85 años sin Trotsky

Por Alicia Sagra
Un día como hoy, 20 de agosto, pero de 1940, León Trotsky recibía el golpe mortal que provocó su muerte al día siguiente.
Ramón Mercader, que logra entrar en la casa del revolucionario ruso como novio de una de sus secretarias, estaba en el escritorio con Trotsky a quien había pedido que revisase un artículo suyo, cuando de forma traicionera y cobarde clavó en su cabeza un pico de alpinista que había llevado escondido entre sus ropas.
Ante el terrible grito de Trotsky acudieron los camaradas de su custodia que apresaron al agresor. A pesar de la terrible herida, el gran revolucionario tuvo fuerzas para gritas: ¡No lo maten! ¡Ese hombre tiene una historia que contar! Era muy importante, para la construcción de la dirección revolucionaria mundial, averiguar y denunciar al mandante del asesino.
A pesar de los esfuerzos médicos realizados, no se consiguió salvar la vida de Trotsky, quien murió, en México, el 21 de agosto de hace 85 años.
Ramón Mercader (también conocido Jacques Monard o Frank Jacson) el asesino material, fue apresado y condenado a 20 años de prisión. A pesar de los sucesivos interrogatorios de la policía mexicana nunca reveló su verdadera identidad y siempre insistió en que el asesinato fue una decisión individual por considerar a Trotsky un traidor de la revolución. Recién en 1953 se confirmó su verdadero nombre y fue con la disolución de la ex URSS que se encontraron los archivos que probaban su relación con la NKVD[1]
Pero mucho antes hubo pruebas indudables de esa relación. En 1960, Ramón Mercader fue liberado de la prisión mexicana y se dirigió a Cuba, donde fue recibido con honores por Fidel Castro. En 1961se mudó a la URSS y fue condecorado con la medalla de Héroe de la Unión Soviética, la más alta condecoración del país. El estalinismo honraba al asesino de Trotsky
No quedaban dudas, el autor intelectual fue el mismo que ordenó el anterior y fracasado ataque encabezado por el pintor Siqueiros, militante del PC mexicano, el mismo que ordenó la muerte de gran cantidad de seguidores de Trotsky, el responsable de los terribles procesos de Moscú, de los exilios en Siberia y muerte de miles de opositores. El asesinato fue ordenado por Josep Stalin, quien se había apoderado del poder en la Unión Soviética e iniciado el largo proceso que, años después, en la década del 1980, llevó a la restauración del capitalismo, acabando con la última conquista de la revolución de octubre.
La burocratización del parido y del estado soviético
Desde 1920, Lenin venía planteando las deformaciones burocráticas del estado soviético “lo que necesitamos es que los comunistas controlen la maquinaria del estado a la cual fueron asignados y, no como a menudo pasa entre nosotros que la maquinaria del estado los controle a ellos”[2]
Había bases objetivas por detrás de esas deformaciones que estaban en crecimiento: La terrible situación con la que se sale de la guerra civil, entre ellas la pérdida de lo mejor de la vanguarda obrera; la derrota de la revolución alemana en la que estaban centradas todas las expectativas de los revolucionarios rusos; el cansancio, la desmoralización de la clase obrera que se va alejando de los organismos soviéticos de poder. Lenin y Trotsky intentaron resolver ese último problema proponiendo nuevos tipos de organismo: organización de los obreros sin partidos, sindicatos independientes del estado. Pero fracasan en ese objetivo y la burocracia sigue en aumento y se manifiesta en el crecimiento del aparato de estado, en el trato autoritario frente a las nacionalidades y también en el intento de relativizar el monopolio del comercio exterior.
En diciembre de 1922, Lenin escribió a Trotsky proponiéndole formar: “un bloque político contra la burocracia en general y contra el Buró de Organización[3] en particular”[4] El objetivo era dar un fuerte combate contra Stalin en el XII Congreso que estaba en preparación. Pero Lenin no pudo participar de ese congreso. El 9 de marzo de 1923 sufrió su segundo ataque, que lo mantuvo paralizado hasta su muerte el 21 de enero de 1924.
El XII Congreso se realizó en abril de ese año y pasó sin plena ni gloria. Trotsky consideró que, estando ausente Lenin, no era el mejor momento para dar esa batalla.
Pero el proceso de burocratización, acompañado de la persecución a los opositores, siguió creciendo.
Se prepara el XIII Congreso del Partido y se organiza la oposición encabezada por Trotsky, que cuenta con el apoyo de grandes dirigentes del partido, de los oficiales del Ejército Rojo, de los principales cuadros de la juventud. El trotskista norteamericano Dave Frankel dice: “Si el factor principal en la contienda hubiese sido la habilidad política y los éxitos alcanzados por la gente que componía las dos fracciones, los oposicionistas hubiesen ganado fácilmente”[5].
Pero el factor determinante fue el peso del aparato. Comenzó la persecución por parte de la “troika”[6], amenazas de pérdidas de trabajo, ofrecimientos de ventajas materiales, a quienes apoyaban a la oposición. Eso fue creciendo en la medida que avanzaba la elección de delegados y tuvo un peso enorme en las regiones más alejadas. El resultado fue que en el XIII Congreso, realizado enero de 1924, la oposición sólo tuvo 3 delegados sobre 218.
El XIII convirtió en principió lo que había sido una medida coyuntural: la prohibición de tendencias y fracciones, amenazando con expulsión de quienes incumpliesen con esa norma. En septiembre de 1924 Stalin lanza la teoría del “Socialismo en un solo país” y se incentiva el ataque contra los que defienden la “Teoría de la Revolución permanente”.
En 1925, Zinoviev y Kamenev rompen con Stalin y forman un bloque para enfrentarlo en el XIV Congreso. Pero son derrotados. En 1926 se aproximan a Trotsky y surge la Oposición Conjunta que presenta, en julio de 1926, su programa al Comité Central. Ese programa planteaba: industrialización planificada, mejoras de las condiciones de vida de los obreros y campesinos pobres, consignas a favor de los sectores oprimidos, nacionalidades no rusas, mujeres. Llamaba a la democratización del partido y de los soviets. Denunciaba las consecuencias en el campo internacional, de la teoría del socialismo en un solo país.
El CC rechaza el programa y prohíbe las reuniones de la Oposición Conjunta.
En octubre de 1926, el CC expulsó a Trotsky del Politburó, a Kamenev se le quitó su condición de miembro candidato y Zinoviev fue reemplazado en la presidencia de la III Internacional. En noviembre de 1927 Trotsky y Zinoviev, junto a cientos de miembros de la oposición fueron expulsados del partido. El 18 de enero de 1928 Trotsky fue exiliado en Alma Ata, donde pasó un año. Después comenzó su peregrinaje por diferentes países que por presión del estado soviético rechazaban su pedido de asilo, hasta que fue aceptado por México.
¿Por qué Trotsky fue asesinado?
Había sido totalmente derrotado en la URSS, expulsado del partido y del país. Ante la derrota y persecuciones, dirigentes como Zinoviev, Kamenev, Racovski, terminan capitulando ante Stalin. Gran parte de sus seguidores, incluidos sus hijos habían sido exterminados. Es rechazado por la mayor parte de la vanguardia mundial, influenciada por quienes dirigen el estado obrero. A partir de 1933 se lanza a la formación de la IV Internacional, pero la presión del nazismo por un lado y de la política estalinista del Frente Popular por el otro, hace que se aparten dirigentes y pequeñas organizaciones que se habían aproximado. Acaba fundando la IV Internacional sólo con sus seguidores, lo que resulta en una pequeña organización.
¿Por qué entonces, el poderoso Stalin realizó tantos esfuerzos y creó un muy costoso operativo para conseguir asesinarlo?
Porque, a pesar de su soledad y aislamiento, Trotsky era poderoso. Él fue el presidente del Soviet de Petrogrado en 1905 y 1917. Había sido el segundo dirigente, después de Lenin, de la gran Revolución de Octubre. Fue el creador del Ejército Rojo, el gran estratega militar que llevó al triunfo en la Guerra Civil. El elaborador de la Teoría de la Revolución Permanente. Su persona sintetizaba la experiencia de las tres revoluciones rusas: 1905, febrero y octubre de 1917. Era la memora viva del leninismo, del bolchevismo.
Por todo eso Stalin lo quería muerto, tenía miedo de lo que representaba. Tenía razón al tener ese miedo. Probablemente hubiera sido distinta la historia, si la IV Internacional hubiera estado dirigida por Trotsky cuando se desataron las grandes movilizaciones de masas y procesos revolucionarios después de la II Guerra Mundial.
Stalin consiguió acabar físicamente con su gran enemigo, pero no consiguió acabar con su legado. La Teoría de la Revolución Permanente, el Programa de Transición, su política contra los Frentes Populares, contra los gobiernos de alianza de clase, la lucha contra la burocracia y por la democracia obrera, tienen una gran actualidad.
Hoy no lo honramos como una gloria del pasado, sino como una referencia para el presente y el futuro. La heroica resistencia palestina frente al genocidio practicado por Israel, la resistencia del pueblo ucraniano frente a la ocupación rusa, muestran lo correcto de la que él consideró su tarea más importante: la Fundación de la IV Internacional. Y plantean la imperiosa necesidad de su reconstrucción, como continuidad revolucionaria de la III Internacional de Lenin y Trotsky. Ese es nuestro compromiso.
[1] Ministro del Interior de la URSS, creado en 1934, del cual hacía parte la GPU.
[2] Discurso pronunciado em noviembre de 1922, Obras Completas, tomo XXXIII
[3] Encabezado por Stalin
[4] Diario de las secretarias de Lenin
[5] Dave Frankel, “Historia de la Oposición de Izquierda”
[6] Stalin había formado un bloque con Kamenev y Zinoviev, que encabezaba la dirección del partido.