Mar Abr 16, 2024
16 abril, 2024

“Unidad nacional” contra los trabajadores: la política del PCP frente a la pandemia y la revolución de 1974

Es en los momentos de crisis que la burguesía se acuerda de apelar a la unidad. Y no está sola en este llamado dicho unitario, pues es acompañada por el Partido Comunista Portugués (PCP) y por el Bloco de Esquerda (BE), que rápidamente asumieron su papel de colaboradores responsables frente al régimen.

Por: José Luís Monteiro y Arnaldo Cruz, Portugal

Por un lado, el BE aprueba todos los estados de emergencia, que prohíben la huelga en los sectores esenciales y restringen la organización y reunión de los trabajadores. Por otro, el PCP se abstuvo en las dos primeras votaciones y solo votó contra la actual renovación del estado de emergencia, al mismo tiempo que defiende el discurso de que debe haber un equilibrio entre la economía, léase la capitalista, y la salud de los trabajadores.

No debe, pues, extrañarnos que en este período de crisis “dicha sanitaria” se multipliquen los llamados a la unidad. En primer lugar, se vende la idea de que el virus es “democrático”, queriendo con esto decir lo que aparentemente parece obvio: el SARS-Cov2 afecta tanto a ricos como a pobres, trabajadores y/o patrones. Intenta, así, pasar la idea de que todos juntos vamos a vencer la pandemia. La campaña de marketing “Va a estar todo bien” es el remate final en esta tentativa de convencernos de que, unidos, la enfermedad va a pasar, y en breve volveremos a nuestra vida normal.

La pandemia no para la lucha de clases

Ocurre que no va a estar todo bien, y no va a estar todo bien por dos razones principales.

Primero, no es verdad que el Covid-19 sea democrático, pues son los trabajadores –y, entre ellos, aquellos con salarios más bajos– que tienen la mayor probabilidad de ser infectados y, a partir de ahí, los que tendrán mayores dificultades sociales y financieras para sobrepasar la enfermedad. Esta realidad no puede ser ignorada por el hecho de que un poderoso banquero fue infectado y posteriormente murió en una estancia de sky suiza. La pandemia no para la lucha de clases, por el contrario, la torna más cruel.

Segundo, será para la clase trabajadora que se pasará la factura. Al contrario de aquello de lo que nos quieren convencer, el Covid-19 no es democrático ni igual para todos. Por eso, es la clase trabajadora la que ya la está pagando directamente a través del desempleo e, indirectamente, a través de la Seguridad Social, al entregar a las empresas 70% del valor del rendimiento de casi un millón de trabajadores actualmente en lay-off. Y solo estamos en la fase inicial de la pandemia. Cuando llegue la “ayuda” europea vendrá con ella la austeridad, probablemente en una nueva versión tanto o más dura que la del período de la troika.

Puentes a la izquierda para gobernar a la derecha

Las declaraciones del gobierno PS de que no va a haber austeridad deben ser entendidas como simples estrategias para ganar tiempo. Y es porque Costa sabe que pasado lo peor de la crisis sanitaria vendrá la vieja receta de la austeridad que ya pidió la ayuda del BE y el PCP (la unidad de la izquierda). Será mucho más fácil pasar medidas de austeridad y aguantar la inevitable contestación social que estas traerán si se tiene un ropaje de izquierda. Y si eso no fuera suficiente, Costa tiene también el PSD, cuyo máximo dirigente se dispuso para un “gobierno de salvación nacional”, que, bien discutidas las cosas, podrá (Rui Rio no dijo eso, pero nos atrevemos a sospecharlo) incluir a la izquierda responsable, que es lo mismo que decir BE y PCP.

La “unidad nacional” del PCP y la derrota de la revolución

A pocos días de los 46 años del 25 de abril de 1974, cabe recordar que también en la crisis abierta por el golpe militar hubo quien, del lado de los trabajadores, defendió una salida de unidad con la burguesía democrática nacional, la llamada “unidad nacional”. El proceso llevó al poder a una junta militar autotitulada “Junta de Salvación Nacional”, que estableció un gobierno de “unidad nacional” en el cual (en unidad) estarían desde la gran burguesía hasta los partidos obreros reformistas. Todo eso al servicio de intentar parar aquello que la movilización de los trabajadores en los días que siguieron al 25 de Abril ya dejaba adivinar: la revolución estaba en la calle.

Otro intento de parar el proceso revolucionario vino de parte del PCP: la unidad Povo/MFA [ Pueblo/Movimiento de las Fuerzas Armadas], que no pretendía más que sujetar, con los entonces llamados “militares progresistas”, la independencia política del programa obrero y popular que surgía de las fábricas y de las empresas. Era una unidad de los trabajadores con la burguesía democrática muy a gusto del estalinismo.

Fue incluso con la participación del PCP que se crearon las primeras medidas de la “democracia” contra la organización y movilización de los trabajadores, por la salud de la economía nacional, y contra las huelgas “salvajes” que estallaban por todo el país. La primera Ley de Huelga, que prohibía huelgas políticas y las restringía a calendarios específicos de negociación de derechos con las empresas, salió de la lapicera del entonces ministro de Trabajo, Costa Martins, al lado del secretario de Estado Carlos Carvalhas, ex secretario general del PCP.

Pero como la imaginación es infinita, la dicha burguesía democrática, al lado del PCP, avanzó incluso con la “batalla de la producción”, como si los lucros del capitalismo perteneciesen a los trabajadores. Trabajar en unidad con los patrones, olvidando las huelgas para salvar el país, llevó a que venciese el país de los intereses económicos de la burguesía, contra aquel que, con su acción, los trabajadores intentaron construir en el PREC [Proceso Revolucionario En Curso].

Así como en 1974-1975, hoy la política de “unidad nacional” contra la pandemia solo pretende llevar a los trabajadores a la apatía o el engaño para facilitar los lay-off, para despedir a los más precarios, para restringir el derecho de huelga, en suma, para permitir mejores soluciones para que el gran capital restablezca sus ganancias.

Artículo publicado en www.emluta.net

Traducción: Natalia Estrada.

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