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El Salvador

Organicemos un instrumento clasista, socialista, internacionalista y revolucionario

enero 12, 2025

Por Plataforma de la Clase Trabajadora – El Salvador

Las y los revolucionarios de la Liga Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional en El Salvador hemos emprendido un esfuerzo por reorganizar a las y los revolucionarios alrededor del Partido de la Clase Trabajadora, es necesario clarificar los cuatro pilares en la construcción del Partido de la Clase Trabajadora ante la situación grave de Dictadura que vive el País, en la que nuestra Clase se encuentra en orfandad:

El Clasismo, El Socialismo, El Internacionalismo y su Carácter Revolucionario.

Queremos organizar en nuestro instrumento únicamente a las personas de la clase trabajadora, y vamos a defender únicamente los intereses de la clase trabajadora. Todo a partir de éstos cuatro pilares:

Un Partido Clasista

Desde que vamos a la escuela nos enseñan que todos somos iguales, en la Constitución de El Salvador se establece en su artículo 3 que todos somos iguales ante la ley, que todos somos ciudadanos y que tenemos los mismos derechos. En el PT creemos que esto es una gran mentira, no todos somos iguales, para nosotros existen centralmente dos tipos de personas, que conforman dos clases sociales. La primera, la más numerosa, es la Clase Trabajadora. Somos todos los que vivimos de nuestro propio trabajo, que vamos 5, 6 o hasta 7 días a la semana a trabajar durante 8,9, 12 o hasta más horas, a cambio de un salario o que con la iniciativa propia nos esforzamos por llevar sustento a nuestro hogar trabajando por cuenta propia, es decir que vivimos por esfuerzo propio y no del trabajo ajeno. Por otro lado, está un grupo de personas privilegiadas, un grupo muy reducido, la clase burguesa. Son las personas que viven del trabajo de los demás, de nuestro trabajo. Son los dueños de las fábricas, y empresas, de los bancos, de las maquilas y que a se hacen millonarios a costa de la riqueza que produce nuestro trabajo.

Estas dos clases sociales tienen intereses completamente opuestos: por un lado, los trabajadores queremos mejores  ingresos, mejores salarios, bienestar para nuestros hijos; por otro lado ellos quieren ser más ricos y por eso no nos aumentan los salarios, incrementan los precios de lo que consumimos, controlan las leyes a su beneficio; nosotros necesitamos salud, educación y vivienda, pero ellos no quieren pagar impuestos para financiar estos servicios; nosotros queremos tener trabajo, pero ellos quieren que haya desempleo para poder amenazarnos con despedirnos y que haya un enorme ejército de desempleados que comercie sus productos sin derechos laborales, sin jornada laboral, dejando lo mejor de sus vidas en las calles. Todos los problemas que vemos en el país no se pueden resolver a favor de las dos clases sociales, y lo que siempre han hecho es resolverlos a favor de los patronos, de los grandes empresarios y perjudicando a la Clase Trabajadora.

Desde el PT  queremos organizar en nuestro partido únicamente a las personas de la Clase Trabajadora, y vamos a defender únicamente los intereses de la clase trabajadora. Por esto es que nos consideramos un Partido Clasista.

La mayoría de los partidos hablan del bien común, y de lo que es mejor para El Salvador, y que van a hacer un gobierno para todos, etc. Esto es una gran mentira, aunque ellos no lo admitan en realidad estos son partidos de la otra clase, de la burguesía. Ellos se valen de las necesidades que tenemos los trabajadores, para hacer promesas para que los trabajadores votemos por ellos y así seguir gobernando para los ricos.

Todos los partidos como el FMLN, ARENA, PCN, PDC,  GANA, VAMOS, NUEVAS IDEAS, etc, utilizan un discurso en el que hablan de ciudadanos, de pueblo salvadoreño, con esto quieren ocultar la diferencia entre la Clase Trabajadora y La Clase Burguesa, los empresarios y quieren hacernos creer que todos somos iguales. Estos partidos dicen que van a gobernar para todos, pero en realidad gobiernan solo para los ricos.

La única forma en que los trabajadores podemos conquistar mejores condiciones de vida es mediante la organización independiente y la movilización de la Clase Trabajadora, asumiendo y empujando nuestro propio destino, sin ningún tipo de alianza con la burguesía.

Como Clase trabajadora debemos tener claro que no basta con votar por un Partido de la Clase Trabajadora. Los problemas que tenemos los trabajadores como los bajos salarios, el costo de la vida, los trabajos extenuantes, la falta de acceso a la educación, a la salud, el costo de la vida, etcétera son problemas que solo se van a resolver si nos organizamos como clase para luchar por ellos, no a través de las elecciones que ellos controlan.

Los demás partidos nos dicen que todo lo que tenemos que hacer es poner una X en un papel y mágicamente ellos nos van a resolver nuestros problemas. Esto es una mentira. Los burguesía hoy Cyan, antes Roja y más antes Tricolor dominan todo, la asamblea legislativa, los tribunales, las empresas, todo. La única forma en que la vida de los trabajadores va a cambiar es si nos organizamos y luchamos porque cambie, nadie nos va a hacer ningún favor.

Por eso nosotros queremos construir al PT y ponerlo al servicio de las luchas de las y los trabajadores, esta es nuestra tarea central, y en ese marco también nos planteamos participar en las elecciones, para que los trabajadores tengan la posibilidad de votar por un partido que va a defender sus intereses. Pero sabiendo que ésta no es nuestra cancha.

Un Partido Socialista

Desde el PT creemos que el capitalismo en cierto modo sienta las bases para el socialismo. La producción de las mercancías y la riqueza, hoy en día se hacen de forma social, es decir la producimos entre todos. Sin embargo, la apropiación de esa riqueza no es social, es privada. Por ejemplo, la riqueza que se produce entre todos los trabajadores en una fábrica no se la dejan los trabajadores, sino que se la deja el dueño de la fábrica que no hizo nada.

Por otro lado, el dueño de esta fábrica produce lo que él quiera en la cantidad que le parezca más conveniente, no produce realmente lo que se necesita.

Todo esto es lo que lleva a que el capitalismo produzca cada vez más miseria para la mayor parte de la humanidad. La única salida a esto es la construcción de una economía socialmente planificada, adonde sea el conjunto del pueblo trabajador, y no un puñado de burgueses y accionistas, quienes decidan cómo, cuánto, qué y para qué producir. Es decir, una sociedad donde la producción se ponga al servicio de satisfacer las necesidades de la humanidad y no los caprichos y privilegios de unos cuantos.

La única forma de lograr esto es acabando con la propiedad privada de los medios de producción. Esto no significa que no tengamos derecho a tener una casa, un vehículo o cosas necesarias para vivir bien, como algunos intentan ridiculizar; significa que las grandes empresas e industrias, donde se produce la riqueza no pueden ser de propiedad privada.

Después de la restauración del capitalismo en la Unión Soviética y el Este europeo, el imperialismo y las burguesías nacionales de los diferentes países lanzaron una fuerte ofensiva para tratar de convencer a la clase trabajadora que el socialismo había fracasado, y que era la demostración clara que el capitalismo era superior que el socialismo. Esta campaña presionó mucho a los activistas y organizaciones de la izquierda y terminaron derrotados y dejaron de reivindicar la lucha por el socialismo y se dieron a la tarea de “humanizar el capitalismo” y tratar de distribuir la riqueza. Este es el caso de lo que reivindicó el FMLN y los partidos y gobiernos “progresistas” de América Latina.

Desde el PT creemos que querer “humanizar el capitalismo”, redistribuir la riqueza, y conquistar definitivamente mejores condiciones para la clase trabajadora, todo esto sin acabar con el capitalismo es una utopía reaccionaria. Una utopía porque lo que plantean es imposible de realizar. Nos parece que el capitalismo no se puede humanizar, la riqueza no se puede redistribuir en el capitalismo. Decimos que es reaccionaria porque estás ideas solo sirven para sostener el capitalismo y evitar que los trabajadores decidan luchar por el socialismo hasta el final y se conformen con reformas cosméticas al sistema.

Hoy más que nunca está quedando claro que es imposible humanizar el capitalismo. Europa que era el referente del “capitalismo con rostro humano” ha demostrado que eso era sólo una máscara, y que debajo se escondía el capitalismo tal y como es: voraz y depredador. En el marco de la crisis económica está mostrando su verdadera cara, y ha salido a arrebatarle a la clase trabajadora todas sus conquistas, aumentando la edad para pensionarse, quitando servicios de salud, aumentando la miseria y el desempleo.

La distribución de la riqueza tampoco es posible en el marco del capitalismo, al contrario, cada vez más y más los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres.

Inclusive existe un puñado de empresas que superan el PIB de la mayoría de los países subdesarrollados.

Algunos compañeros opinan que sí es posible que se distribuya la riqueza, por ejemplo, cuando nos organizamos y luchamos podemos conquistar un aumento en el salario, que puede verse como una forma de distribuir la riqueza. Esto es muy cierto, de hecho, la única forma de tratar de arrancarle algo al capitalismo es luchando, pero debemos llevar esta lucha hasta las últimas consecuencias y derrotar al propio capitalismo, de lo contrario más temprano que tarde perdemos el terreno que hemos ganado. Este es el caso de los escalafones, los contratos colectivos, horas extras, derecho a vacaciones o a la jornada de 8 horas. Estas fueron conquistas muy importantes de la clase trabajadora, pero producto del deterioro de la economía capitalista, cada vez más son un cuento del pasado y cada gobierno burgués que llega nos arrebata esas conquistas.

Es por esto que no basta con luchar por mejores condiciones para la clase trabajadora, hace falta luchar por destruir el capitalismo y construir una nueva sociedad socialista, donde estas conquistas sean permanentes.

Un Partido Internacionalista

El internacionalismo parte de entender que los intereses de la clase trabajadora son esencialmente los mismos en todo el mundo, y que la lucha por el socialismo no se puede dar en un solo país. Pero más allá de la solidaridad con las luchas de los trabajadores en cualquier parte del mundo, que es fundamental, creemos que el internacionalismo se concreta en la construcción del partido mundial de la revolución socialista.

El internacionalismo no es una idea romántica, es a la única conclusión a la que se puede llegar al analizar el carácter mundial de la economía capitalista. La economía capitalista desde sus inicios funcionó sobre bases mundiales. El mercado mundial se fue creando en el proceso de consolidación de los estados nacionales, al mismo tiempo que se creaba una división internacional del trabajo, y el intercambio de mercancías. Hoy en día ningún país puede ser autosuficiente o funcionar de forma aislada económicamente. Basta ver a nuestro alrededor, y nos damos cuenta de que estamos llenos de cosas que fueron producidas en otros países o con materiales importados de otros países.

Este funcionamiento internacional de la economía capitalista hace que también la lucha de clases, la lucha entre la burguesía y el proletariado sea internacional. Hoy lo vemos muy claro, en el marco de la crisis capitalista mundial, comandados desde el imperialismo, los planes de la burguesía en todos los países son esencialmente los mismos: recorte en los gastos sociales (salud, educación, vivienda, etc), aumento de la edad de jubilación, reducción o estancamiento de los salarios, aumente del desempleo, y un largo etcétera. Esto exige que la respuesta de la clase trabajadora no pueda darse de forma aislada, la respuesta de los trabajadores debe ser internacional también.

Así como los ataques de los trabajadores son comandados a través de las diferentes organizaciones de dominación imperialista (FMI, Banco Mundial, OEA, Unión Europea, etc), los trabajadores debemos organizarnos en nuestra propia organización internacional, el partido mundial.

Esta conclusión no es nueva, ya en el manifiesto comunista en 1848, Marx escribía “¡Proletarios de todos los países, uníos!” Tampoco es casualidad que el nombre del himno de la clase obrera sea “La Internacional”. Sin embargo, hoy la mayoría de las organizaciones que se proclaman de izquierda, ya han renunciado a la derrota del capitalismo, y se preocupan únicamente de aprobar leyes en los parlamentos de sus países y por eso han renunciado a la construcción de un partido mundial.

El PT es un partido decididamente internacionalista, por eso cada paso que damos lo hacemos pensando no solo en los intereses de los trabajadores de El Salvador, sino en los intereses de los trabajadores de todo el mundo. Por eso el PT forma parte de la Liga Internacional de los Trabajadores, que reivindica la construcción del partido mundial, la Cuarta Internacional.

Un Partido Revolucionario

El objetivo del PT es acabar con el capitalismo y construir una sociedad socialista. Lo contrario de lo que defienden otros partidos de izquierda, que creen que el capitalismo puede ser reformado.

Los defensores del capitalismo dicen que el socialismo es una utopía. Utópico, sin embargo, es intentar humanizar el capitalismo. Es imposible tener justicia social y soberanía de los pueblos dentro de un sistema basado en la explotación y en la guerra.

Los capitalistas, para defender sus riquezas y sus ganancias, no vacilan en masacrar a los explotados. El capitalismo utiliza, también, las opresiones, para dividir a la clase trabajadora y explotarla mejor.

Los revolucionarios combaten el machismo, el racismo, la lgbtfobia, la persecución a los inmigrantes y pueblos indígenas. Luchamos para unir a la clase y acabar con el capitalismo. Para acabar con este sistema es preciso una revolución socialista que expropie las propiedades de banqueros y demás capitalistas e instaure una economía organizada de manera colectiva, controlada democráticamente por los trabajadores y volcada a satisfacer las necesidades de la mayoría. La revolución es la necesidad más urgente y presente de la humanidad para salvar el mundo de la barbarie capitalista.

El socialismo exige una economía mundial planificada al servicio de los trabajadores. Con el fin de la explotación, será posible acabar con las guerras. El socialismo abrirá camino para acabar para siempre con las opresiones.

Los capitalistas dicen que el socialismo fracasó en la ex Unión Soviética, en China, y en el Este europeo. Sin embargo, las revoluciones de esos países fueron usurpadas por dirigentes privilegiados que traicionaron a los trabajadores, instalaron brutales dictaduras y, después, restauraron el capitalismo. Socialismo no tiene nada que ver con eso.

La clase obrera al frente de toda la clase trabajadora podrá conducir a los explotados y los oprimidos al poder para construir el socialismo. Ese papel es consecuencia de su lugar en el capitalismo como clase que produce toda la riqueza que existe. Un partido revolucionario procura impulsar la organización, la lucha y la confianza de los trabajadores en sus propias fuerzas para gobernar.

El objetivo de una revolución socialista es conquistar un gobierno de los trabajadores basado en consejos populares. El socialismo tendrá la más amplia democracia: los representantes electos tendrán mandatos revocables en cualquier momento y no podrán ganar más que un obrero o un profesor.

Los trabajadores solo pueden llegar al poder si tienen total independencia. Toda alianza con sectores burgueses, como lo hizo el FMLN y otros partidos de izquierda, es una traición que lleva a derrotas y desmoralización. Las únicas alianzas que fortalecen a los trabajadores son con los sectores populares, oprimidos y estudiantes.

Al decepcionarse con el FMLN, muchos pasaron a rechazar a todos los partidos y eligieron a Bukele. Esa reacción es comprensible, pero equivocada. Movimientos sociales y sindicatos son fundamentales, pero insuficientes para conducir la lucha de la clase trabajadora para poner fin a este sistema.

Solo un partido revolucionario puede transmitir la experiencia de más de dos siglos de luchas obreras y defender las tareas necesarias para que los trabajadores puedan tomar el poder. Nuestro partido tiene como objetivo principal la organización de la lucha de los trabajadores.

Participamos de las elecciones para divulgar las ideas y propuestas socialistas, fortalecer las luchas y el propio partido. Para nosotros, la elección de parlamentarios se subordina a las luchas y no lo contrario. La organización de un partido revolucionario exige libertad de discusión y actuación centralizada. Parte fundamental de esa democracia es que los dirigentes se sometan a las decisiones colectivas y sean fiscalizados por la base.

Cuando hablamos de un Partido Revolucionario no es equivalente a lucha armada, creemos que es la acción directa de las masas la que debe de tomar las riendas del proceso revolucionario y no un puñado de hombres en armas, la lucha armada no la vemos como una estrategia, más bien es una táctica igual que las elecciones que es el pueblo que decidirá que ruta tomar, nosotros creemos en la acción directa de las masas.

El Salvador se encuentra en una encrucijada nuevamente en su historia, es ahora o nunca, es urgente y necesario construir el Partido de la Clase Trabajadora, nuestra hora ha llegado.

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