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Madagascar

Madagascar: La crisis capitalista provoca una nueva explosión en África subsahariana

Varias personas jóvenes en una calle apuntan con hondas hacia una fila de policías antidisturbios al fondo.
Manifestantes con hondas se enfrentan a una formación de policías antidisturbios al fondo de una calle en una zona urbana.
octubre 5, 2025

Por: Cesar Neto

Madagascar es un país insular africano ubicado en el Océano Índico. Presenta características muy particulares, ya que representa al menos dos grandes corrientes migratorias: una proveniente del sudeste de África, los bantúes, y otra de austronesios originarios del sur de Borneo.

Los malgaches, como se conoce a los habitantes de Madagascar, tienen una hermosa historia de lucha contra el imperialismo francés. Entre 1947 y 1949, el pueblo malgache se levantó contra el dominio colonial que regía desde 1896. La guerra en Europa impuso un mayor sufrimiento a la población local a través del aumento de impuestos y la inflación. La Francia democrática que se había enfrentado al nazismo en Europa impuso una dura derrota, con el asesinato de más de 100.000 malgaches.

Septiembre de 2025: las masas vuelven a las calles
Desde 2009 no se veían grandes movilizaciones en la capital, Antananarivo, pero desde el 25 de septiembre comenzaron protestas que inicialmente tenían como eje central la normalización del suministro de agua y electricidad en las grandes ciudades.

Las marchas pacíficas fueron poco a poco masificándose, y las fuerzas represivas actuaron con la violencia típica de las policías de los países semicoloniales. Con el uso de gas lacrimógeno y toque de queda, comenzaron las golpizas, numerosas detenciones e incluso el uso de munición letal.

La propia ONU informó, a través del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, que al menos 22 personas fueron asesinadas y más de cien resultaron heridas.

África en pie de guerra: Kenia, Ghana, Mozambique, Angola y ahora Madagascar
Los efectos de la mayor crisis del sistema capitalista desde 1929 se sienten en todos los países del África subsahariana. Las elevadas tasas de interés imponen deudas públicas impagables, y la reducción de la producción junto con la desvalorización de las materias primas son los motores de la actual crisis y, en consecuencia, de la respuesta del movimiento de masas. Existen otras luchas, como la de los petroleros en Nigeria, que van en la misma dirección.

Explosividad, enfrentamiento en las calles y saqueos
En Madagascar se repite el mismo patrón que vimos especialmente en Mozambique y Angola, donde, por la ausencia de fuertes estructuras sindicales, las luchas son explosivas y sin grandes niveles de organización previa. Este hecho pone de manifiesto la necesidad de organizaciones de base en los barrios, escuelas y entre los vendedores ambulantes.

Los enfrentamientos en las calles con la policía muestran el grado de descontento de la población ante las consecuencias de la crisis. Los saqueos que están ocurriendo en Madagascar ya se habían visto en Sudáfrica y Nigeria (durante la pandemia), en Kenia, Mozambique y Angola. Estos saqueos son la expresión más radicalizada, por ahora, de los efectos del desempleo y el hambre.

El presidente Andry Rajoelina destituye a sus ministros y la lucha continúa
El lunes 28 de septiembre, después de tres días de movilizaciones, el presidente Andry Rajoelina intentó una jugada al destituir a todos sus ministros y tratar de formar un nuevo gobierno. La población siguió saliendo a las calles exigiendo la “Salida de Rajoelina”. Después de una semana de protestas, la crisis del gobierno se profundizó, la represión se intensificó y las movilizaciones se extendieron por todo el país.

La Generación Z y las organizaciones de base
Al igual que en Kenia y Nepal, la llamada Generación Z desempeñó un papel importante en la movilización a través de las redes sociales. En Madagascar, “las manifestaciones fueron las más grandes que la isla del Océano Índico ha visto en años y el desafío más serio que Rajoelina ha enfrentado desde su reelección en 2023”.

Las manifestaciones en estos tres países fueron bastante grandes, pero plantearon un problema: ¿quién decide el rumbo? En la medida en que no existen organizaciones de base, las decisiones recaen en los controladores de las redes sociales. Herizo Andriamanantena, portavoz del colectivo “Gen Z Madagascar”, afirmó: “No pienso negociar, pero lo que es seguro es que esperamos la destitución y la renuncia del Presidente, sobre todo esa renuncia”.

Ausencia de mecanismos de decisión y agenda anticorrupción: la característica central de la Generación Z
En Kenia, la principal característica de las movilizaciones de julio de 2024 fue la participación de la juventud a través de lo que denominaron Generación Z. Estas manifestaciones fueron analizadas en un artículo publicado en el portal de la Liga Internacional de los Trabajadores, de la siguiente manera:

La mayoría de la vanguardia de estas luchas se autodenomina Generación Z, es decir, aquellos nacidos después de 1995. La principal característica de este movimiento es que no tienen vínculos con las organizaciones tradicionales y que usaron las redes sociales para movilizarse. Actuando al margen de los aparatos sindicales o de las organizaciones estudiantiles, pudieron escapar del control de estas estructuras burocratizadas y dependientes del Estado burgués.
Si bien esta autonomía permitió la autoorganización, por otro lado redujo la participación y la discusión colectiva sobre los rumbos del movimiento y no generó organizaciones más sólidas para la vanguardia y el desarrollo del propio movimiento.”

Además de la falta de mecanismos de decisión, el programa de la Generación Z es extremadamente limitado, restringiéndose a cuestiones relacionadas con la corrupción. Hasta ahora no se ha transformado en un instrumento clasista ni en una lucha por la soberanía nacional.
Todos los ciudadanos de Nepal estaban hartos del gobierno corrupto del país”, dice Sandip, uno de los principales influenciadores del país. Un artículo de la agencia Reuters muestra cómo el programa está muy limitado a la cuestión de la corrupción.

Organizar a la Generación Z con exigencias de discusión desde la base y un programa clasista
No se puede negar la importancia que las redes sociales han adquirido en los procesos de movilización, pero es necesario luchar por organismos de base, con carácter decisorio y que devuelvan a las masas el poder que les pertenece. Al mismo tiempo, es necesario dotar las luchas de un programa clasista que supere los límites de la lucha contra la corrupción.

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