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Rusia

Los pueblos de Rusia ante la guerra de Putin

Cartel de marzo del 22 que dice «¡Paz para Ucrania! ¡Libertad para Rusia!»
julio 21, 2025

Por Stepan Tarakanov

Hay una impresión difundida en el mundo: “En Rusia hay muy poca gente que se opone a la guerra”. Por otra parte, algunos medios mundiales de comunicación prestan atención a las declaraciones de destacados intelectuales o activistas famosos que se han ido de Rusia y que, desde un lugar seguro, denuncian con crudeza y precisión la perversa propaganda y los crímenes de Putin. Y lo hacen con honestidad, por lo que doy todo mi apoyo a sus denuncias. Sin embargo, puede quedar la impresión de que sólo una pequeña franja de rusos cultos comprende y rechaza la guerra de Putin, mientras que el pueblo simple de Rusia lo apoya unánimemente y está dispuesto a seguir al Führer ruso. Veamos qué refleja la realidad.

A pesar de la extrema cesura, de vez en cuando en las redes te encuentras con noticias breves* como estas:

Un bibliotecario del Círculo Ártico fue condenado a 5 años y medio de prisión por gritar en un bar y “repostear” dos mensajes. El motivo para iniciar el proceso fueron sus gritos en el bar «¡Gloria a Ucrania! — ¡Gloria a los héroes!», la publicación de un vídeo titulado «Cómo se reencarnó el nazismo en Rusia» y la publicación de una entrevista con un piloto ruso desertor. En enero de 2025, el padre del bibliotecario, Valery Ledkov, fue puesto bajo arresto domiciliario acusado de financiar a la oposición, y en 2022 fue multado con 35.000 rublos por una publicación con el texto «No a la guerra».

Un operador de grúa de la región de Leningrado fue condenado a 5 años de prisión por comentarios en Telegram. Un tribunal militar condenó a Yuri Zhgutov, de 41 años, residente en el pueblo de Bugry, en la región de Leningrado, a cinco años de prisión. Según la investigación, Zhgutov supuestamente dejó comentarios en el canal ucraniano de Telegram Supernova+. El operador de grúa supuestamente escribió comentarios favorables ante publicaciones sobre los bombardeos en la región rusa de Belgorod y el atentado en el Crocus City Hall de Moscú.

Un bibliotecario. Un operador de grúa…

Entre la rabiosa propaganda controlada por Putin dentro de Rusia, llena de mentiras absurdas, chovinismo, incitación al odio hacia el pueblo ucraniano e impregnada de imperialismo, aparecen en el panorama informativo casos como estos:

El 23 de abril, Igor Tyron, un maestro rural de la Autonomía de Komi de 43 años, fue condenado a 5 años de prisión por «justificar el terrorismo». El motivo de la persecución del hombre fueron sus comentarios sobre el batallón ucraniano «Azov». Anteriormente, Tyron enseñaba historia, ciencias sociales y geografía en la escuela del pueblo de Nivshera.

Un tribunal de San Petersburgo condenó a 5 años y dos meses de prisión a la peluquera Anna Alexándrova, por publicar «falsedades» sobre las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa. Alexándrova se encuentra en prisión preventiva desde noviembre de 2023. Inicialmente se le imputaron ocho publicaciones “antimilitares”, pero al final sólo una. La fiscalía solicitó ocho años para Aleksandrova. En el centro de detención, Alexándrova se quejaba de dolores de espalda y problemas dentales. En febrero, debido al fuerte dolor, se negó a acudir al tribunal y por ello fue castigada con 15 días en celda de aislamiento.

Un maestro rural. Una peluquera…

¡Es necesario entender lo que es vivir bajo la dictadura de los servicios de seguridad! ¡Servicios que controlan cada paso y escuchan cada palabra: por teléfono, en las redes sociales, en una conversación en un lugar público! Entender que los tribunales no significan nada ante el FSB –sucesor del antiguo KGB–, y que ningún abogado te defenderá. ¡Entender que ninguna autoridad te salvará de la persecución implacable del Estado si has llamado la atención de un agente del FSB!

Sin embargo, vemos casos como estos:

Andrey Verianov, geofísico e investigador de la Civilización Inca fue enviado a prisión preventiva, acusado de «traición a la patria». El geofísico y arqueólogo se encuentra en la prisión preventiva en la tristemente célebre cárcel de «Lefórtovo» por «traición a la patria». Este científico vivió más de 20 años en Perú, donde investigó los restos de construcciones Incas. En 2019, regresó a Rusia para cuidar de un familiar cercano y se quedó «atrapado»: primero por la pandemia y luego por la guerra. «Desde que estoy en la Federación Rusa, no he podido aceptar la pesadilla en la que se ha sumido el país. Salía a las protestas y a las manifestaciones siempre que podía. Cuando comenzó la guerra, intenté resistirme, busqué personas con ideas afines». No se han revelado los fundamentos de la grave acusación al científico. Según los defensores de los derechos humanos, el motivo podría haber sido “asistir a una de las protestas contra la invasión de Ucrania”. En 2012, trabajó con su equipo en el estudio del complejo arquitectónico de Saksaywaman en la ciudad de Cuzco (Perú). Verianov realizó una serie de importantes descubrimientos que ayudaron a comprender la naturaleza de la destrucción de la capital del Imperio Inca.

En la región de Kirov, Raisa Novosiélova, una trabajadora de limpieza fue perseguida penalmente y condenada por un comentario en redes respecto a una publicación sobre un soldado fallecido en la guerra de Ucrania. La condena fue de 6 meses con libertad condicional y la prohibición de publicar materiales en Internet durante un año.

Un geofísico y arqueólogo. Una trabajadora de limpieza.

Y hay quienes dicen que se necesitan especialistas que «entienden de política», que es difícil comprender la profundidad de los mecanismos militares y diplomáticos. Que eso no es para «gente común». Y, sin embargo, así son los trabajadores y obreros de Rusia, que lo han entendido perfectamente:

Un mecánico de Syktyvkar, Serguei Ershov, por decir que “Putin merece ser fusilado”, fue declarado culpable de «justificar públicamente el terrorismo» (artículo 205.2 del Código Penal). El fiscal solicitó que se le impusiera una pena de cinco años de prisión, alegando que había instado «al derrocamiento del poder vigente mediante el asesinato del presidente».

Una jubilada de la región de Omsk en Siberia fue declarada culpable de «rehabilitar el nazismo». Zinaida Gridneva, una mujer de 75 años que vive en el pueblo de Cherlak, compartió una publicación en la red social Odnoklassniki desde la página «Rusia fascismo renovado». Por ello, fue condenada a un año de libertad condicional y se le prohibió publicar mensajes durante dos años. Además, en septiembre de 2023, Gridneva ya había sido multada con 15 000 rublos por «desacreditar» al ejército ruso. La “prueba” para la acusación penal fue su nombre en Odnoklassniki, «Zinaida – Yo estoy a favor de la paz», y un «me gusta» en una publicación antimilitarista de otro usuario.

Un mecánico de automóviles. Una jubilada.

Muchos en el mundo tienen la impresión de que los obreros y los humildes trabajadores de Rusia “se han desmoralizado y no se interesan en la política, han renunciado a la lucha y se han vuelto pasivos, creen en los gobernantes corruptos y solo buscan soluciones individuales a sus problemas personales”. Sin embargo, en condiciones de una sanguinaria dictadura y la abrumadora propaganda del régimen putinista, nos encontramos con personas como estas:

El ecologista y defensor de los derechos humanos, Vladimir Kazantsev murió en el IK-11 de Kopeysk, en la región de Cheliábinsk, a la edad de 52 años. Se dijo que la supuesta causa de su muerte fue “cardiopatía isquémica”. Kazantsev dirigía la organización «Consultoría Ecológica», que litigó con el gobierno regional y los propietarios del vertedero de basura de Poletaevo. Defendió el bosque de Cheliábinsk contra esa construcción y exigió que se declararan ilegales el vertedero y la construcción. «Kazantsev ha pasado a la historia de Cheliábinsk como el héroe que defendió nuestro bosque urbano de la construcción. En contra de los deseos de las autoridades regionales, el bosque de Cheliábinsk no sólo se conservó, sino que se amplió con terrenos que anteriormente habían sido excluidos de su composición», escribió la bloguera de Cheliábinsk Valentina Volkova en su canal de Telegram.

Un tribunal de Petrozavodsk ha multado por cuarta vez a la jubilada de 79 años Tatiana Savinkina con 200 mil rublos en un juicio penal por «desacreditar» al ejército, que se inició a causa de unos folletos antimilitaristas encontrados en el vestíbulo de su edificio de apartamentos. «Es una lástima que se declare culpables a personas honestas, mientras que a los verdaderos delincuentes se les libera y se les ofrece firmar [con el Ministerio de Defensa ruso]un contrato», declaró Savinkina en su última palabra ante el tribunal.

Un activista ecologista. Una Jubilada.

Por otra parte, encontramos hechos en los propios informes oficiales del putinismo sobre represiones, donde constan las víctimas pertenecientes a las masas trabajadoras. Vemos en los mismos un reflejo del profundo rechazo de los pueblos de Rusia hacia los crímenes de Putin. La guerra contra Ucrania es ampliamente rechazada. Y esto lo comprenden no solo los intelectuales cultos, sino también los ciudadanos de a pie, como usted y yo. He aquí otros ejemplos:

Valery Perov, electricista de Nizhni Nóvgorod, fue declarado culpable de «colaboración confidencial con un Estado extranjero» (art. 275.1 del Código Penal) y de «incitación pública al terrorismo» (art. 205.2 del Código Penal). Además, el hombre fue multado con 500 mil rublos (4 mil dólares) y se le prohibió administrar sitios web durante tres años. Según la acusación, el hombre se comunicaba por escrito con un representante de la Legión «Libertad de Rusia», que lucha del lado de Ucrania, intentó unirse a la misma y también difundió información sobre la Legión. Fue detenido en octubre de 2023: agentes del FSB se hicieron pasar por electricistas, irrumpieron en su casa y realizaron un registro durante 16 horas.

Dos residentes de San Petersburgo fueron condenados a 11 años de prisión por pegar carteles. Según informa el Comité de Investigación, Fiodor Konovalov e Iván Ladchenko pegaron carteles del Korpus Rusia Democrática (RDK), y de la Legión «Libertad de Rusia». Según la versión del Comité: se pusieron en contacto con organizaciones «terroristas» ucranianas y, a cambio de una recompensa, en agosto de 2023 intentaron pegar carteles con llamamientos a unirse a ellas. Las causas penales contra Konovalov y Ladchenko son por «incitación al terrorismo, colaboración con el terrorismo y participación en una organización terrorista». Konovalov estudió sastrería en una escuela técnica para discapacitados. El director de la filarmónica, donde Konovalov trabajaba como trabajador de limpieza, confirmó su discapacidad.

Un electricista. Dos trabajadores de limpieza.

Estos son los que hoy muestran el carácter de la resistencia dentro de Rusia y del rechazo a la fétida propaganda de Putin. Estos son los que hoy no temen decir NO ante la amenaza de represalias y muerte:

En la región de Cheliábinsk (Sur de los Urales), se ha abierto una causa penal contra Gulnara Bakhareva, una portera por la palabra «orgullosa» en una publicación sobre un preso político, residente en la ciudad de Satka, y se le acusa de «justificación del terrorismo» (artículo 205.2, apartado 2, del Código Penal). El motivo fue un comentario con la palabra «orgullosa» en una publicación sobre el cumpleaños del preso político Alexei Nuriev, condenado a 19 años de prisión por el incendio de la oficina de reclutamiento militar. «No sé, pronto entraré en el Libro Guinness, porque nunca había oído que se abriera una causa penal contra una persona por una sola palabra», dijo Bakhareva. Esta no es la primera acusación contra Bahareva. En julio de 2022, agentes del FSB registraron su casa también por un caso de «apología del terrorismo». El motivo fueron unos comentarios en los que Gulnara calificó al puente de Crimea como «objetivo militar legítimo» y escribió que la torre de la televisión oficial de Ostankino «debería ser volada». En aquel momento le impusieron una multa de 400 mil rublos.

Olga Menshikh, una enfermera de 59 años ha sido condenada a ocho años de prisión por sus publicaciones sobre la guerra con Ucrania. Ella ha sido acusada de difundir «noticias falsas» por sus publicaciones sobre los asesinatos en Bucha y el ataque con misiles contra Vinnytsia. «Zakharova (secretaria de Prensa del Canciller Lavrov) dice tonterías en su maldita rueda de prensa. ¿Cómo puede soportarla el país? Dios mío, lo que dice… Mientras tanto, en Vinnytsia, Rusia bombardeó el centro de la ciudad, los misiles impactaron en un edificio de oficinas, hubo 12 muertos y decenas de heridos», decía una de las publicaciones. En el juicio celebrado en Moscú, Menshikh no reconoció su culpabilidad. En su última declaración, dijo que a menudo veía a heridos en su hospital. «Cuando pasa junto a ti un joven mutilado, ¿saben qué sentimientos le invaden a una mujer? Compasión, y no el odio que me atribuyen. Quizás, en algún momento, sufrí una deformación profesional… En realidad, me daban pena», dijo. Desde 2011, Olga Menshikh trabajaba como enfermera anestesista en el Centro Pirogov de Moscú. Anteriormente, había sido juzgada varias veces por otros “delitos”, entre ellos por participar en una manifestación de protesta.

En Ivanovo un constructor de 31 años, Yuri Kolganov, fue condenado a 12 años de prisión en régimen severo y a una multa de 300 mil rublos. Según el tribunal, Kolganov, realizó dos transferencias en criptomoneda por un importe de algo más de tres mil rublos (40 dólares) a la cuenta de la organización «Legión por la Libertad de Rusia», considerada «terrorista» en Rusia.

Una portera. Una enfermera. Un constructor.

Estos casos son sólo algunos de los que miles que hoy en día expresan la conciencia de los pueblos de Rusia, los que anuncian la futura liberación de la pesadilla del FSB dentro del país. Parafraseando al revolucionario ruso Alexander Ivanovich Herzen, «estos héroes han encontrado un espacio entre la muerte y la suela de la bota del FSB para luchar».

Por eso defendemos la creación de una organización política de la clase obrera rusa precisamente hoy. Porque hay muchos héroes auténticos dentro del país, valientes, decididos y honestos.

¡Vaya toda nuestra incondicional solidaridad con ellos!

Bibliotecarios, constructores, obreros de limpieza, enfermeras, peluqueros, cerrajeros, jubilados, etc… Y la garantía más importante para la liberación de estos maravillosos compañeros es la derrota militar del régimen de Putin, la victoria militar de Ucrania. Por eso es tan importante que cada uno de nosotros, activistas, trabajadores, jubilados, estudiantes… apoyemos con todas nuestras fuerzas la resistencia ucraniana. Y que nuestra solidaridad no sean sólo bonitas palabras, sino que se traduzca en acciones reales para que la resistencia cuente con armas, drones, misiles y medicamentos para los combatientes ucranianos que luchan por liberarse de la invasión contrarrevolucionaria y la ocupación genocida de Putin, su máquina militar y el FSB.

Preso por manifestarse contra la invasión rusa a Ucrania. Su camiseta dice «No a la guerra».
Cartel de un procesado por manifestarse contra la invasión rusa a Ucrania que dice «¿Ustedes aun necesitan esta guerra?«
Protesta contra la invasión rusa a Ucrania. San Petersburgo, marzo de 2022.

(*) Fuente: Canal-Telegram ASTRA

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