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Brasil

Hace 50 años: Brasil en la invasión y ocupación de República Dominicana

octubre 4, 2015

El asesinato del dictador dominicano Rafael Trujillo, en 1961, después de 31 años de dictadura y 50 mil muertos, llevó a la elección del candidato y fundador del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Juan Bosh, en diciembre de 1962, investido en febrero de 1963.

Por: Américo Gomes

Como comenzó a realizar una vergonzosa reforma agraria y la nacionalización de algunas explotaciones extranjeras, después de siete meses el imperialismo norteamericano articuló un golpe militar, liderado por el general Elías Wessin y Wessin, que controlaba el Centro de Entrenamiento de las Fuerzas Armadas (Centro de Formación de las Fuerzas Armadas, «CEFA»). Posteriormente, el poder fue entregado a un triunvirato civil. Los nuevos líderes, rápidamente cerraron el Congreso y abolieron la Constitución.

Pero, el 24 de abril de 1965, un grupo de jóvenes oficiales, liderados por el coronel Francisco Caamaño, derrocó al triunvirato. Su grupo pasó a ser llamado «Constitucionalistas», por querer restaurar al presidente constitucionalmente electo. Ellos salieron a las calles, tomaron el Palacio Nacional, las estaciones de radio y de televisión; distribuyeron armas al pueblo y combatieron en las calles de la capital, Santo Domingo y, en todo el país, los militares de derecha y del CEFA se replegaron a su base en San Isidro.

De San Isidro, el comandante del CEFA, Donald Reid Cabral, que tenía el sugestivo apellido de «El Americano», solicitó la intervención de Estados Unidos.

Inicialmente, los norteamericanos realizaron una acción militar limitada con fusiles navales, con el pretexto de evacuar a los civiles de su país, construyendo una zona de desembarque en el Hotel Embajador.

Pero, el presidente Lyndon B. Johnson, cuando vio la derrota de sus aliados y temiendo una nueva Cuba, resolvió intervenir directamente, enviando una flota de 41 navíos a la pequeña isla, y la invasión fue hecha por soldados marines, de la 82ª División Aerotransportada. En total, 42.000 soldados fueron enviados a República Dominicana.

A partir de mayo, la intervención pasó a ser sostenida por la Fuerza Interamericana de Paz, patrocinada por la Organización de Estados Americanos, OEA. Formada por 1.130 soldados del Brasil, y 620 de otros países, como Honduras, Paraguay, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador. Países con regímenes dictatoriales, como los de Alfredo Stroessner, de Paraguay, y Anastasio Somoza, de Nicaragua.

Los combates continuaron hasta el 31 de agosto, cuando fue declarada una tregua. Algunos soldados brasileños murieron en estos enfrentamientos.

En las elecciones realizadas para elegir al nuevo presidente, disputadas entre Juan Bosh y Joaquín Balaguer, ex vicepresidente de Trujillo, el segundo ganó por el Partido Reformista, apoyado por el gobierno norteamericano, en un país ocupado por tropas extranjeras e, incluso así, cientos de personas tomaron las calles para denunciar los fraudes.

La intervención acabó el 21 de setiembre de 1966, cuando la Fuerza Interamericana de Paz se retiró, garantizando al gobierno de Balaguer. Su dictadura estuvo en el poder por 22 años.

Los militares brasileños contaron con el apoyo político y financiero del gobierno norteamericano para dar el golpe en el Brasil en 1964, por eso el dictador-mariscal Humberto de Alencar Castelo Branco tenía la obligación de retribuir el favor.

Hoy, Brasil, cumple el mismo papel en Haití

Hace 50 años, Brasil ya mostraba que estaba absolutamente sometido a los designios del imperialismo norteamericano, así como ahora, cuando mantiene tropas en Haití.

La Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), fuerza armada bajo el liderazgo del Brasil, completará 12 años de ocupación en ese país. Muchas multinacionales utilizan la situación de ocupación militar para establecer sedes en suelo haitiano, toda vez que el país cuenta con mano de obra barata y una legislación laboral y ambiental inferior a muchos países.

El ministro de Defensa, Jaques Wagner, quiere que las tropas brasileñas comiencen a salir del país a partir del 2016. El efectivo militar es de cerca de mil hombres y mujeres, en este momento. Pero, cerca de 15 mil militares del Brasil sirvieron en la Minustah.

Se calcula que ya se gastaron cerca de R$ 3 millones en esta intervención, pero el grueso de esa cantidad no fue aplicado en salud, educación o vivienda, y sí en estructuras militares. La misión de la ONU en Haití desarma a los pobres y negros en las periferias de las grandes ciudades, tranquilizando a las multinacionales imperialistas. Además, cargan en sus espaldas innumerables denuncias de estupros y masacres cometidos contra el pueblo haitiano. Al contrario de lo que dicen los medios brasileños, el pueblo haitiano no tiene ninguna simpatía por estas tropas.

Incluso, con todas estas denuncias de abuso de poder, violaciones de derechos humanos, crímenes sexuales y falta de respeto a la soberanía nacional, la ONU decidió, en octubre del año pasado, renovar la permanencia de la Minustah por un año más, con posibilidad, en el acuerdo, de ser renovada en caso que sea evaluada como necesaria. Eso puede ocurrir en breve.

La diferencia es que hace 50 años el gobierno era una dictadura militar, ahora es un gobierno de un partido que, dice, representa a los trabajadores.

Después de 11 años, es necesario que las tropas brasileñas e internacionales salgan de Haití y se conforme un Tribunal Popular para averiguar todos los crímenes cometidos durante la ocupación.

  • ¡Fuera las tropas brasileñas y de la ONU de Haití!
  • ¡Por la soberanía del pueblo haitiano!
  • ¡Por un Haití Libre, Soberano y Socialista!

Traducción: Laura Sánchez.

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