Mié Oct 16, 2024
16 octubre, 2024

Universidad de La Matanza (UNLaM) en lucha

Por PSTU – Argentina

Quienes escribimos la siguiente crónica somos estudiantes y militantes que han vivenciado lo ocurrido en el día de ayer en la Universidad Nacional de La Matanza. Queremos transmitir el inicio de este proceso como así también denunciar a las autoridades de la UNLaM por prohibir el ingreso de estudiantes por medio de patotas y fuerzas represivas.

Tras la votación de los diputados a favor del veto a la ley de financiamiento, los grupos de WhatsApp de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) comenzaron a colapsar con mensajes de repudio y la necesidad de organizarnos para defender la universidad pública. Además del repudio a Alejandro Finocchiaro, docente de la UNLaM y diputado del PRO, quien voto a favor dando respaldo absoluto al veto. Fue así que desde el grupo de autoconvocados, se gestó un llamado a todos los estudiantes, docentes y no docentes para que estuvieran presentes en la universidad.

Mientras esto sucedía, el gremio docente de UNLaM decidió declarar un paro desde las 18 horas hasta hoy, jueves. Muchos docentes no estaban al tanto de esta medida, pero se acercaron a las puertas de la universidad. Cada vez éramos más, al son del «universidad de los trabajadores» y «al que no le gusta, se jode». También estuvo presente el centro de estudiantes Liga Federal, que decidió salir a la calle, cortando Florencio Varela para visibilizar y rechazar el veto. A las 18 horas, éramos cientos; la seguridad de la UNLaM pidió a quienes estaban adentro que se retiraran, interrumpiendo las clases de la tarde para avisar que la universidad cerraría.

La situación escaló rápidamente. Muchos de los estudiantes presentes pedimos una asamblea para debatir cómo continuar, mientras el gremio docente permanecía en las afueras del establecimiento. Aun así, los estudiantes autoconvocados intentamos ingresar a la universidad con la idea de realizar la asamblea en el patio y decidir democráticamente el rumbo a seguir. En ese momento, la toma de la universidad ni siquiera había sido votada entre los estudiantes, lo que contrasta con la información que han difundido muchos medios y las autoridades de la UNLaM.

Al intentar ingresar a nuestra universidad, comenzamos a recibir golpes, empujones y patadas por parte de las fuerzas de seguridad y matones de la universidad. Agredieron brutalmente a compañeras, rompieron celulares y bloquearon el paso de estudiantes. Lograron cerrar el portón, dividiendo a la multitud que buscaba abrir las puertas.

Al grito de «¡abran la reja y asamblea!», fuimos rodeados por personal administrativo y matones, muchos de ellos provocando a los estudiantes con insultos y afirmaciones de que no éramos de la universidad. La situación fue bochornosa. El presidente del Centro de Estudiantes nos pedía calma y paz, pero lo que exigíamos era que abrieran la puerta para que pudiéramos tener una asamblea y votar qué hacer. Algo tan sencillo y democrático como eso. Sin embargo, se priorizaron las órdenes del rectorado, ensuciando la justa e histórica lucha de los estudiantes de la UNLaM.

Finalmente, un representante del gremio docente y no docente comunicó que habían decidido tomar la universidad y permanecer allí. Todos festejamos, pero parecía que se trataba de una toma sin estudiantes, ya que las puertas permanecieron cerradas con candados y sogas hasta hoy. ¿Así es como se realiza una toma? ¿Con matones y fuerzas represivas dentro de la universidad, que debería ser un espacio autónomo? ¿O estamos hablando de otro tipo de ocupación? ¿Así impedir que estudiantes habiten el establecimiento, allí realicen clases públicas, asambleas? No querían que los estudiantes tomemos la universidad.

El clima se tornó tenso y hostil, sorprendiendo a muchos al ver lo que las autoridades permitían. Hubo una orden del rectorado de no abrir las puertas bajo ningún costo. Nosotros respondimos con violencia, sí, porque vinieron a patotearnos sin escrúpulo alguno, tenemos el derecho no solo a permanecer en la universidad sino a defendernos de la represión y violencia institucional. El comisario de Casanova estaba presente junto a la patota; hay videos que muestran cómo su única función era agredir a los estudiantes y evitar que quienes estaban afuera pudieran entrar. Con el paso del tiempo, más estudiantes y familiares se sumaron, y algunos docentes apoyaron desde el otro lado.

La violencia por parte de los matones, e incluso integrantes del centro de estudiantes empujando a compañeros, fue vergonzosa. Los que estábamos dentro comenzamos a notar la presencia de fuerzas represivas, muchos de ellos civiles, esperando provocar aún más. La joyita del momento fue la aparición del rector Martínez, disfrazado y rodeado de matones, quien fue abucheado al afirmar que no abriría la reja. Personal y algunos profesores de Educación pública cubrían el logo de UNLaM para no ser escrachados, porque todo lo vivido fue filmado por diferentes compañeres, registrando las maniobras que estaban llevando adelante.

No esperábamos nada del Centro de Estudiantes Liga Federal, pero aun así nos sorprende con su complicidad con las políticas de ajuste del gobierno y el rectorado. No convocaron a asamblea para decidir democráticamente las medidas a tomar y avalaron que los agentes de seguridad actuaran contra quienes luchaban por la educación pública, a pesar de haber estado movilizados juntos horas antes. ¡Así de hipócritas son! El martes 8, se realizó la asamblea allí se propuso acercarse al centro y hablar con ellos, ya que ellos no se acercaron. Para preguntar que tenían pensado hacer ante el veto y ajuste a la educación, que pretendíamos que no se pasen las faltas para marchar a Congreso (ayer). Pero una vez más, ningunearon la asamblea, diciendo que ellos se manejan de otra manera (no dijeron de qué manera), que han llamado acciones contra el veto, todavía no sabemos cuáles eran. No hubo voluntad política por hacer algo en conjunto ni decidir democráticamente.

Finalmente, luego de debatirlo en asamblea con quienes estábamos dentro, se decidió salir de la universidad y tener la asamblea en la puerta todos juntos, no había suficientes fuerzas para sostener nuestra presencia allí, mientras las fuerzas de seguridad y matones nos rodeaban. La asamblea votó clases públicas, asamblea para el día lunes 14 de octubre, invitando a la comunidad educativa y buscando la coordinación y construir un plan de lucha Inter facultades.

El gobierno de Javier Milei perdió más de lo que ganó

Lo que está viviendo la UNLaM es un proceso histórico, gestado desde abajo y de manera democrática, con muchos debates aún por venir, pero con unidad de acción contra un mismo enemigo. Muchas universidades en todo el país han sido y están siendo tomadas, y los secundarios comienzan a organizarse para defender sus derechos, adoptando una perspectiva colectiva, porque para ganar y vetar a Milei es fundamental unir todas las luchas en curso. Los estudiantes debemos alinear nuestra pelea con las demandas de otros sectores que están siendo atacados y exigir un plan de lucha para derribar el plan económico de Milei.

*Actualmente la UNLaM no está tomada por sus propios estudiantes, sino por las autoridades y la Liga Federal. ¡Si no hay estudiantes, no hay toma!

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