Construcción Civil: La huelga obrera que enfrentó la desigualdad social y la COP 30
La lucha obrera revela la explotación del capital en la COP 30 y la necesidad de organización y resistencia.
Mientras las familias son desalojadas de sus casas, indemnizadas con valores que no garantizan la compra de una nueva residencia ni siquiera en la región donde vivían, el sector empresarial de la construcción nunca ha ganado tanto con la COP 30. Los empresarios se beneficiaron de las grandes obras y de los altos precios de los inmuebles. Y querían ganar aún más, pagando un miserable aumento de 5 R$ en los salarios y de 10 R$ en la cesta básica.
Pero no contaban con una piedra en el medio del camino: la organización de los trabajadores y trabajadoras, firmes con su Sindicato, afiliado a la CSP-Conlutas, teniendo al frente a los militantes del PSTU y de la Liga Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional (LIT-QI).
“Los fondos disponibles por los gobiernos federal y estatal para las obras de la COP 30 suman más de R$ 5 mil millones. En medio de este derroche de dinero realizado por el presidente Lula (PT) y por el gobernador de Pará, Helder Barbalho (MDB), los empresarios presentaron una propuesta vergonzosa, un gran desprecio hacia los trabajadores y trabajadoras que han trabajado día y noche para que las obras de la COP30 se finalizaran a tiempo. Pero nuestra respuesta a esta absurda situación fue una huelga histórica, que ganó repercusión internacional”, señala el trabajador Cleber Rabelo, director del Sindicato de Trabajadores en la Industria de la Construcción Civil y del Mobiliario de Belém (STICMB) y militante del PSTU.
“Fueron 10 días de huelga, con actos en las calles, con enfrentamientos contra los patrones y los gobiernos, que intentaron a toda costa reprimir nuestra lucha. Paralizamos todas las obras, incluyendo las principales obras de la COP 30. Desenmascaramos al gobernador y mostramos al mundo la desigualdad social, la opresión y la explotación que vive la clase trabajadora en la ciudad sede del evento de la ONU, que dice buscar salidas por justicia climática y un planeta mejor. No fue por casualidad que la población apoyaba masivamente la huelga”, completa Cleber.
Fiesta del capital inmobiliario
La huelga desmascaró el discurso mentiroso del gobernador Helder Barbalho de que la COP30 dejará un gran legado para la población de Belém. Mostró que avanzó la concentración de riqueza en manos de una minoría de empresarios, con grandes obras que profundizan las contradicciones y generan más exclusión social.
Lo que vimos con la COP 30 fue una gran fiesta del capital inmobiliario. La constructora Quadra Engenharia puso a la venta apartamentos de lujo por el valor de R$ 18 millones.
Un albañil, con un salario medio actual de R$ 2.063,34, tendría que trabajar 726 años para acumular el valor de uno de esos inmuebles. Ya un ayudante, recibiendo en promedio R$ 1.518,00, necesitaría trabajar 988 años para tener acceso al mismo apartamento.
La especulación inmobiliaria no se refleja solo en el precio de compra y venta de los inmuebles, sino también en los alquileres. Incluso antes de la COP30, Belém fue considerada la segunda capital con el alquiler más caro del país, con R$ 57,29 por metro cuadrado, solo superada por São Paulo, con R$ 59,83, según los datos de FipeZap.
Los precios abusivos de los alojamientos llamaron la atención de los medios. El gobierno de Lula y su aliado Hélder Barbalho clamaron por sanciones a los hoteles que cobraran precios exorbitantes. Pero tales medidas se resumieron a encontrar alternativas para alojamientos. La lucha contra los precios exorbitantes chocaría con los intereses de las cadenas hoteleras, las cuales están siendo incentivadas por los propios gobiernos.
Esta situación muestra con quién se quedará el tal legado de la COP 30. La riqueza producida por la clase trabajadora seguirá concentrada en manos de una minoría. Fue contra esta realidad, fruto del sistema capitalista, que la huelga obrera se enfrentó.
Logros
Los trabajadores y trabajadoras de la construcción civil de Belém conquistaron las pautas económicas y fueron un ejemplo de lucha contra las injusticias y la explotación de los patrones.
“Mostramos a la clase trabajadora brasileña y mundial que es posible luchar y derrotar a los empresarios y a los gobiernos. Mostramos que organizada y con una dirección comprometida con los intereses de los trabajadores, ligada a una organización revolucionaria, el PSTU, la clase obrera tiene una fuerza fenomenal”, afirma Cleber Rabelo
Con la huelga obtuvieron un aumento real del 1,37% en los salarios, garantizando un reajuste total del 6,5%, cuando la patronal quería dar el 5,13%; aumento de R$ 50 en la cesta básica, los empresarios querían imponer R$ 10; pago de R$ 350 referente a la participación en los lucros y resultados (PLR); y una conquista histórica, la clasificación de las trabajadoras.
El papel del PSTU en la huelga
El PSTU tiene un historial de trabajo junto a los trabajadores y trabajadoras de la construcción civil de Belém. La categoría reconoce la presencia y el apoyo del partido en sus luchas. No fue diferente en esta huelga. En todas las manifestaciones, allí estaban las banderas rojas del PSTU ondeando en el aire.
“El PSTU tiene una relación fuerte con la clase trabajadora brasileña. Vemos el papel central que la clase trabajadora cumple dentro del sistema capitalista, como fuerza motriz y fuerza revolucionaria para derrotar este sistema opresor y explotador”, dice Aurinor Gama, coordinador general del Sindicato y militante del PSTU.
“La victoria que obtuvimos es parte de la combinación de la presencia de una dirección revolucionaria y socialista al frente del sindicato, que construyó la huelga apoyada en la base, dialogando en cada obra, disputando la conciencia de la categoría de que era hora de ir al enfrentamiento. Esto fue solo una pequeña muestra de que, cuando la clase se une a una dirección consecuente y combativa, nadie detiene”, finaliza Aurinor.




