Sáb Abr 20, 2024
20 abril, 2024

León Trotsky y el Frente Único en Alemania. Anotaciones de un estudio

El texto que sigue fue escrito en el inicio de este año y tenía como objetivo dar continuidad a los estudios sobre un tema importante, a saber, el Frente Único. No obstante, al terminar de escribir y antes de la revisión final, otros temas y otros textos tomaron nuestra atención, en especial los que se refieren al Programa de Transición. Fuimos obligados a abandonar, ya casi listo, este material y dar atención a otros. Como, de todas formas creemos que el tema sigue actual, y como ahora tuvimos las condiciones para revisarlo, nos propusimos publicarlo.

Por: Jeronimo Castro, con la colaboración de Maria Costa

Introducción

El estudio sobre el Frente Único y su aplicación práctica no puede dejar de recoger una de las principales contribuciones hechas por el trotskismo, la de Alemania de los años treinta, anterior a la llegada de Hitler al poder.

Trotsky, en una serie de escritos magistrales, enfrenta la política del PCA y de la Tercera Internacional e intenta desesperadamente dar al proletariado alemán la chance de vencer.

En una compilación que ya es histórica, Revolución y contrarrevolución en Alemania, el revolucionario ruso que fue uno de los principales elaboradores de la política de frente único obrero, demuestra en la práctica cómo debe ser aplicada la política.

Una vez más, y siguiendo el método del texto anterior, el presente es un estudio parcial, exclusivamente de la obra citada, y no se propone terminar con el debate sino apenas ilustrarlo con un caso concreto.

Además, como observa el título, son notas que una vez trabajadas se resolvió publicar.

Un frente hasta con el diablo y su abuela

El avance del fascismo en Alemania, en los años ’30, después de su victoria en Italia sobre los comunistas y los trabajadores en los años ’20, llamó la atención de Trotsky. Más de una vez él profetizó que el futuro de Europa dependía en mucho de la resolución de la situación alemana.

Y la situación era compleja. Por un lado, el nazismo crecía tanto en las elecciones como en las calles, animado y financiado por la alta burguesía, apoyándose en los sectores desesperados de la pequeña burguesía y armando y organizando a sectores del lumpenproletariado como tropa de choque contra las organizaciones de los trabajadores.

Todo un sector de viejos oficiales y antiguos soldados desempleados se alistaban en los grupos militarizados del nazismo. Las SS y SA se nutrían de estas capas desesperadas y se lanzaban contra comunistas y socialdemócratas.

La vieja socialdemocracia, que hacía mucho había perdido cualquier pintura revolucionaria, mantenía a su alrededor importantes sectores de la clase trabajadora. Dirigía sindicatos y tenía parlamentarios, era una fuerza indiscutible.

El PCA también representaba a un número formidable de trabajadores, pero tenía una política sectaria y ponía un signo igual entre la vieja y traidora socialdemocracia y las fuerzas aplastantes de los nazismos.

En este contexto, Trotsky hace un llamado al frente único obrero, diciendo:

Sin nada que esconder o atenuar de nuestra opinión sobre los jefes socialdemócratas, podemos y debemos decir a los obreros socialdemócratas: “ya que ustedes aceptan, de una parte, la lucha en común con nosotros y que, de otra parte, ustedes no quieren romper con sus jefes, nosotros les proponemos: traten de obligarlos a iniciar una lucha común con nosotros por tales y tales objetivos prácticos, por tales y tales puntos. En cuanto a nosotros, comunistas, estamos prontos”. ¿Qué puede haber de más simple, de más claro, de más convincente?”[1]

Trotsky, para ser más enfático, todavía dice:

En la lucha contra el fascismo estamos listos para hacer acuerdos prácticos de lucha con el diablo, con su abuela, e incluso con Noske y Zörgiebel.[2]

¿Cuál es entonces el criterio de Trotsky para hacer un frente único, incluso contra el nazismo? “… una lucha común con nosotros por tales y tales objetivos prácticos”, o como dice en la cita siguiente: “en la lucha contra el fascismo estamos listos para hacer acuerdos prácticos”.

Para Trotsky, en la lucha contra el nazismo, lo necesario era llegar a un acuerdo práctico, por tales y tales tareas prácticas. Así, queda claro que el frente único era, también en Alemania, para la acción.

La resistencia del estalinismo para aplicar el frente único o el balance de China y de Inglaterra

En los años anteriores a la situación alemana que ahora analizamos, en el final de los años ’20, paralelamente a un guiño para el kulak y el nepman en el interior de Rusia, la dirección del PCUS buscaba, mundo afuera, a sectores en quien apoyarse para extender la influencia de la revolución rusa.

Dos ejemplos son muy interesantes, y ejemplifican bien cómo la dirección, en la época Stalin-Bujarin, aplicaron la política de frente único.

En China, buscaron apoyar el Kuomintang, partido burgués que se enfrentaba a los viejos señores feudales y semifeudales. Este apoyo, que llegó hasta el ingreso en el Kuomintang, llevó a una serie de derrotas sangrientas del proletariado chino.

En Inglaterra, un frente único con los dirigentes sindicales ingleses tuvo como conclusión la derrota de la huelga general en aquel país.

¿Cómo explicar entonces la renuncia de la Internacional Comunista (IC) a la política de Frente Único? Por las derrotas y fracasos de esa política en el pasado. Si esas derrotas, cuyas razones residen no en la política sino en los políticos, hubiesen sido descubiertas, analizadas, estudiadas en tiempo, el Partido Comunista alemán estaría admirablemente bien armado, estratégica y tácticamente, para la situación actual.[3]

Trotsky dirá que hubo dos tipos de errores en la construcción de los frentes únicos: el primero fue llamar a las direcciones reformistas para luchar por consignas radicales, que claramente estos no estaban dispuestos, que no eran consecuencia de la situación ni estaba de acuerdo con el nivel de conciencia de la masas.

Pero había un segundo error, mucho más fatal, dice:

La política de frente único se volvió, para la dirección estalinista, una búsqueda desesperada de aliados, conquistados a costa de la independencia del partido comunista.[4]

La afirmación es muy importante porque destaca otro elemento central de la política de frente único para León Trotsky: la independencia del partido comunista.

El Frente Único y el Soviet – Los organismos de frente único

Trotsky, en el transcurso del texto hace una precisión al tema del frente único. En el texto sobre el frente único escrito por Trotsky en 1923-1924 se desprende que el frente único es esencialmente defensivo, contra los grandes ataques de la burguesía, sean ataques económicos, sean ataques políticos.

O sea, frente al empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora, con gran ola de desempleo, caída de los valores reales del salario, el frente único está planteado como alternativa. Lo mismo vale para las grandes amenazas políticas como el bonapartismo, o en el caso alemán en causa, el nazismo.

Estas situaciones, defensivas, crean las condiciones para el frente único. No obstante, además de eso, de las condiciones defensivas, existen los organismos de frente único. Trotsky da dos ejemplos, los sindicatos y los soviets.

Así como el sindicato es la forma elemental de frente único en la lucha económica, del mismo modo el soviet es la forma más elevada de frente único en las condiciones en que el proletariado entra en la fase de la lucha por el poder.[5]

Así, el sindicato es el organismo de frente único de las luchas económicas, y los soviets son el organismo de frente único para luchar por el poder.

Sin embargo, Trotsky no ve como indiferente quién dirige el frente único.

Que los “propios” obreros elegirán sus delegados a los soviets, eso es indiscutible. Pero toda la cuestión está en saber a quién ellos elegirán. Debemos ir a los soviets con todas las otras organizaciones, sean cuales fueren, “con todos sus errores y todas sus flaquezas”. Pero pensar que los soviets pueden dirigir “por sí mismos” la lucha del proletariado por el poder es sembrar el más grosero fetichismo soviético. Todo depende del partido que dirija los soviets.[6]

O sea, la lucha por este organismo de frente único (y en mi opinión por todo frente único) también está determinado por quién al final lo dirigirá.

Trotsky y la polémica con el SAP

La crisis de la socialdemocracia alemana, al mismo tiempo que la política sectaria del PCA llevaron a que un grupo de cuadros y obreros rompiese con el primero sin adherir al segundo.

Era una típica formación centrista, que tenía como una de sus políticas centrales el permanente llamado al frente único.

He aquí lo que Trotsky dice:

Solo un partido revolucionario templado en la lucha puede conducir una tal política. En todo caso, la política de frente único no puede servir de programa a un partido revolucionario. Con todo, es sobre esa base que el SAP construye hoy toda su actividad.[7]

Para Trotsky, el frente único, como ya dijimos más arriba, solo admitía un programa de tareas claras. No un programa político acabado. En más de un pasaje él defiende la máxima golpear juntos, marchar separados, o ninguna bandera, ningún cartel en común. ¿Por qué? Porque el frente único es antes de todo una acción, o el llamado a una acción, y no la constitución de una organización común.

En este sentido, él dirá, incluso, sobre la participación en los organismos de frente único como los sindicatos:

La participación de los comunistas en los sindicatos reaccionarios no es dictada por un principio abstracto de unidad sino por la necesidad de la lucha por la eliminación de la organización de los agentes del capital.[8]

O sea, no es el deseo subjetivo de unidad que lleva a los comunistas a participar del frente único. En realidad, es la necesidad de limpiar las organizaciones, y todo el movimiento obrero, de la presencia de estos representantes del capital.

En la polémica con el SAP, algunos criterios para el frente único

Aún en la polémica que hace sobre el SAP, y parcialmente con el propio SAP, Trotsky define algunos criterios para el frente único.

En primer lugar, frente a la propuesta del SAP de que se haga un frente único entre todas las organizaciones obreras, con los mismos derechos, Trotsky dirá:

¿Qué sentido tendría para el Partido Comunista o para el Partido Socialdemócrata compartir, en pie de igualdad, la tribuna con Brandler, Urbahns y otros representantes de organizaciones y grupos insignificantes demás para pretender un lugar destacado en el movimiento?[9]

¡Más claro, imposible! Pero, para que no queden dudas, remata:

Frente único quiere decir unidad de las masas trabajadoras comunistas y socialdemócratas y no la transacción de grupos políticos desprovistos de masas.[10]

O sea, sin masas, sin dirigir a las grandes masas, ¿cuál es el sentido del frente único?

En la misma polémica, como ya dijimos más arriba, Trotsky dirá que:

Precisamente en el dominio de la propaganda, el frente único es inadmisible. La propaganda debe apoyarse en principios claros, en un programa definido.[11]

Y que el frente único se basa justamente en otro criterio, el de la acción:

Marchar separadamente, luchar juntos. El bloque es únicamente para acciones prácticas de masas.[12]

Por fin, frente a la posibilidad de tener una candidatura común del frente único, con un programa que fuese una mezcla de las opiniones de este frente único, Trotsky sentencia:

La idea de proponer el candidato a presidente por el frente único obrero es un idea radicalmente errónea. Solo se puede proponer un candidato sobre la base de un programa definido. El partido no tiene el derecho de eximirse, durante la elección, de movilizar a sus simpatizantes y de contar sus fuerzas. La candidatura del partido opuesta a todas las otras candidaturas, no podría impedir, en ningún caso, el acuerdo con las otras organizaciones para fines inmediatos de lucha.[13]

O sea, el criterio para las elecciones, como en general el criterio para la presentación del partido no se confunde en nada con la táctica de frente único. El Frente Único es una táctica de unidad para la acción común en determinadas circunstancias; su existencia misma está condicionada a que ella pueda mover a las masas, no tiene nada que ver con la agitación de un programa común, de lo que Trotsky es radicalmente contrario.

Algunas conclusiones

Quiero destacar antes de todo, que así como con en el texto de Nahuel Moreno que presenté anteriormente, sobre el mismo tema, lo que busco aquí es sintetizar las opiniones de Trotsky sobre el frente único.

Más específicamente en este caso, las opiniones que él presenta en el libro Revolución y Contrarrevolución en Alemania. En la medida de lo posible me abstuve de presentar mis opiniones sobre la obra, sino intenté hacer una síntesis objetiva del pensador ruso.

El próximo paso será, justamente, el de presentar cómo veo yo el tema a partir de este estudio.

Sobre Trotsky, concluí que:

  1. El Frente Único es un acuerdo práctico para la acción, con un programa de tareas concretas, que puede ser hecho con cualquier dirección obrera, por más traidora que sea, o, como dice Trotsky, hasta con el diablo y su abuela.
  2. La premisa fundamental de este acuerdo es la más completa libertad del partido comunista. No es política del frente único la unidad con otras corrientes del movimiento obrero que silencie las críticas a las traiciones y vacilaciones de estas corrientes.
  3. Existen dos tipos de desvío clásico al hacer el llamado al frente único, uno ultraizquierdista, de llamar al frente único para tareas o consignas radicales que estaban fuera de las perspectivas de los obreros socialdemócratas y que eran fácilmente desenmascaradas, y otra, según Trotsky la más peligrosa, es la de hacer el frente único en detrimento de la independencia política del partido comunista.
  4. Trotsky hace una distinción inicial entre los organismos de frente único, como los sindicatos y los soviets, y los frentes únicos como organismos formados para la lucha inmediata.
  5. La política de frente único exige un partido templado y capaz de aplicarla.
  6. Para nada el frente único puede convertirse en un programa. Mucho menos en instrumento de propaganda abstracta. El frente único es una propuesta honesta, un llamado sincero a luchar por cuestiones bien específicas, en el marco de una diferencia general con las organizaciones llamadas. Transformar el frente único en un programa significa, en último análisis, decir que esta táctica es válida para todo tiempo y lugar.
  7. Parte esencial del frente único es la lucha para barrer al reformismo de la clase obrera. Sin esta claridad estratégica, o sea, la de que los revolucionarios quieren desenmascarar a los reformistas para mejor barrerlos de la dirección del movimiento obrero, el frente único es un arma inservible.
  8. El frente único es un frente entre organizaciones de masas y no entre organizaciones desprovistas de masas. Cuando pensado por Trotsky, el frente único era un llamado de organizaciones que dirigían parcelas importantes del movimiento de masas y dirigido a otras organizaciones en situación similar. No era un acuerdo entre pequeños grupos para tareas locales y mucho menos un llamado de un grupo minúsculo hecho al conjunto del movimiento obrero y sus direcciones.
  9. La idea de presentar una candidatura electoral sobre la base de un frente único es fundamentalmente equivocada. El frente único, como ya dijimos, es un acuerdo para luchar por determinada reivindicación. Es la aplicación concreta de la afirmación “marchar juntos, golpear separados”. Las elecciones, por el contrario, son justamente el momento en que presentamos a los trabajadores nuestras propuestas para dirigir la sociedad.

Notas:

[1] TROTSKY, León. Revolução e Contrarrevolução na Alemanha. San Pablo: Editora Sundermann, p. 170.

[2] Ídem.

[3] Ídem, p.183.

[4] Ídem, p. 184.

[5] Ídem, p. 196.

[6] Ídem, p. 202.

[7] Ídem, p. 203.

[8] Ídem, p. 204.

[9] Ídem, pp. 208-209.

[10] Ídem, p. 209.

[11] Ídem.

[12] Ídem.

[13] Ídem.

Traducción: Natalia Estrada.

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