El plan colonial de Trump contra el espectacular apoyo internacional a los palestinos

Por: Liga Internacional de los Trabajadores – Quarta Internacional (LIT-QI)
La situación política mundial está cada vez más polarizada e inestable. Los brutales ataques contra los trabajadores están provocando una caída del nivel de vida tanto en los países imperialistas como en los semicoloniales. Pero, por otro lado, están generando procesos convulsivos de lucha de clases, con explosivas movilizaciones en varias partes del mundo como Nepal, Angola, Madagascar, Marruecos, donde la juventud empobrecida tuvo especial protagonismo, así como en los países imperialistas.
La cuestión palestina es el epicentro de la lucha de clases mundial, a punto de cumplir dos años desde el ataque del 7 de octubre de la heroica Resistencia palestina.
Esto galvaniza a la vanguardia en todo el mundo, como icono de las luchas contra la opresión entrelazadas con todas las demás luchas. El genocidio israelí, transmitido en línea por las redes sociales (a diferencia del genocidio nazifascista de la Segunda Guerra Mundial, que solo se conoció años después), impacta en todo el mundo.
Nunca el apoyo a la lucha palestina ha sido mayoritario como ahora, a pesar de la complicidad con el sionismo de la mayoría absoluta de los gobiernos y los medios burgueses.
La acción de la Flotilla Sumud tuvo el efecto de concentrar la atención mundial en Palestina. Su detención provocó una espectacular reacción de masas a nivel internacional. Hubo dos huelgas generales en Italia en apoyo a los palestinos —las primeras con este contenido— y movilizaciones gigantescas en varios países europeos (España, Francia, Alemania) y de vanguardia en gran parte del mundo. En Italia, el 4 de octubre hubo un millón de manifestantes en Roma.
¡Hay que seguir el ejemplo de Italia! En el Estado Español, el próximo 15 de octubre, los sindicatos mayoritarios están llamando a un paro de dos horas. Y varias centrales sindicales han sumado sus fuerzas convocando huelgas parciales o incluso huelga de 24 horas, para organizar una gran Jornada estatal de solidaridad con Palestina que logre imponer al gobierno español la ruptura total y real de relaciones y el embargo integral de armas con el estado sionista
Así se expresa, de manera compleja y multifacética, la polarización mundial. En Gaza, una situación en la que, a pesar de la desigualdad, la Resistencia sigue luchando frente a la brutal ofensiva militar israelí con más de sesenta mil muertos y el uso del hambre como arma de guerra. A nivel internacional, el creciente aislamiento del sionismo y la combinación del apoyo a Palestina con las explosiones de descontento por los ataques neoliberales. Una expresión del proceso de revolución permanente a nivel internacional con características que recuerdan el proceso de la lucha contra la guerra de Vietnam.
El Plan Trump
El «Plan de paz» de Trump pretende responder a esta situación. El grado de desgaste y descrédito de Israel y el sionismo ya estaba obligando a una parte importante de los gobiernos imperialistas europeos a «reconocer un Estado palestino». Esto no tiene ningún valor práctico, ya que esos mismos gobiernos seguían manteniendo sus relaciones comerciales y enviando armas a Israel, además de reprimir a los manifestantes pro Palestina en sus países. Pero señalaba una adaptación al aislamiento del sionismo entre las masas.
Trump dio entonces marcha atrás y abandonó por el momento el delirante plan de crear en Gaza una «Riviera de Oriente Medio», y presentó una propuesta en la que, a cambio del cese de los ataques de Israel y la retirada del plan de expulsión de los palestinos de Gaza, exige la entrega inmediata de todos los prisioneros israelíes para ser intercambiados y el desarme de Hamás y de toda la resistencia palestina. Esta propuesta se negoció solo con Netanyahu y sin Hamás, que luego recibió un nuevo ultimátum del gobierno estadounidense. Además, el «acuerdo de paz» propone la aceptación de una ocupación militar de Gaza (con la retirada parcial de las fuerzas israelíes hasta la llegada de una fuerza internacional controlada por Estados Unidos) y de un gobierno títere del imperialismo en Gaza. El acuerdo, obviamente, no garantiza ningún tipo de paz y supone la eliminación de cualquier tipo de autodeterminación del pueblo palestino en Gaza.
Además de responder a esta crítica situación de aislamiento del sionismo a nivel mundial y de que cada vez resulta más costoso para el imperialismo mantener esta guerra, Trump también expresa su ambición, autodeclarada, de ser candidato al Premio Nobel de la Paz. Esto sería una vergüenza más, peor aún que el Nobel de 1994 otorgado a Rabin (primer ministro israelí) y Arafat por los acuerdos de Oslo.
Se trata de un plan colonial, de entregar Gaza al imperialismo y a Israel, y de intentar derrotar la lucha palestina. Además, al exigir la entrega de todos los rehenes (los vivos y los cadáveres) a Israel, con el ejército sionista aún ocupando Gaza, permite que Netanyahu pueda volver en cualquier momento a los ataques como antes.
Trump y Netanyahu quieren conseguir por la vía diplomática lo que hasta ahora no han conseguido por la vía militar: la devolución de los rehenes presos y la retirada de todas las fuerzas de la Resistencia de Gaza para legalizar una nueva ocupación del territorio palestino. En sus declaraciones, Netanyahu se jacta de una «victoria total» con el acuerdo y rechaza categóricamente la idea de un «Estado palestino».
La aceptación de este plan a nivel internacional solo pone de manifiesto, una vez más, la complicidad de los gobiernos imperialistas y burgueses en general con el sionismo y el genocidio en Gaza. Quieren a los palestinos desarmados y sometidos al imperialismo y a Israel. Además, los imperialistas esperan que con el desarme de la Resistencia cesen también las movilizaciones en solidaridad con Palestina que ponen en riesgo la estabilidad de sus gobiernos en varios países.
¿Y ahora qué?
La respuesta de Hamás a la propuesta de Trump dejó clara la presión que ejerce sobre esta dirección la influencia de los «aliados» burgueses de la región y a nivel internacional. Elogió el plan de Trump y se dispuso a entregar a los rehenes y negociar los «detalles» del plan.
Ante esta nueva propuesta, en realidad, la respuesta de Hamás es abierta.Al mostrarse dispuesto a negociar la entrega de los rehenes, pero sin concretar aún los plazos, es posible que haya resistencias a la entrega total antes de que Israel se retire de Gaza. Al no aceptar el gobierno títere del imperialismo, cuestiona la globalidad del plan.
No cuestionamos las brutales dificultades concretas de la resistencia en Gaza, aislada en términos de armas y comida, con las fronteras cerradas, en una lucha que ya dura dos años. Se trata de una situación brutal de aislamiento militar y alimentario.
Pero, en nuestra opinión, la única alternativa de victoria de la resistencia palestina es la continuidad de la resistencia militar en Gaza combinada con el espectacular apoyo de las masas a nivel mundial. Sabemos (como lo saben los palestinos) que no es posible ningún tipo de coexistencia pacífica con el Estado colonial y asesino de Israel en la región, y que cualquier «plan de paz» que implique legitimar a la entidad sionista solo será una pausa en la justa y legítima guerra de liberación nacional.
Corresponde al pueblo palestino, en primer lugar, decidir sobre cualquier acuerdo de paz y negociar sus condiciones, en su largo camino hacia la liberación total de Palestina.
Si hoy existe un aislamiento militar de Gaza, en términos políticos ocurre lo contrario. El aislamiento creciente es el de Israel a nivel mundial, con un aumento de las acciones de boicot y de su popularidad entre los trabajadores. Por eso todos debemos redoblar y masificar ahora nuestras acciones de solidaridad con el pueblo palestino, para brindarle el apoyo material, político y moral necesario para resistir al chantaje imperialista.
Empiezan a manifestarse otros signos de crisis del plan sionista. Empiezan a producirse importantes movilizaciones en Marruecos, que pueden apuntar a nuevas crisis políticas y a la posibilidad de algo similar a una nueva primavera árabe en la región
Los próximos días tendrán consecuencias importantes para la situación palestina y la lucha de clases a nivel mundial.
Para derrotar el plan colonial de Trump, debemos continuar y ampliar las movilizaciones de apoyo al pueblo palestino em todo el mundo.
¡Palestina libre desde el río hasta el mar!