La plataforma de los demócratas para 2024 nos dice cuál es su postura respecto a Palestina
Por Coco Smyth
Políticos, famosos, capitalistas y operativos del Partido Demócrata se reunieron en la Convención Nacional Demócrata 2024 (CND) en Chicago entre el 19 y el 24 de agosto. Fueron recibidos por miles de manifestantes que exigían justicia para Palestina.
Al mismo tiempo, un movimiento dentro del Partido Demócrata conocido como la «Campaña de los No Comprometidos» se hizo visible en la Convención. El movimiento intentó presionar a los demócratas para que moderaran su apoyo incondicional a Israel y a su guerra genocida en Gaza votando «no comprometido» en las primarias del partido. El movimiento también se enfrentó a la dirección Demócrata por su decisión de no permitir que un orador palestino-estadounidense hiciera una presentación en el Comité Nacional Demócrata.
Sin embargo, a pesar de la desafección con la línea del partido sobre Palestina entre una minoría de sus operativos y la mayoría del pueblo estadounidense, la recién publicada Plataforma 2024 del Partido Demócrata reafirma enérgicamente la posición existente del partido.
La Plataforma 2024, redactada por los burócratas del Comité Nacional Demócrata, representa las prioridades, los objetivos y la perspectiva política general del partido para las próximas elecciones. En la Convención se votó sobre la plataforma, pero su aprobación ya era un hecho consumado. Aunque su programa no es vinculante, podemos obtener de él mucha información sobre la visión del mundo de las altas esferas del Partido Demócrata. Para quienes están comprometidos con el movimiento de solidaridad con Palestina, y especialmente para quienes apoyan al Partido Demócrata y votan a sus candidatos en tiempos «normales», comprender el programa es absolutamente necesario para determinar cómo orientar al partido en las elecciones de 2024 y más allá.
Israel como la clave de los objetivos imperialistas de EEUU
La plataforma no espera nada para declarar la postura del Partido Demócrata respecto a Palestina. De hecho, el apoyo a Israel constituye el marco y el tema principal de toda la sección sobre «Oriente Medio y el Norte de África». De las tres páginas de este documento de 91 páginas dedicadas a la región de Oriente Medio y Norte de África, apenas hay un párrafo que no incluya declaraciones de apoyo total a Israel o un mayor énfasis en la centralidad de Israel para la política imperial estadounidense.
La Plataforma 2024 afirma: «El presidente Biden y el vicepresidente Harris creen que un Israel fuerte, seguro y democrático es vital para los intereses de Estados Unidos. Su compromiso con la seguridad de Israel, su ventaja militar cualitativa, su derecho a defenderse y el Memorando de Entendimiento de 2016 esta férreo.
«El presidente Biden viajó a Israel -el primer presidente estadounidense que lo hizo en tiempos de guerra- en los días posteriores al 7 de octubre para demostrar que Estados Unidos está con Israel en su búsqueda de la paz y la seguridad. También ha defendido a Israel en la ONU frente a los esfuerzos unilaterales por condenar a Israel. La Administración trabajó con los líderes del Congreso para aprobar un paquete de ayuda histórico por valor de 14.000 millones de dólares para ayudar a Israel a defenderse y para proporcionar más de 1.000 millones de dólares para ayuda humanitaria adicional a Gaza.»
El discurso de Kamala Harris en la CND también incidió en este tema. Prometió: «Siempre defenderé el derecho de Israel a defenderse. Y siempre me aseguraré de que Israel tenga la capacidad para defenderse». En su debate del 10 de septiembre con Trump, Harris reiteró su determinación de dar ayuda militar a Israel. Sus comentarios dejan muy claro que Biden no es en absoluto un caso atípico en su rabioso apoyo a Israel.
Muchos celebraron la dimisión de Biden, considerándola una victoria y un producto del movimiento de solidaridad con Palestina. Muchos también han mencionado la idea de que Kamala Harris podría representar una ruptura con el sionismo inquebrantable dentro del partido. Sin embargo, este programa y los discursos de las principales figuras del Partido Demócrata, incluida Harris, deberían poner fin a todas estas especulaciones.
En su debate del 10 de septiembre, Harris también declaró que «demasiados palestinos han sido asesinados». Sin embargo, es bastante incomprensible que Harris y Biden hablen de su compromiso con los derechos humanos de los palestinos mientras garantizan el apoyo militar de la ofensiva genocida de Israel en Gaza. No puedes dar a alguien armas y bombas sabiendo que las utilizará para asesinar, y luego advertirles que deben moderar la matanza mientras sigues dándole más armas y bombas.
Negociaciones entre la espada y el cuello
La plataforma afirma: «El presidente Biden trabaja para construir una paz duradera en Oriente Medio reforzada por la integración regional, una coalición fuerte para contrarrestar y disuadir a Irán e impedir que éste y sus apoderados terroristas amenacen la seguridad de la región, y una solución negociada de dos Estados que garantice el futuro de Israel como Estado judío y democrático con fronteras reconocidas y defienda el derecho de los palestinos a vivir en libertad y seguridad en un Estado propio viable. El grupo terrorista Hamás intentó destruir la promesa de esa visión [de la solución de dos Estados] el 7 de octubre de 2023, pero no lo conseguirá. Estados Unidos apoya firmemente a Israel en la lucha contra Hamás. Y el duro trabajo de la diplomacia bajo el liderazgo del Presidente ha logrado avances reales en un camino que liberará a los rehenes, establecerá un alto el fuego duradero, aliviará el sufrimiento humanitario en Gaza y hará posible la normalización entre Israel y los principales Estados árabes, junto con un progreso significativo y un horizonte político para el Pueblo Palestino.»
Lo mejor a lo que podría agarrarse un partidario del movimiento palestino en este Programa es su reafirmación de su «compromiso con una solución de dos Estados» y perogrulladas sobre los derechos humanos de los palestinos. Pero estas bonitas palabras aparecen en el mismo párrafo en el que el partido habla de su apoyo total a Israel.
Antes de aceptar esto como una señal de movimiento positivo en las instituciones del Partido Demócrata, es importante reconocer que esto se hace eco de la retórica del gobierno estadounidense ya por una generación, desde la inauguración de los Acuerdos de Oslo y la era del «proceso de paz» en 1993. Toda una generación ha vivido en este mundo post-Oslo; la mayoría de los palestinos nacieron después de su firma. Durante todo este periodo, la norma ha sido un debate vacío sobre los derechos humanos, el compromiso de crear un Estado palestino en el futuro y, de vez en cuando, criticar ligeramente los excesos israelíes contra los palestinos. Al igual que ahora, esta retórica siempre ha ido acompañada de declaraciones de apoyo total a Israel, y la práctica ha demostrado cual parte de la retórica refleja la realidad.
Los sucesos del 7 de octubre de 2023, que el programa dedica una sección titulada a condenar, fueron una consecuencia previsible de estas décadas en las que la hipocresía oficial y la retórica de los derechos humanos (mal) enmascararon la ocupación violenta, la desposesión y el dominio racista. La opción que el mundo posterior a Oslo ha ofrecido al pueblo palestino es decidir entre el horror sin fin o un fin lleno de horrores. Y frente a esta terrible opción, un fin lleno de horrores ofrece al menos un fin: la liberación o la destrucción.
El compromiso de Estados Unidos con un Israel etnosupremacista socava necesariamente la promesa vacía del «derecho de los palestinos a vivir en libertad y seguridad en un Estado viable propio». El partido afirma que «el liderazgo del Presidente ha hecho verdaderos progresos en un camino a seguir» mediante negociaciones, como si no pudieran poner fin a la guerra hoy mismo. La guerra termina cuando Israel detiene la ofensiva, e Israel no puede continuar la ofensiva para siempre sin las armas y la financiación de Estados Unidos. Incluso las amenazas de cortar el apoyo han detenido a Israel en el pasado. Por consiguiente, la altisonante discusión sobre las preocupaciones humanitarias, un «alto el fuego duradero» y una «solución de dos Estados» suena hueca.
Además, la defensa del Partido Demócrata de una «solución de dos Estados» no debe verse como un compromiso con una resolución justa y definitiva del «Conflicto israelo-palestino». La solución de los dos Estados ha constituido el objetivo teórico del proceso de paz en la era de Oslo, pero no es ni factible ni deseable. Israel y sus partidarios estadounidenses han ofrecido al pueblo palestino una solución que, en el mejor de los casos, constituiría un Estado palestino reconocido internacionalmente y formado por los bantustanes no contiguos de Gaza y Cisjordania. Dicho «Estado» seguiría estando dominado política, económica y militarmente por Israel, sin resolver ninguno de los problemas fundamentales a los que se enfrenta el pueblo palestino.
La «solución de los dos Estados» no es más que una tapadera ideológica de la actual situación colonial, que no sirve para otra cosa que para hacer aceptable la realidad actual y comprar a una parte de la dirección política palestina. Un Estado laico, democrático y socialista con igualdad de derechos para todos en toda la Palestina histórica es la única base para una paz justa y duradera, que es precisamente por lo que nunca aparecerá en un programa del Partido Demócrata.
A continuación, el programa se jacta de un «paquete de ayuda histórica por valor de 14.000 millones de dólares para ayudar a Israel a defenderse y proporcionar más de 1.000 millones de dólares para ayuda humanitaria adicional a Gaza». Este dato resume bastante bien toda la cuestión. Ofrecería 14.000 millones de dólares para continuar la guerra, y 1.000 millones para ofrecer una tirita a quienes sufren sus consecuencias. Este «histórico» paquete de ayuda es la prueba de lo directa que es la relación entre la clase dominante estadounidense y el genocidio en curso. Este paquete fue producto del codiciado «bipartidismo» de los demócratas, y es un punto de «orgullo» que Harris señalará innumerables veces durante su campaña.
Los demócratas sobre el Movimiento de Solidaridad con Palestina
La Plataforma 2024 afirma: «La Administración se opone a cualquier esfuerzo por señalar y deslegitimar injustamente a Israel, incluso en las Naciones Unidas o a través del Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones, al tiempo que protege el derecho constitucional de nuestros ciudadanos a la libertad de expresión».
La relación de los demócratas con el movimiento de solidaridad con Palestina en Estados Unidos es sencilla y puede resumirse en dos palabras: están opuestos. Los políticos del Partido Demócrata, desde el ámbito estatal hasta el nacional, han convertido en una prioridad atacar -y, cuando ha sido posible, prohibir- el movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra Israel con el pretexto de que el movimiento es «antisemita». Esta campaña ha sido fundamental para los esfuerzos de solidaridad en Estados Unidos desde 2001. Firmada por cientos de organizaciones de la sociedad civil palestina y respaldada por miles de organizaciones más de todo el mundo, las demandas que la campaña BDS dirige a Israel son bastante sencillas:
- Poner fin a la ocupación y colonización de todas las tierras árabes ocupadas en 1967 y desmantelar el Muro
- Reconocer los derechos fundamentales de los ciudadanos árabe-palestinos de Israel a la plena igualdad.
- Respetar, proteger y promover el derecho de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares y propiedades, tal como estipula la Resolución 194 de la ONU.
Los lectores pueden determinar si estas demandas son antisemitas. Las constantes denuncias y ataques de los demócratas contra el movimiento BDS demuestran con qué violencia se oponen incluso a las expresiones moderadas de apoyo a Palestina o de condena de Israel.
La «Campaña de los No Comprometidos» es otra faceta importante de este debate. Los éxitos moderados al conseguir que los votantes votaran sin comprometerse en una contienda no competitiva han animado a muchos en el movimiento palestino como reflejo del desencanto generalizado con el apoyo inquebrantable de los demócratas a Israel. Treinta delegados no comprometidos obtuvieron escaños y estuvieron presentes en el CND. La Campaña de los No Comprometidos también celebró públicamente la decisión del partido de permitir un panel en la conferencia titulado «Demócratas por los Derechos Humanos de los Palestinos».
Pero después de leer el programa del partido, ¿cómo debemos sentirnos respecto al estado de este movimiento reformista? El aparato del Partido Demócrata se complace en dar «victorias» superficiales a los movimientos para cooptarlos y aplacarlos. Al partido le encanta pronunciar perogrulladas sobre la humanidad palestina y el derecho a la autodeterminación, pero ni por un día han dejado de financiar y respaldar ideológicamente a Israel y, en consecuencia, su genocidio.
Además, los discursos de los líderes demócratas en la conferencia dejaron claro que no se está considerando ningún cambio de postura respecto a Palestina. Kamala Harris, Joe Biden y la supuesta incendiaria izquierdista Alexandria Ocasio Cortez mantuvieron una notable unidad de línea en sus discursos. Al igual que en la plataforma, los líderes demócratas reiteraron su apoyo inequívoco a Israel, culparon a la resistencia palestina de toda la carnicería de esta guerra y alardearon de su compromiso con las falsas negociaciones de paz, que Israel ha socavado a cada paso, más recientemente, con el espantoso asesinato del líder de Hamás y principal negociador palestino en las conversaciones de paz, Ismail Haniyeh.
En conjunto, la plataforma demócrata y los discursos posteriores dejan claro que el apoyo a Israel constituye el núcleo de la orientación del partido en esta guerra. La dirección está criminalizando el BDS y socavando a cada paso los esfuerzos de reforma dentro de sus filas. Es hora de aceptar que no hay lugar en el Partido Demócrata para quienes apoyan a Palestina.
¡Escucha lo que te dicen los Demócratas!
A medida que se acerca el primer aniversario de la guerra de Israel en Gaza, los demócratas sólo han cambiado su retórica al respecto, pero no su postura. El sufrimiento del pueblo palestino no ha sido suficiente para cambiar su postura. En Michigan, 100.000 personas votaron «no comprometido» en las primarias demócratas, disgustadas por la financiación de la guerra por Biden. Pero eso no bastó para cambiar la posición del partido. Campamentos, huelgas y sentadas sacudieron los campus de 140 universidades en 45 estados. Eso no bastó para cambiar su postura. Más de 3000 estudiantes fueron detenidos en esta oleada de protestas, y miles más se enfrentaron a suspensiones, despidos y otras formas de disciplina gracias a una campaña nacional coordinada de represión exigida por ambos partidos. A pesar de la desaprobación mayoritaria de la acción militar israelí, a pesar del apoyo a Palestina dentro de su base, a pesar de todo, nada ha cambiado su postura.
El apoyo a Israel es tan fundamental para la estrategia imperial estadounidense y los intereses de la clase dominante estadounidense que no es negociable. Existe un consenso bipartidista unánime entre la élite política, al igual que en las cuestiones más fundamentales para el dominio capitalista. Su nuevo programa para las elecciones de 2024 no es más que la última confirmación de donde se paran los Demoócratas.
Nuestro movimiento en su conjunto tiene que renunciar a los esfuerzos desesperados y degradantes por reformar o ejercer una presión condicional sobre el Partido Demócrata. El partido no nos representa y no va a hacerlo. Viendo el verdadero carácter del partido, debemos adoptar demandas y estrategias que construyan el poder del movimiento como fuerza independiente. Podemos detener la guerra genocida de Israel obligando a EEUU a retirar todo apoyo a Israel mediante un movimiento nacional bien organizado basado en la lucha de masas. Cualquier otra cosa garantiza la continuidad de la aterradora política del statu quo.
Como movimiento, necesitamos escuchar las declaraciones de los Demócratas y aceptar la simple verdad: si quieres ver la liberación del pueblo palestino, no tienes dentro del Partido Demócrata. No vamos a hacer cambiar de opinión a Kamala Harris ni a los cientos de agentes del CND. No van a cambiar sus posiciones, pero podemos cambiar sus acciones si luchamos independientemente y convertimos esto en un movimiento de millones.
Los que estamos en Estados Unidos tenemos colectivamente más poder para influir en el curso de los acontecimientos en Israel y Palestina que casi nadie. Eso hace que sea nuestro deber organizar un movimiento masivo de solidaridad por la liberación palestina y hacer que la situación actual sea insostenible. El Partido Demócrata sabe que nuestro movimiento es una amenaza, así que cumplamos la amenaza y pongamos de nuestra parte para apoyar a los palestinos en su lucha por la liberación.