Los resultados de la concertación salarial, exijamos salario equivalente al costo de la canasta básica
Empresarios, dirigentes de las centrales obreras y gobierno, hacen un balance muy positivo de la concertación como política para “negociar” el salario mínimo. Hay que recordar que esa fue la misma política implementada por las direcciones de las centrales obreras para entregar las conquistas de los trabajadores al pactar la Ley 50 en 1990.
Por PST-Colombia
Ganó la concertación, perdimos los trabajadores
En la lucha entre capital y trabajo no es posible que las dos partes ganen. Porque con el “aumento” del salario mínimo no podían ganar al mismo tiempo los trabajadores y los empresarios.
Si los empresarios fueron los que propusieron la metodología de negociación y esta fue aceptada por el gobierno y las direcciones de las centrales obreras, es obvio que los empresarios fueron los ganadores. Ellos no iban a proponer una metodología que les redujera sus ganancias. Así lo confesó Mac Master, el presidente de la ANDI: “estamos muy satisfechos y nos sentimos realmente contentos de haber hecho parte de esta negociación y de proponer una metodología que fue aceptada por el Gobierno y aceptada también por los representantes de los trabajadores”.
Los empresarios siempre argumentan, como chantaje, que si se aumenta el salario aumenta la informalidad y el desempleo. Lo cual no es cierto. Si sube el salario simplemente los empresarios ganan menos porque se reduce la plusvalía. Otro argumento es que si se aumenta el salario suben los precios de productos y servicios. Tampoco es cierto, a no ser que tomen esa decisión para evitar que se reduzca la ganancia de los empresarios, pero incluso eso será compensado porque si los trabajadores tienen mayor capacidad de consumo se incrementarán las ventas y la producción.
¿Por qué perdimos los trabajadores?
La concertación y el pacto social son políticas reverenciadas por los empresarios, los gobiernos y las direcciones políticas y sindicales de los trabajadores, porque así ganan ellos mientras los trabajadores perdemos. Los empresarios y los gobiernos presentan sus planes, que siempre serán antiobreros, y esos son los planes que concertan las direcciones de las centrales obreras.
Sería distinto si los trabajadores movilizados, con la fuerza que da la unidad y la lucha en las calles, los paros y huelgas en las fábricas, presentáramos un pliego de peticiones al gobierno y a los empresarios y que fuera ese pliego el que se negociara. Es lo mismo que sucede en una fábrica; los trabajadores presentan un pliego de peticiones y ese es el que se negocia. Se puede decir que con esa metodología los trabajadores tenemos posibilidades de ganar, sobre todo si presionamos con la movilización; en el peor de los casos, no se pierde nada, porque lo que se ha ganado en la convención anterior no se negocia, a no ser que la dirección del sindicato sea patronal.
¿Cuál es la metodología de los trabajadores?
Lo que debieron hacer las direcciones de las centrales obreras, fue presentar no solo una propuesta de aumento del salario mínimo, sino otros puntos básicos como reducción de la jornada laboral y aumento del empleo, pero al mismo tiempo convocar a la movilización y en ese proceso impulsar el paro de la producción, con el objetivo de obligar a los empresarios y al gobierno a negociar ese pliego.
Por otra parte, el parámetro para el aumento salarial no puede ser el índice de inflación. Empezando porque el gobierno y los empresarios son quienes presentan esa cifra, acomodada de acuerdo con sus intereses. El parámetro debe ser el costo de la canasta básica con los datos e información que presentemos los trabajadores, que en la actualidad es de $2 000 000 aproximadamente. El Dane siempre reportan cifras acomodadas. Una muestra de ello es el indie de inflación que ha presentado para 2022 del 13.12%. Basta que los mismos trabajadores hagamos las cuentas con las facturas del mercado para concluir que el precio de los alimentos y servicios aumentó entre el 50% y el 100%.
¿En qué quedará el “aumento” salarial?
Con el parámetro del índice de la inflación nos engañan, porque inmediatamente se aumenta el salario, hacen la maniobra de aumentar los precios de alimentos y servicios. En la concertación, entre el gobierno, los empresarios y las direcciones de las centrales obreras, acordaron que más de 200 productos y servicios se desindexarían del aumento del salario mínimo. Pero esos productos y servicios están aumentando justo alrededor del 13%. En conclusión: el aumento real del salario mínimo para 2023 ha sido del 3% y no del 16% como lo celebran las direcciones de las centrales obreras.
A las calles a luchar
Con ese aumento real, de solo el 3%, que será absorbido y sobrepasado con maniobras para aumentar el costo de la vida, no tenemos otro camino que salir a las calles, luchar en las fábricas y en las empresas, en la universidad, en el colegio, desde el barrio y desde las comunidades. Olvidarnos que hubo incremento salarial y exigir que se decrete un aumento real que corresponda con el costo de la canasta básica. Es la exigencia que debemos hacerle a las direcciones de las centrales obreras; que se pongan a la cabeza de esa convocatoria o que se hagan a un lado y no frenen la movilización.