Zimbabwe en camino de la catástrofe: ¡Fuera Mnangagwa!
La Perspectiva económica de Zimbabwe post-independencia se asemeja a un paño descolorido: a cada lavada, pierde su brillo y, con el paso de tiempo, amenaza con desintegrarse como un trapo[1].
– Japhet Moyo –
Decir que la economía de Zimbabwe está al borde del colapso total no es una mera afirmación. La economía retrocedió 12,8% sólo en 2019, esto es, incluso antes de la pandemia del coronavirus. La agricultura fue la más afectada y se contrajo 15,8% en 2019, debido a la destrucción provocada por el ciclón Idai y por la sequía de 2018/2019, que fue considerada la peor sequía de las últimas 4 décadas. Este año, la crisis económica que azota al país se profundiza agravada por la pandemia.
Por Cesar Neto y Zuhri Nassor
Junto a estos dos factores, citados arriba, además hay una escasez de divisas que impide al gobierno importar petróleo, lo que afecta también el suministro de energía en el país. Así, las empresas mineras, en especial el sector del cromo, utilizan el argumento de la falta de energía para acabar con la producción. Lo que realmente lo motiva al cierre, de la industria de producción en aquel país, es la caída de la producción mundial en estos tiempos de mayor crisis del capitalismo, desde 1929.
En este proceso de recesión con cierre el de empresas, la crisis en la agricultura y escasez de divisas, vemos que un fenómeno alimenta al otro. Los efectos de la crisis para los trabajadores aumentan cada día y el desempleo ronda el 80%, la inflación en julio fue de 35% y la inflación anual llegó a los 837%[2]. Por otro lado, la falta de divisas impide la importación de alimentos e insumos agrícolas, aumentando el hambre en el país. Y como si todo eso fuese poco, la red hospitalaria ni siquiera tiene Equipos de Protección Individual (EPI) para los profesionales de la salud, qué decir entonces de otros equipos y remedios necesarios para combatir la pandemia y otras enfermedades.
En la crisis capitalista el hambre se extiende
Asociado al desempleo, observamos la escasez de alimentos, justamente en aquel país que durante varias décadas fue considerado como el gran almacén de alimentos del África subsahariana.
Otro factor que afecta a la población del país es la inflación y la corrosión salarial. Un ejemplo concreto es que en febrero de este año, el mayor salario de profesor correspondía a 4.000 dólares zimbabuenses, lo que equivale a 11,05 dólares americanos. Y después de muchas movilizaciones, los profesores conquistaron un aumento salarial y pasaron a ser el sector mejor pagado del país recibiendo el equivalente a 91 dólares americanos.
¿Y qué se puede comprar con el mejor salario del país, valorado en 91 dólares americanos? Considerando que muchos productos son industrializados por empresas transnacionales, consecuentemente los precios acaban siendo dolarizados. Entonces, los productos como medicinas, pañales, alimentos industrializados de todas las variedades entre otros tienen sus precios dolarizados, lo que en realidad no representa el acceso a una supervivencia digna para los trabajadores, que no consiguen comprar ni lo esencial con este salario. Y la pregunta para el lector es: ¿Usted conseguiría sobrevivir con 91 dólares mensuales en su país? ¿En cuáles condiciones?
Esos 91 dólares tienen otro problema, pues una parte que es fija es el salario base, y otra parte es en forma de bonos (o gratificación) que fueron garantizados en este período debido a la pandemia. La parte variable para cada trabajador está entre 30 y 75 dólares por mes. Posterior a la pandemia el salario deberá caer, es decir, perderá el porcentaje que se adicionó para combatir la pandemia.
Un sistema de salud destruido que ni siquiera responde a la malaria
Zimbabwe tiene una población de 14,9 millones de habitantes. Es importante tomar en cuenta el tamaño de la población para comparar con los siguientes datos sobre las enfermedades que afectan a la población: a) Malaria: en mayo de este año el gobierno declaró el fin del brote de malaria que en los primeros cuatro meses del año arrojó un número 262 mil infectados y provocó 246 muertes; b) VIH / SIDA: anualmente 22 mil mueren de la enfermedad. Y el cuadro tiende a ser más grave, pues para la utilización de retrovirales, se tiene como pre requisito la alimentación antes de tomar el medicamento. Y en la medida que el hambre se extiende, no se puede tomar la medicina y el virus del VIH se vuelve más mortífero; c) COVID 19: en el país sólo existen 3 unidades de aislamiento, ningún laboratorio de virología capaz de analizar la presencia del virus, no hay lecho específico y apenas 100 ventiladores están disponibles. Los médicos y enfermeros trabajan sin condiciones elementales de protección individual, como ya mencionamos anteriormente.
La resistencia de los trabajadores y sectores populares y la represión
La economía se encuentra en recesión hace algunos años, desde 2015, época en que comenzaron las grandes movilizaciones contra la crisis y el gobierno, que inclusive fracturaron la Unión Nacional Africana de Zimbabwe – Frente Patriótico (ZANU-PF, por sus siglas en inglés), el partido – ejército que controla el poder en el país desde 1980. Como consecuencia de este proceso, en 2017, cayó el gobierno de Robert Mugabe e inmediatamente asumió interinamente Emerson Mnangagwa. Este último convocó y organizó nuevas elecciones en 2018. El resultado fue fraudado y las masas salieron a las calles a protestar, Mnangagwa hizo valer su apodo de cocodrilo y con una violenta represión mató 6 personas.
Mnangagwa, aparentemente había reunificado a su partido – ejercito, el ZANU – FP, pero no consiguió controlar las luchas en defensa de los salarios y por mejores condiciones de vida. En octubre de 2018, la central sindical denominada Congreso de los Sindicatos Zimbabwe (ZCTU por sus siglas en inglés) convocó movilizaciones nacionales que fueron violentamente reprimidas. En enero de 2019, una vez más la central ZCTU llamó a nuevas movilizaciones en las que la represión dejó otras 17 personas muertas sumadas a las denuncias de golpizas, violencia sexual, como los estupros, y otras formas de violencia.
La central sindical ZCTU está vinculada al Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), partido de oposición al gobierno, que propone la formación de un gobierno de unidad nacional de transición, en el cual compartirá el poder con el gobernante ZANU-PF, con el objetivo de salida unificada de la crisis política con el gobierno.
Por otro lado, las organizaciones sindicales independientes, del gobierno y de la oposición MDC, también realizaron importantes movilizaciones. Entre las más importantes podemos citar:
- Huelga de profesores de enseñanza fundamental y media que organizó el Sindicato Unificado de Profesores Rurales de Zimbabwe (ARTUZ) que comenzó una larga huelga en julio de 2019, y en lucha por la recuperación del salario que había caído de 400$ a 30$.
- Huelga de los médicos residentes: en septiembre de 2019, entraron en huelga los médicos de los hospitales públicos representados por la Asociación de Médicos de Hospitales de Zimbabwe (ZHDA). La principal reivindicación eran los salarios y las condiciones de trabajo. Los salarios de los médicos habían caído de 475$ a 40$. La huelga ganó aún más fuerza cuando el gobierno de Mnangagwa secuestró al Dr. Peter Magombeyi, dirigente de la ZHDA. El secuestro del Dr. Peter duró cuatro días, cuando fue encontrado casi muerto en un matorral a 40 km de la capital, Harare. Tenía marcas de tortura y señales de envenenamiento.
- Huelga de los médicos especialistas: El 26 de noviembre de 2019, los médicos especialistas representados por la Asociación de Médicos de Especialistas de Hospitales (SHDA), entraron en huelga sumándose a la huelga de los médicos residentes que estaban parados hacía casi tres meses. Esta doble huelga se extendió por 2 meses más.
- En mayo de 2020, fue el turno de los enfermeros de movilizarse. La cuestión era el salario, pues denunciaban que sus salarios habían sido reducidos en 85% en los últimos dos años. Además de la cuestión salarial, estaban planteadas las condiciones de trabajo durante la pandemia. El gobierno fue obligado a aceptar que los enfermeros trabajen durante una semana, en una jornada de 8 horas, y después tengan dos semanas de descanso cuando están en cuarentena preventiva y siendo sometidos a examen de prueba para Covid-19.
La represión en el día nacional de lucha
Desde mayo de este año, los diversos sindicatos y la central sindical ZCTU venían organizando un día nacional de lucha que ocurriría el día 31 de julio.
El partido – ejército, Unión Nacional Africana de Zimbabwe – Frente Patriótico (ZANU-PF, por sus siglas en inglés), del presidente Emerson Mnangagwa, el cocodrilo[3], organizó una violenta represión con secuestros, palizas, estupros y otras formas de violencia. Sindicalistas, dirigentes de barrios, abogados, periodistas famosos, cineastas y escritores vieron sus casas invadidas, familiares secuestrados, presos y mujeres violentadas.
La represión fue tan grande que hasta el Consejo Mundial de Iglesias, la Federación Luterana Mundial, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y el Consejo Metodista Mundial declararon públicamente que: «Condenamos vehementemente el abuso sexual y la violencia contra activistas mujeres. Consideramos el encarcelamiento de periodistas y líderes políticos inaceptable«[4]. Muchas organizaciones de derechos humanos, iglesias, periodistas, artistas, activistas e independientes levantaron el hashtag #ZimbabweanLivesMatter contra la represión en Zimbabwe.
En Zimbabwe se llegó al límite: no son más posibles salidas a medias
La situación económica de Zimbabwe se parece en mucho a la situación en Venezuela, pues ambos son países quebrados. Y no hay término medio para la actual crisis económica, social y sanitaria. Por eso, entendemos que la primera medida, para salvar a los trabajadores y a la población del país, es suspender el pago de la deuda externa que representaba 87% del total de las deudas contabilizadas hasta junio de 2019.
E inmediatamente también nacionalizar y estatizar la producción minera y agrícola. Principalmente porque existen empresas extranjeras, como la minera Hwange Colliery, que se da el lujo desde 2013, de pagar apenas una parte del salario de los trabajadores, y los trabajadores, y estos por miedo a la represión y a los despidos, no reivindican sus derechos. Una de las estrategias de lucha de los trabajadores por sus derechos contra la empresa fue la acción de las mujeres y sus hijos que acamparon, por un período de casi 5 años, en las instalaciones de la mina y a cambio fueron procesados por la empresa Hwange Colliery por invasión de propiedad y recibieron amenazas de muerte[5].
La gran tarea política es derrocar al gobierno de Emerson Mnangagwa, el cocodrilo, y su partido – ejército ZANU-PF que hace40 años controla el poder dictatorialmente. Y como consecuencia, constituir una Asamblea Nacional Constituyente con total libertad para todos los sindicatos, asociaciones de vecinos, campesinos y partidos de la clase trabajadora.
Para salvar Zimbabwe es necesario:
* Suspensión inmediata del pago de la Deuda Externa;
* Nacionalización y estatización de la producción minera y agrícola;
* Fuera Mnangagwa y el partido – ejército Zanu FP;
* Totales libertades democráticas para los trabajadores y el pueblo pobre;
* Elecciones libres y generales ya;
* Asamblea Constituyente libre y soberana.
Traducción: Leonardo Arantes.
Notas:
[1] http://www.cadtm.org/What-are-the-ways-to-get-Zimbabwe-out-of-the-current-situation
[2] http://spotlight-z.com/news/zimbabwe-govt-denies-crisis-inflation-jumps-840-percent/
[3] El apellido está asociado a algunas de las peores atrocidades cometidas por Mnangagwa bajo el partido Zanu-PF desde la independencia, en 1980
[4] http://spotlight-z.com/news/full-text-world-council-churches-statement-solidarity-people-zimbabwe/
[5] https://www.equaltimes.org/in-zimbabwe-trade-unionists-human#.Xz2g3sBKjIU