El terremoto del 6 de febrero devastó a Turquía y a Siria. Destrucción y muerte por todos lados. En Siria, el terremoto ocurrió luego de 11 años de baño de sangre perpetrado por el dictador Bashar al-Assad y sus aliados iraníes y rusos.
Por: Fábio Bosco
Según el Banco Mundial, la economía se encogió más de 50% entre 2010 y 2020. La libra siria entró en colapso y el poder de compra de las familias trabajadoras fue destruido. No hay combustible suficiente y, por eso, en algunos barrios de Damasco y de Ghouta, las personas tienen que quemar basura y leña para calentar a sus familias durante los rigurosos inviernos. El acceso al agua potable es escaso en el noreste de Siria, llevando a las personas a beber el agua contaminada del río Éufrates. Las personas no salen a las calles para protestar debido a la represión de la dictadura y de los grupos paramilitares (llamados shabiha, en árabe).
La situación en las áreas fuera de control del régimen sirio en el noroeste, como Idlib, Afrin y áreas del norte de la provincia de Alepo también es muy mala. Cerca de 4,6 millones de personas, la mayoría de ellas desplazadas de otras áreas de Siria, están sitiadas por las fuerzas del régimen sirio, los iraníes y los rusos. Hay solo un pasaje –Bab al-Hawa–, en la frontera con Turquía, por donde es permitida la ayuda humanitaria. Cerca de 80% de las necesidades humanas de todos los habitantes pasan por Bab al-Hawa. Muchas familias viven en campamentos y otras viviendas precarias. Y los bombardeos de aviones sirios y rusos, además de la crisis económica turca afectaron fuertemente las condiciones de vida locales. La Ayuda Internacional es la mitad de lo que se precisa para atender las necesidades de las familias de los refugiados.
El terremoto afectó a un país que ya había sido devastado por la dictadura y empeoró las cosas.
En las áreas controladas por el régimen, las tropas iraníes y rusas no hicieron nada para ayudar al pueblo. Muchos países se comprometieron a ayudar, pero poco llegó hasta ahora. Hasta la Entidad Sionista ofreció “ayuda” a Siria mientras asesinaba a cinco palestinos en Jericó.
A las áreas fuera del control del régimen, no llegó ninguna ayuda. La carretera que une Gaziantep a Reyhanli fue cortada por el terremoto, lo que dificulta llegar a Bab al-Hawa. El régimen sirio no solo no abrió ningún otro paso, sino que envió aviones para bombardear la ciudad de Marea.
Acabar con el régimen liderado por Bashar para reconstruir Siria
El terremoto expuso un país devastado. El régimen nada hizo para reconstruir la economía y el país. La agricultura está devastada y los alimentos son importados. Pocos barrios destruidos fueron reconstruidos. No hay ningún plan de la dictadura para mejorar los salarios o las condiciones de vida. Parte de la ayuda humanitaria es desviada hacia los bolsillos de la corrupta burguesía siria ligada al régimen. Las milicias parapoliciales y las tropas iraníes y rusas actúan libremente en el país.
Es necesario reconstruir los lazos entre los trabajadores sirios dentro y fuera de Siria, a fin de construir la solidaridad con las personas afectadas por el terremoto, como un primer paso para reiniciar la lucha por expulsar a las fuerzas armadas extranjeras, así como por el fin del régimen.
Traducción: Natalia Estrada.
