Jue Mar 28, 2024
28 marzo, 2024

¡La tierra es de quien la trabaja!

El sector campesino salvadoreño, es uno de los que más ha sufrido las desigualdades de los sectores de la clase dominante, desde épocas lejanas, en que, el ordenamiento territorial del país dividió estos espacios como campo-ciudad.

Por Dagoberto Mejía

Pero dentro de ello, hay un asunto importante: no podemos afirmar que los campesinos en general sean los desfavorecidos, cosa que uno imagina de inmediato al escuchar la palabra “campesino”, quizá por la fama de miseria que ha hecho famoso a este sector de la sociedad salvadoreña.

Hay que tenerlo claro: campesinos, en el país, los hay en estratos distintos, desde explotadores hasta explotados. Bien sabemos que en el campo, hay terratenientes dueños de la mayor parte de las tierras fértiles, éstos son los que con mayor fuerza dañan a los estratos más bajos, adueñándose de los medios de producción agropecuaria para luego contratar a muchos de ellos, para realizar trabajos de extremo esfuerzo físico, otorgando a cambio de la fuerza productiva, un salario de hambre.

Otro nivel del campesino es, el de campesino rico. Éste es el que posee su propia parcela, y la trabaja con sus propias manos y la ayuda de jornaleros del campesinado pobre, a los que les paga un pequeño salario, por jornadas de, por lo menos, 8 horas de trabajo físico atenuante. En el estrato más bajo se encuentra, el campesino pobre, el que vende su fuerza de trabajo al terrateniente y al campesino rico.

¿APOYO GUBERNAMENTAL AL SECTOR?

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), es el ente gubernamental encargado de velar por la producción agrícola y ganadera, que predomina en nuestro campo. El campo recibe su apoyo diferenciado, en los que los grandes terratenientes son los más beneficiados, seguidos por los campesinos ricos.

El gobierno, al comenzar la época de cultivo, entrega insumos agrícolas a todos los campesinos, sin excepciones, sin importar que éstos sean empleados de gobierno, de la alcaldía municipal, o de otra empresa, cosa que no debería ser así. Incluso, los campesinos pobres son muchas veces obligados por la necesidad a vender las semillas y fertilizantes otorgados por el gobierno, a sectores de terratenientes y campesinos ricos, los que sí tienen los medios para su cultivo, poseen tierras, y la bonanza económica para invertir en una gran cantidad de insumos agrícolas.

A los campesinos pobres no les queda otra opción que trabajar para un terrateniente o un campesino rico, por un salario de hambre, o por simplemente pagar las deudas de las que se ha hecho acreedor, debido al arrendamiento de tierra, y otras,  por el alimento que el empleador le facilita diariamente, que no es el mejor, ni el más abundante.

El MAG, facilita semilla mejorada (transgénica)  de frijol (22 libras), maíz (22 libras), y una mísera cantidad de fertilizante, que consta de 100 libras de sulfato de amonio, las que no alcanzan para prácticamente nada. La semilla transgénica no produce si no se le dota de los fertilizantes y demás insumos químicos, los que,  muchas veces no pueden ser adquiridos por el campesino pobre, por lo que decide dadas las circunstancias, vender lo que el gobierno le ha entregado, al campesino rico, que es el que tiene la facilidad para cultivar la semilla.

El problema de mayor importancia en nuestros campos, es el de poseer pocos dueños. Los grandes terratenientes controlan lo más importante para el campesino: la tierra, sin la que no es posible cultivar ni la cantidad mínima para la satisfacción de las necesidades primarias de sus familias; para suplir estas necesidades se tiene que presentar a vender su fuerza de trabajo al rico, el que lo explota, por bajo salario.

Lo primario es, buscar que el gobierno provea de insumos agrícolas necesarios para asegurar la seguridad alimentaria del país, queriendo decir con estas palabras, que el gobierno debe clasificar de mejor manera a las personas que reciban esta ayuda, dejando afuera a los que no cultivan la tierra, a los que son empleados de otros organismos y principalmente, a los campesinos ricos que no necesitan este incentivo.

Luego de ello, incentivar al cultivo de alimentos diversos, tratando de sobreponerse al problema del cultivo intensivo del maíz, algodón y la caña de azúcar, etc., dichos cultivos son los que llenan los campos salvadoreños, y son de una producción que facilita la  contaminación al medioambiente del país, lo que no nos favorece. Si se cultivaran productos de diversa índole, sin sobreexplotar la tierra con un cultivo único, seríamos beneficiados la inmensa mayoría, que claramente es la obrera y pobre.

La sobreexplotación de las tierras cultivables las ha tornado estériles, no a todas, pero sí a la mayoría de la cultivable. Campesinos salvadoreños, del estrato pobre,  han tenido que cultivar esta tierra sin conseguir cosechas, sólo trabajando de manera improductiva. Los que se quedan con la tierra fértil y apta para el cultivo de alta producción,  siempre es el terrateniente, y en menor medida también, el campesino rico.

Situación de los campesinos que se dedican al sector pecuario

La situación es un calco de los campesinos agrícolas, las relaciones de producción son las mismas. Hay un terrateniente que es el que tiene la mayor cantidad de tierra, toda la empresa gira en torno a este personaje,  llamado hacendado o patrón, o sencillamente el “don”. Algunos de éstos son los mismos que controlan la agricultura, o sea, no son distantes en funciones y en métodos de explotación, los salarios son los mismos, la miseria al trabajador igual.

Contratan jornaleros para la producción de ganado vacuno y equino mayormente, los cuales,  crían el ganado y trabajan en su mercadeo, obteniendo de ello muy pocas ganancias, lo único recibido es  un salario de hambre, como el de todos los asalariados campesinos.

La desigualdad en el sector campesino, es el principal problema. Sectores llenando sus arcas sin medida y el sector oprimido trabajando sin objeción, por pura necesidad de medio alimentar a sus familias.

Los terratenientes en muchos casos no son directamente parte del campesinado, son burgueses citadinos que buscando aumentar su capital en nuevos negocios han comprado haciendas, y las están haciendo producir con la mediación de un administrador explotador, que es amigo suyo, o que en el peor de los casos, ha salido del mismo campesinado pobre. La explotación actúa desde afuera, y quitan la oportunidad a los campesinos pobres de cultivar de manera independiente.

APOYO DEL GOBIERNO AL TERRATENIENTE

Lo que el gobierno ha apoyado al sector ganadero ha sido de grandes dimensiones, ha dado apoyo técnico, insumos de toda índole, como semillas de zacate, fertilizantes y pesticidas, sistemas de riego, entre otros; pero hay un problema, la distribución de la ayuda ha sido burocrática, el más beneficiado siempre ha sido el terrateniente y el campesino rico, y se ha dejado a un lado al campesino pobre, esto lo que ha permitido es que el rico se vuelva más rico y posea más poder de explotación sobre el pobre. Lo que ayudaría a desechar estos males, es la ayuda descentralizada, sin negar apoyo al campesino pobre, aseverando que no tiene la capacidad de producir con los insumos que son proporcionados, cosa que muchas veces es cierto, pero sólo por falta de tierra en la que hacerlo.

FOMILENIO I

FOMILENIO I fue un proyecto de dimensiones magnas, que trajo consigo apoyo al sector agropecuario. Aportó al crecimiento del sector en las zonas de su alcance; pero hay que tenerlo claro, este apoyo sólo sirvió para empeorar la desigualdad, el rico se hizo más rico y el pobre quedó en las mismas o peores condiciones que antes del proyecto.

Los fondos económicos e insumos de producción agropecuaria de grandes alcances, fueron entregados a los terratenientes y campesinos ricos, que con este apoyo lo único que hicieron fue aumentar   sus capitales.

Los grandes terratenientes, dueños de haciendas agropecuarias, y los no menos explotadores, campesinos ricos, aprovecharon con asiduidad el aporte de FOMILENIO al crecimiento de sus arcas financieras. Renovaron su tecnología pecuaria y agrícola, con regalos de FOMILENIO.

El campesinado pobre no recibió ayuda, si la pidió, le fue rechazada su solicitud, porque según FOMILENIO, ellos no tenían la capacidad de hacer producir.

FOMILENIO debe verse como un proyecto de crecimiento al capital privado que ya estaba agrandado en demasía, lo que no viene a arreglar el problema de la falta de oportunidades de los campesinos pobres, olvidados por el estado que se supone de izquierda.

En conclusión, ya hemos dilucidado un panorama general de la situación del campesinado salvadoreño, hemos dicho que campesinos, los hay en varios estratos, y que no puede verse al campesinado en general como un sector oprimido, sino, debe observarse que los hay también explotadores, siendo la situación no tan lejana a lo que día a día acaece en las ciudades del país, la diferencia radica en que los explotadores y explotados tienen nombres distintos  dependiendo de su ubicación geográfica. Hemos dicho que el programa FOMILENIO aportó beneficios, sólo para las minorías explotadoras, sin dejar huella alguna en los campesinos pobres, que fueron ignorados por el proyecto.

Los problemas del campesino pobre, son grandes, las soluciones que el gobierno está dando son pocas. El problema de la tierra y sus pocos dueños debe ser visto como el principal, los campesinos pobres, aunque quieran cultivar, no tienen tierra para hacerlo. Los campesinos ricos y los terratenientes otorgan poca tierra a modo de arrendamiento, y lo peor, otorgan la menos fértil. La otorgan por un precio exagerado, o por mano de obra para sus cultivos, con lo que a su vez, aseguran el sometimiento de los campesinos pobres a su favor, comprometiéndoles a trabajar para ellos todo el tiempo que les queda libre luego del trabajo en sus minúsculas parcelas.

La lucha debe ser frontal hacia la erradicación de la desigualdad social, favorecida por las pésimas condiciones del sector Educación, que no permite al campesino pobre derribar barreras de falta de conocimientos, para hacer  valer sus derechos y  conocer su condición humana.

¿Qué exigimos para el sector campesino?

Mejor distribución de la tierra. Educación gratuita y de calidad, creación de escuelas públicas donde no las hay, construcción de universidades públicas en zonas alejadas de San Salvador para un mejor acceso de estudiantes campesinos ; becas a los estudiantes de escasos recursos, que desean mejorar su situación profesionalizándose. Más apoyo y menos promesas. Oportunidades reales para el campesinado pobre, no programas como FOMILENIO, que sólo ayudan al explotador.

 

¡REFORMA AGRARIA QUE GARANTICE TIERRA AL CAMPESINO POBRE¡

¡TIERRA PARA LA MUJER CAMPESINA!

¡NO MÁS TRANSGÉNICOS!

¡NO AL FOMILENIO!

 

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