Sáb Sep 07, 2024
7 septiembre, 2024

El arte como trinchera de lucha

“En última instancia una sociedad puede ser juzgada por el arte que produce, ya que el arte es la manifestación más alta del estado de cultura y las relaciones sociales”. Eduardo Grüner.


Por Jenny Moreno/Plataforma de la Clase Trabajadora

Los acontecimientos dados en el año 2020 han expuesto los estructurales y mortales problemas para todo ser vivo sobre el planeta desde las guerras, cambio climático hasta la actual pandemia.

Sin embargo, es la clase trabajadora quién ha sido a lo largo de la historia la más afectada, miles de despidos, recortes de salarios y en el caso del sector artístico mínimos o nulos espacios para seguir recibiendo ingresos, teniendo en cuenta que la mayoría de artistas no poseen un sueldo fijo.

El artista y el capitalismo

“En el arte, el hombre y la mujer expresa (…) su necesidad de armonía y de una existencia plena que la sociedad clasista le niega. Por eso en toda auténtica creación artística se halla implícita una protesta consciente o inconsciente, activa o pasiva, optimista o pesimista, contra la realidad”. León Trotsky.

Para actores, artesanos, malabaristas, payasos, pintores, músicos y todos aquellos que se desempeñan en el arte la crisis sanitaria visibilizó el precario trabajo que el Ministerio de Cultura y más ampliamente la política de El Salvador posee hacia el arte.

Muchos artistas expresaron la necesidad de un programa dónde su trabajo sea bien remunerado y expuesto.

Totalmente necesario que todos los trabajadores del arte obtengan un trabajo fijo con ingresos dignos.

Una vez más se ha comprobado la urgente necesidad de una organización independiente,  no sectaria de trabajadores del arte, para exponer las necesidades de manera conjunta con los demás sectores de la clase trabajadora.

Inversión en  arte, no en armas

Consideramos que el arte es una de las alternativas más efectivas para el desarrollo intelectual y de empoderamiento para una población, por ello, la inversión real y acorde a las necesidades se vuelve esencial, presupuesto digno para el Centro Nacional de Artes (CENAR) que nunca ha sido prioridad para los funcionarios.

Y no sólo eso, se necesita el fortalecimiento de las casas de Cultura, retomar el Bachillerato en Artes abolido por el Estado a finales de los 60’s, potenciación de la Escuela de Artes en la Universidad de El Salvador,  la creación de facultades especializadas en diversas ramas del arte todo esto financiado desde el Estado salvadoreño a entidades estatales que sean de acceso público y gratuito a la clase trabajadora,  en vez de dirigir millones de dólares a la Fuerza Armada comprando armas o en planes de entrenamiento basados en torturas, persecución y asesinatos , ese dinero debería de ser para formar niños y jóvenes artistas con sus respectivas necesidades cubiertas.

“Total libertad para el arte”. «Lo que queremos: La independencia del arte para la revolución, la revolución para la liberación definitiva del arte».

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