¡Gran Triunfo de la lucha popular en Colón! Ahora hay que derrocar a Martinelli!

octubre 30, 2012

Después de diez días de una heroica lucha con movilizaciones diarias en la ciudad de Colón y una huelga general en toda la ciudad que duró cinco días; luego de huelgas y manifestaciones de solidaridad en todo el país;de enfrentamientos en las calles contra la brutal represión de la policía que mató a 4 colonenses, incluso a un niño de 9 años, el pueblo panameño obligó al gobierno de Martinelli a derogar la Ley 72 que originó esta revuelta popular.
Es un innegable triunfo de la movilización popular. Los trabajadores y el pueblo derrotaron una Ley entreguista que autorizaba la venta de los terrenos de la Zona Libre de Colón. Hay que resaltar que esos terrenos desde su fundación en 1948 hasta la fecha pertenecen al Estado siendo alquilados a los comerciantes que operan en este gran emporio comercial, la segunda Zona Libre del Mundo, después de Hong Kong.
La aprobación de la Ley fue la gota que rebasó el vaso y despertó la furia de los habitantes de Colón. No es para menos. Todos los días los colonenses enfrentan condiciones de vida en extrema pobreza: aguas negras en las calles, 50% de las casas sin condiciones de habitación, varias zonas de la provincia sin agua potable, el índice de desempleo alcanza un 24% lo que genera marginalidad, frustración y violencia. Sin embargo, en la misma ciudad, está una Zona Libre que genera un movimiento comercial de 30 mil millones de dólares de los cuales solo 30 millones se destinan a Colón. Una Zona Libre que emplea 30 mil trabajadores, de los cuales solo una pequeña minoría es de Colón. Por todo eso, la revuelta fue tan fuerte y despertó la conciencia para los problemas de fondo que afligen a este pueblo.
La lucha de los trabajadores y el pueblo de Colón y de todo el país logró impedir la entrega de una valiosa zona de propiedad del Estado panameño y un patrimonio público. Asimismo, logró frustrar un gran negociado de Martinelli. Pero, principalmente, impuso una importante derrota política a este gobierno entreguista, corrupto y antiobrero.
Los hechos muestran claramente porqué esta lucha no puede detenerse. Luego de derogada la Ley 72 por la Asamblea Nacional, el presidente Martinelli se dirigió a la nación en un discurso transmitido por televisión. Dijo que al sancionar la derogación de la Ley buscaba la paz y el diálogo. Increíblemente acusó a los manifestantes de los actos de violencia que provocaron saqueos y muertos y prometió acusarlos judicialmente.
{module Propaganda 30 anos – MORAL}El gobierno intenta ocultar groseramente su total responsabilidad en ordenar la represión al pueblo de Colón y después a todo el país. Intenta ocultar en vano que la policía disparaba con armas de fuego sobre los manifestantes y es la única responsable por las 4 muertes y centenares de heridos a bala y perdigones.
Es un burdo intento de que el pueblo olvide que fue el gobierno el que tuvo la iniciativa y presionó al máximo para aprobar la Ley 72. Y que el presidente fue a viajar por Asia, durante más de una semana, esperando que en su ausencia del país la policía y el destacamento de SENAFRONT, cuerpo militarizado de fronteras, hicieran el trabajo sucio de aplastar las protestas.
Las posturas de Martinelli evidencian que la tarea no terminó. Mientras siga este gobierno proimperialista y autoritario habrá más ataques a los trabajadores y el pueblo, pobreza y miseria, corrupción, represión y entrega del país. Al contrario de lo que dicen los partidos burgueses como el PRD, el panameñismo, etc, no hay que dar una tregua al gobierno ni esperar las elecciones de 2014. Hay que seguir en las calles, exigiendo la liberación de los presos; investigación y castigo a los agentes de la represión responsables por las muertes, que el Estado se haga cargo de los daños materiales y proceda a indemnizar a los afectados por la represión. Pero, lo más importante es ¡que se vaya el principal responsable por toda esta situación, Fuera Martinelli!
Hay que aprovechar este gran triunfo para unir el movimiento obrero y popular alrededor de propuestas que ataquen los principales problemas de fondo del país. Panamá vive una gran contradicción. De un lado grandes inversiones del capital imperialista, encabezadas por la ampliación del Canal, la construcción del nuevo centro de negocios y hub en el Aeropuerto de Tocúmen, los puertos, astilleros, etc. Los grandes edificios del centro financiero de ciudad de Panamá le valieron el apodo de la “Manhattan de Centroamérica”. La economía de Panamá crece en ritmo “asiático” con índices de hasta 10% al año.
Del otro lado, el pueblo panameño, los obreros de la construcción, los pueblos indígenas como los ngabe bugle, los empleados públicos y los sectores populares en general, siguen en la pobreza. A pesar del extraordinario crecimiento, crece la desigualdad.
Eso es así porqué este crecimiento beneficia principalmente a los grandes capitales extranjeros. La política de la burguesía panameña y sus partidos llevan esta contradicción al máximo. Su objetivo es vender todo el país a los capitales imperialistas, quedándose con las migajas que consiguen recoger de la mesa de este banquete.
Las organizaciones de los trabajadores y sectores populares necesitamos unirnos para pelear para que toda la riqueza que se genere en el país, tales como los beneficios de la Zona Libre y del Canal deban ser controladas por los trabajadores y utilizadas en un Plan de Obras Públicas e Inversiones Sociales que beneficie al pueblo.
Finalmente, no es casual que Martinelli haya podido realizar sus arbitrariedades sin que los partidos políticos burgueses le pongan un alto. Es que todo el sistema político en Panamá se caracteriza por el autoritarismo, la corrupción y las prácticas antidemocráticas. A los partidos obreros y populares se les dificulta al máximo legalizarse y participar de las elecciones. Por todo ello es necesario cambiar radicalmente toda la Constitución del país por medio de una Asamblea Constituyente originaria.
La Liga de Trabajadores Hacia el Socialismo alertamos a las organizaciones del movimiento obrero y los sectores populares a no confiar en las nuevas políticas negociadoras de Martinelli. Es necesario mantener la movilización y la organización independiente para seguir con la lucha por nuestras reivindicaciones. Para ello proponemos que se convoque un Encuentro Nacional Sindical y Popular donde se pueda discutir y aprobar un programa y un plan de lucha por los derechos económicos y políticos de los trabajadores y el pueblo.
Los acontecimientos que sacudieron nuestro país demostraron a cabalidad la necesidad imperiosa que la clase trabajadora y los sectores populares construyan su instrumento político, es decir un partido clasista, socialista y revolucionario que pueda darle coherencia a un programa que contenga los intereses inmediatos e históricos de la clase trabajadora. Desde la LTS estamos trabajando en este sentido y llamamos a todos los luchadores conscientes a unir esfuerzos en esta gran tarea.
Panamá, 29 de noviembre de 2012