A 9 años de la desaparición de Carolina Garzón
El 28 de abril del 2012 en la ciudad de Quito, Ecuador, desapareció nuestra camarada Carolina Garzón. En aquel momento tenía 22 años recién cumplidos, este año tiene 31. Han transcurrido nueve largos años en que ni su familia ni sus compañeros del PST, ni sus amigos, hemos podido darle un abrazo ni cantarle el feliz cumpleaños.
Por Comité Ejecutivo, Comisión de la Mujer PST – Colombia
Nueve largos años de incansable lucha de su familia, de nuestro partido, de la Liga Internacional de los Trabajadores, del Movimiento Al Socialismo – MAS- de Ecuador (parte de la Articulación Revolucionaria de los Trabajadores) y de sus amigos por encontrarla y de exigencia a los estados de Ecuador y Colombia para que investiguen su desaparición forzada, la encuentren o podamos conocer la verdad sobre su suerte.
Hasta el momento no tenemos ninguna respuesta certera por parte de los estados ni de sus instituciones a pesar de la cantidad de movilizaciones, plantones cartas y denuncias. Carolina como muchos y muchas desaparecidas se ha convertido en una cifra más en las estadísticas oficiales, pero claro, es hija de un obrero y de una tenaz guerrera de la vida, nacida en las entrañas de la clase trabajadora. No es hija de empresarios, banqueros o políticos corruptos, pues cuando se trata de los hijos de la burguesía, la justicia, las instituciones, los medios y todos los recursos del estado se mueven con celeridad para encontrarlos sanos y salvos.
La desaparición forzada, un delito atroz ….
Un estudio de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, ASFADEC y otras organizaciones de derechos humanos realizado a finales del 2018, plantea que en Ecuador:
“Del universo de desapariciones, el 67% corresponde a mujeres, además este informe arroja que la edad más propensa para ser víctima de desaparición es de 12 a 17 años, franja dentro de la cual se registran 24.992 personas desaparecidas; seguida del rango 18 a 29 años con 8.659 y de 30 a 55 años con 4. 668. Asimismo, vale aclarar que Fiscalía en su reporte ha afirmado desconocer el registro de edad de 143 personas del universo de denuncias”.
En ese mismo año la fiscalía reporta un promedio de 10.000 denuncias de personas desaparecidas por año desde 2014 a 2017, y todo parece indicar que los números aumentan en los últimos años según las denuncias de la Asociación de familiares y amigos de personas desaparecidas en Ecuador- ASFADEC. Esta asociación fue fundada precisamente por Walter Garzón padre de Carolina y dirigente del PST, quien una vez desaparecida nuestra compañera se desplazó a Ecuador para buscarla relacionándose de inmediato con los padres de otros desaparecidos quienes lo acompañaron en esta tarea de organizar la lucha y la Asociación, que gracias a las actividades de denuncia y movilización logró reconocimiento de la población y del propio gobierno como un interlocutor fuerte.
En Colombia la situación no es mejor “En el país por lo menos 80.000 personas han sido víctimas de desaparición forzada. Esta forma de violencia es capaz de producir terror, causar sufrimiento prolongado, alterar la vida de familias por generaciones y paralizar a comunidades y sociedades enteras.”
Esto dice el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica del 2018, señalando como perpetradores a los paramilitares con un 46%, a las guerrillas con un 19%, a los agentes del Estado de otro 8%. Según las denuncias de un alto exmilitar, en Colombia los llamados falsos positivos, una forma de desaparición forzada con el objetivo claro de asesinato, fue de cerca de 10.000 personas.
Pero la desaparición forzada no está solo relacionada con los conflictos político militares sino también con las mafias de tráfico de drogas, de armas, y de personas con fines de prostitución. Esto nos indica que el capitalismo es una máquina de producción de violencia de la más variada índole cuyo propósito es servir de herramienta para ejercer poder y obtener beneficios económicos.
Recientemente es común en las redes sociales encontrar decenas de imágenes de mujeres desaparecidas, en Cartagena desde el 19 de marzo familiares y vecinos buscan a Alexandrith, joven afrodescendiente de 15 años de edad. Gracias a la presión de organizaciones sociales y de mujeres, las autoridades han empezado tardíamente su búsqueda.
A pesar de que la legislación internacional ha tenido que reconocer la desaparición forzada como un delito de lesa humanidad, poco hacen los gobiernos y sus instituciones estatales y de justicia por eliminarlo. La inmensa mayoría de los casos quedan en la completa impunidad.
…Y un drama humano
Detrás de estas cifras, de cada una de ellas, hay un drama humano, familias y organizaciones que sufren y que luchan. La familia de Carolina no solo ha tenido que vivir su ausencia y la incertidumbre de su destino. Ha perdido y de manera definitiva a Walter Garzón, quien falleció el 12 de septiembre de 2016 después de 4 años de infatigable búsqueda de su hija y camarada. Su vida se fue consumiendo en la desesperanza del paso de los días sin encontrar a Carolina y sin encontrar una respuesta y actividad eficaz por parte de quienes tienen la principal responsabilidad de esclarecer los hechos: el Estado y gobierno ecuatoriano en común con el Estado y gobierno colombiano. Su madre Alix Mery y su hermana Lina, su tía flor, sus primas, su familia no cesan en la lucha por encontrar a Carolina y por encontrar la verdad. Cada día sin Carolina se traduce simbólicamente en una raya más, así como el preso lo marca en la pared esperando el día de su libertad. Y este drama también lo vivimos su otra familia la familia política: el PST. Las ilusiones y proyectos políticos, sociales y culturales de Carolina fueron truncados con su desaparición. La Unidad Estudiantil UNES, proyecto de organización juvenil que inició Carolina tras la gigantesca lucha del 2011 que derrotó la ley 30, se quedó sin dirección y perdimos definitivamente a nuestro camarada y dirigente Walter Garzón, quien fue un ejemplo de lucha por fortalecer la organización gremial y política de su clase, la clase obrera. Nos faltan los dos, sentimos su ausencia y el vacío de sus aportes.
Si luchamos como hermanos…
No nos daremos por vencidos no nos callaremos, junto con su familia y amigos seguiremos luchando por encontrarla o por saber la verdad y que se haga justicia. Seguiremos presionando para que la Corte Interamericana de Derechos humanos de respuesta y obligue a los estados colombiano y ecuatoriano a responder frente a la demanda por la desaparición de Carolina, interpuesta el 8 de enero del 2020. En medio de la pandemia retomaremos la lucha.