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Portugal

Portugal: para acabar con la austeridad es necesario otro 25 de Abril

abril 26, 2018

Las polémicas de las últimas semanas alrededor del límite de déficit defendido por Mário Centeno, a costa de la negación de aumentos salariales en la función pública, son expresivas de la situación del país y de la política de la Geringonça[1].

Por: Em Luta, Portugal

Tenemos el feroz embate con la realidad cotidiana: salarios que no llegan a fin de mes; millares sin médico de familia o se acumulan urgencias sin tratamientos dignos; familias expulsadas de las casas y sin alternativa frente a la especulación inmobiliaria; ausencia de guarderías públicas, y un larga lista de etcéteras. Resumiendo: en el mundo real de quien trabaja, la austeridad no acabó. Y mientras tanto, son millares para los bancos y para pagar la deuda.

Cuarenta y cuatro años después del 25 de Abril, queda claro que la democracia (de los ricos) no resolvió los problemas más básicos de la clase trabajadora. Paz, Pan, Vivienda, Salud, Educación fueron las reivindicaciones que, junto a la lucha contra la dictadura y por los derechos democráticos, dieron inicio a la revolución en Portugal, el 25 de Abril de 1974. La dictadura salazarista cayó, pero estas reivindicaciones están cada vez más lejos de ser alcanzadas en un país gobernado al servicio de los patrones, de los banqueros y de la Unión Europea.

La Geringonça no cambió esa realidad, pero el PS, PCP y BE procuran convencernos de que esta es la salida y de que no podemos aspirar a más que un mal menor, mientras intentan empujar al PS un poco más a la izquierda. De la misma forma que en el Brasil la mayor parte de los partidos de la izquierda están al servicio de reerguir el PT a través de una maniobra electoral. Pero la verdad es que cuando la izquierda llama a los trabajadores a confiar en los gobiernos de los patrones y en la conciliación de clases, los desarma. Los deja huérfanos de un alternativa. Es eso lo que pasa hoy en Portugal, y lo que quieren construir en el Brasil.

Es preciso, por eso, recordar que las conquistas del 25 de Abril fueron arrancadas de las manos de los banqueros y los patrones por la lucha y la autoorganización de los trabajadores. No fueron dadas por ningún gobierno. Por el contrario, fue esa conciliación entre patrones y trabajadores que sirvió para derrotar la revolución y traernos al punto de austeridad sin fin en que estamos hoy.

Conmemorar el 25 de Abril no puede ser por eso otra cosa que retomar las lecciones de la lucha revolucionaria: ninguna conciliación de clases, movilización independiente de los trabajadores para acabar con la austeridad, por Paz, Pan, Vivienda, Salud y Educación. Y para conseguir lo que parece tan básico es preciso una lucha consecuente por una nueva revolución, por otro 25 de Abril.

El camino no pasa por la Geringonça sino por una alternativa independiente y revolucionaria de los trabajadores y de todos los oprimidos.

[1] Gerigonça: construcción improvisada o con poca solidez. El gobierno de Portugal es considerado un “gobierno de las izquierdas” o “frente de izquierda” debido al apoyo parlamentario que le dieron los partidos de izquierda y que le permitió entrar en funciones [ndt].

Traducción: Natalia Estrada.

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