search
Estados Unidos

Las tasas de la Fed y las elecciones en EE. UU.

noviembre 3, 2024

Recientemente, luego de varios años de tasas “altas”, la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) rebajó la tasa de interés que paga por los Bonos del Tesoro y anunció nuevas rebajas para 2025. ¿Cuál es el significado de esta medida? ¿Qué relación tiene con las próximas elecciones presidenciales en ese país?

Por Alejandro Iturbe 

La Fed es el Banco Central de EE.UU., responsable del atesoramiento del oro y otras reservas monetarias de este país, de la emisión de dólares-billetes y también de los Bonos del Tesoro que se venden en su país y en todo el mundo, por los que paga una tasa de interés. A diferencia de los bancos centrales de otros países, la Fed tiene autonomía y puede tomar sus propias decisiones de modo independiente del gobierno de turno.

En un artículo de abril pasado, referido a la política de tasas de la Fed, señalamos: “estas definiciones se basan siempre en una evaluación de la situación y de la dinámica de las finanzas y de la economía del país y tienen una gran influencia en ellas. Al mismo tiempo, también tienen un gran impacto en todo el mundo, ya que la tasa de la Fed es tomada como ‘tasa base de referencia’, de la que cobran los bancos de todo el mundo [y el FMI] por sus préstamos”[1].

En el momento en que escribimos ese artículo había un debate entre los economistas y los analistas del imperialismo estadounidense sobre la dinámica de la economía del país (algunos opinaban que “las cosas iban bien” y otros que ya se había entrado en una dinámica hacia la recesión). El debate se extendía a qué política de tasas debía tener la Fed.

Los primeros decían que había que mantener las tasas altas (con el objetivo de “secar el mercado” de dinero y así seguir bajando y manteniendo la inflación controlada). Los segundos afirmaban que tenía que bajar las tasas, para así abaratar el costo del dinero y de los créditos para alentar las inversiones y el consumo porque lo principal era cortar la dinámica hacia la recesión.

¿De dónde se viene?

En ese artículo de abril, para analizar la situación de la economía estadounidense, expresamos que había que “considerar el concepto de ‘ciclos cortos’ analizado por Marx al estudiar la economía capitalista” con fases ascendentes y descendentes en secuencias alternativas.

Con ese marco conceptual, analizamos “cómo esta secuencia de ciclos se dio en los últimos años en EE.UU.”. A finales de 2019, la economía estadounidense ya evidenciaba haberse “frenado”, y comenzaba a entrar en un ciclo descendente (en el primer trimestre de 2020, cayó -1,2%). El impacto de la “pandemia” provocó una caída histórica del PIB en el segundo trimestre (cerca de -10%). Es decir, profundizó al extremo el efecto de una fase descendente. Frente a la gran caída de sus ganancias, la burguesía estadounidense comenzó a aplicar la criminal política de la “nueva normalidad”. Así, consiguió el final abrupto de la fase descendente y se inició una recuperación, a partir del tercer trimestre de 2020, que continuó en 2021.

Allí entraron a jugar los tres grandes paquetes financieros escalonados, lanzados por el gobierno de Joe Biden para impulsar esa recuperación. Incluso con el impacto que esos paquetes tuvieron sobre la economía estadounidense, caracterizamos que se trataba de “Una recuperación anémica y con muchos problemas”[1].

Uno de los problemas era la inflación: en 2021, llegó a 7% anual (la más alta desde 1982) y tuvo picos más altos al año siguiente, lo que generaba descontento social y conflictos laborales. En ese momento, la Fed comenzó a subir sus tasas para “secar el mercado” (extraer dinero de circulación). Así consiguió ir bajando la inflación pero sin llegar todavía al objetivo de 2% que se había dado.

No hubo recesión sino una meseta

Al mismo tiempo, este tipo de política monetarista tuvo el efecto de poner un freno a la recuperación. Analicemos el siguiente cuadro de evolución del PIB estadounidense:

En este cuadro, con datos y previsiones de la propia Fed, vemos que, luego de la fuerte recuperación de 2021, esa dinámica se frenó en 2022, subió un poco en 2023, cayó a 2% en 2024, y se prevé que cifras anuales similares se repitan en los años siguientes. En otras palabras, la economía estadounidense no habría entrado abiertamente en recesión y una dinámica de plano inclinado sino en una larga meseta de estancamiento con un crecimiento muy débil.

Otro dato al que los analistas especializados del imperialismo dan mucha importancia para evaluar las posibles dinámicas de la economía es la creación de empleo. En este caso, también se verifica un estancamiento: la creación de empleo está siendo mucho más débil que lo previsto por la Fed y así lo expresaron datos de los últimos meses y el informe aún no publicado de octubre de 2024[2]. Incluso, algunos análisis prevén que, luego de la caída del pico de desempleo que hubo con la pandemia, está volviendo a aumentar el desempleo, como muestra el cuadro a continuación.

La política de “secar el mercado” tuvo otras consecuencias, ya que debilitó las inversiones en acciones de las empresas privadas, especialmente las múltiples startups dedicadas a la tecnología y su aplicación, que habían surgido en los últimos años.

Estas startups entraron en crisis y eso impactó duramente sobre algunos bancos cuyos negocios se centraban en ellas, y los llevó a la quiebra. Esta crisis bancaria amenazaba extenderse al sistema bancario del país. La intervención del gobierno de Biden (respaldando el pago de depósitos) y la compra del First Republic Bank por parte de JP Morgan contuvieron la expansión de la crisis bancaria y evitaron que se produjese una situación como la que se detonó en 2008 con la quiebra del Lehman Brothers. Pero la situación podía reabrirse si la economía estadounidense entraba abiertamente en recesión.

¿Qué puede pasar ahora?

En este marco, con una inflación que considera relativamente controlada, la Fed cambió su política de tasas altas y comenzó a bajarlas gradualmente. Intenta abaratar los créditos y los préstamos, alentar el consumo y las inversiones y, por esa vía, retomar una fase de crecimiento. O, por lo menos, que la meseta no derive en el plano inclinado de una recesión abierta. Esencialmente, busca que no aumenten el desempleo y los conflictos sociales. ¿Lo conseguirá?

Nuevamente, sobre esto hay debates. Algunos analistas consideran que la economía estadounidense es “robusta y resiliente” (más aún si se la compara con la situación de los países imperialistas europeos) y que, en poco tiempo, sobre esta “base sólida”, la rebaja de tasas de la Fed tendrá su efecto “benéfico”[3]. Otros toman distancia, dicen que, por ahora, la medida tuvo poco efecto inmediato y que hay que “esperar y ver” la “dinámica de los mercados”[4].

Por nuestra parte, como hemos dicho, nuestra evaluación de los datos y su dinámica parten de un enfoque conceptual distinto, que nos suministra el marxismo. Desde este punto de vista, los diferentes elementos que se combinan en la realidad (la escasa inversión productiva de la burguesía, la baja creación de empleo, la disminución de las tasas de beneficios empresariales a nivel del conjunto de la economía, como señaló el economista marxista Michael Roberts) indican que se está en el fin de la fase ascendente y que, como hipótesis más probable, se aproxima una recesión y una fase descendente.

Las políticas monetaristas (como la rebaja de las tasas de la Fed) pueden atenuar y retardar esta dinámica objetiva (“amesetarla”), pero no revertirla. Al mismo tiempo, es necesario considerar el carácter cada vez más especulativo y parasitario de la economía del capitalismo imperialista, que se “devora” gran parte de las “ayudas” e “incentivos” y solo dedica una parte menor a las inversiones productivas.

Tasas, economía y elecciones

Para completar el cuadro, el país ´vive los últimos días de un proceso electoral muy reñido entre la demócrata Kamala Harris (en el gobierno) y el republicano Donald Trump (opositor). Ambos partidos y candidatos representan los intereses de la burguesía imperialista estadounidense, lo que los lleva a tener muchas coincidencias en sus políticas de fondo[5].

Al mismo tiempo, por un lado, expresan a sectores diferentes de esa burguesía y, por el otro, se apoyan electoralmente en distintas bases sociales. Por eso, sus “discursos” son diferentes y, en el marco del régimen político bipartidista, intentan presentarse a las masas como las únicas dos alternativas electorales posibles.

No es el objetivo de este artículo analizar los muchos debates que se dan entre ambos discursos, en diversos campos. Lo que queremos señalar es que, en EE. UU., en elecciones presidenciales tan parejas, lo que define el resultado es la percepción de los votantes sobre su situación económica personal. Si perciben que “las cosas van más o menos bien” van a tender a apoyar a quien venía gobernando (Harris). Si es lo contario, tenderán hacia la oposición (Trump).

Esto es especialmente válido para los llamados “Estados péndulo” (aquellos que no están “atados” a uno u otro partido y cuyos resultados han variado en distintas elecciones). En el sistema estadounidense, la elección presidencial es definida no por el voto popular sino por el colegio electoral, con representantes de cada Estado. En ellos, el partido que logra la mayoría se lleva todos los representantes. Por eso, el resultado de los “Estados péndulo” es el que acabará defiendo quién será el próximo presidente de EE. UU. La percepción de los votantes sobre la marcha de la economía será clave para ello[6].      

Como hemos visto, algunos analistas consideran que “la economía estadounidense debería ayudar a Harris”[7]. Otros dicen que si bien la economía estadounidense “goza de buena salud”, esto “no convence” a los votantes, que no perciben mejoría en su situación personal[8].

Aquí es necesario introducir otro elemento de la “percepción” de los votantes sobre los candidatos. Una encuesta reciente mostraba que 55% opinaba que Trump hará un mejor trabajo en materia económica”, contra 42% para Harris. Un par de semanas después, la diferencia se redujo a 52/45, pero aún es amplia[9].

Volviendo al tema de la rebaja de las tasas de la Fed, esta se presenta como una medida que beneficiará la dinámica de la economía y la creación de empleo. En este campo, Trump puede decir que reclama esa rebaja hace años y que, cuando fue presidente, se peleó con la Fed por no hacerla[10].

En pocos días más, sabremos quién será el próximo presidente de EE. UU. Cualquiera sea el resultado, la clase trabajadora estadounidense seguirá teniendo la necesidad de romper la trampa bipartidista burguesa imperialista y construir su propio partido[11].


[1] https://litci.org/es/67115-2/

[2] https://www.ambito.com/finanzas/el-proximo-informe-empleo-eeuu-podria-complicar-el-panorama-cuales-son-las-razones-y-como-lo-evaluara-la-fed-n6075736

[3] https://www.infobae.com/economist/2024/10/28/la-economia-estadounidense-deberia-ayudar-a-kamala-harris/

[4] https://eleconomista.com.ar/finanzas/la-fed-fuerte-tasa-pero-hizo-mucho-ruido-n77692

[5] Ver, por ejemplo: https://litci.org/es/elecciones-en-ee-uu-ninguno-de-los-partidos-pondra-fin-a-la-crisis-de-las-familias/?utm_source=copylink&utm_medium=browser y https://litci.org/es/harris-contra-trump-quien-es-el-vocero-mas-orgulloso-del-fracking/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[6] https://www.clarin.com/mundo/elecciones-estados-unidos-pennsylvania-economia-define-voto_0_vsxNDazl2p.html?srsltid=AfmBOop1U-Q4aRowUZNH89odyIrEVGQupwM5sx_Zawjs1j-od7aRAIl9

[7] https://www.infobae.com/economist/2024/10/28/la-economia-estadounidense-deberia-ayudar-a-kamala-harris/

[8] https://efe.com/economia/2024-10-31/economia-ee-uu-elecciones/

[9] Ver referencia anterior.

[10] https://www.cronista.com/finanzasmercados/Trump-furioso-con-la-Reserva-Federal-Otra-vez-Powell-nos-decepciono-20190731-0039.html

[11] https://litci.org/es/si-necesitamos-un-partido-obrero/?utm_source=copylink&utm_medium=browser             


Lea también