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Cultura

Los mensajes y símbolos de El Eternauta

junio 4, 2025

En abril de 2025, Netflix lanzó El Eternauta, una serie de ciencia-ficción distópica sobre la resistencia humana a una invasión extraterrestre, basada en el comic homónimo, escrito por el guionista argentino Héctor Germán Oesterheld (HGO), hace varias décadas. ¿Cuál es su contenido profundo?

Por Alejandro Iturbe

La serie tiene un gran éxito internacional al que contribuyeron varios factores. En primer lugar, se trata de un género cada vez más presente en los medios. En segundo lugar, es un buen exponente de ese género: la fotografía y los efectos especiales son excelentes y hacen creíble una ciudad de Buenos Aires semidestruida bajo una tormenta de nieve toxica que mata rápidamente a personas y animales, sin energía eléctrica, las comunicaciones interrumpidas, los automóviles, ómnibus y trenes sin funcionar. Incluso, los cascarudos gigantes que persiguen a los humanos y los matan resultan creíbles. En tercer lugar: en el marco de actuaciones aceptables de conjunto, el personaje principal es protagonizado por Ricardo Darín, el actor argentino más conocido y popular en el mundo.

A los argentinos (en especial para quienes vivimos en Buenos Aires), la serie nos transmite muchas más cosas: desde pequeños detalles hasta referencias más profundas. Por ejemplo, identificar lugares de la ciudad casi irreconocibles en la serie. O escuchar los personajes hablando en “porteño” y haciendo viejas bromas. Sigue con un homenaje a antiguos modelos de automóviles fabricados en el país que son los únicos que logran ponerse en marcha (“Lo viejo funciona, Juan” le dice su mejor amigo al personaje central). Más adelante, veremos las referencias más profundas.

Hablemos ahora de HGO. Nació en Buenos Aires, en 1919, y se convirtió en un popular guionista de comics (El Eternauta es considerada su obra maestra en la que él mismo se incorpora: es el interlocutor de Juan Salvo, el viajero en el tiempo que le cuenta la historia). Oesterheld apoyó al gobierno peronista (1946-1955), fue opositor al golpe militar que lo derrocó y a la Revolución Libertadora (como se autodenominaba la dictadura que se instaló). Este golpe y ese régimen fueron el punto de inflexión hacia la semicolonización yanqui del país que HGO simboliza en la invasión extraterrestre.

Luego Osterheld fue radicalizando sus posiciones y, a inicios de la década de 1970, se unió a Montoneros, la organización armada de la izquierda peronista. En ese marco, fue secuestrado por una nueva dictadura militar, en 1977, y llevado a un centro clandestino de detención (el último lugar en que se lo vio). Se cree que allí lo asesinaron, en 1978.

HGO escribió dos versiones de El Eternauta. La primera entre 1957 y 1959. Se la consideró una metáfora de la “Resistencia Peronista” contra la Revolución Libertadora. En esta versión, un sector de los militares encabeza y coordina la resistencia.

La segunda versión fue escrita y publicada a partir de 1969, pero fue terminada por HGO en la clandestinidad, poco antes de ser secuestrado. Expresa su radicalización política: la resistencia ahora es encabezada Juan Salvo e integrada por jóvenes obreros y vecinos de barrios populares, sin ninguna participación de los militares. Es lógico, ya que HGO vio con claridad que las FFAA no solo no resistían “la invasión” sino que eran la punta de lanza y la herramienta de ella. En esta nueva versión, los cascarudos gigantes pueden ser vistos como una simbología de los militares y el papel que cumplían en el país (la sangrienta represión con decenas de miles de secuestrados y asesinados).

Algunas consideraciones previas

En esta serie, Netflix se basó en la primera versión del comic. No es casual: es un primer paso en su objetivo de “pasteurizar” la historia e intentarle quitarle cualquier mensaje que pudiera remitir a la acción revolucionaria e independiente de las masas. El segundo paso fue eliminar al personaje de Oesterheld como el interlocutor de El Eternauta para evitar así cualquier referencia los crímenes de la última dictadura (1976-1982).

Otra consideración es que Netflix intentó cuidadosamente eludir que esta versión pudiese ser tomada como una simbología de la resistencia obrera y popular contra el gobierno de Javier Milei que acentúa al extremo la entrega del país al imperialismo yanqui (algo así como la “cabecera de playa” actual de la “invasión”).

Milei acabó generando un particular episodio ligado a la serie. En una de las escenas, Juan Salvo camina por una calle desierta. Como fondo, se ve, por unos segundos, una pared con un grafitti con símbolos ininteligibles. Un operador del presidente en los medios capturó esa imagen y reemplazó esos símbolos por la frase “Milei 2027” (es decir, un llamado a votarlo si se postula para su reelección). Esta imagen fake circuló por las redes. Milei la tomó como verdadera y la reprodujo desde sus cuentas. Cuando la falsificación fue descubierta, las redes se llenaros de memes con burlas al presidente[1].  

La versión de Netflix

Vayamos ahora la versión de Netflix como tal. Ya hemos dicho que consideramos que el resultado es una serie atractiva que se puede ver y disfrutar. En ese marco, Netflix adaptó y cambió algunos elementos sobre el comic. Es un recurso válido si, al mismo tiempo, consideramos que esos cambios tienen incidencia en las posibles interpretaciones de sus mensajes y símbolos. La serie transcurre en la actualidad, en el contexto de la gran dependencia de la vida cotidiana de la electrónica y la telemática. Incluso, puede percibirse una cierta visión crítica sobre esa dependencia (“lo viejo funciona, Juan”).

En esta versión, Juan Salvo no es un obrero metalúrgico de alrededor de 40 años sino un “remisero” (un chofer de un servicio tipo Uber) de más de 60 años. Un factor muy importante es que fue combatiente en la Guerra de Malvinas contra Gran Bretaña (1982). En esa guerra, participó de la Batalla de Monte Langdon, en la que los soldados argentinos, con gran inferioridad de armamento y prácticamente abandonados por sus oficiales, resistieron heroicamente la ofensiva final de las tropas inglesas. Una vez perdida la guerra, el pueblo argentino salió a la calle a repudiar al gobierno militar al grito de “los pibes murieron, los jefes los vendieron”. Los jóvenes soldados combatientes en esa guerra son considerados héroes por el pueblo argentino y los ex combatientes que sobreviven son homenajeados permanentemente por la gente.

El hecho de que Juan Salvo fuera ex combatiente en la guerra tiene mucha importancia en la historia. Por un lado, explica por qué es el único protagonista que sabe usar armas y aplicar tácticas de supervivencia. Por el otro, de esa experiencia le han quedado traumas sicológicos subyacentes que le generan “lagunas” mentales con “traslados” en el tiempo y en el espacio, incluso a las trincheras de esa batalla.

Este pasado de Juan Salvo genera una simbología: la actual resistencia contra la invasión extraterrestre es análoga a la heroica resistencia de los jóvenes soldados en Malvinas. Incluso, en la serie, varias escenas muestran al protagonista en las calles desiertas con murales sobre las Islas Malvinas como fondo. Creemos que es una analogía acertada: la consigna “Las Malvinas son argentinas” es una expresión del sentimiento antiimperialista profundamente arraigado en los trabajadores y el pueblo argentino. Si bien se dirige esencialmente contra Inglaterra también lo es contra EEUU que apoyó a los británicos en esa guerra. Por eso, han fracasado todos los intentos de “desmalvinizar” la memoria del pueblo argentino, realizados por varios gobiernos desde 1982 (incluido el de Milei).

En otro aspecto, consideramos que es un acierto de la serie la incorporación de dos personajes que no aparecen en ninguna de las versiones del comic ya que reflejan algunas nuevas realidades de Argentina. Uno de ellos es Inga, una joven inmigrante venezolana que realiza delivery en su bicicleta y que se incorpora al grupo de supervivientes que encabezan Salvo y su mejor amigo (Favalli). El otro es más secundario: un adolescente chino (hijo de una familia inmigrante dueña de un pequeño supermercado, fallecida al inicio de la nevada tóxica). Salvo y su esposa Estela lo rescatan y lo “adoptan”

Es interesante también la conversión de Franco (en el original un obrero fundidor de 21 años, de gran heroísmo en la resistencia) en un veterano maquinista ferroviario que conduce la locomotora (rescatada de un taller) que atraviesa el bloqueo que los invasores habían construidos con automóviles en los accesos a Buenos Aires y conseguir hacer una transmisión de radio para llamar a los grupos aislados de sobrevivientes a sumarse a la resistencia y coordinarse.

Esta escena acaba teniendo toda una simbología: la destrucción de la gran red ferroviaria que tuvo Argentina hasta la década de 1950 ha sido un objetivo de todos los gobiernos proimperialistas desde 1955. Esos ataques fueron resistidos por grandes huelgas y luchas de los trabajadores ferroviarios. Ahora, el gobierno de Javier Milei quiere dar el golpe de gracia a esa destrucción.

El ruido sigue

En Argentina, la serie de Netflix continúa generando controversias. Ya nos hemos referido al episodio de la foto fake difundida por Milei en sus cuentas y las respuestas irónicas que generó.

En un ámbito diferente, Tomás Dalton y Gonzalo Furlani (cuya productora Soda Pasta realizó el diseño y la fabricación de los ahora famosos “cascarudos”) fueron invitados por el centro de estudiantes de la Facultad de Arte de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) para explicar cómo habían diseñado y construido el “bicho”. Ambos son egresados de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires[2]. Luego de hablar sobre su trabajo, Dalton y Furlani reivindicaron el papel de los profesionales formados en la universidad pública, en un momento en que Milei la ataca duramente y le reduce cada vez su presupuesto[3].

Por último, Ricardo Darín y otros actores de la serie fueron invitados a un popular programa televisivo. Allí, Darín se refirió a la política del gobierno de impulsar un “blanqueo” de dólares guardados por la gente (“sacar la plata del colchón”). Darín expresó que solo un muy pequeño sector del país podía hacer eso porque el resto estaba muy golpeado y no le sobraba ningún dinero por la inflación en los alimentos (se refirió al precio de una docena de las populares empanadas).

El comentario de Darín fue muy acertado y expresó una crítica al gobierno y su visión de la realidad argentina. En el marco de ese acierto, él tomó como referencia el precio de las empanadas más caras. En un intento de responder a esta crítica, Luis Caputo, ministro de Economía del gobierno de Milei, salió a los medios a decir que Darín decía “estupideces” porque el precio de una docena de empanadas era mucho menor y lo acusó de “querer hacerse el nacional y popular”[4]. Darín le respondió en diferentes medios: “Por supuesto que hay empanadas más baratas pero me parece claro de qué estábamos hablando: los precios en Argentina son terribles y la gente lo sabe”. Luego del debate, las redes se llenaron de mensajes de apoyo a Darín: el gobierno fue claramente derrotado en esta “batalla” mediática,

Queremos terminar este artículo con una reflexión. Consideramos que las distintas manifestaciones del arte deben generar emociones al transmitir mensajes y símbolos en su lenguaje propio. Más allá de sus omisiones y zonas grises, versión de El Eternauta de Netflix lo consigue. Por eso, la disfrutamos. Tal como dijeron Trotsky y Breton en el Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente, defendemos la más amplia libertad para el arte y sus creadores.


[1] https://www.diarioregistrado.com/redes/milei-se-comio-la-curva–el-presidente-publico-una-captura-falsa-de-el-eternauta-y-las-redes-se-rien-de-el_a681a1aa24b9f0a59bed5277b

[2] https://www.0221.com.ar/entretenimiento/la-historia-oculta-detras-los-cascarudos-el-eternauta-n110370

[3] https://www.0221.com.ar/entretenimiento/la-historia-oculta-detras-los-cascarudos-el-eternauta-n110370

[4] https://www.ambito.com/economia/polemica-ricardo-darin-y-luis-caputo-cuanto-cuesta-realmente-una-docena-empanadas-n6149396

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