Jue Abr 25, 2024
25 abril, 2024

Pandemia: las responsabilidades de los gobiernos burgueses

Recién entramos en 2022, vale decir el tercer año de la era Covid, y volvemos a escribir sobre la pandemia, en parte para hacer el nefasto balance de la gestión de los sucesivos gobiernos en los últimos 24 meses, en parte para intentar explicar mejor el análisis y la posición de nuestro Partido. «Explicar» es la palabra clave. Tratar de hacer entender nuestro punto de vista y tratar de hacerlo comprensible a los trabajadores, especialmente a las vanguardias que se encuentran todos los días en la primera línea de la lucha de clases.

Por: Diego Bossi (obrero de la Pirelli, Italia)

Algunas premisas necesarias

Antes de comenzar, sin embargo, es bueno aclarar tres puntos fundamentales: 1) por qué queremos explicar nuestro análisis; 2) qué método usaremos para explicarlo; 3) cuáles son los principios del marxismo en los que este se basa.

Empecemos por el primer punto. No nos interesa hacernos entender con fines meramente académicos, ni nos interesa entrar en la arena de todos los que tienen algo que decir ni, mucho menos, nos interesa pontificar dogmas indiscutibles. Como marxistas, elaboramos nuestras teorías sobre el análisis de la historia y las contrastamos con la prueba de los hechos.

Segundo punto. El método que utilizaremos es el de preguntas y respuestas, es decir que haremos algunas preguntas que son importantes para nosotros y luego daremos nuestra respuesta. De esta manera, en aras de la claridad, podremos “esquematizar” mejor los diversos aspectos del tema, explicando nuestra posición de la mejor manera posible.

Finalmente, el tercer punto. ¿Cuáles son los principios que caracterizan a los marxistas y que son la base de sus análisis? Son varios, pero para la comprensión de nuestro artículo es importante explicar tres: 1) la sociedad capitalista se caracteriza por un enfrentamiento irremediable entre clases sociales (las principales son la burguesía y el proletariado, pero también existen clases intermedias como la pequeña burguesía); 2) el gobierno no es un órgano neutral y por encima de las clases sociales, sino que es el gobierno de la burguesía como clase dominante, su expresión organizativa, militar, legislativa y judicial: el «gobierno burgués», en una expresión única y exhaustiva ; 3) las direcciones políticas y sindicales de la sociedad corresponden a determinados intereses materiales tanto de clase como del aparato burocrático, pero esto lo veremos en detalle en este texto.

Otro elemento a saber antes de iniciar esta lectura es que, más allá del número de las llamadas “olas” de la pandemia, es muy importante tener en cuenta tres fases principales bien diferenciadas: el surgimiento, los protocolos de seguridad, las vacunas.

Ahora podemos comenzar con nuestras preguntas y respuestas, teniendo siempre en cuenta que para nosotros marxistas, ninguna respuesta puede prescindir del análisis de las acciones de la burguesía, del gobierno y de las direcciones de los partidos y sindicatos en cada situación, tratando de identificar el camino que mejor se separe de enemigos y traidores del proletariado.

Primera pregunta: ¿quiénes son los responsables de las millones de víctimas del Covid-19?

En primer lugar, debemos disipar de inmediato la narrativa del «acontecimiento natural» ante el que una indistinta «humanidad» ha tratado de reaccionar de la mejor manera. El sistema económico y social capitalista tiene un impacto devastador sobre la naturaleza, el medio ambiente y los territorios. Un sistema basado en la ganancia de una minoría dominante, que se enriquece a través de la explotación de la gran mayoría de la humanidad, nunca hará nada para prevenir, defender o curar a la sociedad de cualquier crisis, pandemia, cataclismo o desastre que se pueda imaginar.

Decenas de millones de personas en todo el mundo no han muerto por el Covid en sí, sino por la incapacidad de este sistema criminal para proteger a las masas populares. Se muere por el capitalismo, porque los recursos materiales existentes y el conocimiento científico no están disponibles para toda la sociedad. Y no se ponen a disposición de toda la sociedad porque están controlados por una minoría dominante y se utilizan para el beneficio de esta minoría a la que nada le importa la vida y la salud de las masas populares. No solo eso: podríamos decir, a la inversa, que los conocimientos científicos existentes son aquellos alcanzados para generar la ganancia de una minoría de capitalistas. Por lo tanto, en un sistema no basado en la ganancia, pueden existir muchos otros conocimientos y técnicas en muchos otros campos pero que en el capitalismo no son financiados y desarrollados porque no son rentables para ningún patrón.

Segunda pregunta: ¿qué medidas han tomado los gobiernos?

Como ya dijimos, los gobiernos no son neutrales en una sociedad dividida en clases. Son, en palabras de Marx, el comité de negocios de la burguesía. ¿Y qué han hecho los gobiernos nacionales y locales? Simplemente cedieron a la presión de Confindustria para que no se detuvieran la producción y el comercio de bienes (ganancias). En un primer momento, al inicio de una pandemia muy lejos de ser inesperada(1), minimizaron la gravedad de la situación sanitaria, empezando por los gobiernos locales y regionales lombardos que (mal) administraron los teatros de una auténtica hecatombe: Codogno, Lodi , Alzano, Nembro y toda la Val Seriana(2). Posteriormente, el gobierno, al darse cuenta de la gravedad de la situación y ante una ola incontrolable de muertos, tuvo que recurrir a la argucia de los llamados “protocolos de seguridad”, engañando a las masas populares sobre que era posible resguardarse y defenderse del contagio con normas abstractas e inaplicables(3), trasladando así la responsabilidad de los patrones a los trabajadores. Fueron los trabajadores quienes pararon las fábricas para defender su vida y las de sus familias: miles en todo el país se declararon en huelga en marzo de 2020.

Luego, en 2021, llegaron las vacunas, por lo que los protocolos de seguridad, de instrumento imprescindible para el trabajo y el desarrollo de las actividades escolares y de transporte público, se desvanecieron para dar paso al “green pass” [pase verde]: un pase que, en medio de la difusión de la variante Delta del Covid 19, fue lanzado con criterios aleatorios durante una campaña de vacunación aún en alta mar, así como utilizado como pretexto para eliminar las ya deficientes medidas de seguridad y distanciamiento (y para despedir). Hasta llegar a la variante Ómicron, a la tercera dosis de refuerzo de la vacuna, al llamado «súper pase verde», y al caos de hisopados y rastreos que caracterizan nuestros días.

La mejor forma de responder a esta pregunta es plantearse otra pregunta: ¿qué intereses por encima de todo han sido la constante fija de estos dos años? La ganancia y la acumulación de capital para los patrones, o sea, la continuidad de la producción y del comercio de mercaderías. Esto nunca cambió, esa es la única constante verdadera de nuestra fórmula; y el gobierno ha demostrado su connotación de clase al seguir cambiando medidas para defender los intereses de la burguesía: primero, ignoró la aparición y propagación del virus; luego, minimizó sus efectos; después, cambió completamente de rumbo y emitió protocolos de (in)seguridad para enviar a millones de trabajadores a las fábricas y estudiantes a las escuelas (aglomeración en el transporte público); luego, cuando ya estaba claro hasta para las paredes que las escuelas eran el principal lugar de propagación del virus, el gobierno, sin haber destinado un euro para medidas de seguridad de los edificios y para las actividades escolares (y ni siquiera para garantizar calidad de aprendizaje a distancia para todos), impuso la escuela presencial para “contener” a los hijos de los trabajadores que debían ir a las fábricas; luego hubo un nuevo giro: el pase verde, que a diferencia de lo que nos quieren hacer creer, no sirvió para defender a la población de la pandemia sino que fue la herramienta para exponerla indiscriminadamente al contagio, utilizada por los patrones para reprimir, dividir y debilitar a los trabajadores, y como excusa para eliminar incluso aquellas mínimas medidas de seguridad como el distanciamiento (ver escuela y transportes). Cada acto del gobierno (primero Conte, luego Draghi) resultó en miles de muertes que en un sistema no basado en el lucro y controlado por los trabajadores podrían haberse evitado.

Tercera pregunta: ¿cuál fue el papel de las direcciones de los sindicatos confederados?

El papel de las direcciones de la CGIL, CISL y UIL fue más que fundamental para la patronal y su gobierno. Podríamos definirlo como «necesario», porque en todas las fases de la pandemia de Coronavirus actuaron como muleta de la patronal, primero evitando cualquier organización del conflicto para defender la vida y la salud de los trabajadores, luego firmando los protocolos de seguridad para mandarlos y amontonarlos en la fábrica durante la pandemia (frustrada por las huelgas espontáneas de miles de trabajadores en marzo de 2020), luego apoyando junto con Confindustria y el gobierno la estafa de un “green pass” emitido sin ningún criterio de seguridad sanitaria.

Una cosa debe quedar clara: estos dirigentes sindicales son culpables de la peor colaboración de clase con la patronal y su gobierno. ¡Han traicionado a los trabajadores y a su propia base! Lenin los definía «agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero». Una expresión que creemos adecuada y actual.

Cuarta pregunta: ¿cuál es la interpretación del negacionismo y del fenómeno no vax?

Negacionistas, reduccionistas, no vax y freevax… hay varias corrientes que parten de una legítima y compartida desconfianza hacia el sistema pero llegan a conclusiones opuestas a la nuestra. Ya hemos escrito varios artículos sobre estas posiciones(4), no queremos repetirnos aquí, pero creemos que es útil señalar tanto la existencia como la alta peligrosidad de esta pandemia y, sobre esa base, reivindicar todo lo que pueda ser útil para prevenir (evitar reuniones y contactos estrechos prolongados), proteger (utilizar mascarillas Ffp2, desinfectarse las manos con frecuencia), defender (reivindicar una vacunación masiva de calidad para todas y todos) y cuidar (reivindicar terapias de tratamiento accesibles a todas y todos) la vida y la salud de los trabajadores y de sus familias, ya que los capitalistas tienen todos los medios para protegerse.

Lo que queremos explicar aquí es que fenómenos más o menos generalizados como los mencionados en la pregunta también deben ser observados bajo la lente marxista del análisis de clase(5), es decir, que no son fenómenos aislados y desconectados de la sociedad dividida en clases; de hecho, son constantemente alimentados por la burguesía a través de sus gobiernos. Si bien las posiciones negacionistas tienen una base pequeñoburguesa y las posiciones del no y el freevax se han afianzado entre muchos sectores de la clase trabajadora, debemos desmentir la narrativa que ve por un lado al gobierno, Confindustria y los sindicatos que se preocupan por la salud pública y promueven el “green pass” y las vacunas y, por otro, los negacionistas o no vax. ¡No es así! Los gobiernos Conte y Draghi enviaron a morir a decenas de miles de trabajadores para garantizar las ganancias de la burguesía. Cuando ordenaron formalmente (y con retraso) el lockdown [confinamiento] parcial en 2020, eximieron a toda la industria a través de la farsa de los códigos ATECO, que transformaban la excepción en regla y la regla en excepción; cuando no había vacunas, el gobierno propagandeaba, con la ayuda de las direcciones sindicales, los protocolos de seguridad y, a través de sus medios de comunicación y de varios científicos contratados, mintieron que las fábricas y las escuelas eran los lugares más seguros del mundo, provocando el contagio y la muerte de cientos de miles de personas; cuando llegaron las vacunas, el gobierno las usó para desarrollar el “green pass” como un viático para eludir las restricciones, dejando de lado otras medidas para contener el contagio.

Las posiciones negacionistas y no vax no caen del cielo: son la consecuencia de las acciones de los gobiernos burgueses que han financiado a banqueros e industriales con cientos de miles de millones públicos y han dejado en la desesperación, además de los trabajadores, a artesanos, comerciantes y pequeñas empresas, comprensiblemente enfurecidos. Las aperturas indiscriminadas han alimentado la retórica del negacionismo. A la fecha, la campaña de vacunación en el mundo ha llegado solo a la mitad de la población mundial y la tercera dosis de refuerzo no llega ni a 7% de ella. Esto sucede porque en el capitalismo las farmacéuticas persiguen el lucro y no la necesidad mundial, vendiendo los suministros de vacunas para la tercera dosis a gobiernos imperialistas que pueden pagar cientos de millones de dosis y dejando a los países dependientes desprotegidos desde el primer ciclo. Con estos números nunca podremos detener un virus que circula en nivel mundial; no es casualidad que los medios burgueses nos estén adoctrinando en la aceptación pasiva de la endemia y la convivencia con el Coronavirus. Pero el fracaso de la guerra global contra la pandemia, debido a la imposibilidad y la incapacidad del sistema capitalista para proteger a la humanidad, alimenta constantemente las corrientes novax.

Última pregunta: ¿cuáles son sus propuestas para salir de la crisis sanitaria, económica y ambiental?

En primer lugar debemos decir claramente y sin demasiadas palabras que dentro del capitalismo no existe ninguna salida definitiva para ningún tipo de crisis, ya sea económica, sanitaria o ambiental, dado que un sistema que expropia la riqueza producida por miles de millones de trabajadoras y trabajadores en el mundo para enriquecer a una pequeña minoría de capitalistas, privando a la humanidad del uso para el bien colectivo de la riqueza y los recursos, solo puede conducirnos a la destrucción total del planeta.

Esta premisa es importante porque es indispensable comprender que en el capitalismo solo un golpe de suerte puede sacarnos de la pandemia, y que aunque salgamos de ella solo habremos superado una de las tantas etapas hacia la destrucción.

Debemos sobrevivir a la pandemia para derrotar el sistema socioeconómico que muy probablemente la generó y que ciertamente la ha hecho letal para decenas de millones de personas en todo el mundo.

Por nuestra parte, como partido, seguiremos distinguiendo las direcciones políticas oportunistas de su propia base, oponiéndonos a las primeras y manteniendo siempre abierto el canal de diálogo y de debate con los trabajadores. Seguiremos estando junto a los trabajadores, los despedidos, los comerciantes, los artesanos y los trabajadores en lucha, apoyando sus huelgas. Continuaremos apoyando incansablemente la lucha de las mujeres, los inmigrantes, los miembros de la comunidad LGBT, y de todos los demás sectores oprimidos por el capitalismo, conscientes de que la única forma de combatir la opresión es la lucha de clases contra la explotación del capital sobre la fuerza de trabajo, por un sistema social y económico, el socialismo, libre de las cadenas de la ganancia de un puñado de multimillonarios.

Notas:

(1) https://www.dropbox.com/s/auvaods0wfz7aww/Capettini%20-%20C%2019%20strage%20di%20Stato.pdf?dl=0

(2) https://www.partitodialternativacomunista.org/politica/nazionale/lavalserianaetuttabergamononsipiega

(3) https://www.partitodialternativacomunista.org/politica/nazionale/lapandemianelcapitalismoelasoluzionesocialista

(4) https://www.partitodialternativacomunista.org/politica/nazionale/greenpassevaccinitrapropagandaefollia

(5) https://www.partitodialternativacomunista.org/politica/nazionale/novaxfreevaxedintornieffetticollateralidellepolitichecapitaliste

Artículo publicado en www.partitodialternativacomunista, 5/1/2022.-

Traducción: Natalia Estrada.

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