La osadía de querer cambiar el mundo

julio 19, 2012

La injusticia social que nos rodea es brutal. La burguesía y la alta clase media andan en helicóptero, mientras que los trabajadores gastan de 3 a 4 horas para ir y venir del trabajo en ómnibus super abarrotados. Los ricos son atendidos en hospitales excelentes, los pobres mueren en las colas de los hospitales públicos sin atención. Los hijos de la burguesía estudian en colegios carísimos y muy buenos, los niños pobres no tienen guarderías.
Todos saben de esas injusticias. Ellas no pueden ser negadas. Pero, pueden ser disfrazadas. Pueden ser atribuidas a que los pobres son culpables porque no “se esforzaron lo suficiente”, o porque son “perezosos”. O, incluso, se puede escapar de la discusión con la disculpa de que “siempre fue así”.
Los gobiernos del PT hacen eso. Dicen que, “al final”, las cosas están mejorando, porque eran peores con los gobiernos de la derecha. Y es verdad que la derecha (PSDB, DEM) siempre dirigió al país al servicio de los intereses de las grandes empresas.
Los trabajadores, en su mayoría, creen que no son las grandes multinacionales y los bancos los que dirigen el país, porque el PT llegó al gobierno, e instaló un gobierno de los trabajadores. Lamentablemente, no es así, las grandes empresas nunca ganaron tanto como con el PT. Y ese es el motivo por el cual las injusticias sociales siguen tan presentes en la realidad brasileña. Lula y Dilma se apoyaron en el crecimiento económico de los últimos años para dar la impresión, a los trabajadores, que el crecimiento se debía a sus gobiernos.
En todos esos años de gobiernos del PT se impuso un gran engaño a los trabajadores y jóvenes. Creen que era posible ir cambiando la vida de a poco, a través de los gobiernos petistas. El crecimiento económico alimentó esa ilusión. Las injusticias sociales continuaran existiendo. Pero, quién sabe, ellas podrían ir disminuyendo, disminuyendo hasta desaparecer. Al final, Lula estaba en el gobierno. Al final, Dilma era la continuadora de Lula.
Pero,… los tiempos están cambiando
La crisis económica internacional aún no llegó al país como una recesión. Pero, ya afecta a la economía a través de una desaceleración forzada. Y, es posible, que una nueva recesión alcance al país, a un ritmo que ningún economista serio puede precisar. Con eso, las injusticias, siempre presentes, quedarán más visibles y repugnantes.
La corrupción alcanza abiertamente al DEM (Demócratas, de centro derecha), del senador Demóstenes, y al PSDB, del gobernador Marconi Perillo, de Goiás. Pero, también, envuelve al gobernador Agnello Queiroz (Distrito Federal), del PT. Toda la cúpula del PT está directamente comprometida en el escándalo de corrupción llamado el “mensalão”.
{module Propaganda 30 anos – MULHER}El programa de habitación del PSDB puede ser simbolizado en Pinheirinho: desalojar ses mil personas con represión violenta para entregar las tierras a un sólo “dueño”, el millonario Naji Nahas.
El más importante programa para la educación, del PT, el Reuni, es el móvil de la mayor huelga de las universidades de los últimos años, que está parando a profesores y a estudiantes en todo el país.
En las elecciones de Sao Paulo, Serra, del PSDB de Pinheirinho, enfrenta a Haddad, ex ministro de educación del PT. Eso va a repetirse en todo el país, en mayor o menor forma: dos bloques mayoritarios enganchados en la lucha por el poder, pero con un programa muy semejante. Van a tratar de convencer, en más de una ocasión, a todos que basta votar por ellos para que los problemas desaparezcan. Y las injusticias van a ser cada vez mayores.
Es hora de cambios
Los trabajadores y jóvenes, en Brasil, comienzan a salir a la lucha. Grandes huelgas en la construcción pesada (Jirau, Belo Monte, Comperj, estadios para la Copa) y civil (Fortaleza) sacudieron las obras en construcción en el país. Huelgas del transporte, como la del Metro, que paralizó Sao Paulo. La juventud universitaria en las calles protagoniza la mayor huelga estudiantil de los últimos años. Los empleados públicos se preparan para una huelga unificada nacional, con los profesores a la vanguardia.
En el segundo semestre existen campañas salariales de los sectores más pesados de los trabajadores, como los metalúrgicos, petroleros, bancarios, etc., que pueden generar nuevas huelgas de importancia.
En Europa, la crisis muestra la dureza de los ataques del capital recortando salarios, jubilaciones, empleos. Y vuelven a colocar en el tapete la discusión del socialismo. Es hora de poner esta posición en Brasil. El PSTU va a lanzar candidatos socialistas en todo el país.
El PSTU va a presentar candidatos que son conocidos en sus ciudades por ser dirigentes sindicales, estudiantiles y populares. Y va a utilizar su tiempo en la TV para apoyar las huelgas que estuvieran sucediendo. Vamos a mostrar como es posible enfrentar gravísimos problemas sociales, como educación, salud y transporte, desde que enfrentemos el dominio de las grandes empresas. Vamos a defender el programa socialista, aplicado a los problemas concretos de la vida de las personas. Sabemos que no es por elecciones que va a cambiarse el país. Pero, sabemos, también, como es importante utilizar la tribuna electoral para defender esos cambios.
El PSTU se atreverá. Va a defender que es necesario cambiar al mundo. Y cuenta con su apoyo para ese desafío.
Fuente: Opinión Socialista N° 444.
Traducción Laura Sánchez