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Colombia

Audios de Leyva: el resultado natural de confiar en la burguesía

julio 15, 2025

Por Partido Socialista de los Trabajadores – Colombia

Los escándalos que ha tenido el gobierno de Petro se han originado principalmente con los ministros y funcionarios representantes de la burguesía. Es el costo de los gobiernos de frente popular, ejercidos por las direcciones del movimiento de masas en asocio con la burguesía, es decir, un gobierno para concertar con sus propios enemigos.

La concepción de Petro sobre la sociedad

La concepción del presidente Petro sobre la sociedad y en particular sobre la colombiana, es que con voluntad y razón se puede convencer a los ricos para que voluntariamente cedan parte de sus privilegios aportando con impuestos, puestos de trabajo, algunas tierras aquí y allá, y así los pobres puedan mejorar su nivel de vida; que en Colombia el capitalismo no está desarrollado y que desarrollándolo “democráticamente” se solucionarán los problemas sociales; que es posible que con un acuerdo nacional puedan ganar los ricos y al mismo tiempo los pobres.

Esa utópica concepción no tiene en cuenta que el capitalismo es un sistema mundial y Colombia, como cualquier otro país, hace parte de ese sistema que es dominado por los países capitalistas desarrollados, los países imperialistas; que la sociedad a escala mundial y en cada país está dividida fundamentalmente en dos clases sociales, capitalistas y trabajadores, y cada una tiene sus intereses que son antagónicos entre sí; que a los capitalistas no les interesa resolver la crisis social de los pobres, sino utilizar a los pobres para explotar el trabajo asalariado y acumular riqueza, y en tiempos de elecciones que voten por ellos; que ese objetivo de acumular riqueza por parte de unos pocos, es el fin garantizado por el Estado capitalista.

Con esa concepción desastrosa de confianza en la buena voluntad de los ricos, Petro aceitó la misma maquinaria que han utilizado los gobiernos anteriores para armar su gobierno, incluyendo un buen porcentaje de ministros burgueses que junto al Congreso, le han puesto freno a cualquier intento de reforma progresiva que pretenda hacer, y han utilizado sus cargos para hacer lo mismo que con los gobiernos anteriores: clientelismo, saqueo de recursos públicos, negocios personales y todo lo que configura la corrupción capitalista.

En ese contexto es que han estallado escándalos como los que ha tenido con Armando Benedetti, Laura Sarabia y Álvaro Leyva. Sin embargo, Petro insiste en gobernar con los enemigos de los trabajadores, porque su política de concertación y conciliación es un principio insoslayable para él.

Leyva el golpista

Leyva, como ministro de Relaciones Exteriores, pretendía hacer lo que han hecho los ministros y funcionarios de gobiernos anteriores: negocios amañados, nepotismo y clientelismo. Quería comisión con la impresión y expedición de los pasaportes y nombrar familiares en puestos importantes del gobierno.

La procuraduría lo acusó de incurrir “en falta gravísima a título de dolo al desconocer con su actuación los principios de transparencia, economía y responsabilidad que regulan la contratación estatal” (Boletín de la procuraduría 1299 de 2024), además lo sancionó separándolo del cargo. Leyva se resistió a dejar la Cancillería, pero como Petro no lo respaldó, a partir de entonces le declaró la guerra, señalándolo como drogadicto y pidiéndole que dejara la presidencia.

Ahora lo que se ha publicado son unos audios en donde Leyva le comenta a una persona indeterminada, en un restaurante, sobre un plan para derrocar a Petro. Según Leyva, él contaría con la derechista Vicky Dávila, funcionarios del gobierno de Trump y parlamentarios del Partido Republicano de Estados Unidos.

¿Se comprueba que se gestaba un golpe?

Vicky Dávila y la derecha se han apresurado a desmarcarse, a decir que eso fue una ocurrencia de Leyva y que no tienen nada que ver con plan alguno para darle golpe de Estado al gobierno de Petro.

Al gobierno de Trump y a la burguesía colombiana no le convendría sacar a Petro mediante un golpe de Estado, por la inestabilidad política que se generaría no solo en Colombia, sino también en la región, con la altísima probabilidad de desencadenar un nuevo estallido social; a pesar de los rifirrafes diplomáticos, y de algunas contradicciones que por momentos se agudizan, el gobierno norteamericano no tiene contradicciones estructurales o insalvables con Petro, quien, por el contrario, le ha pedido asesoría a la Embajada de Estados Unidos para su seguridad.

Lo primero que se ha comprobado con esta “revelación” es que más allá de que un sector minoritario de la burguesía de derecha haya considerado en hacerle un atentando a Petro, o sacarlo del gobierno mediante un golpe, esta no es la política mayoritaria de la oposición burguesa y menos del imperialismo.

La oposición burguesa de derecha lo que ha hecho es buscar desgastarlo aprovechando los escándalos de sus ministros y funcionarios burgueses, y hasta de su propio hijo; culparlo de la inseguridad que esa misma derecha narcotraficante, terrateniente y ganadera genera con sus negocios ilícitos de narcotráfico, deforestación y apropiación de la tierra del campesinado pobre.

Los vaivenes de Francia

En este escándalo, Leyva pretende involucrar a la vicepresidenta Francia Márquez, aprovechando que ella ha tenido diferencias y distanciamiento con Petro, lo extraño es que, al menos aparentemente, las críticas de esta han sido por la izquierda; si bien no hay pruebas de que esté o no involucrada, parece más probable que haya una intención de desgastar y desprestigiar su figura para evitar que el descontento de algunos sectores con Petro se llegue a capitalizar por un sector más radical del Pacto.

Partiendo de buena fe de su inocencia, lo que sí es absolutamente lamentable es su respuesta a estos cuestionamientos. No la hace desde la indignación popular que antes la caracterizaba, contrario a afirmar que jamás traicionaría al pueblo que la eligió, a los trabajadores y a los pobres amangualándose con la derecha, responde apegándose a la institucionalidad burguesa y a la defensa del régimen.

Fuera los ministros burgueses

La segunda cosa que ha quedado demostrada es que no se puede confiar en la burguesía “aliada” o “progre”; siempre los ministros y funcionarios que les representan se sentarán a la mesa fingiendo querer conciliar por el “bien común”, mientras por debajo no solo intentarán sacar ventaja, sino que conspirarán para el regreso de la burguesía a gobernar directamente.

Lo que lo conviene a Petro para dejar ese desgaste que se genera desde el interior de su gobierno con los ministros y funcionarios burgueses, es que salga de ellos. Que no desgaste la movilización popular para defenderse de los escándalos de esos ministros y funcionarios enemigos, que impulse de verdad la convocatoria de una Constituyente que sea libre democrática y soberana, no concertada con la burguesía. Seguramente no lo hará, por eso insistimos en que las direcciones del movimiento sindical y popular deben actuar con independencia del gobierno para impulsar la lucha en las calles y por esa vía conquistar las reformas sociales. El movimiento social y popular no está derrotado como lo han demostrado las movilizaciones del primer semestre del año, pero sí está confundido y adormecido, a causa de las ilusiones creadas con un gobierno que aparenta ser propio, pero en realidad no lo es. Es urgente retomar el camino de la lucha.

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