INUNDACIONES EN VERACRUZ Y OTROS ESTADOS DE MÉXICO

No fue “desastre natural”, es una catástrofe social!
Por CST México
México ha vuelto a estar en el centro de las noticias a nivel mundial. Esta vez no ha sido por la captura o extradición de capos del narcotráfico. Tampoco por la crisis migratoria en la frontera con EEUU, ni por algún nuevo chantaje de Trump al gobierno del país que considera su colonia más sumisa. No. Esta vez la atención de los medios internacionales se enfocó en la tragedia que vive el pueblo de Poza Rica y otros municipios de Veracruz y también de otros estados de México, como consecuencia de las tremendas inundaciones, que han producido centenares de víctimas fatales, un número similar de personas desaparecidas y miles de damnificados. Además de miles de viviendas destruidas. Numerosos estudiantes se cuentan entre los muertos y desaparecidos. Es enorme el saldo de destrucción y pérdidas irreparables. Y aún es difícil cuantificarlo. Como siempre pasa ante estos siniestros, los más afectados son la clase trabajadora y el pueblo empobrecido.
Y como siempre pasa, también los gobiernos de todos los niveles, las otras instituciones y las empresas fueron omisos ante la prevención del siniestro, ausentes en la asistencia a los damnificados y sólo aparecen para intentar evadir sus responsabilidades. Es deplorable ver que pasados ya cuatro días desde el siniestro los “siervos de la nación” –aparato de funcionarios del partido oficialista Morena– apenas están censando a la gente damnificada para gestionar los pedidos de ayuda. Es repugnante ver el accionar de algunos politiqueros “opositores”, que tratan de presentarse para “la foto”, especulando con réditos electorales. Es lamentable a su vez que la presidenta Claudia Sheinbaum, en su conferencia de prensa mañanera, se preocupe más por medir el número de “bots” que la critican, que por el número de víctimas y desaparecidos y por la real magnitud del desastre.
Especial atención merece la ciudad de Poza Rica
Es un municipio industrial al Norte del estado Veracruz, que décadas atrás fue uno de los centros petroleros y petroquímicos más importantes del país. Y es un referente histórico en la industria petrolera mexicana. Muchas luchas obreras y muchas catástrofes con héroes y mártires obreros permanecen en la memoria colectiva de Poza Rica.
En memoria del obrero Luis Arturo Aguirre y los demás héroes anónimos y todas las víctimas de la inundación del 10 de octubre de 2025. Nos parece elocuente testimonio de un ex trabajador del Complejo Procesador de Gas (CPG):
“Históricamente, el CPG ya había sufrido inundaciones, la más recordada fue la del 5 de octubre de 1999, que devastó la región. Pero nada se compara con lo que ocurrió esta vez. Con base en esa experiencia, se había instruido preventivamente a los trabajadores que se mantuvieran alertas ante la crecida del río Cazones, cuyas aguas lamen el borde de las instalaciones. Se les dio una indicación crucial: mantener abiertas las puertas de los búnkeres, las cuales abren hacia afuera. De no haber sido así, la fuerza del agua las habría sellado, convirtiéndolos en trampas mortales.
Poco antes de las 5:00 de la madrugada del 10 de octubre de 2025, el agua irrumpió con una furia inesperada, tomándolos completamente por sorpresa. La reacción inmediata fue seguir los protocolos de emergencia: poner las plantas fuera de operación y pasarlas a «modo seguro». Esta acción fue heroica. De no haberse hecho, los sistemas habrían desfogado gas a la atmósfera, creando una nube tóxica por sus compuestos de azufre (SO₂, H₂S) y altamente explosiva. En cambio, el gas fue derivado de forma controlada a los quemadores, salvaguardando las instalaciones y, con ello, la seguridad de toda la ciudad.
Mientras esto ocurría, otros trabajadores luchaban por su vida dentro del complejo inundado… Y aquí cabe una aclaración fundamental: en ningún momento Protección Civil, ni a nivel municipal ni estatal, había solicitado a PEMEX que preparara un protocolo de aviso sonoro para la población en caso de una emergencia de esta naturaleza. La enorme masa de agua proveniente del río San Marcos, en la sierra de Puebla, continuaba su avance mortal hacia colonias como la Morelos. No hubo aviso alguno hasta que, aproximadamente a las 5:30 a.m., lograron despertar a funcionarios de la antigua Subdirección de Producción Región Norte (lo que antes era PEP) para que autorizaran la activación de una alarma distinta, ubicada en el interior del campo. Para esa hora, la orden llegó tarde. La inundación ya se había apoderado de la ciudad sin aviso previo, sin una voz de alerta.
No existió un plan de evacuación efectivo. No hubo medidas preventivas visibles… Mención aparte merece el futuro del CPG. Es posible que no se recupere de los daños sufridos. Si se logra, podría tardar al menos ocho meses, comprometiendo el futuro de la nueva planta en El Escolín.
Si los trabajadores del CPG no hubieran actuado con profesionalismo, si hubieran sido víctimas del pánico y no hubieran seguido sus procedimientos antes de abandonar su centro de trabajo, la ciudad habría amanecido bajo una nube tóxica. Un fantasma que recuerda a la trágica fuga de gas sulfhídrico de 1950 que enlutó a Poza Rica. Eso no sucedió, pero la tragedia se llevó la vida de un excelente trabajador, un buen amigo, esposo y padre que hasta el último momento cumplió con su deber…
Quienes no supieron, o no quisieron saber, lo que podía ocurrir, ya sea por inexperiencia, ineptitud u otras razones, fueron los gobiernos municipal, estatal y federal. Tenían a su disposición imágenes de satélite para monitorear la crecida minuto a minuto, contaban con las estaciones de monitoreo de Comisión Nacional del Agua y con personal a lo largo de la cuenca del río. Sin embargo, se limitaron a emitir una alerta genérica de posible desbordamiento, sin movilizar ayuda previa para la población.
Mientras la Secretaría de Educación suspendió actividades hasta el día viernes, otras instancias como la Universidad Veracruzana no lo hicieron. La central de autobuses y la central de abastos, que a esa hora bullen de actividad, no recibieron ningún aviso. Mientras el CPG se ahogaba, la mayor parte de la población dormía, ignorando que la muerte se acercaba. El resultado ya lo conocemos, aunque las autoridades, incluida la gobernadora del estado, Rocío Nahle, se esfuercen en minimizar la catástrofe, minimizando las muertes, los daños y las pérdidas”.
¡No pueden decir que este desastre era imprevisible!
Hace 26 años sucedió otra de las mayores catástrofes socio-ambientales por los mismos motivos: el desborde sin control del Río Cazones que cruza el costado occidental de la ciudad por terrenos bajos. ¡En 26 años no se preparó una infraestructura que protegiera el rebalse en una zona densamente poblada! ¡Las responsabilidades de la empresa Pemex por la contaminación del río Cazones con hidrocarburos y la desidia de las llamadas “autoridades” son claras! ¡Deben responder todos los gobiernos: municipal, estatal y federal!
Debe responder el rector de la Universidad de Veracruz. Hay diversas versiones contradictorias: por Facebook estudiantes sobrevivientes de la facultad de medicina mencionan a 13 compañeros fallecidos. Otras versiones hablan de 192 estudiantes desaparecidos de la UV Y el rector dice que “sólo son 2”. El Colectivo “Familiares En Búsqueda Maria Herrera” comenzará la búsqueda en las zonas de desastre junto a la “Comisión Nacional de Búsqueda”.
Para impedir el ocultamiento y la simulación, así como también la manipulación electorera de la desgracia popular, exigimos que se constituya una Comisión de Investigación y Pericia Independiente, con la participación de representantes de los estudiantes y trabajadores, que verifique con objetividad la ausencia de prevención y la magnitud del desastre y el número de víctimas y familias afectadas.
La tarea más urgente e indispensable
Ante la ausencia, insensibilidad e inoperancia de las instituciones del Estado, una vez más está omnipresente la solidaridad efectiva y espontánea de los trabajadores y los pueblos de Veracruz y otros estados. Se están realizando centros de acopio de víveres, brigadas de ayuda humanitarias y rescate… Un gran ejemplo a destacar es la iniciativa de la Conferencia de las Resistencias que encabezan los maestros de la CNTE que estableció un Centro de acopio de alimentos no perecederos, medicamentos, ropas y artículos personales y para el hogar. En Belisario Domínguez 32, Col. Centro, CDMX.
El accionar de la sociedad mexicana con el pueblo trabajador a la cabeza es la que está en la primera línea, a pesar de sus difíciles condiciones económicas. Los trabajadores siempre ponemos el hombro fraterno. Pero es urgente exigir que se declare al Norte de Veracruz y otras regiones en emergencia humanitaria:
- Qué se imponga un impuesto especial de emergencia a los grandes empresarios capitalistas y corporaciones transnacionales, con especial énfasis en los del estado de Veracruz.
- Qué con esos recursos el estado provea toda la ayuda necesaria en medicamentos, alimentos, ropas y enceres elementales subsidios a todos los miles de damnificados. Qué se garanticen equipos especiales para las cuadrillas de búsqueda de los desaparecidos.
- Qué se desarrolle la autoorganización de las brigadas de vigilancia de los mismos habitantes de las colonias obreras para defenderse de la rapiña, que no se hizo esperar ante la ausencia de policías y el caos en medio de la miseria reinante.
- Qué todos los hoteles, casas desocupadas, escuelas e instalaciones oficiales se habiliten para hospedar, alimentar y asistir a los que lo han perdido todo.