La larga noche… El calabozo nunca más

Por Izleño Pipil (PT El Salvador)
En la larga noche del invierno del 82. Un 21 de agosto del año de la muerte. El reloj avanzaba en el tiempo y la noche pintaba oscura. El camino era quebrado y el cansancio evidente, el llanto de los Ángeles se fundía con las máscaras de la muerte y el canto de los búhos anunciaba la llegada de un rio de sangre.
En larga noche de una masacre anunciada, se dice que un número mayor a los 200 entre hombres, mujeres, ancianos, niñas y niños perdieron sus vidas a manos de un ejército cobarde, representante de la oligarquía nefasta y sanguinaria de un país sin historia.
La larga noche de los 43. La larga noche a sumado ya 43 años. Años de interminable búsqueda por justicia. Cuarenta y tres años en los cuales todavía estamos clamando castigo para los asesinos. Pero en lugar de ello, lo que hemos tenido han sido cuarenta y tres años de burla, desprecio, desdeño, y olvido por parte de los victimarios.
En la larga noche de los 43 años las heridas de la memoria aun no sanan, pues desde un principio quedo claro que el interés de la clase dirigente no era resarcir los daños perpetuados, sino más bien, blindar de impunidad a los perpetuadores. Se inventaron cuantas leyes fueran necesarias para pintar los ríos de sangre con colores de democracia. En 1993 reunidos en la cloaca legislativa los partidos políticos nuevos y viejos, servilitas de la democracia burguesa dieron vida a la ley de Amnistía. Esta ley de la amnistía = Amnesia= olvido, encarcelo la memoria. Esta fue una ley elaborada y pensada desde los victimarios y para proteger a los victimarios; pero que, además, ignoro y olvido a las víctimas. En la larga noche de los 43 años todavía se respira impunidad pues los responsables materiales he intelectuales de la masacre del calabozo aun no reciben sentencia.
La larga noche de los 43 años también ha visto la resistencia. Resistencia de los sobrevivientes que, a pesar de todo, todavía claman justicia. La larga noche de los 43 años también ha visto nacer nuevas generaciones; generaciones rebeldes que no se doblegan y siguen clamando justicia y castigo para los asesinos.
Hoy, en la larga noche de los 43 años revivimos a nuestros muertos, los traemos a nuestra memoria y con ellos damos un soplo de vida a esa luz de esperanza que aun persiste. Revivimos nuestra memoria y nuestra historia. Esa historia que es un viaje al pasado en la búsqueda de la verdad. Esa memoria que está fundamentada en el recuerdo de nuestros muertos y de muchos otros muertos (El levantamiento indígena de 1932, la masacre del Mozote, La masacre de Tenango y Guadalupe, la masacre del Zumpul, la masacre estudiantil del 30 de Julio, la masacre de Santa Rita, masacre de San Francisco Angulo, masacre de santa Rosita, masacre de las Aradillas, Romero, Rutilio, las 4 Monjas Maryknoll, el asesinato de Romero, los padres Jesuitas, etc..) mártires de la esperanza.
Es hoy en la larga noche de los 43 años que las comunidades del Norte de San Vicente, de El Salvador, alzamos la voz y pedimos verdad, y que sobre esta verdad se dicte justicia. Solo así podrá existir el perdón y la reconciliación en este país sin historia.
Que la Memoria histórica nos sirva para reivindicar la sangre de nuestros mártires y sobre ese legado activar las luchas, esas muchas luchas hacia una misma ruta.
Ante la indiferencia nosotros decimos — SOLIDARIDAD
Ante la injusticia nosotros decimos ——– LUCHA
Ante la impunidad nosotros decimos —– RESISTENCIA
NO CAYAMOS, NO OLVIDAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS
JUSTICIA Y CASTIGO PARA LOS ASESINOS.