Ya es hora de que los bielorrusos salgamos de nuevo a la lucha, ¡por el pueblo ucraniano y por nosotros mismos!
El pueblo trabajador ucraniano está luchando heroicamente contra la invasión de Putin. Está luchando por su tierra, su moral está más alta que nunca. Junto a fotografías de la destrucción provocada por la invasión bárbara, también se esparcen por todo el mundo imágenes de equipos rusos en llamas, cadáveres quemados de invasores rusos y soldados prisioneros de guerra desmoralizados, renaciendo en la mente la lucha de los pueblos contra la invasión de las hordas nazis. Los planes de una “guerra relámpago” de Putin se encontraron con un pueblo aguerrido, que lo enfrenta en una lucha tremendamente desigual y lo desnuda ante el mundo como “Putler”, el Hitler del Siglo XXI. Porque en todo el mundo, la guerra en Ucrania ha mostrado claramente quién es Putin: un asesino, un criminal de guerra, un nazi que deberá ser juzgado y ejecutado. A medida que pasan los días, su máquina de guerra comete más y más atrocidades. El tiempo juega en su contra, mostrando a los pueblos del mundo que Putin con sus oligarcas y cuerpos de fuerzas armadas atacan a un pueblo que se defiende, resiste y no le teme. Ha llegado el momento de que el pueblo trabajador de Belarus se levante nuevamente en lucha contra la dictadura de Lukashenko y su amo del Kremlin y complete el trabajo iniciado en 2020.
Por: Iván Razin
Lukashenko: colaborador y asistente de los ocupantes
Lukashenko, rescatado por Putin en 2020, se sumó al sátrapa del Kremlin en su “operación” genocida contra el pueblo trabajador de Ucrania. Bajo la apariencia de “ejercicios”, permitió a Putin ocupar Belarus y convertir nuestra tierra en un trampolín para el terror contra los ucranianos y una retaguardia para las tropas de ocupación. Los invasores son abastecidos a través de Belarus, aviones y helicópteros rusos despegan de nuestro territorio para bombardear ciudades ucranianas. Desde aquí se lanzan cohetes. Lukashenko dice estar listo para enviar un regimiento bielorruso a Ucrania.
Lukashenko siempre ha estado “atado” a Putin. Hasta 2020, se permitía jugar a la «política multivector». Debilitado por nuestra revolución, políticamente cayó por completo como lacayo de Putin. Con el despliegue de tropas rusas en Belarus, supuestamente para «ejercicios conjuntos», y su complicidad en la agresión fascista contra Ucrania, Lukashenko se ha convertido literalmente en un gobierno colaboracionista de ocupación. La guerra criminal contra Ucrania no se libra en nuestro nombre, no en nombre de los trabajadores bielorrusos, sino en nombre del dictador colaboracionista Lukashenko.
Putin, ¡Fuera de Ucrania!
Los obstáculos en la “guerra relámpago” ya se han convertido en una vergüenza para Putin y para toda la «Gran Rusia». Pero Putin no retrocederá facilmente. No tiene adónde retirarse. En la guerra de Ucrania, es su cabeza lo que está en juego. Por lo tanto, continúa bombardeando ciudades ucranianas, arrojando más y más hierro y carne de cañón al fuego, tratando de penetrar en la capital ucraniana.
Al comienzo de la invasión, los gobiernos de los EE.UU., la UE y la OTAN simplemente estaban observando y «expresaban su preocupación», mientras el pueblo ucraniano luchaba heroicamente. El propio presidente Zelensky admitió que «Nos quedamos solos frente al enemigo». Solo el heroísmo mostrado por el pueblo trabajador de Ucrania, el repudio que supo dar al segundo ejército del mundo y la amplia ola de solidaridad mundial de la gente común que se levantó, obligaron a los gobiernos occidentales a comenzar a dar algunos tímidos pasos: suministrar a los ucranianos algún tipo de arma y comenzar a imponer sanciones reales contra Putin. Pero atención, se escucha más sobre “intenciones de suministrar armas” (con el objetivo de persuadir a Putin) que sobre los suministros reales (que necesitan los ucranianos): los gobiernos occidentales le temen al pueblo ucraniano en armas que al agresor genocida. Y el presidente de Ucrania, Zelensky, sigue pidiendo armas.
Y las sanciones contra el agresor se introducen paso a paso y tras decenas de advertencias, ya que golpean al capital financiero de las propias potencias occidentales, que han hecho y siguen haciendo buenos negocios con el asesino Putin. Los imperialistas de EE.UU. y la UE solo están interesados en obtener su parte del pastel, especulando con la sangre ucraniana en las manos de Putin. No se debe esperar nada bueno de ellos. Por lo tanto, el apoyo de los ucranianos por parte de los trabajadores del mundo es fundamental y más necesario que nunca.
Batalla de importancia internacional
El régimen de Putin es un bastión internacional de la contrarrevolución. Tiene las manos hasta los hombros con sangre de las revoluciones y los levantamientos populares: en Chechenia y el Cáucaso en su conjunto, en Ucrania, Siria, Sudán, Belarus, Myanmar, Kazajistán… ¡Es el Hitler del Siglo XXI! Hasta ahora se ha salido con la suya en todo. Claro, siempre bajo la «preocupación tolerante» de los gobiernos occidentales que con él en el Kremlin, desde hace ya 23 años, saquean la riqueza de Rusia junto con los oligarcas rusos. Y, por lo tanto, no querían romper relaciones con su agente criminal. Hoy Putin volvió a mostrar su rostro fascista. Pero se está rompiendo los dientes en Ucrania. ¡GLORIA A UCRANIA!
La victoria del pueblo ucraniano sobre la agresión del régimen de Putin tendría enormes consecuencias para los trabajadores de la región y del mundo entero, comparables a la caída del Imperio zarista ruso, la derrota de Hitler en 1945, el derrocamiento de la dictadura estalinista del PCUS a fines de la década de 1980, la derrota de Estados Unidos en Vietnam 1975 y la de la OTAN en Irak en 2011. Para Rusia, esto significaría el derrumbe de la ideología imperial zarista del “mundo ruso” y de la “Gran Rusia”, con la que Putin siempre ha drogado a los trabajadores rusos para que no resistieran su transformación en esclavos de los oligarcas y en prisioneros de la FSB. Para nosotros en Belarus, la derrota de Putin facilitaría enormemente la liberación de la dictadura de su perro guardián y de la ocupación por parte de tropas extranjeras.
¡Levantarse de nuevo contra Lukashenko, el colaboracionista y sirviente de la ocupación rusa!
Hoy Ucrania y Belarus están encadenadas por la ocupación de Putin. La guerra de los ucranianos es también nuestra guerra; guerra contra la ocupación de Belarus y contra la dictadura colaboracionista antinacional de Lukashenko. La naturaleza criminal de la guerra de Putin, la participación directa de Lukashenko en ella y el heroísmo de la resistencia de los trabajadores de Ucrania impacta profundamente a los bielorrusos comunes. Estamos masivamente en contra de esta agresión genocida de Putin.
Este es el momento en el que vale la pena levantarse para luchar de nuevo. Los ucranianos están luchando. Rompieron los planes del enemigo. La población de los territorios ocupados sigue resistiendo. Las autoridades ucranianas han llamado a la población de los territorios ocupados a una guerra total contra la ocupación y a golpear la retaguardia del enemigo. La situación de Putin es difícil. Las protestas, por pequeñas que sean, continúan sin cesar en Rusia, y crecen los signos de un rechazo general a la guerra. En las condiciones de dependencia del capital y la tecnología occidentales en las que Putin ha puesto a Rusia, ahora el país y su pueblo están al borde del abismo.
Los ucranianos frenan a las fuerzas enemigas. Estamos en la retaguardia de Putin y podemos golpear a la ocupación. No sería la primera vez en la historia que podemos hacerlo. Ha llegado el momento de levantarse nuevamente contra la dictadura del cómplice y sirviente de los invasores, Lukashenko, y completar el trabajo que iniciamos en 2020. En primer lugar, es necesario difundir información sobre la esencia y el significado de esta guerra, tanto como sea posible, y que no aparece en las noticias.
Llamar a apoyar a los trabajadores ucranianos y alentar su victoria. Divulgar «Vyvalenne» (Liberación), a través de los lazos personales, formar grupos en defensa de Ucrania para luchar por la independencia de Belarus de los ejércitos y de las finanzas de las grandes potencias, en la perspectiva de corte de rutas, protestas contra la guerra, huelgas… todas las acciones pueden ser eficaces si se realizan con inteligencia y autoorganización.
A quienes Lukashenko y Putin envían a la guerra criminal contra los ucranianos les decimos: no disparen contra el pueblo hermano. Junto con los ucranianos comunes, nosotros, los bielorrusos comunes, derrotaremos tanto a “Putler” como al dictador y cómplice de los invasores, Lukashenko.
¡Por la victoria de los trabajadores ucranianos bajo la ocupación de Putin! Putin, ¡fuera de Ucrania!
¡Ninguna complicidad del pueblo de Belarus con la ocupación y en la guerra contra Ucrania!
¡Ninguna ocupación de Belarus! ¡Tropas rusas, váyanse a casa!
¡ABAJO EL DICTADOR Y COLABORACIONISTA LUKASHENKO!