capaz de implementar plenamente los valores ya descritos en el art. 2 del Tratado de la Unión Europea: respeto por la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de Derecho y los derechos humanos […]» y «Crear una auténtica ciudadanía federal europea […]»(2 ).
Las encuestas no son favorables, ya que no es seguro que se supere el quórum de 4%. Para conseguir votos, Avs nominó a Ilaria Salis en dos circunscripciones, el Noroeste (como cabeza de lista) y la insular (como segunda cabeza de lista)(3). Este movimiento se desarrolla en dos direcciones: apropiarse de la ola de apoyo popular de derecha a Ilaria Salis y apropiarse de la patente de antifascismo. En realidad, fue el apoyo de las calles y las manifestaciones lo que dio visibilidad mediática a su caso y llevó a la concesión del arresto domiciliario, obligando a los representantes de los gobiernos italiano y húngaro a hacer concesiones a regañadientes: los partidos burgueses o proburgueses poco o nada han hecho. Cabe agregar que el patrimonio de la lucha antifascista es herencia de las luchas obreras libradas con la sangre de los partisanos que dieron sus vidas para derrocar el régimen fascista: ellos abrieron el camino hacia la derrota del capitalismo, la fuente del fascismo. Por eso afirmamos que el antifascismo es anticapitalismo. Pero Avs es un ala que apoya el capitalismo y nunca ha movido un dedo por las decenas de presos y perseguidos por motivos políticos en Italia. Por lo tanto, la candidatura de Salis es un movimiento puramente electoral y los votos de Avs se invertirán en políticas que, de hecho, son antiobreras y represivas de las luchas de la juventud y del antifascismo.
Como Alternativa Comunista, por Ilaria Salis y por su liberación de la prisión especial de Orbàn participamos en la campaña nacional junto con otras fuerzas antifascistas. Seguiremos luchando por la completa restitución de la libertad de Ilaria en las calles, en los lugares de trabajo y en nuestra prensa.
La lista de Santoro y Rifondazione
Finalmente, «Pace Terra Dignità» [Paz, Tierra y Dignidad], la lista de Michele Santoro con el apoyo de Rifondazione Comunista [Refundación Comunista], se presenta en estas elecciones. El programa está dividido en tres secciones, dedicadas a cada una de las tres palabras altisonantes que componen el nombre de la lista. En referencia a la guerra en Ucrania, en la primera parte del programa leemos: «Pedimos al Parlamento y a las instituciones europeas que tomen estas decisiones: resguardo de la paz en Europa, no confundir la solidaridad dada a los agredidos con el suministro de armas e incitarlos al conflicto prometiéndole victorias imposibles, alimentando un conflicto infinito capaz de precipitar una tercera guerra mundial, hasta el uso de armas nucleares y la destrucción de la humanidad y de la naturaleza».
Por lo tanto, también en este caso, un llamado abstracto a la «paz» enmascara la falta de apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano atacado por el imperialismo ruso. Además, el «pacifismo» de Santoro se detiene ante las puertas de las bases militares de la OTAN: la OTAN cuya «necesidad» se ha reivindicado en los últimos días.
En definitiva, esta lista, que se sitúa por debajo del umbral, no representa más que el enésimo intento de los dirigentes de Rifondazione Comunista, en compañía una vez más de una figura «sin partido» (hoy Santoro, en el pasado Ingroia, De Magistris, etc. ), para ganar un espacio de visibilidad que gastar después de las elecciones europeas para ser readmitido en el diálogo con la centro izquierda, de cara a las próximas elecciones políticas. La enésima reactivación de un proyecto de colaboración gubernamental con la burguesía llamada «progresista» del Partido Demócrata (que en realidad representa los intereses del corazón del capitalismo italiano); una cansada «compulsión a la repetición» que disipará las energías residuales de los militantes de buena fe arrastrados una vez más por los objetivos burocráticos y gubernamentales del grupo gobernante.
Trabajadores y trabajadoras desaparecidos de los programas
Después de haber recordado brevemente los programas de las coaliciones sobre el terreno en esta competición electoral, debemos señalar que los trabajadores y las trabajadoras han desaparecido por completo de esta campaña electoral.
La clase trabajadora no puede esperar nada bueno de las urnas y ciertamente ninguna de las coaliciones burguesas representa una alternativa que pueda dar algo a los trabajadores, cada vez más afectados por la crisis y por las políticas socioeconómicas de la propia UE.
Ni siquiera en la «izquierda» existe una coalición que pueda representar una alternativa de clase para los trabajadores. Además, no puede ser creíble quien lleva años presentando tímidas propuestas de leyes aceptables para la burguesía que, además de no dar ninguna ventaja concreta para los trabajadores, han representado la fachada a izquierda de los defensores de la UE y del euro, verdaderos artífices de años de recortes antiobreros, privatizaciones y liquidaciones del sector público (escuela, sanidad, etc.), contrarreformas del trabajo y de las pensiones, generalización del trabajo precario, disminución de los salarios y aumento de las desigualdades sociales.
Un programa para un verdadero cambio social es incompatible con la UE y el euro
Un programa para un cambio social real debe contener medidas tales como la restauración y mejora sustancial de los servicios públicos para que sean gratuitos, públicos y de calidad, revocando las privatizaciones mediante la expropiación sin indemnización; la cancelación de las contrarreformas laborales y previsionales y el fin del trabajo precario; garantizar trabajo y un salario digno para todos en la dirección de la expropiación de capitales y el control de los medios de producción por parte de las organizaciones de los trabajadores; garantizar el derecho al aborto gratuito, la igual dignidad de las mujeres y los derechos de los trabajadores jóvenes; el fin del racismo y la xenofobia institucionales; garantizar la libre circulación y la libre residencia de los trabajadores inmigrantes; detener la deriva autoritaria y represiva de los Estados y garantizar el pleno ejercicio de los derechos y libertades democráticos; detener la destrucción del medio ambiente y luchar contra el cambio climático a través de una transición ecológica cuya condición de éxito es la socialización de las industrias energéticas, y el control obrero y popular de esta transición; permitir el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos oprimidos.
Se trata de un programa socialista y revolucionario que no se puede lograr sin eliminar la deuda pública, expropiar bancos y grandes industrias, socializar las inversiones y establecer el control obrero sobre la producción. Estas medidas sólo pueden lograrse apoyándose en una movilización general y prolongada de las masas, y son completamente incompatibles con la permanencia en la UE y en el euro. Su realización exige que el poder pase a manos de gobiernos de los trabajadores fundados en nuevas instituciones, basados en una red de asambleas y comités populares creados en los lugares de trabajo y de vida de las masas populares, compuestos por delegados revocables en cualquier momento.
Este es el programa que habríamos presentado en las elecciones europeas, usándolas como caja de resonancia de las luchas y de las demandas socialistas: pero las reglas electorales están hechas para impedir la presentación de partidos que no dispongan de grandes recursos financieros y visibilidad mediática. Por este motivo, ni el PdAC ni los demás partidos de la Cuarta Internacional en Europa estarán presentes en las papeletas electorales. Pero las elecciones son sólo un momento de la batalla política cuyo verdadero centro de gravedad está y estará en los próximos meses en las calles, en los lugares de trabajo, en las escuelas y universidades que se movilizan por la causa palestina contra ese puesto de avanzada racista que es el Estado sionista y colonial de Israel.
Este programa no puede aplicarse mediante procedimientos «parlamentarios» ni mediante el trillado «diálogo social» de los burócratas sindicales. Es un programa para cambiar realmente la vida de la clase trabajadora, lo que significa que exige grandes movilizaciones y duros enfrentamientos de clase.
Luchar por este programa significa comprometerse a construir y organizar una fuerza revolucionaria que lo defienda, en todos los países y a nivel internacional. Es esta tarea con la que estamos comprometidos.
(2) https://verdisinistra.it/programma-elezioni-europee-8-e-9-giugno-2024/
(3) https://verdisinistra.it/elezioni-europee-2024/
Traducción: Natalia Estrada.