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Brasil

¿Por qué el Gran ABC se levantó el 29 de mayo pero las banderas del PT no pudieron ser erguidas?

junio 7, 2015

El día 29 de mayo del 2015 entrará a la historia, como el día en que la clase trabajadora brasileña reaccionó contra los ataques del gobierno de Dilma y de los grandes capitalistas, que intentan socializar la crisis y privatizar las ganancias por medio del Proyecto de Ley de Tercerización Laboral (Ley 4330), de las Medidas Provisorias [decretos] 664 y 665, además del ajuste general que recorte presupuestos de las áreas sociales.

Como parte de ese Día Nacional de Lucha y Paralización, la región del ABC paulista protagonizó una de las mayores movilizaciones del país y una de las mayores movilizaciones de la región en los últimos tiempos. Antes de entrar en los hechos ocurridos en  el ABC, es necesario entender el significado de esa región para la lucha de clases en Brasil y en América Latina.

 

Las ciudades de Santo André, São Bernardo do Campo y São Caetano (ABC) y sus vecinas (las ciudades de Mauá y Díadema) representan juntas uno de los mayores polos industriales brasileños y latinoamericanos. En ellas, se concentran, en gran número, los trabajadores más especializados en la cadena de producción capitalista (obreros y obreras de grandes ensambladoras automotrices y de la industria petroquímica). Sin embargo, contradictoriamente, se puede decir que está región  está marcada por un alto grado de explotación y espoliación de la fuerza de trabajo. De esa región se extrae una inmensa cantidad de riqueza, producida a costos baratos y enviada por las grandes multinacionales a Europa y EE.UU,, con el aval explícito de los políticos y partidos del orden.

 

Pero, además del papel económico, este rincón de Brasil guarda también una importancia política en la historia reciente del país. Fueron las heroicas y gigantescas huelgas de los obreros de esta región las que profundizaron la crisis del régimen cívico-militar, a finales de la década de 1970 e inicios de 1980. Además, también fue ahí que se construyó el Partido de los Trabajadores (PT) y la Central Única de los Trabajadores (CUT), en esa época, instrumentos importantes de lucha de la clase trabajadora.

 

Por eso, en el ABC como en ningún otro lugar la ligazón histórica, de los obreros con el petismo se dio por lazos orgánicos. Durante muchos años, los trabajadores no solo votaron por el PT, sino que se sentían parte del propio partido. Aquí Lula nunca fue un simple candidato de oposición al nefasto Fernando Henrique Cardoso y el PSDB, sino la figura que representaría a los obreros pues, ilusoriamente, Lula da Silva seríauno de los nuestros.  

Por esas razones político-económicas, los detalles dicen más que las cosas que aparentemente están explícitas. Los detalles revelan la realidad en movimiento, como continuidades y sobre todo como expresión de rupturas coyunturales, estructurales e históricas. 

 

La clase trabajadora se mueve y paraliza al Gran ABC
La lluvia dominó el cielo del Gran ABC, pero la disposición de lucha de los trabajadores  anunció que las máquinas, las calles y los ómnibus pararían porque la lucha de clases en Brasil está en movimiento. En Mauá y Diadema, los trabajadores de dos grandes empresas del transporte colectivo paralizaron antes de las 5.30 de la mañana, seguidos por la paralización parcial del transporte colectivo municipal de Santo André. En Sao Bernardo do Campo, los obreros de Volkswagen, de Mercedes-Benz, Scania y otras fábricas también paralizaron sus actividades.

 

El ápice de la movilización fue la marcha desde la sede del Sindicato de los Metalúrgicos del ABC (SMABC) hasta la histórica Plaza de la Matriz, en el centro de Sao Bernardo do Campo, donde miles de trabajadores municipales  en huelga se unieron a los obreros, un total de 20.000 trabajadores.

 

Durante el acto y durante el recorrido de la marcha, un detalle significativo llamó la atención: la ausencia de las banderas del PT en la mayor movilización de trabajadores realizada en el ABC, en los últimos tiempos, sumada al abucheo recibido por Wagner Freitas, presidente nacional de la CUT, al intentar defender al gobierno de Dilma. ¿Cuál era la razón por la cual las banderas del Partido de los Trabajadores no flamearon en el cielo de la ciudad que, durante muchos años, fue considerada el bastión del petismo? La respuesta a esa pregunta tiene muchas facetas. Algunas de ellas sobresalen a simple vista.

 

La crisis en el corazón político y económico del petismo
Por ser una región industrial, el Gran ABC produce para las multinacionales una gran cantidad de ganancias. Se calcula que, solo en 2013, la remesa de ganancias de las ensambladoras automotrices alcanzó la cifra de 2.300 millones de dólares, mientras que el valor invertido por esas empresas en Brasil fue de 1.400 millones). Un margen de ganancia de 900 mllones que salieron de la superexplotación perpetrada contra los trabajadores brasileños.[2]

 

Sin embargo, la región del Gran ABC es estructuralmente uno de los eslabones débiles del desarrollo subalterno y dependiente de la industrialización brasileña, frente a las grandes corporaciones extranjeras Por esta razón, la región es también sensiblemente golpeada por las oscilaciones de la economía mundial.

 

Frente a la crisis del capital a nivel mundial, la remesa de ganancia de las multinacionales automotrices se desplomó, aunque eso no significa el fin de la política parasitaria que esas empresas mantienen contra los trabajadores. Según el Dieese (Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos), de enero a abril de 2015, el valor de las remesas de ganancias que los capitalistas extranjeros ligados a las ensambladoras sacaron de Brasil fue de 86 millones, lo que significó una caída del 21.7 % sobre del valor de ganancia enviado en el mismo período de 2014. Ahora, en mayo, las multinacionales tomarán de los trabajadores brasileños 12 millones de dólares contra 115 millones del mismo mes  el año pasado[3].

 

Es ese el motivo real de los innumerables despidos producidos en GM, Ford y Mercedes-Benz o que en otras, como la VW, se preparan a hacer en la región del Gran ABC. También es el real motivo del intento patronal y gubernamental de aplicar la tercerización general de los servicios y las Medidas Provisorias que atacaron permanentemente los derechos laborales: garantizar las ganancias del gran capital extranjero y de los sectores empresariales nacionales que orbitan en torno de él.

 

La crisis en las ensambladoras, que afecta también a las pequeñas fábricas, provocó el desempleo de 29.000 trabajadores en el sector industrial, en los últimos doce meses.[4]Rápidamente, esos despidos se transformaron en un efecto cascada que toma las calles de la región. De acuerdo con la Investigación de Empleo y Desempleo (PED) realizada por el Seade (Sistema Estadual de Análisis de Datos) y el Dieese, solo en abril, la región cerró 23.000 puestos de trabajo (767 despidos por día). Según la investigación, esos despidos se desdoblan en despidos en el sector industrial pero afectan los ramos inmobiliarios, financieros y del pequeño comercio.[5]

 

Ante este escenario de miedo para la clase trabajadora, sobre todo para los sectores más empobrecidos, las respuestas del gobierno de Dilma son favorecer más y más las ganancias de la patronal. Primero, el gobierno del PT ayudó a las ensambladoras por medio de la exoneración fiscal y el Programa Innovar Auto, que garantizó que esas empresas dejasen de pagar cerca de 8.57o millones de impuestos al Estado. Además, la asociación del gobierno de Dilma con las multinacionales garantiza dinero público a las aves de rapiña extranjeras para el co-financiamiento de la política de lay-off(pre-despido), adoptada por las empresas para no perder su lucratividad. Ahora, juntamente con la burocracia sindical de la CUT, la gente de confianza del gobierno de Dilma propone la reducción de los salarios de los trabajadores, justamente en un momento de alta inflación.  

 

A pesar de ser aterrorizante, la crisis en las ensambladoras no es el único elemento de desgaste del PT en el Gran ABC. A ella se suma la insatisfacción popular frente a la política de ajustes. El recorte de más de 2.540 millones, que el gobierno de Dilma hizo en el sector de educación, por ejemplo, provoca indignación de una parte importante de la juventud de la región que encuentra dificultad para mantenerse en la enseñanza superior por medio del Fondo de Financiamiento Estudiantil (FIES), porque las alteraciones en el programa dificultan la renovación de la matrícula de miles de estudiantes-trabajadores. No por casualidad, en los últimos días, São Bernardo do Campo protagonizó la movilización de más de mil estudiantes que tomaron la puerta de la Facultad Anhanguera, debido a la dificultad que la juventud más pobre encuentra para estudiar en la “patria educadora”. 

 

Cuestiones de naturaleza regional también agravan la crisis petista. En ese sentido, la huelga de los trabajadores públicos municipales de Sao Bernardo do Campo, que choca contra la política de “austeridad” del alcalde (ex-presidente nacional de la CUT) Luiz Marinho (PT), demuestra así el creciente descrédito del PT en la región. Y evidencia la falsa dicotomía entre el PT y los partidos de oposición de derecha pues el alcalde petista y ex-sindicalista no vaciló en amenazar con el descuento de los días de huelga a los trabajadores, política semejante a la postura del PSDB frente a la huelga de los profesores estaduales paulistas.

 

Es ese escenario de intensificación general de la lucha de clases y de definición petista por la defensa incondicional de los grandes empresarios y sus ganancias en que debe ser comprendido el detalle revelador de la ausencia de las banderas del PT en una región que, hasta entonces, era considerada su baluarte. La histórica y heroica clase trabajadora del Gran ABC, que un día entrego su sudor y sangre para fundar las estructuras iniciales del petismo, parece tener una única convergencia con los sindicalistas cutistas que, desesperadamente, intentan evitar la crítica popular y clasista al gobierno: ambos saben de la incompatibilidad entre la estrella del PT que “brilla” en la sede del gobierno y las lágrimas que caen en las fábricas. Por esa razón, los obreros luchan como siempre lo hicieron, pero ya no cargan la bandera del PT y tampoco permiten que las burocracias sindicales la levanten en su nombre.

Traducción Laura Sánchez


[1]Gisele es graduada en Pedagogía -Universidad Estadual Paulista (UNESP). Maestría en Estudios Latinoamericanos por el Programa de Integración de América Latina -Universidad de Sao Paulo (PROLAM-USP). Integrante del grupo de investigación América Latina y Marx: movimientos sociales, partidos, Estado y cultura- Consejo Nacional de Investigación (CNPq) e investigadora de la Red de Estudios Latinoamericanos de Trabajo Docente (Red Estrado). 

[2]Sindicato de los Metalúrgicos del ABC:http://www.smabc.org.br/smabc/materia.asp?id_CON=34149

[3]Periódico El ValorEconómico-versión online:http://www.valor.com.br/empresas/4068346/em-crisis-ensambladoras-reduzem-remessas-de-lucro-ao-exterior

[4]Fuente:Catastro General de Empleados y Desempleados – CAGED:http://portal.mte.gov.br/caged

[5]Diario del Gran ABC:https://www.dgabc.com.br/Noticia/1374228/em-um-mes-regiao-ganha-23-mil-desempregados

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