Luego de 53 años, lucha frontal y autodefensa, como en Stonewall
En Argentina la conmemoración más popular que reivindica los derechos LGBT+ es la Marcha del Orgullo, que se realiza todos los años en la primera semana de noviembre. Sin embargo, el Día Internacional del Orgullo LGBT+ no coincide con esa fecha, ya que evoca un valeroso y prolongado enfrentamiento de esta comunidad con la feroz policía de Nueva York, iniciado en el bar Stonewall Inn, el 28 de junio de 1969. Transcurrido tanto tiempo, está a la orden del día el debate de con qué métodos y programa dar fin a la discriminación de les sexualmente diverses y todes les oprimides.
Ya más de medio siglo transcurrió desde la rebelión en el bar Stonewall Inn, Manhattan, un hito en la pelea por los derechos LGBT+. Fue el lugar en que cientos de homosexuales y trans, enfurecides por las frecuentes y humillantes razzias policiales, estallaron ante las agresiones a una chica lesbiana, se plantaron frente a la policía y protagonizaron escaramuzas toda la noche del 28 de junio de 1969. La policía perdió el control, se sumaron más combatientes, hubo varios días de peleas callejeras que tomaron las calles de la Gran Manzana, armaron barricadas y enfrentaron la violencia del Estado.
En la primera línea estuvieron las mujeres lesbianas, les travestis afrodescendientes y les gays inmigrantes. Es que Stonewall encendió la mecha de una indignación acumulada contra la discriminación, explotación y represión a que eran sometides les LGBT+ pobres, afrodescendientes e inmigrantes.
El contexto era favorable. La década de los ´60 estadounidense fue de auge de los movimientos sociales: ecologismo, hippismo, black power, feminismo. Es la época de las movilizaciones contra la guerra de Vietnam y de importantes conquistas femeninas, como el aborto legal (1973). A propósito de este derecho, en los últimos días se han generado nuevas protestas, porque la Corte Suprema de EEUU, lo ha revocado como derecho constitucional y federal, permitiendo que cada estado tenga su propia legislación y abriendo la puerta a mayores restricciones.
Con Stonewall “el orgullo” estaba por comenzar. Se desató una marea que tuvo repercusión mundial y que culminó en la primera marcha LGBT+ en EEUU, el 28 de junio de 1970, con unos diez mil asistentes.
Así el 28 de junio pasó a ser el Día Internacional del Orgullo LGBT+ (originalmente del Orgullo Gay) y de las marchas en que les sexualmente diverses afirman su historia de resistencia a la LGBT+fobia y reclaman por sus derechos.
Argentina 2022: más femicidios y trans/travesticidios que en 2021.
A pesar de que, en las últimas décadas, a fuerza de lucha y como parte de las peleas obreras y populares, la comunidad LGBT+ impuso transformaciones, derribó leyes discriminatorias y obtuvo algunas conquistas en nuestro país, como el matrimonio igualitario, la identidad de género o el cupo laboral trans, la resolución de sus problemas sigue lejana.
Las políticas anunciadas por el Gobierno del Frente de Todos y su Ministerio de Mujeres, Diversidad y Géneros, no fueron siquiera paliativas de la crisis económico-social, agravada por los efectos de la pandemia.
Algunos tristes ejemplos.
Desde el 1°de enero hasta el 29 de abril, se consumaron 134 muertes violentas de mujeres, travestis y trans (Observatorio Mumalá 2022), de las cuales 88 son femicidios, femicidios vinculados y travesticidios. Esto significa 1 muerte violenta de mujeres, travestis y trans cada 21 horas, 14 muertes más que en el mismo período enero-abril de 2021.
Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo del 2020, indica que casi todas las personas trans del país viven en la pobreza y la indigencia, sin vivienda ni acceso a la salud. Como consecuencia se exponen a toda clase de violencias para sobrevivir. El 90% de las mujeres trans subsisten de la prostitución. Todavía no sabemos qué pasó con Tehuel de la Torre, joven trans desaparecido el 11 de marzo de 2021, precisamente luego de acudir a una entrevista de trabajo.
Mujeres y varones trans son generalmente excluidos de los sistemas laborales y hasta de establecimientos educativos. Su expectativa de vida es bajísima, no supera los 45 años.
Las adolescencias LGBT+ están expuestas a mayores situaciones de vulnerabilidad, bullying, violencia intrafamiliar, discriminación, sumado a su crisis de identidad. Sin contar que la violencia policial no cesa y menos en los sectores populares, violentando las identidades y denigrándolas.
A las calles y a organizarse por lo que necesitamos
Les gays, lesbianas y travestis de Stonewall, provocaron un cambio importante, marcando que el método para lograrlo es el de la unidad y la lucha frontal en las calles.
¿Qué podemos hacer en ese sentido desde nuestros lugares de trabajo, estudio o barrios? Para empezar, difundir la situación de vulnerabilidad en que se encuentra el sector LGBT+ en nuestro país. Como dijimos, las medidas tomadas hasta ahora no bastan: se crearon ministerios y secretarías que hacen planes, incluso se votan leyes, que se aplican muy parcialmente o directamente no se aplican, ya sea por discriminación, presiones religiosas y/o falta de presupuesto y recursos. Debemos organizarnos en forma permanente para lograr, en principio, la aplicación y ampliación de las leyes existentes, inseparables de un urgente aumento de presupuesto.
El bienestar de la comunidad LGBT+, como el de todo el pueblo trabajador, implica pelear por mejorar todos los aspectos de la vida: salud, educación, vivienda, trabajo. Esto no puede obtenerse con la lucha en solitario del colectivo LGBT+. Tampoco basta con movidas testimoniales como la que habrá este 28 de junio en Plaza de Mayo, contra los travesticidios, transfemicidios y transhomicidios, aunque esas marchas sean necesarias.
La lucha por los derechos de les LGBT+ debe ser parte de una pelea de la clase trabajadora, gestada desde abajo, organizada para conseguir lo que haga falta: exigir alimentos en los mega supermercados y emporios alimenticios, reclamar puestos de trabajo en las puertas de las grandes empresas, por ejemplo. Lo mismo vale para lograr la auto organización que nos permita defendernos de la violencia machista, del odio anti LGBT+ y de la represión policial – estatal. Tenemos que imponerlo a las direcciones de las centrales sindicales y del movimiento de mujeres, obligarlas a que abandonen la tibieza e inacción que las caracteriza, desde que no quieren hacer olas al Gobierno y a su acuerdo ajustador con el FMI y demás buitres. Y si no cambian, dejarlas en el camino.
Para dar esas batallas es ineludible combatir toda discriminación al interior de las organizaciones obreras, estudiantiles y barriales, ganarlas para una pelea unitaria.
A los empresarios y a sus gobiernos, al capitalismo, le conviene tenernos divididos, para explotarnos mejor. Es por eso que para terminar con toda opresión y explotación nuestro norte debe ser la destrucción del sistema que origina nuestros males: el capitalismo, la instauración de un gobierno de los trabajadores y la construcción de una sociedad socialista. Es la tarea y la razón por la que te convocamos a sumarte a Lucha Mujer y al PSTU.