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Perú

Ministerio de Trabajo ratifica despido masivo en contra trabajadores de Celima

marzo 19, 2025

Por Partido Socialista de los Trabajadores

Ayer, 18 de marzo, el MINTRA emitió una segunda resolución ratificando el cese colectivo en Celima. Lo hizo de la misma manera que la vez anterior, mientras el sindicato se movilizaba, como si dijera: «No importa lo que hagan; aquí (en el ministerio) manda la patronal».

El atropello, que busca dejar en la calle a 119 familias obreras, no tiene precedentes.

La corporación Celima, propiedad de la familia Belmont Cassinelli — la del “hermanón” Ricardo Belmont que se prepara para postular a la presidencia de la República— no está en crisis. La empresa goza de buena salud. Lo que realmente busca con los despidos masivos es acabar con el sindicato y los derechos que este logró conquistar en 20 años de lucha.

Este atropello es una muestra de la nueva normalidad que vivimos los trabajadores en el país. Lo mismo ocurre en muchas empresas, donde, bajo la misma modalidad, se vienen aplicando despidos masivos. En algunos casos, ni siquiera aceptan negociar los pliegos de reclamos, aun cuando los sindicatos realizan huelgas que superan los 100 días.

Y ahora, incluso, quieren desaparecer la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) y las gratificaciones. Que la autoridad, ante esto, solo convalide lo que hace la patronal —incluso utilizando a la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL), que en el caso de Celima acudió a recoger “pruebas” en la oficina de la gerencia— no debe sorprender a nadie. Estamos bajo un gobierno reaccionario, el gobierno de Boluarte, impuesto por la CONFIEP.

Los compañeros de Celima saben a lo que se enfrentan y han respondido de la única forma que lo hace un sindicato consciente: luchando con todas sus fuerzas, en una acción que es un ejemplo de cómo se defienden los derechos obreros. Sin embargo, también saben que el resultado final no depende únicamente de ellos ni de sus acciones legales, como lo muestran ahora las resoluciones emitidas por el ministerio de trabajo. Saben que, en gran medida, el resultado final depende de cambiar la correlación de fuerzas, de salir del aislamiento de su lucha y de involucrar a la clase obrera a través de la 𝐅𝐄𝐓𝐑𝐈𝐌𝐀𝐏 y la 𝐂𝐆𝐓𝐏. Por eso, los compañeros no se han cansado en llamar a toda la base obrera a la lucha unida y en exigir a estos organismos un plan de lucha y un Paro Nacional.

Pero, ¿quién convence a los señores que dirigen estos organismos? ¿A esos dirigentes dedicados por completo a rutinas legales, como el Dr. Gilmer Ibáñez Meléndrez, quien también es secretario general de la FETRIMAP, y que ciegamente depositan confianza en instituciones como el ministerio de trabajo y en el “diálogo”? Al contrario, estos señores, cuando escuchan estos llamados y críticas desde las bases, se incomodan y atacan a quienes las expresan. Sin embargo, gracias a esos insistentes llamados, y a pesar del papel burocrático y legalista de esos dirigentes, se ha logrado concientizar a un sector de las bases sobre la grave problemática actual y la necesidad de luchar unidos. Esto ha dado lugar a algunas movilizaciones importantes, como la del 13 de marzo frente al Palacio de Gobierno.

Pero ahora queda claro que ni siquiera estas movilizaciones son suficientes, ya que los ataques continúan. Esto es lo que vemos en Celima: a pesar del inmenso esfuerzo de los trabajadores y de las movilizaciones realizadas en su apoyo, el ministerio de trabajo ratifica su descarada decisión patronal.

La lección de todo esto resuena como un grito en los oídos de todos: para frenar el abuso que se pretende consumar en contra los trabajadores de Celima se necesita la acción inmediata, unida y decidida de la clase obrera . Se necesita un Plan de Lucha Unido y un Paro Nacional. Se necesita que la FETRIMAP y la CGTP dejen de lado sus poses y visitas infructuosas al MINTRA y al Palacio alimentando falsas expectativas, mientras se sigue ratificando los despidos. 

Y que nadie tenga dudas: luego de Celima vendrán más ceses y ataques, que ya no se podrán parar. Los compañeros de Celima siguen luchando con determinación porque, conscientes de que les asiste toda la razón, buscan transmitir el mensaje de que los derechos no se regalan ni se negocian, por el contrario, se defienden

Lo que queda es esperar que los dirigentes y activistas de base presionen a las dirigencias de la FETRIMAP y la CGTP para que, de una vez por todas, acuerden ya un Plan de Lucha y un Paro Nacional. Esto es necesario para defender a los compañeros de Celima, para poner fin a la ley de ceses colectivos, para establecer sanciones a las empresas que se burlan de la negociación colectiva y para anular el Proyecto RIE que busca dar un nuevo golpe antiobrero eliminando el CTS y las gratificaciones.

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