La última claudicación de Gilbert Achcar

Por Alejandro Iturbe
Recientemente, Gilbert Achcar publicó en una página de Marruecos el artículo “Gaza y la sabiduría del rey Salomón” sobre la situación en la Franja de Gaza y sus propuestas al pueblo palestino. En dicho artículo, Achcar, a través de sus habituales formulaciones ambiguas, propone que, para dar una salida a la situación, Hamás y sus aliados “deben retirar a sus líderes y combatientes […] abandonar la Franja de Gaza y entregar el control de este territorio a los hombres de la Autoridad de Ramallah apoyados por fuerzas árabes”[1].
Gilbert Achcar es un periodista y profesor universitariodeorigen libanés, radicado en Francia. A través de artículos y libros, es el principal referente para Palestina y Medio Oriente de la organización conocida como Secretariado Unificado (SU) de la IV Internacional. A pesar de su nombre, el SU rompió definitivamente con la concepción de Trotsky ya a finales de los años ’90.
En 2023, ya habíamos realizado una dura crítica a otro artículo de Achcar en el que da una visión absolutamente derrotista sobre las perspectivas de la lucha del pueblo palestino contra el Estado sionista y concluye con una propuesta pacifista: que el pueblo palestino deje de lado cualquier forma de lucha armada o de acción militar y se limite solo a realizar “acciones políticas”[2].
Ahora, Achcar da un paso cualitativo en su claudicación: directamente propone que Hamás deje de luchar contra Israel, salga de Gaza, abandone las armas y entregue mansamente ese territorio a los agentes coloniales del sionismo (“la Autoridad Palestina de Ramallah”) y a los gobiernos cómplices de Israel (“las fuerzas árabes”).
¿Qué es el Estado de Israel?
Para debatir con esta propuesta de Achcar, es necesario partir del hecho que originó esta terrible situación. Es decir, la “creación” del Estado de Israel, en 1947/48, dividiendo en dos el territorio palestino histórico y otorgando al “Estado judío” más de la mitad del territorio palestino (ahí surgió el concepto de “los dos Estados”). Esto se hizo a través de una resolución de la ONU impulsada por las potencias imperialistas (especialmente EE.UU.) y respaldada por la burocracia estalinista. En ese período, bandas armadas sionistas expulsaron a gran parte del pueblo palestino, con métodos de limpieza étnica. En su lugar, se instaló artificialmente una población de judíos europeos inmigrantes que se apropiaron de las ciudades, casas y campos de los palestinos, en un terrible proceso llamado nakba (catástrofe)[3].
Posteriormente, Israel fue anexando por la fuerza cada vez más superficie hasta ocupar de modo directo el 78% de Palestina. Al pueblo palestino solo le quedaban los territorios de la Franja de Gaza y Cisjordania (separados entre sí) que primero estuvieron bajo administración de Egipto y Jordania, respectivamente, y, luego, desde 1967, bajo ocupación militar directa israelí. Es decir, el Estado de Israel nació como un enclave político-militar del imperialismo en el corazón del mundo árabe, con una población trasladada artificialmente y que usufructúa las casas, tierras y campos robados a los palestinos. Por eso, la esencia del Estado sionista es que para mantenerse debe armarse hasta los dientes y agredir permanentemente a los palestinos (el “enemigo”) y a otros países árabes.
En la mayoría de sus artículos, Gilbert Achcar “olvida” este origen del Estado de Israel. No es casual, porque tener presente la esencia del carácter de este Estado y de su población lleva inevitablemente a una conclusión: para que el pueblo palestino pueda recuperar su territorio y construir una “Palestina libre del río [Jordán] al mar [Mediterráneo]” (a la que puedan volver las familias de los expulsados en 1948) es necesario destruir el Estado de Israel, tal como en su momento fue necesario destruir el Estado nazi para liberar a los pueblos que estaban oprimidos “bajo sus botas”. Una lucha que imprescindiblemente debe desarrollarse en el terreno bélico.
Por el contario, Achcar (al igual que varias corrientes de izquierda y palestinas) nos dicen que el objetivo estratégico del pueblo palestino debe ser luchar por una nueva versión de “los dos Estados”. Una versión empeorada porque a los palestinos solo les quedaría un pequeño Estado (dividido en dos partes separadas), inviable económicamente, rodeado y ahogado por un Estado sionista armado hasta los dientes y sin lugar físico para que vuelvan las familias expulsadas[4]. Todas las posiciones de Achcar parten de esta primera claudicación estratégica y, de modo inevitable, lo llevan en una dirección cada vez peor.
Los Acuerdos de Oslo
Otro gravísimo “olvido” de Achcar es el significado y las consecuencias de los Acuerdos de Oslo, firmados en 1993 entre Yasser Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el gobierno israelí, con el aval de Bill Clinton (entonces presidente de EE.UU.)[5].

Antes de estos Acuerdos, desde finales de 1987, se había producido la Primera Intifada (revuelta en árabe): la heroica rebelión contra la ocupación israelí, protagonizada por los jóvenes y niños de Gaza y Cisjordania que enfrentaban con hondas y piedras a los soldados y las armas israelíes.
La represión sionista asesinó a 3.000 palestinos y encarceló a varios miles. Al mismo tiempo, generó una fuerte crisis en la moral de los jóvenes soldados israelíes que decían estar dispuestos a matar soldados y “terroristas” enemigos, pero no a niños y adolescentes desarmados.
El sionismo y el imperialismo fueron conscientes del gravísimo peligro que estaban enfrentando. Ahí comenzaron a impulsar los Acuerdos de Oslo, presentándolos como una forma de “lograr la paz” y, al mismo tiempo, como un primer paso en el camino hacia la supuesta constitución de un mini-Estado palestino en Gaza y Cisjordania. En los papeles, las fuerzas militares israelíes se retirarían de esos territorios, que pasarían a estar controlados por fuerzas de la OLP.
La OLP “compró” esta “propaganda engañosa”: a través de la firma de los Acuerdos reconoció la legitimidad del Estado de Israel y renunció a la lucha contra él. Fue una verdadera traición de Arafat y de la OLP que, de esa forma, abandonaban definitivamente su objetivo fundacional: recuperar el territorio palestino histórico (“del río al mar”) para construir una Palestina laica democrática y no racista.
Antes de Oslo, en 1978, el régimen egipcio también había reconocido la legitimidad del Estado sionista y firmado “la paz” con él en los Acuerdos de Camp David[6]. En 1994, la monarquía de Jordania firmó un acuerdo similar que establecía el río Jordán como frontera entre ambos países. De esta forma, estos regímenes árabes se transformaron en cómplices del sionismo para cercar y dejar aislados los territorios ocupados y colaborar con el sionismo en la represión a los palestinos (incluso a aquellos exiliados que viven en sus países). Por eso, también deben ser calificados como traidores al pueblo palestino. Todos estos acuerdos son una clara muestra de que siempre están al servicio del Estado sionista y del imperialismo.
La ANP y Cisjordania
Por los Acuerdos de Oslo, en 1994, se instaló la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como gobierno de Gaza y Cisjordania, con un gobierno y un parlamento electos por sus habitantes, con sede en la ciudad de Ramallah (Cisjordania), y una policía palestina.
Sin embargo, esto no significó un paso hacia la constitución del mini-Estado palestino (ya de por sí un objetivo limitado). Por el contrario, la ANP y sus instituciones se convirtieron en la administración colonial al servició del dominio sionista, y su policía en agente auxiliar de la represión israelí.
La Franja de Gaza quedó comprimida y aislada entre Israel y el mar. En tanto, Cisjordania fue rodeada por un muro y por puestos de control israelíes, en su parte occidental, y “cortada en varios pedazos” controlados por fuerzas israelíes, por la ANP o por ambos, conjuntamente. Para los palestinos residentes allí es imposible trasladarse de un área a otra sin pasar por los puestos de control.
Cualquier tipo de desarrollo económico autónomo está supeditado y controlado por Israel (la moneda de uso corriente es el shekel israelí). La pobreza y el desempleo son muy grandes y obligan a muchos palestinos a cruzar diariamente la frontera para ir a trabajar en construcciones, fábricas y campos en el territorio que se apropió el Estado sionista. Pero, incluso en las terribles condiciones coloniales de Cisjordania, ha ido surgiendo una burguesía palestina que encuentra algunos espacios de desarrollo y enriquecimiento, se “entrelaza” con la ANP y se asocia con burgueses israelíes[7].
Finalmente, el Estado de Israel ha continuado robando propiedades palestinas, tanto urbanas en Jerusalén Este como tierras de uso agrícola. En ellas se han instalado los nuevos inmigrantes judíos de origen ruso, llegados a partir de 1990, tras la caída de la ex Unión Soviética. Se estima que ya hay 800.000 de estos “colonos” (200.000 de ellos en Jerusalén Este) que reciben grandes subsidios estatales para ello. Por eso, actualmente, estos inmigrantes son la “primera línea” de ataque y agresión a los palestinos.
Hamás y la Franja de Gaza
Hamás es una organización palestina fundada en 1987. En su carta de principios, reivindica el Corán como fuente ideológica y el método de la yihad (guerra) contra el Estado de Israel para establecer “un Estado islámico palestino en todo el territorio del antiguo Mandato Británico de Palestina”[8]. Una política que contrasta claramente con la traición de al-Fatah y la ANP, transformados en agentes coloniales del sionismo.
Por eso, no fue sorpresivo que, en 2006, en su primera participación en las elecciones para el Consejo Legislativo Palestino, Hamás obtuviese una victoria aplastante sobre al-Fatah, y lograse una mayoría clara en la Asamblea Legislativa para formar gobierno. Ante ello, Mahmoud Abbas, miembro de al-Fatah y presidente de la ANP, desconoció el triunfo de Hamás, se autoproclamó la única autoridad palestina y, a través de un golpe, mantuvo el control de las instituciones centrales de la ANP en Cisjordania. Fue apoyado por Israel y por las potencias imperialistas, que reconocieron su gobierno como “legítimo”.
Cuando las fuerzas de Abbas intentaron tomar el control de la Franja de Gaza fueron derrotadas por Hamás, que se instaló como gobierno legítimo de ese territorio. En ese momento, la LIT-CI caracterizó que la Franja de Gaza se había convertido en el único territorio palestino independiente del Estado de Israel, y el gobierno de Hamás era la expresión política y militar de ello.
Esta situación de independencia de Gaza es inaceptable para el Estado sionista, que necesita acabar con ella. Así, aisló completamente el territorio, bloqueó su economía y, de modo permanente, lo bombardeaba para destruir su infraestructura sanitaria y los suministros básicos de agua y electricidad. A pesar de ello, los palestinos resistían obstinadamente y, de la forma que podían, intentaban devolver algún golpe (como disparar misiles caseros de corto alcance contra territorio israelí)[9].
La acción militar de Hamás y la invasión israelí a Gaza
El 7 de octubre de 2023, una columna de combatientes de Hamás y de otras organizaciones penetró en territorio israelí y realizó una audaz operación militar. En otros puntos, cientos de habitantes de la Franja de Gaza rompían la barrera que la separa del Estado sionista y realizaban rápidamente acciones menores. La columna principal volvió a Gaza con prisioneros israelíes. Fue una muestra de que, a pesar de su fama de invulnerabilidad, las defensas israelíes tienen puntos de fragilidad y debilidad[10].

En represalia por el ataque, el gobierno de Benjamín Netanyahu lanzó un gran operativo militar: invadió el norte de la Franja de Gaza y, con métodos genocidas de limpieza étnica, busca “empujar” a un millón de palestinos hacia el sur y expulsarlos a Egipto. Esta acción genocida ya ha asesinado a decenas de miles de palestinos y herido a más de 100.000 (la mayoría civiles, ancianos, mujeres y niños). La furia homicida del sionismo es tan grande que no ha tenido problemas en asesinar a periodistas extranjeros y a trabajadores de organizaciones humanitarias. A ello debemos sumarle las miles de víctimas del hambre y de la falta de atención médica y de remedios. A pesar de su acción genocida, el Estado sionista no consigue consolidar un dominio efectivo sobre Gaza. Los palestinos no se han rendido y, en cuanto pueden, regresan a sus hogares destruidos.
Al mismo tiempo, se producen en el mundo masivas movilizaciones que repudian la invasión israelí y comparan sus métodos con los de la Alemania nazi. Luego de un cierto impasse, actualmente vemos una nueva oleada de estas movilizaciones[11]. Estas acciones llevan a gobiernos de potencias imperialistas que siempre apoyaron a Israel (como Francia, Canadá y Reino Unido) a presionar al gobierno de Netanyahu para que detenga su ofensiva en Gaza[12].
El gobierno de Trump “fue y vino” con su política (siempre en el marco del apoyo incondicional de imperialismo yanqui al estado sionista). Luego de asumir, presionó a Netanyahu para que firmase un alto el fuego en Gaza, algo que este aceptó al inicio para luego romperlo rápidamente y reiniciar su acción genocida. En esos momentos, Trump “dejó correr” este accionar sionista y dijo que EEUU debería “tomar Gaza” y transformarla en una “zona libre”[13]. Finalmente, expresó “estar frustrado” por el hecho de que Netanyahu rompió el alto el fuego que él había propuesto para Gaza[14].
La crisis en el Estado de Israel
El nerviosismo del gobierno de Netanyahu ante esta presión internacional es tan grande que llegó al extremo de realizar “disparos de advertencia” contra una delegación de diplomáticos europeos y de países árabes que visitaba el campamento de Jenin, en Cisjordania, lo que ya ha provocado un conflicto diplomático con la Unión Europea[15].
Este no es el único factor que complica a Netanyahu, que vive una creciente crisis económica y política profundamente ligada directa e indirectamente al mantenimiento de su acción genocida en Gaza[16]. El impacto de la campaña BDS (boicot, desinversión y sanciones) afecta cada vez más la economía israelí y golpea especialmente al sector de la población que trabaja en la nueva economía privada israelí, que le exige al gobierno que cese el fuego en Gaza[17].
Junto con esto, cada vez más soldados reservistas israelíes se niegan a reincorporarse a filas para evitar combatir en Gaza. Más profundo aún es el hecho de que miles de israelíes salen de Israel y emigran silenciosamente a Europa y EE.UU. para estudiar, trabajar en su profesión o instalar sus empresas porque sienten que “ya no pertenecen allí”[18].
La superioridad militar del Estado de Israel en Gaza es abrumadora y le permite a Netanyahu mantener su ofensiva genocida. Sin embargo, tal como vimos, ni siquiera así consigue obtener una victoria definitiva sobre los palestinos de ese territorio. Además, en todo el mundo crece cada vez más el aislamiento internacional del Estado sionista. Incluso jóvenes judíos residentes en varios países, como EE.UU., rompen con el sionismo y repudian el accionar israelí. Al mismo tiempo, Israel está siendo corroído internamente por una fuerte crisis.
En este marco, Achcar solo considera la situación en Gaza y “olvida” tanto lo que está sucediendo en el mundo como la crisis interna del Estado de Israel. Lo hace porque necesita mostrar un Netanyahu fuerte y sólido para justificar su propuesta de que Hamás se rinda ante el enemigo (en realidad, que se rindan los palestinos de Gaza).
Sobre la propuesta actual de Hamás
En un artículo de 2023, hemos expuesto nuestras diferencias estratégicas y tácticas con Hamás[19]. A diferencia de algunas organizaciones de izquierda, nosotros (la LIT-CI) “no ‘condenamos’ las acciones de Hamás contra Israel y defendemos a esta organización de los ataques del Estado sionista, el imperialismo y sus muchos gobiernos cómplices en el mundo. Estamos en el mismo ‘campo militar’ de la lucha contra Israel y, por ello, hacemos actos conjuntos en diversos países del mundo que expresan esta unidad de acción. Es parte de la defensa del pueblo palestino y de su lucha contra Israel”.
En ese mismo artículo, expresamos: “Para derrotar militarmente a Israel y destruirlo, es necesario que sea atacado desde afuera ‘por todos los costados’. Es decir, desde la frontera de los países árabes limítrofes (Egipto, Líbano, Siria y Jordania) con el apoyo del conjunto de los pueblos árabes y musulmanes. La resistencia palestina debe ser una ‘chispa’ que encienda la lucha revolucionaria y militar de los pueblos árabes contra Israel”. En tal situación, es posible derrotar militarmente al Estado de Israel[20].
Achcar ha abandonado completamente esta perspectiva de lucha: critica el llamado que ha hecho el portavoz de Hamás para que las masas del mundo árabe “tomen fusiles, cuchillos, hachas, cócteles molotov, excavadoras y automóviles” para hacer “una gran revolución que termine con la ocupación israelí”. Afirma que esa posibilidad es “pura fantasía” y les propone a Hamás y a los palestinos de Gaza que entreguen sus armas, se rindan y dejen luchar contra Israel.
Para nosotros, el llamado de Hamás a las masas árabes a luchar con lo tengan a mano contra el Estado sionista es totalmente correcto. El problema es que no plantea que para que una lucha contra Israel “desde todos los costados” pueda concretarse es necesario que las masas árabes y musulmanas derriben los gobiernos cómplices del Estado sionista, como los de Egipto y Jordania, al agente colonial del sionismo en Cisjordania (el gobierno de Abbas y al-Fatah) y acorralen a otros gobiernos (Líbano, Siria, Irán) para que pasen de las palabras a los hechos e inicien una verdadera lucha contra Israel.
En los hechos, Achcar considera que ya hay una derrota irreversible del pueblo palestino. Por eso les propone que, para no seguir sufriendo el genocidio sionista, dejen de luchar, se rindan y acepten ser gobernados por los agentes coloniales palestinos y los gobiernos árabes cómplices del Estado sionista.
Haciendo una analogía histórica es como si Achcar les hubiera propuesto a los heroicos combatientes de la Resistencia, en la Francia ocupada por los nazis, que abandonasen la lucha, entregasen sus armas y aceptasen ser gobernados por el régimen colaboracionista del mariscal Petain. Afortunadamente, los resistentes franceses no escucharon los consejos de los Achcar de entonces.
Algunas conclusiones finales
Es un salto cualitativo sobre sus posiciones. Hasta este artículo, Achcar y el SU tenían una visión derrotista y le hacían al pueblo palestino una propuesta pacifista: abandonar la lucha militar y seguir enfrentando a Israel solo en el “plano político”. Ahora, opinan que la derrota palestina ya se concretó y entonces, directamente, ese pueblo debe rendirse.
Para apoyar su propuesta, Achcar y el SU utilizan el repugnante método del chantaje moral: para “proteger a su pueblo” y que este pueda sobrevivir, Hamás debe rendirse y obligar al pueblo de Gaza a aceptar una situación como la de Cisjordania.
Con esta posición, Achcar y el SU se han transformado en agentes operadores del imperialismo, del Estado sionista, y de sus cómplices. Tengan un poco de dignidad y no ensucien el nombre de la IV Internacional y del trotskismo.
[1] https://www.almounadila.info/archives/25432 (original en árabe, las citas son nuestra traducción).
[2] https://litci.org/es/debate-con-gilbert-achcar-sobre-palestina-piedras-contra-tanques-y-misiles/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[3] https://litci.org/es/nakba-los-jovenes-no-olvidaron/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[4] https://litci.org/es/palestina-sobre-la-falsa-solucion-de-los-dos-estados/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[5] https://litci.org/es/oslo-la-paz-de-los-cementerios-para-la-continua-nakba/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[6] https://litci.org/es/egipto-el-impacto-de-la-situacion-en-gaza/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[7] https://litci.org/es/cisjordania-el-otro-frente-del-ataque-israeli-a-los-palestinos/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[8] «Hamas Charter». MidEastWeb. 18 de agosto de 1988
[9] https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2021-05-19/gaza-israel-iron-dome-misiles-cohetes-hamas_3087591/
[10] https://litci.org/es/a-un-ano-del-7-de-octubre-una-accion-historica-de-la-resistencia-palestina-2/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[11] https://es.euronews.com/my-europe/2025/05/19/decenas-de-miles-de-personas-protestan-en-la-haya-para-exigir-al-gobierno-holandes-que-act
[12] https://g1.globo.com/google/amp/mundo/noticia/2025/05/19/franca-canada-e-reino-unido-pressionam-israel-e-ameacam-sancoes-se-ofensiva-em-gaza-continuar.ghtml
[13] https://www.theguardian.com/world/live/2025/may/15/israel-gaza-donald-trump-gulf-qatar-uae-iran-middle-east-crisis-live
[14] https://www.msn.com/es-co/política/gobierno/trump-estaría-frustrado-con-israel-por-la-guerra-en-gaza-pide-a-netanyahu-que-termine-el-conflicto/ar-AA1F9BU0?ocid=socialshare
[15] https://www.france24.com/es/medio-oriente/20250521-ej%C3%A9rcito-israel%C3%AD-dispara-a-delegaci%C3%B3n-de-diplom%C3%A1ticos-de-varios-pa%C3%ADses-en-jenin-la-ue-exige-investigaci%C3%B3n
[16] https://litci.org/es/crisis-politica-en-el-estado-de-israel/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[17] https://www.msn.com/es-co/noticias/other/el-ambiente-está-cambiando-el-creciente-número-de-israelíes-que-protestan-contra-la-guerra-en-gaza/ar-AA1Femx8?ocid=socialshare
[18] https://www.hispantv.com/noticias/economia/599729/iinflacion-subida-precios-exodo-israel
[19] https://litci.org/es/nuestros-acuerdos-y-diferencias-con-hamas/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[20] https://litci.org/es/es-posible-la-derrota-militar-de-israel/?utm_source=copylink&utm_medium=browser