Ante las elecciones: candidaturas de trabajadores

“Utilizar la tribuna parlamentaria no solo para desenmascarar a la burguesía y a sus servidores acreditados, sino para desenmascarar también a los social patriotas, a los reformistas, a los equívocos politiqueros del centro y de manera general a los adversarios del socialismo”. Lenin
Por: Jenny Moreno
Cuando hablamos de elecciones muchos trabajadores rechazan todas las “propuestas” existentes, otros optan por elegir al “menos peor” o simplemente abstenerse a votar por alguno de los partidos burgueses del parlamento.
Sobre los partidos burgueses
Sin duda hay muchas razones que justifican esto, desde los gobiernos dirigidos por ARENA a finales de los 80’s que iniciaron el ajuste neoliberal dictado por imperialismo como fueron las privatizaciones de casi todos los servicios públicos y productivos, la adquisición de una millonaria deuda externa, la aprobación de TLC, aprobación de leyes antidemocráticas y reaccionarias como la Ley antiterrorista, aprobaciones de leyes que privilegian a las transnacionales como la Ley de Zona Franca, la nefasta dolarización entre otras.
Luego, la clase trabajadora depositó su confianza en el 2009 votando por el gobierno del FMLN con el ex presidente Mauricio Funes (también involucrado en actos de corrupción según la FGR), esta administración de ninguna manera dio retroceso a las políticas de ARENA, al contrario siguió todos acuerdos imperialistas entre ellos el Asocio para el Crecimiento (FOMILENIO II) que saquea no sólo la fuerza de trabajo salvadoreña sino los recursos naturales, la deuda externa siguió pagándose puntualmente.
La actual administración de Sánchez Cerén desde el año 2016 comenzó a implementar el segundo gran ajuste neoliberal con imposiciones del FMI las cuales varían entre aumentar el número de impuestos, profundizar la privatización de las pensiones hasta priorizar pagar la deuda a los millonarios bancos nacionales y extranjeros.
¿Por qué se plantean candidaturas de trabajadores?
“En la sociedad capitalista, bajo las condiciones del desarrollo más favorable de esta sociedad, tenemos en la República democrática un democratismo más o menos completo. Pero este democratismo se halla siempre comprimido dentro de los estrechos marcos de la explotación capitalista y es siempre, en esencia, por esta razón, un democratismo para la minoría, sólo para las clases poseedoras, sólo para los ricos”[1]. Efectivamente cuando hablamos de elecciones los más beneficiados son los políticos que también son dueños de grandes empresas o accionistas de grandes corporaciones, ya que poseen las condiciones exactas para conformar su propio partido e imponer sus propias reglas y no sólo hablamos de la millonaria propaganda sino también de las leyes que los defienden y sostienen en el régimen burgués, dificultando y poniendo barreras a propuestas desde la clase explotada.
… En virtud de las condiciones de la explotación capitalista, los esclavos asalariados modernos viven tan agobiados por la penuria y la miseria, que “no están para democracias”, “no están para política”, y en el curso corriente y pacífico de los acontecimientos, la mayoría de la población queda al margen de toda participación en la vida político-social”, de esta manera el capitalismo y sus agentes pretenden evitar que en momentos electorales exista un programa de lucha o socialista que sea disonante con las políticas burguesas tradicionales, nos educan para creer que la democracia la “hacen ellos, los burgueses” y el trabajador sólo tiene derecho al voto es decir la capacidad de elegir a su próximo opresor.
Sin embargo los trabajadores tenemos tanto la capacidad como la necesidad táctica de participar en los procesos electorales para mostrarse como alternativa clasista, pero debemos de analizar para qué y cómo hacerlo“… el parlamentarismo (la participación en las asambleas representativas) es uno de los medios para ilustrar, educar y organizar al proletariado independiente…”, posicionarse como referente utilizando el canal de la palestra burguesa no sólo ayuda de manera propagandística a mostrar lo antidemocrático del sistema o lo insuficiente que se vuelve limitarse al voto, sino también a dar a conocer el programa de lucha con las necesidades más inmediatas de la clase trabajadora, lo que trae consigo la necesidad de poseer un partido revolucionario el cual aglutine a los sectores oprimidos y explotados.
El objetivo final no es enquistarse en un lugar dentro de las instituciones del Estado burgués para dar la lucha “desde adentro” y creer que se transformará algo estando ahí, sino para comprobar que el sistema capitalista nunca garantizará los derechos más básicos de la clase trabajadora “desarrollar la conciencia de clase y la organización de clase independiente del proletariado como única clase revolucionaria hasta el fin”[2] no podemos rechazar indiscutiblemente la participación de los trabajadores en el parlamento en el contexto actual donde las luchas masivas no están dadas.
A pesar de que los trabajadores no están satisfechos con los partidos burgueses, esperan que haya una alternativa por la cual ellos puedan elegir o sentirse representados aquí entra la oportunidad de que otro trabajador sea quien los inste a organizarse y participar en los procesos políticos (no solo electorales) y se reconozca la fuerza que rompa con los tradicionales y podridos grupos burgueses.
La participación de los trabajadores en candidaturas independientes o como partidos “tienen la obligación de utilizar la tribuna parlamentaria no solo para desenmascarar a la burguesía y a sus servidores acreditados , sino para desenmascarar también a los social patriotas, a los reformistas, a los equívocos politiqueros del centro y de manera general a los adversarios del socialismo”[3], es dar uso del escenario burgués contra ellos mismos rompiendo con lo que comúnmente nos muestran los medios o la escuela de creer que lo malo no son las instituciones, los partidos o la democracia (burguesa), sino los funcionarios y que basta solo con “cambiarlos”, al contrario de todo eso la alternativa hecha por trabajadores no solo tiene que posicionarse como opción clasista sino que tiene como objetivo primordial la lucha de clases.
Pronto se vienen las elecciones y ahora está más que comprobado que se necesita de una alternativa clasista con un programa de y para los trabajadores que se presente públicamente como oposición ante los partidos tradicionales y aglutine a los miles de trabajadores insatisfechos para crear una organización que este en cada lucha de calle trabajando con los métodos de clase.
¡NINGUNA CONFIANZA EN LOS PARTIDOS BURGUESES!
¡POR CANDIDATURAS DE TRABAJADORES!
[1] Lenin, V. I. El Estado y la Revolución.
[2] Lenin, V. I. “La socialdemocracia y los acuerdos electorales octubre de 1906”.
[3] “Tesis de la III internacional”.
Artículo publicado en: www.ustlitelsalvador.org