Hoy se fue un revolucionario de toda la vida y un gran amigo . Quiero hacer llegar mi solidaridad a sus compañeros de militancia, amigos y familiares.
A Gabriel me unen muchos años de camaradería y amistad, en donde se dieron construcciones en común, momentos muy difíciles, otros alegres y también grandes discusiones y peleas.
El primer encuentro que recuerdo, fue en setiembre de 1975, cuando me hizo una entrevista para el periódico del partido, después que hice el discurso de despedida al Laucha, en la Masacre de La Plata.
Años más tarde, construimos juntos la revista Cuadernos del Camino y El Encuentro de las Artes, las dos herramientas que nos permitieron nuclear artistas e intelectuales para enfrentar a la dictadura, en 1980-81, haciendo eje en la lucha contra la censura.
Compartimos la gran experiencia de la revolución boliviana de 1985, la redacción del “Chasqui Socialista”, el periódico de PST, la sección boliviana de la LIT en ese momento. Y, junto a compañeros bolivianos, abrimos el trabajo minero en Huanuni, Siglo XX, Colquiri, Matilde.
A partir de la década del 90, estuvimos juntos en la batalla contra el revisionismo y por la reconstrucción de la LIT y del partido argentino, en la construcción de Lucha Socialista, el FOS, la participación en el argentinazo, en los diferentes procesos de reorganización del movimiento obrero, y finalmente en la construcción del PSTU-A .
En los últimos años seguimos caminos partidarios distintos, pero nunca interrumpimos nuestra relación de amistad y siempre que viajaba a Buenos Aires nos veíamos en nuestro tradicional lugar de encuentro, La Ópera de Corrientes Y Callao. Es que además de compartir la pasión por la lucha obrera y la revolución socialista, compartíamos el gusto por pasear por el centro de Buenos Aires, por visitar librerías, por el tango, por el Jazz, por Buñuel, por Hitchcock, por el Nuevo Cine Alemán, por las cenas en Pipo o en alguna churrasquería.
Creo que todos los que lo conocimos lo recordaremos como un tipo alegre, con gran amor a la vida, que defendía con pasión sus ideas, cosa que muchas veces lo llevaba a reacciones rabiosas, exageradas, incluso a rupturas de relaciones. Pero después volvía, parecía que nada hubieses pasado y nunca olvidaba su enorme solidaridad con todo el que la precisaba.
Junto a los recuerdos de quienes trabajamos con él, Gabriel nos deja una gran cantidad de artículos sobre diferentes temas que publicó en los diferentes periódicos, en Revista de América, en Correo Internacional, en Marxismo Vivo.
Él desarrolló una lucha permanente por la revolución, por la construcción del partido y por la vida. Desde fines de la década del 70 lo atacó esa maldita enfermedad que lo hizo sufrir tanto. Muchas veces pensamos que estaba llegando el final, pero su voluntad por vivir, lograba recuperaciones que parecían milagrosas
Esta vez no lo consiguió. Descansa en paz, mi amigo. ¡Hasta el socialismo siempre, Gabriel Massa!
Alicia Sagra
22-08-2022
