“Hay que poner en el centro la lucha por la derogatoria del proceso de ceses colectivos y su apéndice, la suspensión perfecta”
Por Partido Socialista de los Trabajadores – Perú
En esta oportunidad conversamos con Jack Reyes sobre la lucha contra los despidos masivos en Celima S.A., empresa en la que lleva 19 años trabajando, siendo dirigente del Sindicato en varios periodos y un reconocido activista obrero. Jack es ahora presidente del Comité de Lucha que encabeza la pelea contra el cese colectivo declarado por la empresa.
¿Cuántos trabajadores están afectados y por qué se da el cese colectivo?
En un inicio fuimos 216 trabajadores, desistieron 115 del proceso, algunos acogiéndose a los incentivos de la patronal y otros fueron reubicados.
El objetivo de la empresa es claro: necesita mano de obra más barata y explotada para seguir garantizando sus altas tazas de ganancias. Para esto, le urge eliminar todo rastro de la organización sindical.
¿Cuál es el problema, si Celima es una gran corporación con varias plantas y múltiples empresas?
El problema es la instalación de dos nuevas grandes empresas chinas de cerámicos en el país, que le aseguran una competencia sin cuartel, con mano de obra a precio de china, sin derechos ni organizaciones sindicales que hagan frente a sus abusos.
El cese se presentó el 7 de agosto y se va a cumplir dos meses. ¿En qué situación está el proceso?
Hasta el momento, gracias a nuestra lucha organizada y consecuente, hemos podido arrancar dos resoluciones favorables sobre la calificación del proceso de ceses colectivos.
CELIMA espera que en la última instancia le salga a favor, apelando a la corrupción y a que los funcionarios de Dirección General del Ministerio de Trabajo son serviles a los patrones, y a las mismas normas que le son favorables.
La empresa acusa problemas: cierra una planta y otra está en ese camino. ¿La ley no le faculta hacerlo cuando hay crisis al “existir causas objetivas”?
Bajo la política capitalista, es cierto. Pero también preguntaría: ¿cómo es que CELIMA llegó a ser una gran empresa?, ¿cómo fue que su capital creció al 1000%? La respuesta es simple: gracias a la explotación de sus trabajadores. Mientras CELIMA es millonaria sus trabajadores seguimos siendo podres.
O preguntarnos: ¿Quiénes sostuvieron la fábrica en plena pandemia? Fuimos los trabajadores, algunos incluso murieron por exponerse al contagio y muchos perdieron familiares. Por eso, ante la política capitalista que solo ve sus ganancias, luchamos para que se preserve primero nuestro derecho al trabajo.
¿Qué demandan entonces?
Que consideren nuestros años de trabajo en la empresa. Que ahora compartan un poco la torta que acumularon por años.
¿Y qué harían si cierran la fábrica, como ha sucedido en otros casos?
Si cierran la planta 1 y 2, queda la planta 3. Deberían reubicarnos en esta planta, o en alguna de las otras empresas que tiene la corporación. La otra es que, si dicen que “ya no pueden mantener sus plantas”, ni muchos menos garantizar nuestro trabajo, entonces que nos den la administración las plantas que cierran, que están plenamente operativas
Hay antecedentes. En Argentina, cuando el patrón no podía sostener sus fábricas, los trabajadores tomaron posesión de ellas para defender sus empleos.
¿Cómo piensan encarar este problema en un contexto donde la misma situación se presenta en diversas empresas?
Necesitamos organizarnos toda la clase trabajadora y poner en el centro la lucha derogatoria del proceso de ceses colectivos y su apéndice la suspensión perfecta de labores. Hay que exigir al gobierno la solución de los problemas que aquejan a los trabajadores y al pueblo pobre.
¿Qué acciones están tomando para lograr sus objetivos? ¿Qué planes tienen visto que es un proceso que da para largo?
La tarea principal es explicar y concientizar, empezando por nuestros compañeros del sindicato. Y entender que este problema no es solo nuestro, es de toda la clase trabajadora. Sin trabajo, se acaban los derechos.
¿Cómo se están organizando?
Nuestras asambleas son la máxima expresión de organización donde aprobamos los planes de nuestro comité de lucha. En segundo lugar, nuestras reuniones a puerta de fábrica, donde explicamos y concientizamos a nuestros compañeros que están laborando.
¿Algún llamado final?
Un llamado a toda la clase trabajadora, sindicatos, federaciones: necesitamos unir fuerzas para que, junto a las centrales, podamos exigir al gobierno solución a la agenda de los trabajadores y el pueblo. Y hacerlo mediante jornadas de lucha y paros nacionales.