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Siria

Kobane: “De vez en cuando la vida… toma con nosotros café”

febrero 3, 2015

La vida casi nunca es fácil. La lucha por la libertad, aún menos. Pero, como dice la canción de Serrat, “de vez en cuando la vida…” otorga a los luchadores una cuota de resarcimiento frente tanta injusticia.

Esa cuota, que a los ojos del mundo “globalizado” puede parecer pequeña, es muy significativa para quienes están en los frentes del batalla de un Kobane que, durante los últimos meses, se vio asediado y bombardeado por fuerzas superiores en hombres y tecnología.

Ese Kobane del que hace unos meses hablábamos, donde las mujeres dejaban sus familias y sus casas para alistarse en defensa de la soberanía, de la tan ansiada libertad, de la autodeterminación de su pueblo sojuzgado por siglos, consiguió una victoria.

El mensaje del Movimiento de Liberación del Kurdistán (KCK) del 13 de enero dice: “La lucha conjunta librada por las fuerzas de las guerrillas y los Peshmerga contra el fascismo del ISIS, tanto en Kobane como en Sinjar, así como en muchos otros lugares en el Sur del Kurdistán, ha traído esperanza y confianza al interior del pueblo kurdo, así como para los pueblos y comunidades oprimidas de la región. Ir más allá es una necesidad, se ha convertido ahora en un deber para asegurar el acrecentamiento de la unidad política y nacional y la organización de fuerzas militares conjuntas con el objetivo de proteger la existencia y libertad del pueblo kurdo”.

Los violentos enfrentamientos de las milicias kurdas de las Fuerzas de Defensa del Pueblo (HPG) pertenecientes al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, las Unidades de Mujeres Libres (YJA-STAR) del Partido para la Liberación de las Mujeres del Kurdistán, y los peshmerga (fuerza militar del Gobierno Autónomo del Kurdistán Iraquí) –respaldados en esta lucha por brigadas de combatientes del Ejército Libre de Siria– contra las fuerzas del Estado Islámico (ISIS), hicieron retroceder a las fuerzas del ISIS y les infligieron pérdidas humanas y de arsenal que dieron por tierra con sus pretensiones.

Los enfrentamientos se cobraron también víctimas de “este lado” de la barricada, pero aún así las fuerzas mancomunadas de la resistencia consiguieron una victoria esperada y merecida.

Luchar por la libertad del pueblo kurdo y de todos los pueblos oprimidos, con sus diferentes culturas y creencias, es una necesidad que requiere determinación y, sobre todo, organización para avanzar en sus objetivos, para alcanzar la tan ansiada y difícil libertad. Y es una tarea de los trabajadores y los pueblos crear la herramienta política de lucha para hacerla realidad.

Tal vez esa victoria sea apenas un paso en la larga lucha por su reconocimiento como nación independiente, pero es un paso… un paso en esa dirección.

Atrás quedaron muchas cosas: la más importante, la vida de quienes lo arriesgaron todo en pos de una causa, los mártires de un pueblo que no dudó en salir a la lucha para defender sus tierras y sus ideales.

Por delante quedan muchas otras cosas: un análisis profundo de las fuerzas que se enfrentaron, otro análisis no menos profundo de la organización de los trabajadores y sus partidos políticos, las alianzas a favor y en contra de la reivindicación de la nación kurda, también la continuidad de la lucha contra la dictadura de Assad y por la reunificación de la nación kurda en su propio estado, y muchos etcéteras.

Pero hoy, y tal vez solo por hoy, la vida dio a esos valientes “soldados” por la soberanía y la justicia “un café”. El “café” que permite sonreír, ese que hace posible sentarse entre amigos, en familia, para disfrutar de las pequeñas grandes cosas a que tienen derecho. Y eso solo, ya sirve para renovar energías y encarar el paso siguiente… Ese “café”, que se degusta con el sabor de una victoria, sirve también para hacer balances, ver los pro y los contra de las acciones, tanto las propias como las del enemigo. Y sirve, deberá servir, para pensar cuál es la estrategia no solo militar sino política y de clase que tiene que ser llevada a cabo para seguir avanzando en el camino hacia la libertad de los trabajadores y los pueblos.

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