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8M: En todo el mundo, las mujeres salimos por nuestras vidas, nuestros derechos y contra el avance de la extrema derecha

marzo 14, 2025

Por Laura R. y Erika Andreassy

En todos los continentes, el 8M volvió a sacar a la calle a millones de personas. En el centro de la agenda para este día, el rechazo a una ultraderecha global que inventa términos para criminalizar a los movimientos sociales y amenaza con recortar los derechos de las mujeres, las personas migrantes y el colectivo LGBTIQIA+.

Pero también estuvo muy presente la exigencia a todos los gobiernos de turno y de cualquier color, de más recursos para combatir la desigualdad y la violencia machista, denunciando su negligencia y su complicidad con los ataques de la burguesía. En muchos lugares como Pakistán o Turquía, las protestas estaban severamente restringidas y en otros como México, Perú o Berlín, Juárez, terminaron siendo reprimidas.

En todo el mundo y no sólo en EE. UU., hubo protestas por el retroceso de derechos que está llevando a cabo Trump en EE. UU, que se jacta de haber barrido las políticas de igualdad en apenas unas semanas y de haber puesto en marcha la mayor campaña de represión de la inmigración y las fronteras de la historia de Estados Unidos, principales objetivos de la ultraderecha global.

Si la motosierra que Milei regaló a Elon Musk, es ya la metáfora internacional de la reacción, este 8M las calles se tiñeron de morado, de verde, de pañuelos palestinos y de pancartas con la cara de Gisèle Pelicot, reivindicando “que la vergüenza cambie de bando”.

Este 8M, volvimos a ver muestras de apoyo y solidaridad con las mujeres palestinas, que son ejemplo de coraje, dignidad y resiliencia, en su enfrentamiento a Israel. Una solidaridad que en muchos lugares es duramente reprimida. En Berlín, la policía alemana cargó con una violencia desmedida contra manifestantes pacíficas por gritar consignas de solidaridad y ondear banderas palestinas. Unas agresiones policiales que se inscriben en un contexto más amplio de represión en todo el país, donde los ultras de AfD acaban de alcanzar un resultado histórico. Pero que fundamentalmente se lleva a cabo en Berlín, donde las autoridades de la capital alemana prohíben cínicamente desde hace rato, cualquier muestra de apoyo o manifestación pública contra el genocidio del Estado sionista, por razones de “seguridad pública”.

En Colombia una vez terminada la movilización, se desató una campaña de estigmatización contra las marchantes e incluso amenazas de judicialización por haber realizado grafitis y actos simbólicos en la estatua de un político.

Este 8M se celebraba también a tres años de la invasión imperialista de Putin a Ucrania. En Ucrania, las y los activistas del sindicato de estudiantes «Priama Día» Acción Directa, realizaron marchas y mítines conjuntos contra el machismo y el capitalismo. Las actividades más importantes fueron en Kiev y Lviv. Mientras, en Madrid, pudimos ver a una veintena de mujeres rusas refugiadas, corearon consignas contra la guerra, contra la transfobia y la violencia machista en Rusia y en todo el mundo y recordándonos que, en su país, hay “cientos de mujeres presas por oponerse a la invasión imperialista de Putin a Ucrania”

En toda Latinoamérica, donde mujeres y niñas enfrentan un riesgo cada vez mayor a ser víctimas de explotación, abusos, femicidios, trata y reclutamiento forzado, las mujeres salieron para denunciar las cifras terribles de feminicidios y la desaparición de decenas de mujeres cada año por esta lacra social. Y como en otros lugares, también para denunciar los brutales recortes en los presupuestos de salud, educación o servicios sociales que, terminan sobrecargando aun mas a las mujeres con las tareas de cuidados en el seno de la familia. Las movilizaciones fueron masivas en Bogotá, Buenos Aires y Ciudad de México.

También fue parte de esta jornada de lucha la exigencia de nuestros derechos sexuales y reproductivos que en ningún lugar del mundo están garantizados. Fue un día para conmemorar los avances logrados en las calles sin bajar la guardia, sabiendo que mientras el capitalismo exista, nuestros derechos seguirán amenazados. Sabiendo que esta lucha debe articularse con la lucha más amplia de toda la clase trabajadora por el derecho a una salud pública, gratuita y universal

Es preciso rescatar el origen socialista y de clase de este día.

Este 8M se cumplieron 50 años desde que la ONU en 1975, declarase el 8 de marzo como Día internacional de la Mujer. Un organismo al que no le queda más remedio que reconocer que 50 años después, la crisis económica, la catástrofe ambiental en curso y el aumento de los conflictos militares, agravaron la situación de desigualdad y violencia que sufrimos las mujeres.

Es por eso que, desde la LIT, reivindicamos que la celebración de esta fecha tiene como origen histórico una iniciativa de Clara Zetkin, votada en el II Congreso de la Internacional de las Mujeres Socialistas de 1910, en el marco de la lucha por los derechos políticos de las mujeres. Fue en 1921, después que la movilización de las mujeres rusas el 8 de marzo de 1917(23 de febrero en el antiguo calendario ruso), se convirtiese en la chispa de la revolución bolchevique que puso a la clase trabajadora en el poder, cuando la Conferencia de Mujeres Comunistas de la recién fundada III Internacional, fijó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer trabajadora.

Más de cien años después, vemos como los gobiernos, organismos internacionales y las empresas de comunicación, reivindican la fecha de la ONU, para ocultar el verdadero origen del 8M que es socialista y de clase, tratando así de convertir esta fecha en un día festivo de todas las mujeres.

¡Desde la unidad de la clase trabajadora, tomemos las calles en defensa de nuestras banderas de lucha y por el socialismo!

En esta nueva jornada de lucha, la LIT pusimos nuestro esfuerzo en organizar a las mujeres trabajadoras con el apoyo de nuestros compañeros, con independencia de clase, llevando a cabo asambleas en los lugares de trabajo y estudio, así como en nuestros barrios, para decidir como participar en las manifestaciones y actos organizados para ese día.

Estuvimos en las calles para denunciar la violencia y las desigualdades impuestas por el machismo y el capitalismo. Para mostrar todo nuestro apoyo a las mujeres que, en Siria, Irán y otros lugares del mundo, luchan por obtener sus derechos. Para exigir a nuestros gobiernos la ruptura de relaciones con Israel y solidarizarnos con las mujeres y el pueblo palestino, cuya causa es la de todos los pueblos oprimidos y explotados. Y para mostrar nuestro apoyo a la resistencia obrera ucraniana en su lucha de liberación nacional.

En los países donde tenemos presencia salimos a enfrentar la ultraderecha, que quiere borrar las conquistas femeninas y de las diversidades. Y lo hicimos sin olvidar que si su demagogia populista cala en un sector de la clase trabajadora, es porque los gobiernos burgueses que se autoproclamaron progresistas, no dudan en recortar derechos e imponernos ataques muy duros para preservar los beneficios y privilegios de la burguesía.

Gobiernos que se dicen “feministas” por tener mayoría de mujeres en sus cargos y que se colocan el pin morado ese día para aparecer como aliados del movimiento feminista. Pero su carácter, no se define por quienes lo integran, sino por sus políticas antiobreras con las que condenan a las mujeres trabajadoras a la pobreza y la violencia de este sistema capitalista de explotación y opresión. En Ciudad de México, una multitud gritaba a la primera mujer presidente del país: “¡Claudia Sheinbaum, no llegamos todas!” .

Aunque la opresión machista afecta a todas las mujeres, no lo hace de la misma manera. Mientras las trabajadoras, especialmente si son migrantes, racializadas y pobres, se enfrentan a una vida de miseria, las ministras de esos gobiernos son cómplices de nuestra opresión y explotación. ¡Mientras Ursula Von Der Layen mantiene el apoyo de la Unión Europea al Estado de Israel, las mujeres palestinas luchan por sobrevivir al genocidio! Sólo con la movilización mantendremos los derechos conquistados y conquistaremos otros nuevos. Y en este proceso, debemos confiar sólo en nuestras fuerzas y en la clase trabajadora. Debemos mantener nuestra independencia política y de clase y apuntar como salida estratégica, la lucha por una sociedad socialista. He aquí una serie de fotografías, que muestran nuestra intervención en los países donde estamos:

Ucrania
Ucrania

Chile
Chile
Argentina

Argentina

Colombia

Colombia

Estado español
Estado Español
Italia
Italia
Perú
Perú
Brasil
Brasil
México
México
Paraguay
Paraguay
Portugal

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