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Especial Palestina

La falsa alternativa de “los dos estados”

octubre 5, 2024

Por Alicia Sagra

Las movilizaciones en apoyo a Palestina y el creciente desprestigio y progresivo aislamiento internacional de su brazo armado en el Medio Oriente, han llevado al imperialismo yanqui a intentar mostrar una cara más humanitaria, con la propuesta de “los dos estados” como solución a la guerra de Israel contra Palestina.

Hay muchos activistas, defensores de los derechos de los palestinos, que no dudan que lo que está haciendo Israel es un genocidio y que saben que el imperialismo no tiene nada de humanitario, pero que, sin embargo, ven con simpatía esa propuesta de los dos estados: uno judío y otro árabe.  Ellos, honestamente, piensan que es la propuesta más justa y democrática.

Pero están muy equivocados. En verdad, esa propuesta, que no es nueva, no tiene nada de justa ni de democrática. Por el contrario, es una propuesta contrarrevolucionaria que justifica la opresión colonial y los métodos fascistas con los que se concretó y se mantiene la ocupación de Palestina por parte del estado sionista de Israel.

Un poco de historia de como surgió esa propuesta

El territorio que hoy se llama Israel y que antes de 1948 se llamaba Palestina, por siglos estuvo dominado por diferentes potencias, desde los macabeos y los romanos a los otomanos, y, por un breve período, hasta por Napoleón.

En el inicio del siglo XX, esa región hacía parte del imperio otomano, pero, después de su caída, después de la primera guerra mundial, pasó a estar bajo el control del imperio británico. A esto se llegó a partir de los acuerdos secretos entre Inglaterra y Francia para repartirse el dominio de los pueblos que habían estado bajo el poder del imperio otomano.

Pero Gran Bretaña no hizo sólo acuerdos con los franceses, lo hizo también con algunos príncipes árabes[1] y con el sionismo, privilegiando este último compromiso, lo que se expresó con claridad, en 1917, en la declaración de Balfour[2].

A partir de esa declaración, aumentó en gran medida la llegada a Palestina de judíos europeos enviados por los sionistas y que, armados por los británicos, se convierten en colonos que disputaban las tierras con los palestinos.

Bajo el mandato británico y con la llegada de los colonos sionistas, se incrementó cualitativamente la opresión sobre el pueblo palestino, lo que fue creando una situación de gran ebullición que estalló en la revolución de 1936-39[3]

Con el final de la segunda guerra mundial, la comunidad internacional, encuentra una “solución” para dos grandes problemas:  Por un lado, el contingente de hombres y mujeres que volvían de los campos de concentración nazis, con profundas heridas físicas y sicológicas, que los países europeos se negaban asumir; y por otro, la permanente ebullición de los pueblos árabes contra la opresión colonial.

Es la ONU quien presenta una “solución” a esas dos cuestiones con la resolución 181 de partición de Palestina del 29 de noviembre de 1947[4].  Así, los que nunca hicieron nada contra los campos de concentración, resolvieron la “cuestión judía”, al mismo tiempo que instalaron un gendarme armado en el Medio Oriente

Ese fue el nacimiento de la “solución de los estados”, como un brutal ataque al pueblo palestino al que la comunidad internacional, con él explícito apoyo de la URSS dirigida por Stalin, le robó la mitad de su tierra. Así nace la “democrática y justa” propuesta del imperialismo, que muchos activistas pro- Palestina, defienden hoy.

Los límites que imponía la resolución 181 eran 55% del territorio para el estado judío, Jerusalén bajo control internacional y el resto del territorio para la población árabe. Ni siquiera esos injustos límites se cumplieron. El 14 de mayo se fundó el Estado de Israel, pero en diciembre del año anterior se iniciaron los ataques armados, dando inicio a la Nakba, con bombardeos y asesinatos para lograr la expulsión de los palestinos de sus tierras. El 15 de mayo de 1948 comenzó la guerra contra Egipto, Jordania, Siria, Líbano, Irak, en la se impone Israel, generando un primer cambio de esos límites. Eso se continuó, con las sucesivas masacres; con la guerra de los 6 días; con las cárceles llenas hombres, mujeres, adolescentes y niños palestinos; con la tortura; con las humillaciones permanentes; con los bombardeos cotidianos. Y así han llegado a reducir el territorio palestino al 22% de la Palestina histórica.

La política de “los dos estados”, fue retomada por el imperialismo después del levantamiento popular conocido como la primera Intifada, que se inició en 1987.  Política que tuvo su máxima expresión en  los “acuerdos de Oslo”. En 1993, con el auspicio de EE.UU,  firmaron esos acuerdos Yitzhak Rabin, primer ministro de Israel y Yasser Arafat, principal dirigente de  la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). Esos acuerdos, ampliamente difundidos como el gran plan de paz, planteaban un gobierno palestino provisorio en una parte de Cisjordania(40% del territorio) y en la Franja de Gaza, con el compromiso de Israel de devolver, en 5 años, los territorios ocupados para dar origen a un estado palestino. Obviamente, eso nunca se cumplió. El resultado concreto de esos acuerdos fue la capitulación de la OLP que abandonó la lucha por un estado palestino único, reconoció al estado de Israel y asumió, como “Autoridad Palestina” el gobierno fantoche de esos pequeños reductos, similares a los batustanes sudafricanos de la época del régimen del apartheid. Y no son pocos los que igualan a Gaza con el Gueto de Varsovia que sufrieron los judíos polacos aniquilados durante la ocupación nazi.

Una propuesta no sólo contrarrevolucionaria sino, también, irrealizable

Israel es un estado expansionista, la totalidad de sus habitantes son colonos que viven en las casas, cultivan las tierras, estudian en las escuelas y universidades, que fueron de los palestinos. Por eso nunca van aceptar devolver los territorios ocupados para que se concrete esa falsa “solución de los dos estados”. Y la ambición expansionista de Israel no se limita a la Palestina antigua, ellos continúan con el plan de la “gran Israel”, como lo muestra el actual ataque al Líbano. Por lo tanto, no hay posibilidad de avanzar hacia la paz en el Medio Oriente con la existencia del estado sionista de Israel. 

Por un estado palestino único, laico, democrático y no racista.

Para acabar con los métodos nazistas contra la población palestina; para lograr la “Palestina libre del río al mar”, para conseguir la vuelta de los palestinos exilados, para acabar con la permanente amenaza y los ataques sobre el Líbano y demás países árabes de la región, es necesario acabar con el estado sionista, nazi- fascista de Israel y reemplazarlo por un estado palestino único, laico, democrático y no racista. Un estado donde puedan vivir en paz, musulmanes, cristianos, judíos y ateos.

Muchos nos dirán, eso sería muy lindo, pero es imposible derrotar a la cuarta fuerza militar del mundo, apoyada por la primera, la del imperialismo yanqui.

Es cierto que esa es una tarea muy difícil, se necesita una revolución de las masas árabes y un gran apoyo internacional para lograrlo.  Pero no es imposible. Trotsky decía “toda revolución parece imposible, hasta que se transforma en inevitable”.

También parecía imposible que los yanquis fueran derrotados en Vietnam. Pero eso se logró con la combinación de la heroica resistencia de las masas vietnamitas, dispuestas a todo, al igual que hoy las masas palestinas, con la movilización internacional, en especial en EE.UU.

Hoy estamos viendo que la resistencia palestina se renueva y sigue actuando, a pesar de las muertes, los heridos, la destrucción, el terrible sufrimiento que ese pueblo está sufriendo; que continúa el apoyo de los pueblos del mundo a esa resistencia; que, aunque lejos de lo que es necesario, han comenzado acciones de algunos gobiernos árabes; que las movilizaciones dentro de Israel, a pesar de que son protagonizadas por colonos defensores del régimen, agudizan la crisis del estado sionista; que continúa la fuga de Israel, de personas y también de empresas, lo que incrementa la crisis económica. Y, es innegable que todo eso está provocando un repudio y un aislamiento internacional de Israel, junto con una crisis del movimiento sionista, como nunca hemos visto.

Aunque lo más probable no sea, en lo inmediato, una derrota militar de Israel, sí podemos decir que probablemente tenga razón el historiador judío antisionista, Ilan Pappé, cuando afirma: Estamos en el inicio del fin del projecto sionista. Debemos ser parte de los esfuerzos para acortar ese período”.

En ese sentido, para acortar ese período, es necesario redoblar la movilización internacional en defensa de Palestina y del Líbano, impulsar la exigencia a los gobiernos que rompan relaciones con Israel, así como la exigencia a Irán y demás países árabes que vuelquen todos sus recursos en la lucha contra el estado sionista. Y, al mismo tiempo, avanzar en la construcción de la dirección revolucionaria que este proceso necesita.


[1] Como el acuerdo realizado con el jerife Husayn, de La Meca, que pretendía expandir su reino a las antiguas provincias otomanas. Citado por Soraya Misleh, en Al Nakba.

[2] Los sionistas consiguieron arrancar del imperialismo inglés, lo que venían intentando desde hacía mucho tiempo con los antiguos colonizadores. El 2 de noviembre de 1917 se publicó la Declaración de Balfour que entre otras cosas decía: “El gobierno de su Majestad ve favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará cuanto esté en su mano para facilitar la realización de ese objetivo…”

[3] Proceso revolucionario que es derrotado y brutalmente reprimido por la policía y el ejército británicos y por el terrorismo sionista. Según datos oficiales, el 10% de la población adulta paletina fue muerta, herida. encarcelada o exilada.

[4] Votación de la resolución 181. Países a favor: AustraliaBélgicaBielorrusiaBoliviaBrasilCanadáChecoslovaquiaCosta RicaDinamarcaRepública DominicanaEcuadorEstados UnidosFilipinasFranciaGuatemalaHaitíHolandaIslandiaLiberiaLuxemburgoNueva ZelandaNicaraguaNoruegaPanamáParaguayPerúPoloniaSueciaSudáfricaURSSUcraniaUruguay y Venezuela.. Países en contra: AfganistánArabia SaudíCubaEgiptoGreciaIndiaIránIrakLíbanoPakistánSiriaTurquía y Yemen. Países que se abstuvieron: ArgentinaColombiaChileRepública de ChinaEl SalvadorEtiopíaHondurasMéxicoReino Unido y Yugoslavia

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